miércoles, 27 de noviembre de 2024

Concepto del ser en Santo Tomás y en Heidegger (2/2)

Dado que este Dios "divino", como lo llama Heidegger, que no es el ipsum Esse subsistens de santo Tomás de Aquino, de nuestro Señor Jesucristo y de Moisés, no es el Dios ente supremo, causa primera, creador del mundo y del hombre, ¿qué Dios es? Ciertamente no es el verdadero Dios. Pero entonces, ¿quién es? ¿El hombre? ¿El dios de este mundo? ¿El demonio? [En la imagen: un paisaje de Tupungato, Valle de Uco, Mendoza].

Distinciones tomistas
   
----------El ser puede ser sustancial o accidental. El ser es "la actualidad de la sustancia o de la esencia" (Summa Theologiae, I, q.54, a.1); "digo que el ser sustancial no es un accidente, sino la actualidad de cualquier forma subsistente (existentis)" (Quodlibetum XII, q.5, a.5).
----------El ser puede ser material o espiritual. "Lo que es primariamente material es la materia prima y lo que es primariamente formal es el ser" (In II Sent., D.1.q.1, a.1); "no hay nada más formal y simple que el ser" (Contra Gentes, I, c.23); "el mismo ser es el complemento de la sustancia subsistente (existentis); "toda cosa en efecto está en acto por el hecho que tiene el ser" (Contra Gentes, II, c.53); "las perfecciones de todas las cosas conciernen a la perfección del ser. En tanto en efecto algo es perfecto en cuanto tiene el ser" (Sum. Theol., I, q.4, a.2); "el mismo ser es lo que hay de más perfecto en todas las cosas: se refiere en efecto a todas las cosas como a su acto; por lo cual el mismo ser es la actualidad de todas las cosas y también de las mismas formas. Por lo cual no es comparado a ellas como el receptor a lo recibido, sino más bien como lo recibido al receptor; cuando digo, en efecto, el ser del hombre o del caballo, el mismo ser es considerado como formal y recibido, no en cambio como aquello a lo cual corresponde el ser" (Ibid., a.1, ad 3m); "el ser es más íntimo a cualquier cosa que aquello por lo cual ella está determinada, por lo cual, permanece aunque esas cosas son eliminadas" (In II Sent., D.1, q.1, a.4). Tomás quiere decir que el ser es tan importante que puede permanecer por sí solo incluso sin una esencia o un sujeto distinto de él.
----------El ser es analógico y no unívoco. Al analogado supremo corresponden los analogados inferiores. O sea, como dice Aristóteles, "se dice de muchos modos". El concepto del ser es poli-sentido, tiene muchos significados similares o diferentes entre ellos, sin caer con ello en el equívoco, porque tal polisemia se produce según una proporcionalidad, por la cual todos los significados están coordinados y convergen hacia uno solo, que es uno imperfectamente, que es precisamente el concepto del ser como acto del ente. Uno en sentido absoluto es sólo el uno de número y un singular ente y sobre todo Dios el supremo ente (monoteísmo), como dice el Concilio Vaticano I: "una singularis substantia".
----------El "ser es acto del subsistente" (In I Sent., D.8. expos. Textus); "de otro modo se dice que es el mismo acto de la esencia, así como vivir es el ser para los vivientes, es acto del alma; no es acto segundo, sino que es acto primero" (In I Sent., D.33, q.1, a.1, ad 2m). El ser "no dice acto que sea una operación transitiva hacia algo extrínseco a producir en el tiempo, sino que es acto casi primero" (De veritate, q.23, a.4, ad 7m). Acto primero es el mismo ser como acto; acto segundo es la acción.
----------El ser como tal prescinde de toda determinación. Pero no prescinde del todo como el género respecto a las diferencias, porque también las determinaciones entran en el horizonte del ser. El ser sin embargo tan abstracto aparece como algo vacío y por eso Hegel lo ha identificado con la nada. Pero ha sido un error grave que conduce al nihilismo.
----------En efecto, es necesario distinguir lo abstracto de aquello de lo cual se abstrae. Lo abstracto tiene un propio significado y contenido inteligible, que no se vacía por el hecho de prescindir de los inferiores. Todos saben lo que significa "ser" por mucho que la mente permanezca en una cierta confusión o desconcierto, por no decir consternación. Y por otra parte, la distinción-oposición entre el ser y la nada es universalmente intuitiva, certísima e irrefutable. Pero el ser en su abstracción se asemeja al maná en el desierto, que al pueblo le parecía insípido, de modo que le hacía desear la carne, las sandías y las cebollas de Egipto.  
----------El niño sabe qué cosa es el ser porque usa el verbo ser, pero no tiene la noción explícita del ente, y esto se demuestra por el hecho de que no sabe usar la palabra "ente". Nadie le explica al niño qué cosa es el ser, pero él lo entiende por sí solo.
----------Ciertamente el niño, cuando comienza a pensar, forma el concepto del ente, que, como enseña santo Tomás, es el primero de los conceptos que formamos, espontáneamente, sin que se le explique, concepto implícito en el concepto de la quididad de la cosa material. Es el más amplio, el más vasto y universal de todos los conceptos, en el cual todos se resuelven. El niño no usa el término "ente", sino que utiliza el equivalente "cosa", noción también esta que él concibe espontáneamente y no porque le venga enseñada.
   
