jueves, 21 de noviembre de 2024

El proceso al infinito en la prueba de la existencia de Dios (2/2)

La imposibilidad del retroceso al infinito para demostrar la existencia de Dios aparece clara si nosotros damos por sentada la referencia al ser, es decir a la realidad, o sea, al hecho que tomamos como punto de partida el ente contingente. Sin embargo, es necesario ser prudentes en el uso de la categoría del infinito y de la distancia, porque de por sí se trata de conceptos de las matemáticas, por lo cual, si no nos referimos al ser contingente y necesario, corremos el riesgo de quedarnos solo en el plano de la imaginación. [En la imagen: fotografía del anillo sur de Nébula, lograda por el telescopio Webb, de la NASA].

Deténganse y reconozcan que yo soy Dios (Sal 46,11)
   
----------La causa en el sentido fuerte y absoluto del término "causa", verdaderamente causa, no puede ser una causa causada, que remite a una causa anterior, que la ha causado, sino que es una causa que es sólo y totalmente causa, bastante a sí misma. Esta es la causa primera, en la cual debe detenerse el retroceso de las causas. Y es éste el motivo por el cual no es posible una regresión al infinito. Esta causa no puede ser otra que la causa del ser, ella misma Ser subsistente. Y ésta es Dios.
----------Es necesario por tanto distinguir, una retrocesión al infinito de una sucesión de agentes independientes los unos de los otros y accidentalmente coligados los unos a los otros en su existencia y acción, por una retrocesión de causas ontológicamente supra-ordenadas conectadas por una relación de necesidad.
----------En el primer caso la retrocesión o proceso al infinito es posible; en cambio en el segundo caso es imposible, pues hay que detenerse en una primera causa creadora, es decir productora no solo del devenir, sino también del ser del efecto, o en un primer motor inmóvil, que mueve el sucederse de los efectos.
----------Mientras en el primer caso de la retrocesión o proceso al infinito no es necesario que la causa actúe en el presente, sino que ella puede haber actuado en el pasado, pertenecer al pasado y ya no existir, como por ejemplo las generaciones que nos han engendrado y precedido, en cambio, en el segundo caso el efecto presente no existiría en el presente, si en el presente no existiera y operase activamente su causa suficiente en el causar no solo su acción y su devenir, sino su propia existencia.
----------He aquí el sentido del famoso ananke stenai, hay que detenerse, de Aristóteles: es como el borde de un barranco, cruzando el cual la razón precipita en el abismo de la nada. Si no existe la causa primera, es decir el motor inmóvil, todo pierde sentido y se apaga la sed de saber y de verdad.
----------Es interesante la correspondencia aquí entre Aristóteles y la Escritura: también ella nos invita a detenernos allí donde solo podemos encontrar nuestra tranquilidad, nuestra paz y nuestra patria, donde podemos construir sobre un sólido fundamento. El voto de estabilidad propio de la tradición monástica representa eficazmente esta necesidad del alma de detenerse allí donde todo encuentra su razón de ser, su impulso vital, su voluntad de vivir, de saber, de amar.
----------Notamos, entre otras cosas, que admitir una causa primera inmutable, inmóvil y no movida, no quiere decir en absoluto impedir, prohibir, parar o bloquear con ciego dogmatismo, como algunos parecen creer, el camino o progreso indefinido de la ciencia, que siempre está haciendo nuevos descubrimientos, que siempre se está enriqueciendo de nuevos conocimientos. La ciencia debe estar firme sobre los principios; pero es precisamente esta firmeza que le permite y le garantiza la fuerza y el impulso que la empujan a siempre nuevas conquistas, así como la solidez de la plataforma de lanzamiento que permite a la nave espacial emprender el vuelo y lanzarse a la conquista de espacios infinitos.
