La misteriosa relación que une al Papa, Vicario de Cristo, Maestro de la Fe y Pastor de la Iglesia universal, con la Tradición apostólica tiene vitales consecuencias para todos los cristiano-católicos. Ahora bien, ¿cuáles son esas consecuencias prácticas para todos los fieles católicos, tanto el clero como el laicado? ¿Cuál es la actitud que debemos tener hacia el Romano Pontífice? No es tan difícil deducirlo, aunque no es tan fácil practicarlo. La conducta justa y correcta, auténticamente católica a tener hacia el Papa no es cosa fácil de adquirir.
Cristo ha confiado su enseñanza al Magisterio de la Iglesia
----------El concepto de Tradición es sumamente importante, y siempre resulta útil recordarlo, para poner en luz el verdadero sentido de la indefectible Tradición católica en su distinción de las lábiles tradiciones humanas, para defender la importancia de la tradición contra el anti-tradicionalismo y el evolucionismo protestante y modernista y contra el falso concepto de tradición de los cismáticos lefebvrianos y de los cismáticos griegos u ortodoxos orientales. También es interesante el concepto judío, islámico e hindú de la Tradición.
----------La tradición, entendida como contenido de una doctrina sagrada (de tradere, transmitir) es una doctrina que viene confiada verbalmente por el maestro a sus discípulos y sucesores para conservarla inalterada y transmitirla (oralmente o por escrito) a las generaciones futuras. La tradición oral es la regla hermenéutica de la Tradición escrita. Así hoy el Magisterio de la Iglesia cum Petro e sub Petro es el intérprete de la sagrada Tradición viva distinguiéndola de las tradiciones espurias o muertas o superadas.
----------Nuestro Señor Jesucristo ha confiado su enseñanza a los Apóstoles con Pedro como cabeza para que tal enseñanza sea conservada y transmitida infaliblemente e indefectiblemente a todos hasta el fin de los tiempos. Esta es la llamada Tradición apostólica o sagrada Tradición, la cual, junto con la Escritura es la fuente divina de la Revelación cristiana y de la doctrina católica.
----------La tarea de interpretar la Escritura y la Tradición ha sido confiada, por consiguiente, por nuestro Señor Jesucristo ("confirma fratres tuos") al Magisterio de la Iglesia bajo la guía del Romano Pontífice. Toda esta doctrina está solo en germen en santo Tomás de Aquino, y ha sido definida sólo por obra del beato Pío IX y del Concilio Vaticano II, aunque algunas enseñanzas sobre la Tradición se encuentran en el Concilio de Trento en polémica contra el anti-tradicionalismo luterano.
----------Se pueden encontrar en el mismo Nuevo Testamento, en santo Tomás de Aquino y también en los Santos Padres de la Iglesia los principios para elaborar el concepto teológico de sagrada Tradición, pero quien quisiera tratar en profundidad este tema debería prestar una atención particular a los apologistas del siglo pasado y a la enseñanza pontificia desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Misteriosa relación del Papa con la Tradición
----------Como bien sabemos, la divina Revelación de los misterios de la fe acerca de nuestra salvación eterna, nos ha venido de viva voz de Jesús. Las palabras de Nuestro Señor han sido religiosamente recopiladas por los apóstoles y por los discípulos en un complejo de proposiciones, las verdades de fe, formalizadas luego en el Símbolo de la Fe, en parte memorizadas y transmitidas oralmente, en parte puestas por escrito para formar el Nuevo Testamento, que se agregó al Antiguo, para formar la Sagrada Escritura.
----------Como también sabemos, Cristo ha encargado a Pedro, príncipe de los apóstoles, y a sus sucesores, los Papas, junto a los demás Apóstoles y a sus sucesores, los Obispos, asistidos por el propio Cristo y por el Espíritu Santo, la imprescindible tarea de conservar, enseñar, transmitir, interpretar, defender, explicar y hacer aplicar su doctrina en todo el mundo y toda la historia, hasta el fin de los siglos.