Algunas observaciones a la concepción heideggeriana del ser
   
----------1. Heidegger no se pregunta cuál es la causa del ser contingente porque bloquea el ser en lo finito y en lo temporal identificándolo con el ser simpliciter. Heidegger no ignora el principio de razón suficiente y el problema del fundamento, y no le falta tampoco el concepto del querer, del actuar, del hacer y del producir, dedica atención a la cuestión de la técnica y de la poesía y les dedica específicos tratados. Sin embargo, no llega a aplicar el principio de causalidad eficiente en el campo del ser. El ser, para él, no tiene necesidad de ser explicado, aunque luego lo conciba como finito y temporal.
----------2. Como le hace notar Edith Stein (Ser finito y ser eterno, Città Nuova Editrice, Roma 1988), no es capaz de concebir el ser sino como evento, acontecimiento, historia. No logra elevarse a la concepción del ser en su verdadera plenitud, es decir el ser eterno, divino, infinito, supratemporal, estable, incorruptible e inmutable, por tanto puramente espiritual, personal, libre del devenir y del tiempo, y queda, por tanto, bloqueado en una concepción sustancialmente materialista de la realidad, del hombre y del ser.
----------3. Y también está ausente en la filosofía de Heidegger la noción analógica de causa eficiente o productiva, el acto que actúa la potencia. La pregunta que Heidegger se hace sobre el ser no es la pregunta de quién ha constatado el efecto, se interroga sobre la causa. Él parte de la confrontación entre el ser y la nada y se pregunta por qué existe el ser en vez de la nada, sin darse cuenta de que la simple hipótesis de una pura nada absoluta como negación de Dios es una pura absurdidad. Sería como preguntarse por qué existe Dios en vez de no existir. Por eso no llega a comprender a Dios como causa primera. Y en consecuencia no es capaz de formarse el concepto de Dios creador de las cosas desde la nada.
----------4. La correcta pregunta metafísica no es por qué existe el ser y no más bien la nada, sino: ¿por qué existe el ente contingente? Preguntarse en efecto por qué existe el ser es como preguntarse por qué existe Dios. Imaginar una absoluta nada sin nada existente es posible solo con la fantasía, pero para quien quiere mirar a la realidad es una pura absurdidad y tontería. Es una pregunta que no tiene sentido.
----------Sensata en cambio es la pregunta: ¿por qué existe lo contingente, que de por sí podría no existir? El ser como tal no puede no ser porque implica el ser necesario. Sobre esto tenía razón Parménides. Y también tenía razón en oponer el ser a la nada. Parménides es también el descubridor del principio de identidad y no-contradicción, aunque lo haya formulado de un modo tal que no incluye la identidad del devenir, que así en su filosofía parece contradictorio.
----------5. Es cosa verdaderamente fea el olvido del ser, pero cosa aún peor es el olvido de Dios. El hombre no puede no pensar en el ser, pero puede no pensar en Dios. En tal caso, el pensar en el ser no hace más que agravar su situación fallida de "ser-para-la-muerte".
----------6. Heidegger ha hecho bien en llamar la atención sobre el ser, pero tiene del ser un concepto equivocado. Presenta sí el ser como relativo al ser humano, a lo finito, al tiempo, a la nada, a la muerte.
