viernes, 15 de agosto de 2025

El tránsito de la Virgen María (3/3)

El seno de María es puerta cerrada y abierta, cerrada no como cuando uno se cierra al aporte de quien quiere mejorarnos, sino como cuando cerramos cuentas porque hemos hecho lo que teníamos que hacer. María cierra en el sentido de concluir, de quien ha llegado a una conclusión. Pero ella está abierta a lo que la trasciende. Ella está cerrada a lo humano no por estrechez de ánimo o presunción, sino porque lo ha superado. Ella está abierta a Dios no como lo estamos nosotros, necesitados de lo humano, sino porque su humanidad rebosa en la divinidad. [En la imagen: fragmento de "Cristo y María", en "El Juicio Final", fresco de 1535-1541, obra de Michelangelo Buonarroti, en la Capilla Sixtina, del Vaticano].

La representación del cuerpo femenino
El cemento de los grandes artistas
   
----------El desnudo femenino es un género pictórico, fotográfico o escultórico de todo respeto, materia normal de aprendizaje en cualquier Academia de Bellas Artes, destinado al placer estético, y si suscita el placer sexual, éste está moderado por la experiencia estética, que es una experiencia espiritual.
----------Este género artístico es antiquísimo y está conectado con el politeísmo. La diosa desnuda no es necesariamente estímulo de lujuria, sino que puede ser ocasión para rendir honor a la belleza femenina, como es evidente en el arte greco-romano. Pensemos, por ejemplo, en el ámbito de la pintura, en las famosas Maja vestida y Maja desnuda de Goya, o en las famosas estupendas estatuas, como la Venus de Milo, la Venus de los Médici, la Venus Capitolina y la Afrodita de Cnido. Se trata evidentemente de una glorificación del cuerpo femenino, que nada tiene que ver con la incitación a la concupiscencia, salvo que nos acerquemos a ello con deseos impuros. Otra cosa, en cambio, es el desnudo intencionalmente destinado a suscitar la lujuria.
----------Como narra la Escritura, Dios ha querido la vestidura para Adán y Eva después del pecado (Gn 3,21) como defensa contra la concupiscencia, como expresión del pudor y como objeto de producción técnica para proteger del frío y como producción artística con el fin de aumentar la belleza de la mujer y suscitar el placer del varón. De este cuidado del vestir femenino ha nacido el arte de la moda femenina.
----------Existe una vestimenta femenina apta para suscitar la concupiscencia masculina, como la de la prostituta. Se dan vestimentas simplemente destinadas a suscitar un placer estético por su elegancia, como las de las mujeres laicas. El hábito de la religiosa recuerda los valores de la religión y eleva a las cosas espirituales. Y existen prendas destinadas a suscitar la concupiscencia masculina.
----------El Espíritu Santo, que se manifiesta en el buen gusto, inspira las representaciones edificantes, el arte sagrado y litúrgico, la iconografía mariana, la representación sagrada. El demonio, refinado engañador y seductor, habilísimo artista, inspira la literatura y toda obra de arte obscena y escandalosa: la pornografía, el arte seductor de la prostituta, de la hechicera, de la seductora; la literatura, el teatro y el cine obscenos tienen en el demonio al gran director e inspirador.
----------Está claro que la Virgen María viene representada de modo tal que no suscita la concupiscencia. Pero no está mal si suscita ese placer natural que se experimenta al ver a la más bella de todas las mujeres. Al respecto no podemos dejar de recordar la representación de la Virgen que amamanta al Hijo, la llamada Glicofilusa. Lamentablemente, a veces, por una inoportuna preocupación puritana, la mama de María no se representa en sus dimensiones naturales, sino que se empequeñece de modo antinatural.
----------Aunque María sea la mujer edénica, está claro que nosotros, pecadores privados de la mirada edénica e infectados por la concupiscencia, debemos representarla vestida. ¿Cuál es el vestido de María? ¿Cómo debía ir vestida? ¿Con qué vestido nos la imaginamos en el cielo? Aquí tenemos un principio esencial de la iconografía mariana, junto al de la excelsa belleza de su cuerpo virginal y de su mirada maternal.
----------Aquí se encuentra la espléndida tradición iconográfica bizantina, famosa en la historia del cristianismo, todavía floreciente en Europa Oriental, y fuente de inspiración y de imitación también para nosotros los occidentales. Nosotros, además, con la llegada del Humanismo, habíamos comenzado a representar a Nuestra Señora abandonando los cánones bizantinos y basándonos en la realidad concreta del cuerpo femenino. Desgraciadamente, se pasó del rigorismo a la sensualidad.
