domingo, 20 de julio de 2025

La lucha contra el tentador (7/7)

En el pequeño ensayo de demonología que estamos desarrollando, finalizamos el capítulo dedicado a la lucha contra el tentador, analizando las ayudas sobrenaturales, verdaderamente numerosas para esta batalla: la Palabra de Dios y el poder del Espíritu, Jesús crucificado y resucitado, la Virgen María, y San Miguel Arcángel. [En la imagen: fragmento de "El Arcángel San Miguel y los ángeles rebeldes", óleo sobre lienzo, pintado en 1666, obra de Luca Giordano, conservado y expuesto en el Kunsthistorisches Museum, Viena, Austria].

Las ayudas sobrenaturales contra el tentador son numerosas
   
----------Los auxilios sobrenaturales son los únicos subsidios que resultan de verdad resolutivos. Ciertamente, son utilísimas las virtudes naturales -intelectuales y morales-, y en este ámbito es de gran provecho poseer una gran prudencia y una gran habilidad lógica para desenmascarar los sofismas y los engaños de Satanás; es muy útil la fuerza de voluntad para no ceder a sus ataques y a sus seducciones. Pero de nada servirían estas fuerzas sin el auxilio de la gracia divina, porque el poder de Satanás, en cuanto propio de una naturaleza angélica, es bastante superior al de la naturaleza humana.
----------Además, es necesario tener presente que nuestra naturaleza está inclinada al mal a consecuencia del pecado original. Esta "predisposición" al mal nos hace particularmente propensos a someternos al juego de Satanás, tanto que a veces tal sometimiento puede volverse tan atractivo como para darnos la impresión de ser irresistible, sobre todo si se ha cedido mucho al pecado y al vicio.
----------Muy sutil e insidiosa es la tentación de pertenecer solamente a este mundo, sin desear un "más allá", y por consiguiente la tentación de adorar al "dios de este mundo" (que no es otro que Satanás), en lugar de al verdadero Dios, cuyo reino "no es de este mundo".
----------Sin la gracia de Cristo es imposible desligarse totalmente del encanto y la fascinación de "este" mundo y aspirar, con valiente perseverancia, a "las cosas de arriba". Lo cual es como decir que es imposible liberarse totalmente de la servidumbre del demonio, fascinante y trágica al mismo tiempo.
   
1. La Palabra de Dios y el poder del Espíritu
   
----------La ayuda principal y decisiva para vencer y alejar a Satanás es, como hemos visto, la potencia de la Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo.
----------Para poder pronunciar esta palabra, sin embargo, no basta un simple acto del intelecto, no basta la fe, no basta tampoco un ejercicio puramente humano y deliberado de las virtudes teologales: se requiere una caridad que sea infundida por el mismo Espíritu mediante el don de la sabiduría. Se requiere, en suma, ser verdaderamente enamorados de Dios que se dejan guiar por su Espíritu.
----------Se requiere poseer el don del Espíritu Santo y sus carismas, los carismas ordinarios y necesarios (santificantes y ministeriales) y, a veces, si Dios lo quiere, por necesidades excepcionales, también ciertos carismas extraordinarios.
   
2. Jesús crucificado y resucitado
   
----------¿Quién es el que dona el Espíritu Santo? Nuestro Señor Jesucristo crucificado y resucitado. He aquí entonces la importancia determinante de vivir en unión con Jesús crucificado, gustando ya desde la vida presente las "primicias" de la resurrección mediante una vida pura, penitente, mortificada, llena de fervor en las obras de la caridad y de la misericordia.
----------Por lo tanto: la potencia del Espíritu y la del Crucificado.
----------Quien está unido a Jesús crucificado posee la potencia del Espíritu y es invencible.
   