----------7. Heidegger no se ha dado cuenta que la metafísica de santo Tomás de Aquino tiene la perfecta percepción del primado del ser sobre el ente, por lo cual ella supera la metafísica aristotélica fijada sobre el ente. Consciente de la importancia del ser, Tomás se pregunta cuál es su causa y responde afirmando la existencia de Dios creador, un concepto de Dios que Aristóteles no podía tener porque él se limita a indagar sobre el ente y no piensa en especular sobre el ser.
----------Para indagar sobre el ser no es necesario ninguna superación de la metafísica, porque no es en absoluto cierto, como cree Heidegger, que ella esté fijada solo en el ente y no sepa elevarse al ser. La metafísica de santo Tomás de Aquino es precisamente la metafísica del ser.
----------Es cierto que Platón y Aristóteles no pensaron en valorizar el ser (einai) descubierto por Parménides, sino que se limitaron a la consideración del ente (on). Tomás pensó en valorizar el ser no porque se hubiera dado cuenta del descubrimiento de Parménides, sino porque lo había descubierto en la Escritura como Nombre divino.
----------8. Heidegger no distingue el ser por participación del ser por esencia; y por eso le falta la noción analógica del ser que comporta los grados del ser. Confunde el ser con el ser supremo. Para él no existe un más o menos ser; como para Parménides; o existe el ser absoluto o no existe nada, salvo luego para concebir el ser como esencialmente temporal y finito.
----------9. Para Heidegger no existe Dios como un ser personal, eterno, infinito, inmutable, puro espíritu, causa primera, ente supremo, fin último, creador y providente, justo y misericordioso. Y sin embargo, se jacta de saber cuál es el "Dios divino", el "sagrado" mejor que Cristo. Si Dios no es el ipsum Esse subsistens, ¿quién es Dios para Heidegger? ¿A cuál Dios nos quiere llevar Heidegger? ¿Qué Dios es el suyo? ¿Es el Padre que está en los cielos o es el dios de este mundo?
----------10. El hombre está ciertamente orientado a plantearse la pregunta sobre el ser, pero sigue siendo hombre también quien no la plantea. Es erróneo definir al hombre con la categoría del ser. El hombre no es un trascendental, sino un ente categorial, perteneciente al género sustancia viviente. El definir al hombre con método metafísico conduce a dar demasiado al hombre, por lo cual parece que el hombre sea intrascendible y que el ser dependa de él y dar demasiado poco al ser, que viene reducido a un producto del hombre o a un pensado por el hombre.
----------11. No se debe confundir el ser con el pensar y con el querer. La reducción del ser a pensamiento conduce al idealismo; la confusión del ser con el querer conduce al voluntarismo. El intelectualismo en cuanto presupuesto del saber respecto al querer es principio de libertad. El voluntarismo en cuanto forzamiento del intelecto es principio de violencia.
----------12. Es necesario además distinguir el ser en cuanto ser del ser verdadero. Es necesario distinguir el ser verdadero del verdadero ser o verdad del ser. El verdadero ser no es el de Heidegger, sino el cristiano ilustrado por santo Tomás de Aquino.
----------El ser no supone nada; lo verdadero supone la relación con el intelecto práctico o con el intelecto especulativo. No se debe confundir la noción del ente en cuanto ente con la noción de lo verdadero. La noción de lo verdadero o verdad supone la relación del pensamiento con el ser y por tanto el ser en relación al pensamiento. La verdad del ser supone el ser que aparece al sujeto, me aparece a mí. Pero yo no soy necesario para que exista el ser. El ser existe también sin mí y sin que me aparezca a mí. El ser no depende de mí, sino que soy yo más bien que dependo de ese ser que me ha creado, es decir, de Dios, el cual podría existir perfectamente también sin mí y no está obligado a aparecer ante mí.