----------Hoy la iconografía mariana, influida por el protestantismo y el populismo, es a menudo miserablemente insípida y banal. Bella, en cambio, es la Virgen de Medjugorje. Siguen siendo bellas las representaciones de la Virgen de Fátima y de Lourdes. Muy loable es la difusión de los iconos rusos, como por ejemplo aquel espléndido de la Virgen de Vladímir, protectora de Rusia.
----------Como sabemos, en el rostro de las imágenes bizantinas de María sus ojos son voluminosos, con mirada noble; la nariz, larga y afilada; la boca, pequeña y carnosa. Los vestidos no dejan entrever nada de las formas femeninas. En cambio, las imágenes del Renacimiento italiano presentan rasgos realistas de mujeres rellenitas: el vestido deja entrever la forma de los senos y a veces incluso el pezón.
----------Las imágenes de las Vírgenes bizantinas son siempre majestuosas, de pie o sentadas en trono. Las renacentistas están siempre sentadas y se dividen en dos clases. Hay Madonnas populares y Madonnas Reinas, como por ejemplo en el Santuario de Fontanellato: existe una Madonna para el pueblo, que deja entrever los senos, con mirada maternal. Y en el altar mayor está la estatua con vestiduras regias ricamente adornadas, cabeza coronada, con el seno apenas insinuado, rostro majestuoso, la mirada benignamente complaciente.
----------Una cuestión especial es la de cómo deben interpretarse las apariciones marianas. ¿Aparece la Virgen en persona? ¿Lo que ve el vidente es precisamente a María tal como es en sí misma? ¿Por qué entonces en los países latinos aparece con el cabello negro, mientras que en los países nórdicos aparece rubia, en África aparece africana y en Sudamérica aparece sudamericana?
----------No tenemos ninguna representación ni retrato de cómo fue efectivamente la Virgen María. Ningún testigo de la época nos ha dejado un retrato o una descripción de su rostro o de su persona. Además, no tiene sentido hipotetizar que María abandone su lugar celestial para descender al lugar de la aparición. Por lo tanto, es necesario encontrar una explicación de cómo pueden suceder las apariciones marianas. Podemos pensar que el cuerpo de María que aparece es una materia plasmada por los ángeles.
----------Nuestro Señor Jesucristo está ahora en el cielo a la derecha del Padre y envía su Espíritu a la Iglesia. María está al lado de Cristo. Uno y otra constituyen la nueva pareja edénica y mesiánica, Jesús nuevo Adán y María nueva Eva. Al mismo tiempo, María es la Madre de Cristo. ¿Cómo conciliar estos dos esquemas aparentemente contradictorios? Ya hemos visto la inconveniencia de llamar a María “esposa de Cristo”, por la repugnancia que sentimos ante la idea de un hijo esposo de su madre.
----------Por consiguiente, es necesario mantener cuidadosamente separadas estas dos representaciones, ambas verdaderas pero incompatibles entre sí. Este hecho puede parecer muy extraño e incluso absurdo. Pero no es necesario que intentemos conciliar las dos representaciones. Su contraste se debe únicamente al hecho de que nuestra mente limitada, todavía habitando en un cuerpo mortal herido por el pecado, sufriendo sus consecuencias, no logra ver cómo esas dos cosas coinciden en Jesús y María. Sabemos que coinciden, y eso debe bastarnos. En el cielo comprenderemos mejor este misterio.
----------Otra cosa que nos es necesario señalar: la representación iconográfica de la maternidad de María jamás ha constituido una dificultad para los iconógrafos: son incontables las representaciones de la Virgen con el Niño. ¿Pero cómo representar a María asunta al cielo junto a Cristo? Miguel Ángel en la Capilla Sixtina intentó representar a Jesús al lado de María en el Juicio Universal.
----------Sabemos que Jesús y María trabajan por nosotros y en nuestro nombre rinden gloria a Dios en la liturgia celeste. ¿Pero qué pintor o qué imaginación podrían representarnos lo que Jesús y María están haciendo en el cielo por nosotros? Aunque ambos sean dos sujetos humanos en carne y hueso, varón y mujer, su condición gloriosa y celeste no es accesible a nuestros ojos mortales. Como la "cosa en sí" kantiana, sabemos que está, pero no sabemos qué es. No nos queda sino esperar la futura visión bienaventurada y cantar el bello himno mariano: "un día al Cielo iré y la contemplaré".
   
