sábado, 5 de octubre de 2024

La filosofía cartesiana es contraria a la fe

Debemos tener presente que el concepto de verdad es, en sí mismo, un dato de fe, como por ejemplo cuando Cristo dice "Yo soy la verdad". Por lo tanto, una gnoseología que ponga en duda la veracidad del sentido, como la filosofía de Descartes, es con eso mismo contraria a la fe. A este respecto, recordemos la advertencia de san Pablo Apóstol: "Videte ne quis vos decipiat per philosophiam et inanem fallaciam" (Col 2,8). [En la imagen: fragmento de "El Pensador", escultura de Auguste Rodin].

La mala filosofía bloquea o falsifica el acceso a la fe
   
----------Si una buena filosofía abre la mente a la acogida de la fe, crea las condiciones para su posibilidad, la prepara para escuchar la Palabra de Dios y de la Iglesia, liberándola de los obstáculos y de las ilusiones que le impiden el camino, alentando, purificando y confirmando su deseo y su sed de verdad y de justicia, por el contrario, una mala filosofía acentúa la tendencia de la mente a la hipocresía y a la mentira, fomenta vanas ilusiones de grandeza, restringe la mirada del intelecto, enseña a ser sofistas y a impugnar la verdad conocida, crea sujetos desleales y capciosos en los razonamientos, justifica el propio deseo de pecar y, en definitiva, conduce hacia el camino de la perdición de las almas.
----------La verdad de fe es el máximo nivel de una experiencia de la verdad que comienza con el ejercicio de los sentidos, asciende a la razón y se eleva a la fe. Si no hacemos esta experiencia inicial de la verdad, que también hacen los animales, en cuanto dotados como nosotros de sentidos, es imposible avanzar más allá y el intelecto queda bloqueado, como sucede en los dementes.
----------Es cierto que es más objetiva y cierta la verdad intelectual que la sensible. Pero esto depende solo de la mayor dignidad del objeto; no involucra nuestro personal acto subjetivo de adherir al objeto, acto que es más subjetivamente cierto y fácil en la percepción sensible que en la intuición intelectual.
----------Pero si nosotros bloqueamos con la duda o con la convicción por principio, de errar, como ha hecho Descartes, el acceso a la verdad sensible, el hablar de pensamiento, de razón, de metafísica, de conciencia, de ciencia, o de Dios, son discursos que no tienen sentido, palabras al aire.
----------También debemos tener presente que el concepto de verdad es él mismo un dato de fe, como por ejemplo cuando Cristo dice "Yo soy la verdad". Por lo tanto, una gnoseología que ponga en duda la veracidad del sentido como la filosofía de Descartes, es con eso mismo contraria a la fe.
----------Es cierto que muchos no ven en el famoso cogito ergo sum ningún peligro para la fe católica. Lo asimilan al principio agustiniano de la auto-conciencia. Descartes mantuvo la concepción del conocimiento que admite una realidad fuera del pensamiento y por lo tanto la trascendencia de Dios.
----------De hecho, su cogito pretendía dar un mejor fundamento al realismo y por tanto a la fe. Descartes no se dio cuenta, en cambio, que el cogito destruye el realismo y conduce al panteísmo. Esto lo habrían de entender posteriormente sus más consecuentes discípulos, los idealistas alemanes. Pero quizás el mismo Descartes no se haya dado cuenta de la carga destructiva contenida en su cogito.
----------Como se sabe, el mismo famoso cardenal Pierre de Bérulle, gran maestro de vida espiritual, alentó a Descartes a proseguir con su trabajo. Pero el purpurado no se dio cuenta de caer en una equivocación enorme, engañado por la apariencia del espiritualismo dada por la filosofía cartesiana.
----------Según los admiradores de Descartes se trata simplemente y nada menos que del comienzo de la que ellos llaman "filosofía moderna", que viene a superar -siempre según ellos- con una verdadera fundamentación definitiva la impostación realista aristotélica de la precedente filosofía medieval.
----------Por lo tanto, como creen y propalan los neo-modernistas, el fiel católico de hoy, el católico postconciliar, si quiere dialogar con el pensamiento moderno, debe poner como base filosófica de su fe el cogito cartesiano en la explicitación que del cogito ha hecho el idealismo alemán. Este es el método que, por ejemplo, ha seguido y propuesto Rahner, aunque dicho método había sido ya condenado precedentemente por la famosa encíclica Pascendi del papa san Pío X contra los modernistas de la primera hornada.
   
¿Qué quiso decir verdaderamente Descartes?
¿Qué es lo que se recaba de su cogito?
   