----------13. Heidegger no acepta la concepción cristiana del ser, que implica el ser creador desde la nada. Heidegger no distingue así al ser creado del ser increado, Dios. Ahora bien, yo no soy el ser, sino que tengo el ser. No soy el ser en absoluto, sino que soy solo algo, una creatura por delante de las otras creaturas. El ser no es necesariamente el ser humano. El yo soy cartesiano es una deformación del Yo Soy bíblico. Solo Dios puede decir de sí: yo soy. Yo puedo decir sólo que existo o que soy algo que me concierne.
----------Heidegger se jacta de saber lo que es el ser mejor que Jesucristo. Para él el creacionismo bíblico es nihilismo porque entiende el provenir de las cosas desde la nada como si ellas por sí solas se dieran el ser, cosa evidentemente absurda, pero, como sabe cualquier cristiano que conoce el Catecismo, el proceder de las cosas desde la nada significa que es Dios, que, con su omnipotente acción creadora el que las saca de la nada. Entonces se salva el principio de causalidad, que quiere que el paso de la potencia al acto o de lo posible a lo actual se produzca en virtud de un ente ya en acto.
----------Pero esta ofensa al principio de causalidad aparece en la concepción heideggeriana del hombre como ser que se supera a sí mismo. Precisamente Heidegger, que tiende a subrayar tanto, incluso al exceso, la fragilidad, precariedad y finitud de las fuerzas humanas, le niega luego a la naturaleza humana los confines o límites fijados por Dios creador y concibe un superhombre, un agente dotado de tal potencia activa ontológica como para producir un efecto -la trascendencia de sí o el ultrapasar el propio límite- causado por la condición de partida que comporta un nivel ontológico inferior al del efecto producido.
----------14. Que el hombre pueda y deba trascenderse a sí mismo intencionalmente lo había dicho ya san Agustín; pero al gran Doctor de la Iglesia no se le había pasado ni siquiera por la antesala del cerebro la idea de que el hombre pudiera elevar o aumentar su propia esencia más allá de los límites asignados por Dios, como si nuestra naturaleza fuera un globo que se infla soplando dentro.
----------15. La nada de la cual habla Heidegger, que sería signo y ocultamiento del ser, podría tener un valor teológico si quisiera significar que para nuestro concepto del ser, Dios es nada de todo lo que nosotros concebimos, en la finitud de nuestra razón, como ser, sino que en realidad Dios es el ipsum Esse.
----------Pero Heidegger con su concepto de la nada no entiende en absoluto esto: la nada para él revela el ser como fenómeno, como ser-para-mí, puesto-por-mí, como proyecto y evento, como historicidad o temporalidad, como finitud, porque este es el ser de Heidegger. Heideguir no quiere ni oír hablar de Esse subsistens, ni de ser personal, eterno, infinito, inmutable, absoluto, puramente espiritual.
----------16. Heidegger no niega que Dios exista, pero, por otro lado, tampoco afirma que exista. Y ni siquiera está claro cuál es su concepto de Dios. Según Heidegger, Dios no es el ente supremo, no es el ipsum esse, no es el ser perfectísimo, no es la causa primera, no es el creador. ¿Y entonces? Por otra parte el ser de Heidegger -ser del hombre y para el hombre y vértice del hombre- ¿acaso no tiene toda la apariencia de un ídolo? ¿Y acaso puede el hombre vivir sin saber si Dios existe o no?
   