El significado espiritual del cuerpo femenino  
Simplicidad sin falso pudor
   
----------Como claramente nos ha enseñado el papa san Juan Pablo II en los pasajes que he citado, las formas, las emociones, las percepciones, las inclinaciones, los actos y los gestos del sexo son, en tiempo y lugar debidos, conformes a la razón, expresión del espíritu o, al menos, deben serlo. Se vuelven pecaminosos e ilícitos cuando el placer es divinizado y buscado por sí mismo, casi como si fuese el culmen de la felicidad humana, al margen de su ordenamiento al placer del espíritu.
----------De esta manera, el vestido, las miradas, los movimientos corporales, el hablar, el gesticular, los adornos, la vestimenta exterior y la vestimenta íntima, el mismo peinado del cabello: todos estos recursos están en manos de la mujer, sujetos a su propia responsabilidad, útiles o nocivos según el uso que haga de ellos, medios para ofrecer al varón un placer sano o un placer morboso, para hacerlo caer y someterlo a sus deseos, o para edificarlo y obtener del varón beneficios espirituales.
----------La mujer sabe expresar de modo eficacísimo, con su rostro y en particular con su mirada, más que nosotros los varones, sin hablar, sus sentimientos, pensamientos, emociones, voluntad, deseos e intenciones. Con la mirada sabe expresar, por un lado, su amor intensísimo y su más tierno afecto materno y filial, pero por otro lado su desprecio cordial y el odio más feroz; por un lado la mirada cómplice, sugestiva y maliciosa, por otro la mirada más simple e ingenua de niña; su seducción de hechicera como su más noble amabilidad de mujer consagrada; su castidad como su lujuria; su piedad religiosa como la impiedad más desafiante y descarada.
----------La mirada intensa e indagadora, amorosa y prudente de la mujer nos lee a nosotros, los varones, en lo íntimo, intuye o sabe interpretar inmediatamente situaciones interiores complejas, resolver casos complicados, nos abre proféticamente nuevos y maravillosos horizontes, perspectivas heroicas, sabe sugerir empresas grandiosas, sabe alentar a afrontar situaciones difíciles, sabe leernos en lo más profundo del corazón, sabe apoderarse del corazón de un varón y, si es santa, lo santifica; pero si es perversa lo conduce a la ruina; sabe marcar para siempre nuestro destino, sabe revelarnos nuestra misión, sabe disponernos al heroísmo. Toda mujer o es María puerta del cielo o es Eva tentadora antesala del infierno.
----------Acostumbrada a hacerse entender por el niño aún incapaz de hablar y de entender las palabras, la mujer sabe comunicar perfectamente mensajes vitales, que nosotros los varones expresamos tan sólo con largos razonamientos y términos filosóficos. Excelente, tanto en el papel de sabia maestra, como en el de confiada discípula, la mujer conoce las asperezas del más duro orgullo así como la dulzura de la más conmovedora humildad, la ira furiosa así como la alegría incontenible, la risa más descarada como el llanto más desgarrador, el júbilo sublime como el dolor lacerante, el entusiasmo desenfrenado como el abatimiento desesperado. Es capaz de fría crueldad así como de alcanzar las cumbres de la más alta mística.
----------Conviene notar además que la Escritura trata con mucho respeto los órganos propios del cuerpo femenino: las mamas, el útero y el órgano genital, estos dos últimos designados pudicamente con un solo término: el seno o vientre (en hebreo: beten, qereb, rehem, sinónimos).