----------No se trata de sostener no se sabría qué inmovilismo o de bloquear el camino de la ciencia, todo lo contrario: la causa primera y fin último son los resortes del progreso, a fin de que el progreso no sea un vacuo e inconcluyente girar sobre sí mismo. El primer motor da a la ciencia su dinamismo y su razón de ser, le permite corregir los errores y la empuja sin descanso y con confianza hacia las más arduas conquistas, porque ella sabe que no se mueve en el vacío o en vano como en el esfuerzo de Sisifo. Firmeza, ciertamente en las certezas fundamentales; pero precisamente por este insaciable y fructuoso anhelo hacia las cimas y las profundidades.
----------Muchos no se dan cuenta de lo necios que son al burlarse del famoso motor inmóvil (kinún akíneton) de Aristóteles, porque con el término "motor" piensan en el motor de las motocicletas y con el término "inmóvil" piensan en la inmovilidad de la piedra o del cadáver, dando prueba de entender la metafísica como yo entiendo el idioma chino. En lugar de enseñar en cátedras universitarias de filosofía harían bien en dirigir una tienda de ciclomotores o una empresa de pompas fúnebres, así como yo renuncio a enseñar la lengua china. Pero, aparte de estas bromas, que sin embargo son oportunas, hablemos ahora seriamente.
----------La serie de las causas precedentes debe tener un término y es necesario poner una causa primera no en el caso de una serie de causas que ya han actuado en el pasado. En tal caso, de hecho, podríamos, en línea de principio, retroceder en el tiempo al infinito porque el coligamiento entre las causas no sería necesaria sino accidental. El problema que nos planteamos ahora, en efecto, es justificar, fundar, motivar o explicar de modo suficiente no tanto el ser devenido del efecto, cuando ante todo su actual existencia.
----------Ahora bien, para resolver nuestro problema, no podemos recurrir a causas pasadas que ya han actuado y que ahora ya no actúan más, sino que debemos encontrar una causa en acto ahora, ya que el efecto existe ahora. Y no basta con que esta causa esté presente y activa, sino que esta causa debe ser suficiente, es decir explicar el efecto en su totalidad y en su existencia.
----------Para negar esta causa, deberíamos negar la existencia del efecto que está ante nuestros ojos, lo cual es evidentemente absurdo. ¿Por qué no limitarnos a una causa? Ella es causa del devenir, del movimiento, del nacer, del surgir, del actuar, del mutar del efecto; pero no de su ser.
----------¿Qué características debe tener? Debe ser una causa primera, es decir, una causa que detenga el proceso al infinito de las causas pasadas, una causa que dé inicio a la serie, la causa de todas las causas. ¿Por qué? ¿Cómo? Porque debe ser una causa totalmente y solamente causa, la causa incausada, absoluta e infinita, causa eficiente, productiva y creadora de las cosas finitas y contingentes, a ella relativas, ente supremo en la escala de los entes, causa final de su actuar, que está en el origen de la serie de los causados, serie que puede ser infinita en el tiempo pasado de agentes que han causado y ya no son, pero no de agentes causantes ahora en acto, agentes que necesitan ser sostenidos y mantenidos en el ser por un primer ente fundado sobre sí mismo, cuya esencia coincide con su existencia, ser absoluto e infinito, Dios.
----------Una cosa, sin embargo, es que una causa produzca por su esencia ese determinado efecto, por lo cual aquí la conexión causa-efecto es necesaria. Y otra cosa distinta es que muchas causas se sucedan para producir un determinado efecto. Santo Tomás de Aquino (en la Summa Theologiae, I, q.46, a.2) afirma que es necesario que el hierro moldeado por el herrero sea plasmado por el martillo. Pero que este hierro venga moldeado por el herrero que usa sucesivamente un martillo y otro martillo y luego otro martillo, es cosa accidental, por el simple hecho de que uno se rompe y debe ser sustituido por otro.
----------Pero no existe ningún nexo causal necesario entre un martillo y el subsiguiente: lo importante es que funcionen, es decir que hagan lo que el herrero quiere. Es en la estructura de la operación del herrero que encontramos un nexo lógico necesario entre causa y efecto, porque está claro que si falta en el herrero la intención o le falta el martillo o le falta el yunque, el hierro no viene plasmado.