De dónde recaba Heidegger su concepto del ser
   
----------Heidegger se basa en las más diversas fuentes, excepto de aquella donde podría haber encontrado el concepto correcto del ser: santo Tomás y Aristóteles. Heidegger, en efecto, negando que la Biblia sepa lo que es el ser, y afirmando que ella vincula falsamente el ser con Dios, cree saber por experiencia mejor que la Biblia qué es el ser y poseer así un concepto más alto y más verdadero de Dios basado en su concepción del ser, concepción que él toma del ápeiron ininteligible de Anaximandro, del einai panteísta de Parménides, del devenir de Heráclito, del ser humano de Protágoras, del yo soy de Descartes, del yo pienso de Kant, del yo obro de Fichte, del ser como querer de Schelling, al ser-nada de Hegel y del ser como voluntad de poder de Nietzsche.
----------Para Heidegger la noción del ser no la formamos como consecuencia del acto del juicio de existencia de algo, juicio con el cual afirmamos el ser o el existir de algo y separamos en este juicio el ser material del ser espiritual, del que formamos la noción analógica, jerárquica y participativa del ser, que puede ser tanto material como espiritual, tanto pura forma (el nus de Anaxágoras, la idea platónica y el pneuma de san Pablo) como compuesto de materia y forma.
----------Heidegger no sabe nada ni del puro espíritu, ni de lo eterno, ni de forma, ni de materia, ni de la sustancia, ni de los accidentes, ni de analogía, ni de participación, ni de grados del ser y del saber, y pretende saber lo que es el ser mejor que Aristóteles, mejor que la Biblia, que Jesucristo y que santo Tomás.
----------Heidegger quiere hablar del ser solo con un lenguaje poético, alusivo, oracular, revelativo, metafórico, imaginario, simbólico, acallando o ignorando o malinterpretando todas las nociones propias y necesarias de acto y potencia, esencia y naturaleza, materia y forma, causa y efecto, medio y fine, ente análogo, unívoco y equívoco, ente ideal (de razón) y real, sustancia y accidentes.
----------Le queda muy poca cosa: la pregunta sobre el ser, por otra parte mal formulada a la manera de Leibniz, pregunta que se interroga el porqué de lo que ya es por qué. Queda la distinción entre lo desvelado y lo oculto, entre lo presente y lo ausente, lo abierto y lo cerrado. Ahora bien, que el ser esté presente o ausente, desvelado o velado, abierto o cerrado, conocido o desconocido, el ser es siempre el ser.
----------Notamos su confusión entre el verum y el ens ut ens, su insistir obsesivo sobre el ser y sobre el olvido del ser, sin aclarar nunca lo que entiende por "ser", la inútil distinción entre metafísica ("óntico") y ontología ("ontológico"), la sustitución del concepto por la experiencia, la aprensión en lugar del juicio, la negación del ente, la afirmación de la nada, la identificación del ser con el ser humano, el hombre como apertura al ser, lo "sagrado" de Hölderlin, el rechazo de Dios como ente supremo y causa primera, el "Dios divino" superior al Dios bíblico de Jesucristo, la distinción entre trascendental y categorial, que él por otra parte entiende en sentido idealista kantiano y no tomista.
----------Nos preguntamos: este Dios "divino", que no es el ipsum Esse subsistens de santo Tomás, de Cristo y de Moisés, no es el Dios ente supremo, causa primera, creador del mundo y del hombre, ¿qué Dios es? Ciertamente no es el verdadero Dios. Pero entonces, ¿quién es? ¿El hombre? ¿El dios de este mundo? ¿El demonio?