----------En el Cantar de los Cantares y en otros lugares la Sagrada Escritura describe la belleza del cuerpo femenino tanto para honrar a la mujer virgen y madre, como para ver en la mujer el símbolo del alma y de la Iglesia que se une a Dios. Así el Cantar teje audazmente las alabanzas de las mamas de la mujer amada con varios y graciosos paralelos (Ct 4,5; 7,4.8.9; 8,10). Y si María es la esposa de Dios, ¿cómo no ver en la mujer descrita por el Cantar a María? ¿Cómo no nos conduciría a esta conclusión el dogma de la Asunta?
----------No ver aquí a Nuestra Señora y a la Iglesia, de la cual ella es modelo, imagen y madre, significa no haber comprendido el mensaje mariano y eclesiológico, así como la poesía y la mística del Cantar de los Cantares. Significa no haber comprendido el dogma de la Asunta.
----------Notable también es la comparación que el profeta Isaías hace de la ciudad de Jerusalén con una madre de senos abundantes, que amamanta a sus numerosos hijos: “mamaréis en su pecho y os saciaréis de sus consolaciones; mamaréis deleitándoos en la abundancia de su seno” (Is 66,11). Y de nuevo Jerusalén es símbolo y prototipo de la Iglesia, representada por María madre de la Iglesia. Los senos de María son los senos de Jerusalén, que es madre de todas las gentes.
----------La mama femenina, para la Sagrada Escritura, es cosa sagrada, símbolo de la bondad y misericordia divinas. Jerusalén, imagen de la Iglesia, y por tanto también de María, está representada como una madre de senos riquísimos, que amamanta a toda la humanidad.
----------La mama femenina es señal estupenda de la generosidad de la madre que alimenta a los hijos con sustancia tomada de su propio cuerpo. Es verdad que la vista de la mama femenina excita sexualmente. Pero hay que recobrar la mirada edénica y sobre todo pedir a Dios un anticipo, una primicia de la mirada escatológica, cuando hombre y mujer volverán a reunirse para siempre en el amor perfecto e indisoluble.
----------El órgano genital, que la Sagrada Biblia llama “seno”, es en María la puerta del templo, es decir, el útero de María, puerta a través de la cual entró el Hijo, templo en el cual por obra del Espíritu Santo el Verbo se ha encarnado y en el cual María ha concebido a su Hijo, templo del cual Cristo ha salido para salvar al mundo. Se comprende que esta puerta esté oculta a nuestros ojos de pecadores: pero ¿qué impediría que pudiera ser contemplada por una mirada pura o por la mirada de quien es puro de corazón? A la mirada turbia, lo que es puro aparece turbio. Pero el ojo puro sabe ver lo puro en su pureza.
----------El seno de la Santísima Virgen María es puerta cerrada y abierta, cerrada no como cuando uno se cierra al aporte de quien quiere mejorarnos, sino como cuando cerramos cuentas porque hemos hecho lo que precisamente teníamos que hacer. María cierra en el sentido de concluir, de quien ha llegado a una conclusión. Pero ella está abierta a lo que la trasciende. Ella está cerrada a lo humano no por estrechez de ánimo o presunción, sino porque lo ha superado. Ella está abierta a Dios no como lo estamos nosotros, necesitados de lo humano, sino porque su humanidad rebosa en la divinidad.
   
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 8 de julio de 2025

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