----------A primera vista el famoso cogito cartesiano, parece del todo obvio e innocuo, más bien una verdad más que evidente, muy digna de ser puesta como principio primero del camino hacia la verdad, hacia el saber y hacia la certeza. ¿Cómo no asentir al hecho de que si yo tengo conciencia de pensar, esto es el signo o señal del hecho de que existo? ¿Acaso yo podría pensar si no existiera?
----------El problema es que Descartes no parece tener en cuenta el hecho de que para pensar es necesario existir, pero puede sugerir que para existir es necesario pensar y así insinúa el primado del pensamiento sobre el ser, en lugar del primado del ser sobre el pensamiento. Es esta diabólica sugerencia la que será celosamente hecha propia por los idealistas para quedar envenenados. Descartes no tiene en cuenta el hecho de que el verdadero filosofar parte del ser, como había hecho Aristóteles, y no del pensamiento.
----------Sin embargo, algunos contemporáneos le hicieron notar a Descartes que su principio no era nuevo. También Aristóteles, san Agustín de Hipona y santo Tomás de Aquino se habían expresado en este mismo sentido. Descartes les respondió que su principio no coincidía en absoluto con el de los pensadores que habían sido citados, porque mientras en ellos el "por tanto" (ergo) era la conclusión de un silogismo -quien existe, piensa: pero yo pienso y por tanto existo-, sino que significaba una inferencia inmediata, en el sentido de que conjuntamente e indisolublemente con la conciencia de pensar, tengo la conciencia de existir.
----------La aclaración hecha por Descartes, era una aclaración peligrosa y equívoca, en cuanto que las palabras de Descartes podían ser interpretadas como para querer decir: en el momento en el cual ejercito el acto del pensar, ejercito el acto de ser. ¿No existía entonces el riesgo de identificar mi pensar con mi ser? ¿O incluso el riesgo de considerar mi ser como puesto por mi pensar?
----------Esta será precisamente la interpretación del cogito que será dada por el alemán Fichte, por lo cual se derivará que yo no necesito ser creado por Dios, porque yo mismo pongo mi ser en el momento en el cual pienso en mí mismo. Y nótese bien que para Fichte este poner no es un acto teorético, sino un acto práctico. Es un hacer, un actuar, un causar, un producir, por lo tanto: un crear.
----------Pero entonces mi pensar es emparejado o igualado con el mismo pensar divino, que es el único en el cual en realidad tenemos la identidad de pensar y de ser, de pensar y de hacer. Pero tenemos a la vez el ateísmo, ya que si soy yo mismo quien pone mi ser, quiere decir que existo por mí mismo y en fuerza de mí mismo y por lo tanto ¿qué necesidad hay de admitir a un Dios que me crea y me hace ser?
   