----------Todo esto quiere decir que la doctrina de Cristo nos está mediada por la Tradición Apostólica y por la Sagrada Escritura, que son las dos fuentes de la divina Revelación, cuya interpretación y explicación ha sido confiada por Cristo al magisterio de Pedro, es decir al Papa, quien, por lo tanto, cuando, como sucesor de Pedro, Vicario de Cristo, maestro de la fe y pastor universal de la Iglesia, trata de materias de fe o conexas con la fe o nos enseña en forma ordinaria o solemne aquellas que son las verdades de fe o conexas con la fe en campo dogmático o moral, las defina o no las defina como tales, las declare o no las declare definitivamente, nos dice siempre la verdad, es decir, no se puede equivocar, no puede engañarse y no puede engañar, porque esto recaería sobre Jesucristo, a quien entonces deberíamos acusar de habernos engañado confiando a Pedro la tarea de transmitirnos el depósito de la divina Revelación.
----------En base a esto, está claro que el patrimonio divino e inmutable de la Palabra de Dios o divina Revelación, contenido en la Sagrada Escritura y en la Sagrada Tradición, ha sido consignado ante todo por Cristo al Papa, quien, en su magisterio, tiene en ellas, la Escritura y la Tradición, la regla según la cual debe regir su enseñanza, y a ellas el Romano Pontífice está sujeto como primer discípulo de Cristo.
----------Las enseñanzas pontificias oficiales, tanto las ordinarias como las solemnes, tanto los dogmas definidos, como los no definidos o definibles, no son más que interpretaciones auténticas, ciertas, inmutables e infalibles de la divina Revelación contenida en la Sagrada Escritura y en la Sagrada Tradición.
----------Por consiguiente, cuando el Romano Pontífice se pronuncia en materia de fe o conexa con la fe, en esa forma, en esas condiciones y en esas circunstancias, es necesario aceptar con fe divina (cuando es doctrina dogmática) o fe eclesial (cuando es doctrina dogmatizable) o religioso obsequio de la inteligencia (cuando es doctrina auténtica) todo cuanto el Papa enseña según los tres grados decrecientes de autoridad respectivamente correspondientes a esos tres grados de asentimiento por parte de los fieles.
----------Ahora bien, si en un documento pontificio oficial, especialmente si es de alto nivel como una encíclica, pero también si es una exhortación apostólica, o una homilía, o una audiencia general o un motu proprio, existen frases ambiguas, es necesario interpretarlas siempre en el buen sentido, es decir, benévolamente. Quien, en cambio, teme encontrar herejías, entonces no ha entendido lo que quiere expresar el Papa, como por ejemplo ha sucedido con el caso de la Amoris laetitiae o de la Fratelli tutti, que tantos han malinterpretado.
----------En estos casos de ambigüedad expresiva o de falta de claridad en los documentos del Romano Pontífice en materia de fe o conexa a la fe, no está nunca permitido juzgar la enseñanza del Papa a la luz de la Sagrada Tradición y de la Sagrada Escritura, porque ocurre en cambio al revés, ya que somos nosotros, los fieles, quienes tenemos que aceptar con confianza la interpretación pontificia del dato bíblico y del dato de la Tradición. Por lo tanto, no nos es lícito apelar directamente a Cristo saltándonos al Papa, porque Cristo nos respondería: "Hijo, si escuchas al Papa, me escuchas a mí: ¿acaso no he nombrado a Pedro mi vicario?".
Tradición apostólica y usos tradicionales de la Iglesia
----------Es necesario distinguir, por un lado, la Tradición y, por otro lado, los usos y costumbres eclesiásticas tradicionales; lo cual es como decir que hay que distinguir entre Tradición y tradiciones. Este es un punto sobre el que ya hemos insistido en este blog al tratar, por ejemplo, de la carta apostólica Traditionis custodes de 2021, respecto al rito de la Santa Misa, y hemos distinguido bien los dos sentidos de la lex orandi, en cuanto lex orandi divina, instituida por Nuestro Señor Jesucristo, que es la única lex orandi que es lex credendi (o sea, lugar teológico) y la lex orandi humana, que es la de institución eclesiástica, variable y contingente.