----------Es necesario por lo tanto absolutamente una causa primera (el herrero) para que el hierro sea plasmado, pero en línea de pura posibilidad metafísica no es necesario un primer martillo en la sucesión temporal de los martillos que uno después del otro se rompe, aunque de hecho el primer martillo haya estado.
----------Por eso, en línea de principio, observa santo Tomás, los martillos podrían ser infinitos, pero no puede ser infinita la serie de causas supra-ordenadas para obtener la plasmación del hierro. Aquí es necesario una causa principal, que es el herrero que usa el martillo, no importa cuál y no importa cuántos.
----------Similarmente, observa santo Tomás, abordando la cuestión de si el mundo podría existir desde siempre, en un infinito sucederse de causas, dice que de por sí se podría retroceder en el tiempo hasta el infinito, dado que Dios es eterno y que el crear es un acto eterno no necesariamente en el tiempo, aun cuando sabemos por la revelación que de hecho el tiempo pasado ha tenido un inicio. Tomás observa que en cambio donde no se puede ir al infinito es en las causas supra-ordenadas, es decir aquellas que explican el existir actual del mundo, porque de otro modo deberíamos decir que el mundo no existe estando privado de causa suficiente.
----------En las famosas cinco vías para demostrar la existencia de Dios, santo Tomás afirma de varios modos la imposibilidad de la utilización del proceso al infinito. Elijo lo que dice en la primera vía:
----------"Todo lo que es movido debe ser movido por otro. Si, pues, aquello por lo cual es movido, es movido a su vez, se necesita que también éste sea movido. Pero aquí no se puede proceder al infinito", es decir no pueden darse infinitos motores movidos, "porque así no habría ningún motor primero y por consiguiente ningún otro motor, porque los motores segundos no se mueven sino porque son movidos por el primer motor, así como tampoco el bastón no se mueve sino porque es movido por la mano. Por tanto es necesario llegar a un primer motor, que no sea movido por ninguno y todos entienden que esto es Dios" (Sum.Theol., I, q.2., a.2).
----------Podríamos decir también de esta manera: no se puede proceder al infinito porque siempre estaríamos en un plano de causalidad, que no explica suficientemente. El problema no está resuelto sino aplazado o pospuesto y vuelto a proponer sin ser resuelto. La causa suficientemente explicativa y satisfactoria debe ser una causa en la cual detenerse y no una causa que nos obligue a volver a plantearnos la misma pregunta. Si no, estaríamos en el punto de partida, y tal caso el pensamiento no avanza, no llega a conclusión; el proceso racional no llega a término, está bloqueado y frustrado.
----------El razonamiento por inducción, como en este caso, está hecho de modo de tal que tiene razón para detenerse o sea para terminar solo al cumplimiento natural de su ciclo, solo cuando ha cumplido su camino, no antes. Detenerlo antes es una ofensa a la razón. Sería como si elimináramos a un hombre antes de que llegue a la edad adulta, o como un tren hacia Luján que, partiendo de Buenos Aires, se detuviera en General Rodríguez.
----------Es necesario ciertamente detenerse, pero cuando se ha llegado y no antes. Quien en la explicación de las causas se detiene al nivel de las causas físicas, campo del devenir, de la generación y de la corrupción, y no asciende al nivel metafísico del ser, no recaba de la razón todo aquello de lo cual ella es capaz y para lo cual está hecha y que ella misma desea: se priva de todo el contenido del cual ella es capaz.
----------Quien se detiene en las causas físicas es comparable a un sediento que bebiera a medias, vale decir, sin haberse saciado; es el empirista sensual, el cual, que está inmerso en los placeres carnales, y no sabe lo que pierde, perdiendo las alegrías de la espiritualidad.
   