Consecuencias devastadoras
   
----------1. En el cogito cartesiano no existe una adaequatio intellectus, sino una positio voluntatis. La verdad, la ciencia y la certeza no son en Descartes el efecto de una convicción del intelecto necesitado de la evidencia, sino que son el efecto de la libre voluntad. Vale decir, el intelecto no es libre de decir desinteresadamente y objetivamente lo que ve, sino que debe decir lo que le impone la voluntad. La verdad no es lo que es, sino lo que la voluntad decide y quiere y por tanto hace creer a los demás que sea. Por lo tanto, he aquí la mentira institucionalizada para satisfacer los intereses de la voluntad.
----------De hecho, para Descartes yo afirmo que una determinada cosa es así no porque me adecuo a cómo ella se encuentra efectivamente delante de mí y fuera de mí, sino porque yo decido que esa determinada cosa es así. Por lo tanto, no existe en Descartes la dependencia del pensamiento respecto de la realidad, sino la dependencia de la realidad respecto del pensamiento que se quiere, exactamente como sucede en Dios. De ahí la consecuencia de igualar o poner a la par el pensar y el querer humanos con el pensar y el querer divinos. Lo cual es claramente contrario a la fe.
----------2. Pero hay otra cosa inquietante que descubrimos si analizamos, teniendo en cuenta el contexto, lo que Descartes entiende decir con "pienso" (cogito). Tengamos presente que la llamada "duda metódica" de Descartes no es en absoluto un dudar sensato e inteligente, sino que es una serie de dudas absurdas e irracionales, la primera de las cuales es el dudar de la veracidad de los sentidos (y por lo tanto de la existencia de las cosas externas) y del principio de no-contradicción.
----------También santo Tomás de Aquino toma por un momento en consideración la universalis dubitatio de veritate (In Metaphysicorum Aristotelis expositio, l.III, lect.I, c.1, n.344, Edizioni Marietti, Torino-Roma 1964). Más bien, Tomás dice que el filósofo debe tomar en consideración este tipo de duda, ya que su objeto es la verdad universal. Pero para declararla inmediatamente como absurda.
----------En cambio Descartes no descarta en absoluto la duda universal, sino que la toma en serio, la conserva y pretende encontrar un principio de verdad supremo que sería su cogito, cuando, en cambio, esa absurdidad se descubre recurriendo simplemente al principio de experiencia sensible y de no-contradicción, como ya había hecho Aristóteles contra Protagóras.
----------3. En tercer lugar, hay que tener presente que el cogito no es un verdadero cogitare, sino que es la duda universal, que, como he dicho, Descartes no abandona en absoluto sino que continúa ejerciendo, porque no la rechaza como hace Tomás constatando su absurdidad, sino recurriendo al cogito entendido como duda.
----------Que el cogito cartesiano sea esto, resulta evidente del hecho de que, del mismo modo que el dudar, que siendo una oscilación del pensamiento, oscila entre el sí y el no, el cogito cartesiano no tiene objeto. Es decir, Descartes piensa pero no nos dice con precisión qué cosa piensa.
----------¡Y tiene cómo justificar eso, porque en el dudar nosotros no pensamos en nada! De hecho, el dudar no es un verdadero pensar y no existe un pensar sin objeto. Aquí Descartes incluso roza el nihilismo. El verdadero pensar es pensar algo. En cambio, es la duda la que carece de objeto porque quien duda niega en el momento en el cual afirma. De esta manera tenemos el típico pensar de la doblez, de la hipocresía y del fariseísmo.
----------4. En cuarto lugar, el cogito supone un acto de conciencia: tengo conciencia de pensar. Admitamos esto también, aunque hemos mostrado lo contrario, o sea que aquí Descartes no piensa verdaderamente. Admitamos también que Descartes nos diga: yo no miro fuera de mí. Miro dentro. Y descubro existir. Yo soy. Estamos de acuerdo. Entonces ¿pienso en mí mismo? ¿Hago de mí el objeto de mi pensar? Sin embargo, Descartes salta el paso que consiste en decir qué es lo que piensa. La conclusión de Descartes es demasiado apresurada. Sería válida si hubiera dicho: pienso en algo. Pero si pienso en algo, entonces eso significa que existo.
----------En realidad, yo, antes de ejercitar la conciencia o autoconciencia, debo ejercitar el conocimiento de las cosas o tomar como objeto de conocimiento a mí mismo, a mi yo como ente real objetivo, ante mi mirada, aun cuando siempre soy yo. En cambio Descartes pasa inmediatamente al ser de conciencia, a su ser como pensado por él, como si su ser coincidiera con su ser pensado por él. ¡Pero eso ya es idealismo!
----------5. En quinto lugar yo puedo decir "yo" solo cuando tengo conciencia de mí mismo. Un embrión no dice yo; y sin embargo ya es una persona humana. Está claro en efecto que yo existo antes e independientemente de mi conciencia de mi yo. Una cosa es existir y otra cosa es tener conciencia de existir. Y entonces, si realmente Descartes quiere fundar la metafísica, como él nos asegura, y mejor que Aristóteles, metafísica que es ciencia del ser, ¿por qué motivo Descartes restringe el ser al propio yo?
----------Pero si Descartes no parte de su yo real, ¿cómo hace para captar su yo pensado? Es porque yo capto una cosa que yo tengo en el pensamiento o la conciencia o la idea de esa cosa. Es porque la pienso, que deviene pensada. Pero no puede ser pensada si antes no la pienso tal como ella es fuera de mí. Aquí vemos de nuevo el principio del idealismo: la reducción de lo real a lo pensado.
