En realidad para Rahner, como ya hemos visto por nuestro análisis de su antropología en anteriores artículos, es el hombre como tal, por definición, el que está constitutivamente, aprióricamente, y originariamente en gracia, tanto como para tener como "horizonte" de su "auto-trascendencia" nada menos que a Dios mismo. Se puede decir que para Rahner no todos llegan a ser Dios y que solo Cristo lo ha logrado, pero en virtud de la naturaleza humana, todo hombre tendría la posibilidad y el derecho. [En la imagen: fragmento de "Fuga", óleo sobre lienzo, finalizado en 1914, obra de Wassily Kandinsky, conservada y expuesta en la Beyeler Foundation, Riehen, Suiza].
Otras dañosas consecuencias del existencialismo de Rahner
----------Dios deviene hombre y el hombre deviene Dios. Esta afirmación se encuentra también en alguno de los Padres de la Iglesia; pero allí tiene un carácter del todo aislado, manifestando sólo la audacia de una expresión tan sólo retórica; y por lo demás, el término "devenir", "hacerse", como es bien sabido, es tomado por el mismo Prólogo del Evangelio de san Juan apóstol. Pero, como se ha dicho, debe ser interpretado con circunspección, en el contexto del Nuevo Testamento y bajo la guía de la Iglesia, para no caer en una concepción pagana de la divinidad. Pero el trasfondo gnoseológico, antropológico y metafísico de los Padres sigue siendo realista y estrictamente teísta, en plena fidelidad a la enseñanza de la Biblia y de la sana razón, aún cuando tenga entonaciones más platónicas que aristotélicas.
----------En cambio en Rahner, el devenir de Dios y la auto-divinización del hombre (la "trascendencia") son la lógica consecuencia de sus principios gnoseológicos y metafísicos, que ya hemos visto, y recorren a lo largo y a lo ancho, toda la inmensa producción del último Rahner. Damos algunos análisis primero del devenir de Dios y luego de la "auto-trascendencia" humana.
----------"La Encarnación es entendida correctamente sólo si la humanidad de Cristo no es el instrumento, en el fondo exterior, a través del cual un Dios que permanece invisible se vuelve conocido, sino precisamente aquello en lo que Dios mismo (permaneciendo Dios) deviene cuando se enajena de sí mismo en la dimensión de lo distinto-de-sí-mismo, de lo no-divino" (Sacramentum mundi, vol. I, voz "Antropología teológica").
----------"El 'Dios inmutable' no tiene en verdad 'en sí mismo' ningún destino y así ninguna muerte, pero él mismo (y no solamente el otro distinto) tiene en el otro distinto de sí un destino en razón de la Encarnación [...]. Esta muerte de Dios en su ser y devenir en la alteridad del mundo debe entonces manifiestamente formar parte de la historia de la nueva y eterna Alianza" (Cristología. Perspectiva sistemática y exegética, op.cit., pp. 80-81).
----------"El Absoluto, en la pura libertad de su infinita no-relatividad, que él siempre conserva, tiene la posibilidad de devenir él mismo el otro distinto de sí, el finito, la posibilidad que Dios, precisamente en el hecho y por el hecho de enajenarse y de donarse, ponga al otro distinto de sí como realidad suya propia" (Ensayos de Cristología, op.cit., p.110). "Con la Encarnación lo finito no es ya lo opuesto, sino aquello que él mismo infinito ha devenido [...]. Lo finito mismo ha recibido una profundidad infinita" (Curso Fundamental, op.cit., p.268; cf. también Ensayos de Cristología, op.cit., p.115).
----------Rahner parece decir que Dios en la Encarnación se restringe hasta descender a lo interno de los límites del devenir y morir del hombre, actuando así su "destino"; el hombre, a la inversa, que de por sí es auto-trascendencia hacia Dios, con la Encarnación se expande hasta el horizonte infinito de esta trascendencia, de modo que deviniendo Dios, deviene plenamente hombre: "Si la esencia del hombre en general es entendida existencial y ontológicamente como la transcendencia abierta al ser absoluto de Dios (es decir, abierta en cuanto no posee unos límites predeterminados ni exige una medida absoluta de plenitud), entonces la encarnación puede significar la suprema consumación absoluta (si bien libre, indebida y única) de lo que encierra en sí el concepto de hombre" (citado por H.Küng, La Encarnación de Dios, op.cit., p.708).
----------"Cuando la naturaleza humana donándose al misterio de la plenitud, es así privada de sí, por devenir Dios mismo, entonces se da la Encarnación de Dios, que es por eso el único caso supremo de la realización esencial de la realidad humana, realización consistente en el hecho de que el hombre es, donándose completamente a sí mismo" (Ensayos de Cristología, op.cit., pp. 101-102).
----------"La doctrina de la Encarnación del Logos de Dios y de su acto de reconciliación mediante la cruz es la radicalización de la convicción acerca del hecho que también la subjetividad más radical del hombre se actúa históricamente y que la validez definitiva de él puede darse sólo si ella también deviene tangible e irrevocable en un evento histórico" (Teología de la experiencia del Espíritu, op.cit., p.488). "Con el advenimiento de Cristo [...] la humanidad, [...] llega finalmente a sí misma, [...] llega simultáneamente al Dios-hombre, a la objetivación histórica absoluta de su relación trascendental con Dios" (Curso Fundamental, op.cit., p.207). "La Encarnación de Dios es el singular caso supremo de la actualización esencial de la realidad humana" (ibid., p.259), y al mismo tiempo es "el vértice de la auto-comunicación de Dios a la humanidad" (Nuevos ensayos, vol. III, op.cit., p.438).