Un texto del padre Tomas Tyn
   
----------Reporto aquí un pasaje de una conferencia del Siervo de Dios padre Tomas Tyn, que puede ayudarnos a entender por qué es imposible el proceso (mejor dicho, el regreso o la regresión) al infinito de las causas accidentalmente coligadas entre sí en la sucesión temporal pasada. El padre Tomas habla de varias "etapas" de la demostración racional de la existencia de Dios. El pasaje pertenece a la conferencia "La existencia de Dios", del 13 de noviembre de 1986, en el Instituto Tincani de Bologna. Dice:
----------"El segundo momento de la segunda etapa es lo que yo llamo el principio de freno. Porque en un momento dado esta serie causal parece ser infinita. Entonces Dios no estaría allí en este punto. Porque se pasaría de causa a causa y así al infinito".
----------Estamos frecuentemente inclinados a creer que la serie de causas sucesivas sea infinita, porque nos detenemos en el concepto de causa causada. Para demostrar que existe una causa primera incausada, por lo cual la serie termina o comienza con ella, no se trata tanto de imaginar una serie infinita de causas sucesivas para afirmar después que ella es imposible. Se trata, en cambio, de estar y permanecer en el plano de los hechos y de la realidad y de aplicar seriamente el principio de causalidad en toda su potencia y consecuencialidad cognitiva sin descuentos, sin retaceos, y sin reservas para así poner en práctica en plenitud el funcionamiento de la razón sin frustrarla o bloqueándola a mitad del camino. Esto es, se trata de entender que un ente contingente sería contradictorio si no fuera causado por un ente necesario. La demostración está toda aquí, sin que sea necesario imaginar procesos al infinito para luego excluirlos. Es el razonamiento simple y correcto por analogía que nos propone la Biblia (Sab 13,5; Rm 1,20): si existe la obra, existe el artífice.
----------"Así que la serie numérica es una serie potencialmente infinita. No existe un supremo número. Para cada número dado, si uno tuviera paciencia y uno viviera para siempre, se podría calculando añadir siempre otro número. Por lo tanto, si la serie causal fuera infinita, fuera indefinida, no se llegaría a Dios".
----------Uno podría decir: tú partes de la necesidad de que exista Dios. Pero es precisamente eso lo que tienes que demostrar. Veamos cómo responde el padre Tomas a esta objeción. El santo teólogo dominico quiere decir que si no hubiera Dios, el mundo no debería existir, porque carece de una causa suficiente. Ahora bien, como el mundo existe, entonces Dios existe.
----------Sigue diciendo el padre Tomas Tyn: "Por consiguiente, hay que pensar que la serie causal, en lugar de ser potencialmente infinita, es en cambio finita. Es decir, hay un primero, del cual depende cualquier otra causa. Hay un primer incausado, del cual depende toda otra causa. ¿Cómo se demuestra esto? Es muy simple. No se demuestra. ¿Por qué? Se explica solamente. Porque es evidente. En cuanto no es más que un corolario, por así decirlo, del mismo principio de causalidad.
----------Si ustedes lo desean, yo puedo ponerlo en estos términos. No es una cosa exacta, pero ustedes también saben que en metafísica es necesario balancearse un poco usando un lenguaje a veces demasiado humano. Entonces, podríamos decir así: que una distancia infinita no es transitable en tiempo finito. Por lo tanto, no es posible pensar en una causa infinitamente distante. La causa primera estaría infinitamente distante. Esto quiere decir que el efecto de esa causa infinitamente distante nunca llegaría al efecto. Es decir, la acción de esa causa nunca llegaría a su destino".
----------Se podría decir también que el problema de la causa, si ésta es solo una causa causada, no está resuelto, sino que se repropone. Si, por lo tanto, queremos verdaderamente resolver la cuestión de la causa, es necesario, como dice Aristóteles, detenerse y admitir una causa no causada.
----------Sigue diciendo el santo teólogo dominico: "Es como un tren que partiera del infinito, nunca llegaría a ninguna estación. Como me temo que ahora sucederá durante las huelgas. De todos modos, en definitiva, el tren que parte del infinito no llega, no llega nunca. Porque la distancia infinita no es transitable. Infinitum non est pertransire, decían los Antiguos muy correctamente".
----------Hacemos la observación, sin embargo, que no se trata de recorrer una distancia infinita, sino de actuar una sucesión infinita de causas. Santo Tomás no excluye tal posibilidad en sentido absoluto, si se trata de una sucesión accidental o casual. Como hemos visto, propone el ejemplo del sucederse casual o aleatorio de martillos del herrero. Lo que es imposible es una sucesión infinita de causas supraordenadas.
----------Sigue diciendo el padre Tomas Tyn: "Por consiguiente, de algún modo el número de causas dependientes la una de la otra debe ser siempre finito y en el vértice de la serie causal. Esta es la tercera etapa. Es el punto de llegada. En el vértice de la serie causal nosotros encontramos una causa, que es sólo causa y de ninguna manera efecto, es sólo dadora de ser, porque es ser por esencia, es actus purus essendi, como dice santo Tomás, o sea, es aquello que todos llaman Dios".
----------La imposibilidad del retroceso al infinito para demostrar la existencia de Dios aparece clara si nosotros damos por sentada la referencia al ser, es decir a la realidad, es decir al hecho que tomamos como punto de partida el ente contingente. Sin embargo, es necesario ser prudentes en el uso de la categoría del infinito y de la distancia, porque de por sí se trata de conceptos de las matemáticas, por lo cual, si no nos referimos al ser contingente y necesario, corremos el riesgo de quedarnos solo en el plano de la imaginación.
----------"Vean cómo santo Tomás muy oportunamente, dado que se trata de conocer la existencia de Dios y no su esencia, dice que sin embargo, para conocer la existencia de Dios es necesario tener una cierta noción de lo que es Dios. Sin embargo, tratándose de sola existencia y no de esencia, basta con saber y tener solo la definición nominal. Es decir, basta tener una propiedad de Dios, sobre la cual todos están de acuerdo que es Dios, o mejor dicho que le corresponde a Dios. Ahora bien, acerca de la propiedad de ser solo causa y en ningún modo efecto, todos, incluso los ateos, están de acuerdo en que es una propiedad que conviene a lo que se llama Dios. La idea del absoluto es común a todos. Se trata de ver cuál es el verdadero absoluto."

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