3. La Virgen María
   
----------La femineidad, según la Revelación, tiene una parte importantísima en la historia de la salvación, tanto en el bien como en el mal. La mujer que cede a Satanás es para el hombre vía de perdición; la mujer "enemiga" de Satanás (cf. Gn 3,15) es "ianua coeli", es decir, vía de salvación y santificación.
----------El relato de la caída de nuestros progenitores, que encontramos en el Génesis, es muy instructivo para la lucha contra el tentador, aunque sea el relato de una derrota. Pero del examen atento de las causas de una derrota se pueden sacar, aunque sea indirectamente, útiles enseñanzas para vencer en una ocasión subsecuente, teniendo en consideración lo que se habría debido hacer y no se hizo, y evidenciando las astucias y las insidias que han permitido al enemigo tener la mejor parte.
----------El relato de la Anunciación, por el contrario, nos enseña cómo una mujer -María- ha sabido reparar la caída de Eva, haciéndose instrumento de salvación para todo el género humano.
----------María Santísima nos es de ayuda en la lucha contra el tentador, en cuanto que ella, con su conducta respecto al demonio, ha restituido a la femineidad la función de "ayuda" para la santificación del hombre (cf. Gn 2,18), función que correspondía al plan originario de la creación.
----------María puede desempeñar esta función gracias a la Redención de Cristo; sin embargo, su rol de mujer, aunque totalmente fundado sobre la gracia de Cristo, posee una especial autonomía respecto a la masculinidad de la naturaleza humana asumida por el Verbo. La función espiritual y carismática de la masculinidad, en el plan de la salvación, es diversa de la de la femineidad: se completan recíprocamente. La mujer encuentra un modelo específico suyo en María; el hombre, en Cristo sacerdote.
----------Es interesante notar cómo María ha remediado los daños de Eva, por así decirlo, "en todo el frente", punto por punto: palmo a palmo la Virgen nos devuelve el terreno que Eva pecadora se había dejado quitar cediendo al demonio.
----------Es oportuno, entonces, instaurar un paralelo entre la caída de Eva y el triunfo de María que nos viene presentado en el episodio de la Anunciación. Expondremos una serie de puntos.
----------1. Ante todo se puede notar que mientras Eva cree en las palabras de la "serpiente" (es decir, del diablo), María, opuestamente, cree en las palabras del ángel Gabriel.
----------2. Eva es atraída por la prospectiva de "llegar a ser como Dios, conociendo el bien y el mal" (cf. Gn 3,5): es decir, se siente atraída por la idea de vivir su propia libertad no como obediencia a la ley divina, sino como poder absoluto e independiente (como el de Dios) de determinar lo que es bueno y lo que es malo.
----------Por el contrario, María recibe una revelación del cielo sobre la pureza de su vida: "Te saludo, oh llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1,28). Ella, sin embargo, en vez de ensoberbecerse, se turba y se confunde, preguntándose el sentido de tal saludo (cf. Lc 1,29): son palabras misteriosas para ella; se siente invadida por un temor reverencial y le cuesta creer que puedan referirse a ella, tan humilde y pobre se siente. María acoge las palabras que le llegan y desea ser iluminada: ¿qué sentido tienen estas palabras? María cree, pero al mismo tiempo desea profundizar en la verdad de lo que cree.
----------Eva no busca la verdad, porque es soberbia. María es humilde y amante de la verdad. Quien es como Eva, permanece derrotado; quien imita a María, vence. La mujer que es como Eva es causa de perdición; la que es como María, es principio de salvación.
----------3. Eva, seducida por Satanás, dirige la mirada hacia los atractivos terrenales ("el árbol agradable a los ojos", Gn 3,6) y los placeres materiales (el árbol "bueno para comer", Gn 3,6), como si dijéramos hacia la "civilización del consumo" en los términos usados hoy. María, en cambio, atenta a las explicaciones del ángel, es atraída por la perspectiva noble y generosa de la maternidad, en la cual llega a plenitud la vocación de la mujer y su misión en beneficio de la humanidad.
----------4. Eva está ya vencida y las consecuencias se hacen sentir. Habiéndose hecho esclava de Satanás, produce frutos de muerte ofreciendo a Adán el fruto envenenado (cf. Gn 3,6); María, obediente al ángel, pone las condiciones para la victoria realizando la profecía genesíaca de la mujer "enemiga de la serpiente", aquella mujer cuya descendencia le aplastaría la cabeza (cf. Gn 3,15). María funda la civilización del amor.
----------En Eva, es vencida por Satanás aquella humanidad que se deja atraer por el egoísmo y por la codicia de los bienes terrenos: esta humanidad envenenada difunde a su alrededor el veneno y la muerte. En María, por el contrario, vence al demonio la humanidad que se deja iluminar por Dios, y aspirando a los bienes celestes, difunde a su alrededor la vida y la salvación.
----------5. El hombre que escucha a Satanás y se deja embaucar por sus promesas mentirosas de grandeza pierde su propia dignidad, encontrándose "desnudo" (Gn 3,7) y prisionero del "miedo" (Gn 3,10), terminando por querer "esconderse" de la vista de Aquel -es decir, de Dios- en quien, por el contrario, debería depositar la máxima confianza; la mirada de este hombre, distorsionada por el pecado, ya no ve a Dios como un Padre, sino como un tirano (cf. Gn 3,10).
----------El hombre que, como María, escucha al mensajero de Dios, experimenta el misterio de su luz y de su poder y, entregándose totalmente a su voluntad, alcanza una dignidad casi infinita en la participación misma de la vida del Dios trinitario. Al acoger el "fruto del vientre" de la Virgen, el hombre, como Abraham, se convierte en padre de una multitud de pueblos.
   