----------1. Tradición. El dato de la sagrada Tradición o Tradición apostólica es de institución divina, pues contiene verdades de fe transmitidas oralmente y subsecuentemente dogmatizadas por la Iglesia, como por ejemplo ha sucedido para el sacramento de la Unción de los Enfermos, para el dogma del Purgatorio, para el sacramento de la Confirmación y para los dogmas marianos de la Inmaculada Concepción y de la Asunción.
----------Al respecto de la Sagrada Tradición, el hablar, como suele hacerse con alguna frecuencia, de "desarrollo de la Tradición" es ambiguo. No es el dato de la Tradición el que se desarrolla, porque se trata de un dato inmutable, es Palabra de Dios que no pasa. Lo que se desarrolla, lo que crece, lo que progresa, lo que se profundiza, es el conocimiento del dato de la Tradición. De modo que podemos decir que con las doctrinas del Concilio Vaticano II hemos podido conocer el dato de la Tradición mejor que con el Concilio de Trento.
----------En razón precisamente de las promesas de Cristo, y siendo el Papa o un Concilio Ecuménico con y bajo el Papa, los que nos explican la Tradición, nunca jamás puede ser el Papa o un Concilio Ecuménico con y bajo el Papa, los que hayan traicionado la Tradición, sino que son los herejes, como por ejemplo Lutero o Lefebvre o los modernistas quienes traicionan la Tradición, o la Escritura, al pretender conocer las fuentes de la Revelación sin la mediación del Magisterio de la Iglesia.
----------2. Tradiciones. Se trata de los usos y costumbres tradicionales eclesiásticos, que son instituidos y conservados por los Sumos Pontífices en virtud del poder de las llaves, poder otorgado por Cristo y que les permite a su discreción también el abolir tradiciones precedentes, aún cuando sean antiguas.
----------Volvamos al ejemplo del rito de la Misa. Ella en sí misma es un misterio de fe fundado en las palabras de nuestro Señor Jesucristo en la última Cena, es decir es una divina lex orandi, como tal inmutable e inabrogable incluso por parte del Papa, quien en cambio sólo tiene la tarea de mantener ese misterio intacto hasta el final de los siglos. En tal sentido está claro que un Papa no puede cambiar ni menos abolir, ya se trata del vetus como del novus ordo, en cuanto entrambos son en su esencia o lex orandi divina, la Misa.
----------En cambio, la reforma de la Misa, promovida por el Concilio Vaticano II y promulgada por el papa san Paulo VI, ha tenido la facultad de instituir un nuevo orden del rito, una nueva lex orandi eclesiástica, precisamente el Novus Ordo Missae de 1970, abandonando los usos del precedente, vetus ordo, que había sido instituido en la reforma litúrgica promovida por el Concilio de Trento y promulgada por el papa san Pío V con varias modificaciones subsiguientes (dieciocho en total) hasta la reforma del papa san Juan XXIII, rito que, sin embargo no ha sido abolido, sino que pasa a ocupar un segundo orden o segundo lugar con respecto al nuevo, juzgado por la Iglesia más adecuado a las exigencias y a los valores de la espiritualidad moderna.
----------Si, por el contrario, sucediera que un Romano Pontífice (por caso el papa Francisco, tan locuaz como es) hablara de temas atinentes a la fe o a la moral de forma improvisada, extemporánea, a modo de broma o de slogan, como doctor privado u opinionista particular o en foro no oficial (por ejemplo una entrevista periodística o en un libro personal) o bien si se le escapa, incluso en una importante circunstancia (como puede ser durante un discurso o la homilía en una Misa) alguna frase ambigua, equívoca, o confundiendo alguna expresión literal de la Biblia, o se le escapara una frase mal expresada, escandalosa, impulsiva, mal sonante, imprudente o incluso aparentemente herética, no hay necesidad de tomar en consideración tales externalizaciones, extrañas a la auténtica autoridad pontificia y de carácter meramente humano o psicológico, aunque eventualmente sea lícito reconvocar respetuosamente al Papa al dato de la Biblia o de la Tradición.