----------6. En sexto lugar, Descartes, siempre por esta su voluntad de partir desde la conciencia de sí mismo en lugar de partir de las cosas, pone las ideas de las cosas en la mente antes del contacto con las cosas, sin darse cuenta de que ésta es en realidad una prerrogativa de Dios, ideador y creador de las cosas.
----------De tal modo, para él las ideas no son representaciones de las cosas recabadas de las cosas, sino que le aparecen como objetos inmediatos del pensamiento, por lo cual se plantea el problema absurdo de saber si a estas ideas corresponden cosas fuera de nosotros y cómo alcanzarlas. Problema absurdo, porque la doctrina de las ideas sirve precisamente para explicar cómo nosotros conocemos las cosas.
----------Sabemos cuál es la solución consecuentemente absurda de este problema absurdo: Dios mismo, según Descartes, presente como deus ex machina a su mente en la idea innata de Dios, le garantiza que sus ideas corresponden a la realidad. De esta manera Descartes, al darse cuenta que está exagerando, cree remediar con un recuperado artificioso realismo el evidente absurdo de que nosotros como Dios podemos tener las ideas de las cosas antes e independientemente del haberlas contactado.
----------Los idealistas alemanes no tendrán esta preocupación de recuperar el realismo, y así, no vigilados por la Inquisición Romana como sí lo estaba Descartes, llevarán tranquilamente y temerariamente a las extremas consecuencias las implicancias del cogito, de manera que para ellos toda la realidad externa no será otra cosa que lo que tengo en mi conciencia como producto de mi conciencia. Solo existe lo que yo pienso que existe.
----------Así, como hemos visto, Descartes se niega a partir de las cosas porque duda de los sentidos. Por eso quisiera encontrar otro camino hacia la verdad, que será precisamente el cogito. Pero cae, como hemos visto, en lo absurdo. Solo Dios puede partir de la autoconciencia, porque en Él conocer y ser consciente son lo mismo.
----------7. En séptimo lugar hay que señalar que Descartes, al poner como objeto de la metafísica el yo en lugar del ente, demuestra, no obstante sus alardes y vanas pretensiones, no saber qué es la ciencia. En efecto, en la ciencia el verbo ser se usa en la tercera persona, no en la primera. El hablar de sí mismo pertenece, a lo máximo, a la autobiografía, no a la ciencia.
----------Aristóteles, al plantearse el problema del ser, no se pregunta quién soy yo, sino qué es el ente. Es extremadamente mezquino reducir la ilimitada vastedad de la cuestión del ser a las restrictísimas dimensiones del propio yo, como si éste agotara todo el ser y no existiera nada más que mi yo.
----------8. En octavo lugar, Descartes no tiene en cuenta que yo no soy, propiamente, una res cogitans, no soy un pensante por esencia. Cuando duermo, no pienso; sin embargo existo. No soy una razón subsistente, porque en mí la razón es un accidente, es una simple facultad y no constituye mi sustancia. En efecto, esto pertenece solo a Dios. Yo soy un sujeto compuesto de acto y potencia que pasa de la potencia de pensar al acto de pensar las cosas. Mi esencia no está en el pensar. Yo existo aun cuando no piense.
----------Y solo después de haber pensado las cosas, puedo, con un acto de reflexión, pensar en mí pensando las cosas y de esa manera descubrir que estoy pensando las cosas y así darme cuenta de existir. Este es el camino de un cogito que da el verdadero fundamento a la verdad y a la certeza.
----------9. En noveno lugar, reflexionando sobre el hecho de que pienso, sí, descubro existir, pero ¿cuál es mi ser? Aquí el sum cartesiano se abre a una doble dirección. Por un lado, descubro ser un ente creado por Dios y no simplemente ser. Aquí Descartes no tenía dificultad en admitir a Dios creador del yo y del mundo. Pero esto pretendía poder establecerlo solamente sobre la base del cogito. Este yo humano es lo que los idealistas llaman "yo empírico": René Descartes.
----------Pero por otro lado Descartes prescinde de este yo empírico, porque es sensible y él no confía en los sentidos. Aparece entonces lo que los idealistas llamarán "yo trascendental" o "yo puro". Es éste el yo reducido a la mente, al espíritu. Para Descartes estoy cierto de mi espíritu, pero no de mi cuerpo. Por lo tanto debo demostrar tener un cuerpo que siente las cosas externas. Se trata, a decir verdad, de una absurdidad, ya que es precisamente por haber conocido las cosas con mis sentidos que yo llego a saber por inducción de poder pensar y tener una conciencia de mi pensar o de mi espíritu.
----------10. En décimo lugar nos preguntamos qué es este sum subsecuente al cogito. El latín, a diferencia del español, usa poquísimo el verbo exsistere, existir, que aquí en cambio sería de obligado uso, ya que sería mejor decir: pienso, por tanto existo.
----------En efecto si digo "soy", viene a la mente el Ego Sum de Ex 3,14, que es el ser divino. Ahora bien, sólo Dios puede decir yo soy el ser. Yo puedo decir: yo existo. Pero no yo soy. Solo Él puede decir: yo soy el pensamiento, por lo tanto soy el ser. El resultado del cartesianismo es el panteísmo, que, como hemos visto y como demuestra el pasaje de Hegel a Marx, se convierte en ateísmo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios sin debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados. Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.