4) San Miguel Arcángel
   
----------El principio fundamental de la victoria sobre Satanás es la Cruz de Cristo por el poder del Espíritu y la intercesión de la Virgen; pero la fuerza que se aplica inmediatamente, el poder -por así decirlo- ejecutivo de Cristo y de su Santísima Madre es, al igual que Satanás, una criatura angélica: es, según la Tradición cristiana, el jefe de todos los ángeles santos y fieles a Dios: san Miguel Arcángel.
----------El culto hacia esta criatura angélica, santa y sublime, es antiquísimo, común a la Iglesia Occidental y a la Oriental. Dicho culto ha sufrido recientemente un notable declive precisamente en coincidencia -no es casualidad- con la disminución de la importancia otorgada a la lucha contra el demonio. Pero esto no contribuye en absoluto al verdadero progreso, ni en el ámbito eclesial ni en el de la vida interior de las almas individuales.
----------En nuestra arquidiócesis de Mendoza existen varias Parroquias y Capillas que tienen a san Miguel Arcángel como primer o segundo patrono, y esto es ciertamente valioso y aprovechable en la pastoral, pero no estoy seguro que en todas estas comunidades la devoción a san Miguel esté viva y presente en su verdadero sentido, que supone una clara conciencia de nuestro pecado y de sus consecuencias.
----------Durante todo su pontificado, el papa Francisco mostró una gran devoción al arcángel san Miguel. El 5 de julio de 2013, apenas cuatro meses después de su elección, Francisco consagró el Estado Vaticano al arcángel Miguel, llamándolo el "campeón de la primacía de Dios" y destacó su papel en la lucha por restablecer la justicia divina. Francisco dijo que rezaba cada día a san Miguel, pidiéndole protección contra las seducciones del demonio y ayuda en el combate espiritual.
----------En varias ocasiones, como en la fiesta del 29 de septiembre, el papa Francisco ha exhortado a los fieles a encomendarse a Miguel, Gabriel y Rafael. Ha explicado que Miguel es quien "hace la guerra al diablo", ayudándonos a resistir sus engaños y acusaciones. Recordemos además que san Miguel es también el patrono del cuerpo de seguridad del Vaticano, y el papa Francisco ha pedido que sigan su ejemplo de fidelidad y servicio. Ciertamente, el papa Francisco veía en san Miguel no solo un intercesor celestial, sino un aliado concreto en la misión de purificar la Iglesia y protegerla del mal.
----------Así como se impone, por tanto, la necesidad de recobrar conciencia de la incidencia que tienen las fuerzas demoníacas en las pruebas de nuestra vida -y este es precisamente el presupuesto de esta nuestra modesta serie de artículos sobre demonología-, también es necesario restablecer la devoción a aquella santa creatura de Dios, puesta a nuestra disposición por la Providencia precisamente para afrontar y vencer las batallas contra el poder de las tinieblas. Es bueno recobrar conciencia de la misión característica que san Miguel Arcángel desempeña en el ámbito de la salvación, y recurrir a él en aquellos momentos que, con una consideración ocular y prudente, requieren su intervención específica.
----------Sugerencias útiles para un renacimiento del culto al Príncipe de las milicias celestiales se encuentran en el bello libro de mons. Giuseppe Del Ton, publicado recientemente por la editorial Giardini de Pisa, que lleva por título Verdad sobre ángeles y arcángeles. En él también se habla de una asociación dedicada al Arcángel. De tal asociación puede esperarse el anhelado florecimiento de la devoción a aquel que ha vencido a Satanás.
   