El Papa: sus enseñanzas doctrinales, sus directrices pastorales y su conducta moral
----------Es necesario distinguir en un Romano Pontífice, sus enseñanzas doctrinales de sus directrices pastorales y de su personal conducta moral. En las enseñanzas doctrinales del Papa, el factor-guía o rector es la verdad de fe. Y aquí siempre el Papa es infalible, a menos que pensemos, como he dicho antes, que nuestro Señor Jesucristo nos ha engañado o se ha equivocado al confiarle a Pedro el mandato de confirmarnos en la fe; o a menos que, como creen los luteranos, el Papa no sea el sucesor de Pedro.
----------En cambio, en todo lo que respecta a su pastoral y a su conducta moral, el Papa es falible y pecable. Aquí el factor-guía o rector son la prudencia, la justicia y la caridad. La ley canónica, las disposiciones judiciales o disciplinarias en materia de administración de los sacramentos, el motu-proprio, entran en esta categoría. No está excluido que un motu-proprio no sea perfecto en la prudencia, en la justicia y en la caridad. Y lo mismo que se dice del Romano Pontífice se dice de un Concilio Ecuménico de la Iglesia, en el cual el Colegio Episcopal, sucesor del Colegio Apostólico, se reúne cum et sub Romano Pontífice. En tales condiciones, el Concilio no puede caer en herejía, aunque pueda equivocarse en la prudencia pastoral.
----------Llegados a este punto, siempre me parece útil citar lo que el papa Benedicto XVI, durante su pontificado, les dijo a los lefebvrianos: que si querían estar en plena comunión con la Iglesia debían aceptar todas las doctrinas del Concilio Varicano II, pero que, por el contrario, sus directivas pastorales pueden ser discutidas, porque en ellas un Concilio no es infalible. Ciertamente el papa Benedicto se refería a la tendencia buenista y a la excesiva estima de los Padres conciliares por el mundo moderno.
----------Al respecto, también debe destacarse que los Papas del postconcilio hasta la actualidad nos han explicado la continuidad del Concilio Vaticano II con la Sagrada Tradición y con la Sagrada Escritura, tal y como estas dos fuentes de la divina Revelación han sido interpretadas por el Magisterio precedente, tanto pontificio como conciliar. Por consiguiente, no nos es lícito cuestionar en esto a los Papas del postconcilio, sino que debemos aceptar con confianza sus explicaciones. La interpretación modernista del Concilio es obra de los propios modernistas, a quienes les gustaría poner al Concilio de su parte. La misma herética interpretación modernista del Concilio es la que han adoptado los lefebvrianos.
----------Un defecto de la pastoral de un Papa puede ser, por ejemplo, la reticencia acerca de algunas verdades de fe, no porque no crea en ellas, sino porque quiere callarlas, ya sea por oportunismo o por respeto humano o para no malquistar a los herejes y a los modernistas. Pero incluso aquí no es que el Papa peque contra la fe, sino contra la prudencia y el coraje. Sucede que un Papa enseña la verdad, pero no corrige a los que enseñan lo contrario. Tenemos aquí los mismos vicios anteriores.
Nuestra correcta conducta católica hacia el Papa
----------Teniendo en cuenta los anteriores presupuestos dogmáticos, ¿cuáles son entonces las consecuencias prácticas para todos los fieles católicos, tanto clero como laicado? ¿Cuál es la actitud que debemos tener hacia el Romano Pontífice? No es tan difícil deducirlo, aunque no es tan fácil practicarlo. La conducta justa y correcta, auténticamente católica a tener hacia el Papa no es cosa fácil de adquirir. Hay que aprender de los Santos, por ejemplo de una santa Catalina de Siena o de un san Bernardo de Claraval, o de un san Pedro Damiano o de un Girolamo Savonarola o de un beato Antonio Rosmini.