----------Hago notar que es verdad que uno podría decir que esta divinización del hombre concierne sólo a Cristo. Sin embargo, se podría rebatir diciendo que si sólo Cristo llega a la plenitud de la humanidad deviniendo Dios, entonces todos los demás hombres son medio hombres y hombres frustrados, porque no llegan a la plenitud de la naturaleza humana, y he aquí entonces que es necesario preguntarse qué tipo de "salvación" nos haya proporcionado Cristo y en qué sentido Cristo sería modelo para el hombre. Un modelo podrá no ser realizado perfectamente, pero no es modelo si de algún modo no viene realizado. Si el devenir Dios es el modelo del hombre, para realizar el modelo será necesario devenir Dios.
----------Pero si Cristo es el único hombre en haber devenido Dios, entonces Cristo no puede ser modelo para el hombre. Cristo puede serlo si todo hombre puede devenir Dios. Y esta fue precisamente una herejía de los primeros siglos, de los así llamados "isocristos" (iguales a Cristo). Meister Eckhart no estuvo de ella del todo exento. Ellos no se equivocaban al sostener que todo hombre debe y puede proponerse a Cristo como modelo. Su equivocación era la convicción de que en Cristo el hombre pueda devenir Dios.
----------En realidad para Rahner, como ya hemos visto por nuestro análisis de su antropología en anteriores artículos, es el hombre como tal, por definición, el que está constitutivamente, aprióricamente, y originariamente en gracia, tanto como para tener como "horizonte" de su "auto-trascendencia" nada menos que a Dios mismo. Se puede decir que para Rahner no todos llegan a ser Dios y que solo Cristo lo ha logrado, pero en virtud de la naturaleza humana, todo hombre tendría la posibilidad y el derecho.
----------Por otra parte, es necesario objetar diciendo que la Filiación divina de Cristo no es el vértice de una auto-comunicación, que casi partiendo de cero, similar a una columna de mercurio en un termómetro, llega al máximo en Cristo sin solución de continuidad.
----------Esto parece insinuado en el pasaje siguiente: "La unión hipostática es [...] un momento intrínseco del conferimiento complexivo de la gracia a la creatura espiritual, [...] cuando llega a su cumplimiento" (Curso Fundamental, p.230). Es necesario decir, en cambio, que la gracia es una participación de la vida divina: por más que ella pueda aumentar sigue siendo siempre una participación. Es cierto que se habla, para Cristo, de gracia increada; pero ella no es la unión hipostática; es en cambio la infinitud de gracia que él posee en virtud de sus méritos infinitos. La unión hipostática no es una gracia, sino que es el efecto de la asunción de la naturaleza humana de Cristo en la unidad de la Persona del Verbo. El acto del asumir ciertamente ha implicado que la humanidad de Cristo estuviera plena de gracia, pero siempre en cuanto participación de la vida divina. Pero en sí mismo ese acto del asumir no ha sido un don de gracia, sino un acto de la voluntad divina del Padre hacia la naturaleza humana del Hijo, acto con el cual Dios ha unido las dos naturalezas.
----------El hombre no deviene Dios por grados, tal como para la sensación de frío, gracias a un sistema de calefacción, gradualmente se pasa al calor. Entre la filiación del cristiano en gracia -ella sí, ciertamente, sujeta a grados- y la Filiación única y divina del Hijo, existe un salto infinito.
----------Ya el pagano Aristóteles había entendido que las esencias son como los números: cambian no con un pasaje gradual, como la noche que deviene día, sino con el añadido de una unidad, y por tanto existe un salto. Pasaje gradual existe sólo en lo interno de una misma esencia o de un mismo sujeto. Pero una vez más aquí se manifiesta el existencialismo de Rahner, incapaz de maniobrar con las esencias. Pero cuando se trata de distinguir la esencia humana de la divina, el asunto se pone serio.
----------No es que aumentando la gracia hasta un cierto punto aparezca el Hijo de Dios. La gracia es un don finito, mientras que Dios es infinito. Pensara lo que quisiera haber pensado Hegel, lo finito no puede devenir infinito, porque entre los dos existe un abismo infranqueable, aún cuando sea verdad que Dios se complace en hacerse partícipe al hombre donándole la gracia de Cristo.
----------Estando así las cosas, entonces no hay por qué sorprenderse ni maravillarse si advertimos que para Rahner la cristología no es otra cosa más que el cumplimiento de la antropología; pero dado que la cristología es teología, entonces la teología es el cumplimiento de la antropología: "Dado que la cristología es la unidad de la auténtica esencia de Dios y del hombre en la propia manifestación personal de Dios en su Logos eterno, en consecuencia la cristología es principio y fin de la antropología, y esta antropología en su realización radical es por toda la eternidad teología" (Curso Fundamental, op.cit., p.268. La misma afirmación se encuentra en dos lugares de Ensayos de Cristología, op.cit., p.64 y 115).
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