5 comentarios:

  1. La pregunta sobre la indeterminación y la misteriosidad del Dios de Heidegger, con la que se cierra esta hermosa contribución suya, creo que se puede definir como retórica. En efecto, el error es contradictorio por su naturaleza; carece de coherencia por su naturaleza; se revela saltando al infinito alrededor de la verdad para no rendirse a ella y descansar en ella; y por lo tanto es incapaz de producir una verdad propia que no intente escapar indefinidamente a la esencia, a la determinación y al concepto claro. Y en este caso, diría yo, el papel que juega la voluntad, o mejor dicho, la falta de una voluntad recta para ayudar al intelecto a captar la verdad, es muy importante.

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    1. Maximo: No he entendido nada de lo que ha escrito, pero una cosa tengo muy clara: el error del cual desciende la mentira para poder construir el engaño no salta alrededor de la verdad, si así fuera podría ser atraído de alguna manera... El error se retuerce a sí mismo porque cree que es la verdad. El error es autoreferente, afectado por narcisismo demencial y no espera más que cosechar víctimas para afirmarse aún más. Bueno, no soy tan imbécil como mi profesor de filosofía decía…🤣😂🤣😂😅😂🤣😂. La verdad no es un átomo alrededor del cual un núcleo saltan electrones 'errantes'....🤣😂😅 ( Para mi, mi profesor de física era un poco menos imbécil....😂🤣).

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    2. Estimada Rosa Luisa, quizás podría haber dicho que el error está por naturaleza dividido en sí mismo, y que por lo tanto falta de ser, mientras que la verdad es ser, y plenitud de ser cuando se identifica con Dios. En sí mismo el error -no hablo de la buena fe, sino de lo que tiene detrás de él la voluntad de oponerse a la verdad- no tiene nada que decir. Su acción es solo destructora. Para "ser", por así decirlo, para actuar, necesita parasitar algo real y verdadero. Por eso dije que saltaba alrededor de la verdad. Una mentira, cualquier mentira, debe apoyarse, de alguna manera y en algún grado, en algo verdadero y real para ser eficaz, para adquirir una falsa credibilidad, de lo contrario, se convertiría en un fracaso. Es el medio que se utiliza para su acción divisoria. Por lo tanto, es imposible que este divisor -aquí visto como una especie de hipostasis o personificación del error- realmente crea que él mismo es la verdad, Al menos no tomar esta afirmación en sentido metafórico o como una hipérbole referida a alguien capaz de identificarse tan plenamente con la mentira que da al mundo una falsa imagen de verdad.

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    3. Estimado Máximo,
      su juicio sobre Heidegger me ha sorprendido por su extraordinaria lucidez, que demuestra en usted no solo una notable capacidad especulativa sino también un alma profundamente buena, que se acerca con gran espíritu de comprensión pero también con franqueza, a un alma profunda pero también atormentada, como la de Heidegger, que durante toda su vida se ha mostrado indecisa, que suscita en quien lo lee una sensación de impaciencia e incluso de indignación.
      Sin embargo, no podemos dejar de admirar en Heidegger a un hombre que se tomó en serio durante toda su vida los mayores problemas de la vida y de la existencia: el problema del ser, el del valor, el de la verdad, el del bien y del mal, el de la libertad, el de la dignidad y de la fragilidad humana, el de la muerte, el del cristianismo y el de Dios.

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    4. Estimada Rosa Luisa,
      le diré que también yo tengo la impresión de que Heidegger es un impostor y un narcisista, que quiere de alguna manera burlarse de nosotros. Sin embargo yo que lo conozco desde hace casi cincuenta años podría decir que mi impresión es de ser alguien que se atormenta a sí mismo, antes de atormentar a los demás.
      Todo lo que Heidegger tiene de bueno es el hecho de suscitar el problema metafísico del ser, conectándolo con el del destino humano y también con el problema de Dios.
      Lo que molesta al lector es el hecho de que él, después de habernos guiado por un largo y fatigoso camino hacia el descubrimiento de Dios, cuando nos parece que hemos llegado, desmiente todo y dice que estamos en la nada. Entonces se caen nuestros brazos. Sin embargo, no se puede negar que él siente el problema de Dios de una manera muy fuerte.

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