----------¿Cómo poder tener un criterio de juicio proporcionado a las dimensiones de un personaje tal como el Romano Pontífice, Vicario de Jesucristo, Sucesor de san Pedro, Maestro indefectible de la Fe, Pastor universal de la Iglesia, pero a la vez hombre, hijo también del primer Adán pecador? ¿Cómo poder tener la suficiente información sobre él y sobre la materia sobre la cual se puede basar el juicio? ¿Podemos decir que tenemos la misma información que él tiene sobre el estado de la Iglesia? ¿Podemos ser nosotros capaces de aconsejarlo o de corregirlo sobre el modo de gobernar la Iglesia o sobre cómo enseñar el Evangelio?
----------Y, sin embargo, el Papa sigue siendo también y siempre, un ser humano al igual que todos nosotros, un hombre con sus virtudes y sus defectos, con sus cualidades y sus fragilidades, con sus limitados conocimientos, con sus sufrimientos, sus problemas de salud, susceptible de ser engañado o de cometer errores de juicio, si bien no en doctrina, ciertamente sobre personas y acontecimientos, necesitado de ayuda y también de ser corregido en ciertos defectos, necesitado de ser alentado, confortado, defendido y consolado, pues está sujeto a entusiasmos, ilusiones y tristezas. ¡Qué importante es la caridad hacia el Papa!
----------En algunas circunstancias, puede resultar difícil obedecer al Papa; pero, ¿acaso creemos que para el Papa sea fácil mandar? ¡Con qué rápidez podemos considerarlo como un tirano o, a la inversa, un individuo débil, sin que se nos ocurra pensar muchas veces en la extrema complejidad de ciertas situaciones, a las que debe enfrentarse y al riesgo de estar mal informado o que le falten las informaciones necesarias!
----------La conducta correcta hacia un Papa no es la de juzgarlo desde fuera, vale decir, desde nuestra torre de marfil, no es la de decir: yo hago lo mío y él hace los suyo; no es la de querer convertirnos en sus maestros; tampoco es la de convertirnos en fotocopias de algunas de sus actitudes exteriores; tampoco es la de instrumentalizarlo para nuestra conveniencia, sino que es la de ponerse en actitud de confianza y benevolencia en la escucha y disponibilidad para el servicio y la colaboración, en la imitación de sus virtudes y comprensión de sus defectos, porque servir al Papa quiere decir servir a las almas y servir a la Iglesia.
----------Diré ahora algo necesario y que debería ser desarrollado con mucho más detalle y profundidad, pero que tan sólo enunciaré. Está en la base de la católica actitud que debe tenerse hacia el Papa: para asumir la postura correcta y volvernos verdaderamente útiles a él y a la Iglesia, pensando que el Papa tiene necesidad de buenos ayudantes y colaboradores, hay que preocuparse por dos cosas: 1. comprender cuál es el programa de su pontificado, y 2. conocer las necesidades de la Iglesia.
----------Acerca de lo primero, es necesario ayudarlo, y acerca de lo segundo hay que compensar lo suyo, por ejemplo, si es demasiado severo con los indietristas, resaltar los aspectos buenos de los indietristas; si es demasiado indulgente con los modernistas, combatir sin desmayo a los modernistas; si el Papa guarda silencio sobre ciertas verdades de fe, recordar precisamente esas verdades; si cae demasiado en el buenismo del Concilio, recordar que el mundo está bajo el signo del maligno; si es demasiado indulgente hacia el laxismo sexual, recordar la gravedad de los pecados sexuales; si no habla nunca del Catecismo, recordar al Catecismo; si es demasiado bueno con Lutero, recordar las herejías de Lutero, etc.
