lunes, 2 de junio de 2025

¿Qué quiere decir Jesús cuando habla del espíritu? (1/2)

La novedad introducida por Jesús en la vida espiritual es el envío de su Espíritu, que es también el Espíritu del Padre, el Espíritu Santo. El espíritu como de él habla Jesús ya no es solo una fuerza emanada de Dios, sino que es una Persona divina, es Dios mismo. La misión de Cristo, más allá de la de salvar al hombre del pecado y de la muerte, es la de enviar el Espíritu Santo, la de glorificar al hombre haciéndole hijo de Dios, habitado por el Espíritu Santo. [En la imagen: fragmento de "Plazuela y convento de Santo Domingo, Lima", acuarela sobre papel, obra del peruano Víctor Doria].

Una noción fundamental en la enseñanza de Cristo
   
----------Entre nosotros están aquellos que no tienen problemas acerca de la verdad, la evidencia, la certeza y la realidad de las cosas visibles, sensibles, experimentables, materiales. Se encuentran, en cambio, en dificultades para admitir y comprender algo que sea más real, más cierto y más importante, que no tenga estas propiedades, sino que escapa a la vista, a los sentidos, a la imaginación y a la experiencia. Si existe algo así lo consideran menos importante y fruto de la imaginación. Son los materialistas herederos de Demócrito.
----------Están también entre nosotros aquellos que, en cambio, consideran que la conciencia de sí o la conciencia de pensar, actos interiores del espíritu, son los datos más ciertos, más fundados, más verdaderos, más evidentes, más reales, de experiencia inmediata, que no las cosas materiales externas, objetos escurridizos, inciertos, subjetivos, ilusorios, engañosos. Para ellos es la certeza del espíritu la que fundamenta la certeza de las cosas materiales externas. Son los idealistas derivados de Descartes.
----------Nuestro Señor Jesucristo retoma sobre el concepto del espíritu la enseñanza del Antiguo Testamento. Así, el espíritu, en hebreo rúach, es un efluvio celestial, una emanación divina, una fuerza motriz omnipotente, no visible, no sensible, inteligente y benéfica, objeto del puro intelecto y de la pura voluntad, fuerza de verdad y de amor, estable pero impulsora, principio de la vida y de la inmortalidad.
----------El espíritu conserva y desarrolla en el tiempo y en la historia, todos los valores permanentes, absolutos y eternos, genera el crecimiento, la renovación, el progreso, la perfección, la plenitud, la santidad. Es inagotable bondad e inefable deleite. Es amigo del hombre y lo hace hijo de Dios.
----------Es animador del cuerpo y dominador del universo, autor de los milagros y de los prodigios. Genera la palabra, la doctrina, la sabiduría, el razonamiento, el lenguaje, la interpretación, la tradición, el fervor, la constancia, la comunión, la sinodalidad, la unidad, la diversidad, la ciencia, la libertad, la virtud, el ministerio, la nobleza, la belleza, la profecía, la conciliación, la purificación, la paz. Suscita la memoria y empuja a la conservación, a la custodia y transmisión fiel de los valores aprendidos. Produce los carismas, las revelaciones, el arrepentimiento, las consolaciones, las victorias.
----------La novedad introducida por Jesús en la vida espiritual es el envío de su Espíritu, que es también el Espíritu del Padre, el Espíritu Santo. El espíritu como de él habla Jesús ya no es solo una fuerza emanada de Dios, sino que es una Persona divina, es Dios mismo.
----------La misión de Cristo, más allá de la de salvar al hombre del pecado y de la muerte, es la de enviar el Espíritu Santo, la de glorificar al hombre haciéndole hijo de Dios, habitado por el Espíritu Santo.
----------Hegel tenía ciertamente razón cuando decía que el cristianismo es la religión suprema porque es la religión del Espíritu. Y tenía razón también Joaquín de Fiore cuando decía que la era del Padre conduce a la era del Hijo y ésta a la era del Espíritu Santo. Y tenía razón también santo Tomás de Aquino cuando decía que la ley cristiana es la ley del Espíritu Santo. En fin, el propósito del cristianismo, como aparece claramente en los textos del Apóstol san Pablo, es crear el cuerpo espiritual, el hombre espiritual.
----------Acerca de la cuestión del espíritu hay un aspecto especulativo y hay un aspecto práctico. Una cosa es formar un concepto del espíritu, aclarar cuál es su esencia o naturaleza y cuáles son sus poderes. Aquí debemos utilizar un concepto metafísico analógico de ente sustancial, porque en la mortal vida presente nuestro intelecto, aunque hecho para conocer el ser absoluto, de hecho tiene por objeto natural los fenómenos sensibles y la esencia de las cosas materiales, y no está proporcionado a una intelección inmediata y apropiada de la sustancia espiritual, por lo cual debemos recurrir a este concepto impreciso y analógico conociendo el espíritu por medio de sus efectos materiales o imaginarios. También puede ser útil la experiencia de la conciencia o la reflexión del alma sobre su propia esencia (cf. santo Tomás, Opusc. De Veritate, q.10, a.8).
----------En cambio, por cuanto respecta al problema práctico, el espíritu es una entidad personal con la cual podemos entrar interiormente en contacto o dialogar en nuestra acción o en nuestra conducta práctica. En este sentido decimos que el Espíritu Santo es "dulce Huésped del alma" o que nos confiere sus dones o podemos sentir o experimentar o advertir la presencia del ángel custodio o del demonio.
   