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 2 de junio de 2025

4 comentarios:

  1. Valoro la serie sobre la lucha contra el tentador; se nota el esfuerzo por articular una teología espiritual seria y pastoral. No obstante, en esta última entrega, me inquieta que las “ayudas sobrenaturales” se presenten casi como recursos automáticos, sin advertencia sobre el riesgo de convertirlas en paliativos devocionales que eluden la responsabilidad moral y el discernimiento teológico. ¿No sería necesario subrayar que incluso lo sagrado puede ser mal usado, cuando falta vigilancia espiritual?

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    1. Estimado Anónimo,
      le agradezco su lectura atenta y su observación, que considero justa y oportuna. Tiene razón al advertir que las ayudas sobrenaturales —por muy eficaces que sean en sí mismas— no operan como talismanes automáticos, ni sustituyen el combate espiritual que exige vigilancia, discernimiento y responsabilidad moral. La gracia no anula la libertad, la convoca. Y en mi artículo, yo no he negado esto en absoluto, sino que también lo he expresado, como le puede constar a usted si repasa todas las notas anteriores de la serie.
      En las entregas anteriores de este tratadito de demonología, he procurado subrayar este punto, pero admito que en esta última puede haber faltado una advertencia explícita sobre el riesgo de una devoción que se vuelve evasiva. Incluso lo sagrado, como usted bien dice, puede ser mal usado cuando se lo separa del ejercicio lúcido de la conciencia cristiana.
      Gracias por recordarlo con claridad y caridad.

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  2. No dejo de reconocer el mérito de su serie sobre el demonio. Pero es inútil; los curas hoy ya no predican sobre esto. Y debo decir que ya no creen en la existencia del demonio. Y si no se predica desde hace décadas, la gente ya no cree en que el demonio exista.

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    1. Estimado Silvio,
      valoro su franqueza, y comparto en parte su preocupación por el silencio en torno al demonio en la predicación contemporánea.
      Sin embargo, permítame señalar que su afirmación general —“los curas ya no creen en el demonio”— parece excesiva. ¿Conoce acaso todas las homilías de su ciudad o de su diócesis? ¿Ha verificado la fe de cada presbítero en este punto doctrinal? No puedo evitar la sospecha de que usted parte de prejuicios o temores infundados, haciendo temerarias generalizaciones, que desconocen la realidad, a partir de presupuestos sólo ideológicos.
      El riesgo de universalizar lo que tal vez brota de una experiencia parcial es grande: puede convertirse en juicio temerario, y paradójicamente, oscurecer la verdad que se desea defender. No niego que hay omisiones graves, pero también hay pastores fieles, discretos, que no han abandonado la enseñanza sobre el Maligno ni el llamado al combate espiritual.
      De todos modos, le agradezco por recordarnos que el demonio no ha desaparecido —aunque muchos hayan preferido no nombrarlo. Y que, sin verdad y vigilancia, la omisión puede volverse complicidad.

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