Un artículo que lleva por título "La Tradición y la Sede Apostólica" me invita enseguida a leerlo. Y de hecho lo leí con grandes expectativas... sin embargo, y sea dicho con todo respeto, tras una lectura rápida me ha parecido que son los habituales (y un poco trillados) argumentos muy conocidos del padre Filemón, según los cuales la tradición es, en definitiva, el carajo que se le antoja al Papa de turno. Con buena paz del principio de no contradicción.
ResponderEliminarFranco: ." Tras una lectura rápida " El pez por la boca muere yo diria. Si lees precipitadamente para confirmar tus argumentos preconcebidas o ideología para que lees y pierdes tiempo. Y si lo que el Padre Filemón te genera dudas porqué no preguntas con claridad en vez de decir de modo irreverente "el carajo que se le antoja al Papa" Tu pobre argumento parece el de un protestante que no entiende nada de la fe católica. Saludos.
EliminarEstimado Franco,
Eliminarun modo de expresarse tan vulgar como el que usted ha usado, no se ajusta a una voluntad que debo presuponer honesta al pretender tratar seriamente de cosas de la Iglesia, sobre todo si la persona afectada es el Santo Padre. Ya he explicado con claridad lo que es la Sagrada Tradición a la luz del dogma y de la doctrina de la Iglesia, por lo cual le invito a releer lo que he escrito donde encontrará la respuesta a su acusación hecha al papa Francisco de manipular la Sagrada Tradición.
Repito aquí, de todos modos, lo que ya he dicho en muchas ocasiones. Le recuerdo ante todo la diferencia entre Tradición y tradiciones eclesiales. Mientras que para la custodia de la Tradición el Papa goza de un carisma de infalibilidad en virtud del oficio petrino, en cuanto conservador del depósito revelado, por cuando los contenidos de esta sagrada Tradición son verdades de fe y doctrinas dogmáticas inmutables, los contenidos de las tradiciones eclesiales son de variado género y pueden ser introducidos, modificados o abrogados por autoridad del Sucesor de Pedro, siempre que a su prudente juicio lo juzgue oportuno, conveniente o necesario para el bien de la Iglesia. En este plano el Papa no es infalible, pero exige siempre obediencia de los fieles, porque es impensable que mande un pecado o prohíba un deber, en cuyo solo caso el fiel estaría dispensado de obedecer.
Las tradiciones eclesiales son de variado tipo, de todos modos siempre concernientes a la práctica y no a la doctrina de la fe. Por ende, se trata de tradiciones culturales, literarias, canónicas, litúrgicas, pastorales, espirituales, populares, consuetudinarias, históricas, hagiográficas, artísticas, etc.
Importante es la relación entre la Tradición y el Magisterio pontificio. Los contenidos de este Magisterio son los mismos de la Sagrada Tradición y de las tradiciones eclesiales, junto con las enseñanzas de la Sagrada Escritura, con la adición de cuanto de nuevo cada Papa quiera eventualmente añadir para explicar, ilustrar, explicitar y aplicar en las diversas circunstancias el contenido de la Tradición.
Estimado juanm,
Eliminarconcuerdo substancialmente con su intervención.
Estimado juanm, te hago saber que una lectura rápida no es lo mismo que leer precipitadamente, cosa que yo no he hecho. Más bien parece que el que ha leído precipitadamente mi comentario has sido tú, que me juzgas poseyendo argumentos prejuiciosos e ideologías. ¿Cómo lo pruebas? Pero... si quieres que pregunte con claridad, no tengo problema en hacerlo... Por eso, me hubiera gustado más bien ver en este artículo cómo se sitúa el Padre Filemón de la Trinidad en relación a tantas contribuciones al discurso surgidas en los últimos años, acerca de la infalibilidad pontificia sobre la continuidad o ruptura entre la enseñanza de los Papas anteriores al Concilio, la enseñanza del Concilio y la de los Papas posteriores al Concilio, en lugar de atrincherarse en la estéril contraposición entre progresistas y lefebvrianos, en busca de una síntesis ya probada y derrotada por la historia (y me estoy refiriendo al principio ratzingeriano del progreso en la continuidad).