Cuerpo y espíritu
   
----------Jesús distingue al espíritu como una sustancia que subsiste separadamente del cuerpo, y esta sustancia es Dios, el ángel y el alma del difunto, y el espíritu como un componente de la naturaleza humana, junto con el cuerpo. En tal caso el espíritu coincide con el alma.
----------Jesús no habla nunca de materia. El término, presente en Aristóteles (yle) está ausente de su vocabulario y en general del lenguaje mismo de la Sagrada Escritura. El concepto de materia está implícito en el de cuerpo. Así como falta el término materia, así no está en el vocabulario de Jesús, el término forma (morfé, eidos), presente en cambio en el vocabulario de Aristóteles. De esto se deduce que Jesús nunca habla, como lo hará el dogma cristiano, del alma como forma sustancial del cuerpo. Por consiguiente, Jesús no habla nunca, a diferencia de Aristóteles, del espíritu como forma o esencia separada (usía coristé).
----------¿Cuál ha sido el motivo por el cual la Iglesia ha interpretado la antropología de Jesús usando categorías aristotélicas? Precisamente porque si bien en la enseñanza de Cristo no se encuentran los términos materia y forma, sustancia y accidente, existen sin embargo los conceptos concernientes a esos términos, conceptos que por otra parte son básicos de la razón humana, expresados con el uso de términos diferentes.
----------Por otra parte Aristóteles no indica el espíritu con el término pneuma, que significa soplo, correspondiente al hebreo rúach de Jesús, porque Aristóteles prefiere indicar o representar el espíritu más en forma estática -he aquí el concepto de forma- que dinámica -el viento- como en la cultura hebrea.
----------En otras palabras, Aristóteles asocia la idea del espíritu con la imagen de la perfección, de la actualidad, de la plenitud, de la armonía, de la completitud, de la belleza, mientras que la mentalidad hebrea de Jesús, sin excluir en absoluto los valores a los que se refiere Aristóteles, prefiere asociar la idea del espíritu con la de la actividad, del crear, de la acción, de la vida, de la bondad, de la purificación, de la potencia, de la fuerza.
----------En cuanto al concepto de alma, en la psicología de Jesús existe tanto el alma espiritual inmortal (rúach), que Él llama espíritu, como también el alma sensitiva mortal (nefesh), propia de los animales. Queriendo encontrar un correspectivo en la psicología de Aristóteles, podríamos decir que mientras la rúach corresponde al nus, el intelecto, la nefesh corresponde a la psyché.
----------Sin embargo, el término intelecto (hebreo: biná) también aparece en el vocabulario de Jesús, mientras que Él nunca habla explícitamente, como lo hace Aristóteles, del alma de los animales o de las plantas. Pero, por la manera como habla de estos vivientes, está claro que en Jesús el concepto está implícitamente presente.
----------También es muy interesante en Jesús, como por lo demás en todo el vocabulario bíblico, el término corazón, que es una palabra bastante común también en la cultura popular de todas las naciones en general. Ciertamente, Jesús le da a la metáfora del corazón una grandísima importancia.
----------El corazón no es más que el alma espiritual, pero considerada en su vínculo con el cuerpo y en los reflejos que su actividad tiene en el cuerpo, y por lo contrario el corazón es el mundo interior de los mensajes y estímulos que provienen del cuerpo y del exterior del yo, del prójimo y de Dios. El corazón es el lugar donde entran en conflicto el espíritu bueno con el mal espíritu, donde actúan, por la posesión del corazón humano, el demonio y el Espíritu Santo, y se juega el destino eterno de la persona.
----------Del modo como habla de ello en muchas ocasiones, se ve muy bien que Jesús considera el corazón como el lugar interior del coloquio personal con Dios, la fuente de los principios morales y especulativos, el centro de la personalidad como el principio y fuente de todos los poderes y facultades del alma, que hoy son conocidos y analizados por la psicología moderna: el intelecto, la intuición, la experiencia, la conciencia, el inconsciente, la autoconciencia, la reflexión, el pensamiento, la ideación, el conocimiento, el razonamiento, la afectividad, la emotividad, el sentimiento, la voluntad, el instinto, las pasiones, el placer y el dolor, la alegría y la tristeza, la angustia y la esperanza, la quietud y la inquietud, el temor y la confianza, la infelicidad y la beatitud.
----------El corazón es para Jesús lo íntimo de la persona, misterioso a la persona misma, mucho menos indagable para los demás, así como su corazón es misterioso para nosotros. Jesús contrapone el corazón como interioridad de la persona, donde ella forma sus más íntimas y reales intenciones, buenas o malas, un interior que puede ser defectuoso y estar en disonancia con lo exterior, que solo da la apariencia de la virtud. De ahí la fuerte polémica de Cristo contra la doblez, el oportunismo y la hipocresía.
----------Lo más importante para Jesús es la pureza y, por consiguiente, la purificación del corazón. La pureza de corazón no es solo la castidad, sino sobre todo la humildad y la apertura a la verdad. El corazón endurecido, orgulloso, debe ser roto, vuelto tierno, manso y humilde como el suyo, para poder ser grato a Dios y acceder al reino de los cielos.

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