ResponderEliminarEstimado Franco,
Eliminarla contraposición entre modernistas y pasadistas es el fenómeno sociológico más relevante, más grave, significativo y lacerante en la escena eclesial desde los años '60 (yo tengo 80 años y lo estoy experimentando en mi piel desde que tenía 20 años), un fenómeno que se está volviendo cada vez menos tolerable y al cual con urgencia cada vez más es necesario encontrar una solución.
La síntesis ratzingeriana (progreso en la continuidad) es la correcta y debe ser absolutamente retomada. Lamento que el papa Francisco no haya sido capaz de retomarla por su falta de imparcialidad, siendo demasiado indulgente hacia los modernistas y demasiado severo contra los pasadistas.
Sin duda el largo camino sinodal que dio lugar al reciente Sínodo de Obispos ha sido querido por el Papa para obtener unidad, paz, reconciliación y concordia en la verdad y en la diversidad, con el fin de sanar este conflicto que está ante los ojos de todos los observadores, dentro y fuera de la Iglesia. Es necesario que las dos partes dejen de perturbar a los buenos católicos tratando de atraerlos a su lado y poniéndolos los unos contra los otros; los modernistas instrumentalizando las enseñanzas del Papa para sus planes subversivos, los pasadistas ensañándose contra el Papa con la acusación de traicionar la Tradición.
Es necesario que las dos partes, indietristas y modernistas, hagan un esfuerzo de mutua comprensión y de diálogo, comprendiendo que por las cualidades propias de cada parte (conservación y progreso) están hechas para complementarse mutuamente, ambas indispensables para el buen desarrollo de la Iglesia en la fidelidad a la inmutable Palabra de Dios y en el crecimiento en la santidad.
Reverendo Padre Filemón, gracias por este artículo y por todos sus artículos, de reflexión siempre serena, equilibrada y fiel a lo esencial católico. El mensaje que usted expresa es claro... y admirable la modalidad elegida... Sin embargo, permítame observar que el estilo adoptado hace algún tiempo podría ser poco útil para la verdad y de poco beneficio para la edificación del lector. La expresión de un calculado equilibrio no es propiamente la cifra estilística en la cual el mismo Cristo nos ha educado con Su Palabra. Está sucediendo que en el momento de un pronunciamiento ministerial (omito por supuesto las tonterías proferidas espontáneamente), se contradice abiertamente Palabra y Tradición. ¿Cómo se debe definir este dato incontrovertible? La abominación mencionada es grave en cuanto a perjuicio para el camino de los fieles, que, seguros de una procedencia tan lícita, como es la del solio petrino, emprenden caminos peligrosos para su salvación. La dicotomía entre las categorías de "tradicionalismo" y "progresismo" es lo más irracional que se ha escuchado! Si es deber del cristiano dirigir su propia maduración en el surco de la Palabra y de la Tradición, cuál "progresismo" puede acaso ser objeto de reflexión. ¿Es que la Revelación necesita nuevos profetas como en un delirio neomontanista? Me viene el pensamiento de que Cristo, afirmando la continuidad con la tradición profética, hoy sería condenado precisamente como "tradicionalista". En algunos casos incluso ha dado "pasos atrás" respecto a ella (Mateo 19,7-12) En nuestra sociedad la puerta estrecha ya no es perceptible, porque su llave es la Cruz. Y si cerramos esa puerta...
ResponderEliminarSaludos
Manuel: excelente respuesta.... para aquellos que tienen oídos para entender.... ¡Y Felíz Año 2025 para el padre Filemón y para todos los lectores de este blog!...
EliminarEstimado Manuel,
Eliminarle agradezco sus sabias consideraciones, que comparto plenamente.
Estimada Rosa Luisa,
Eliminarle agradezco sus buenos deseos, e igualmente le hago llegar mis deseos de un bendecido 2025 para usted.
En una sociedad caótica y confundida, como la nuestra, la de los últimos tiempos, la verdad se ha convertido en un "optional". El lenguaje no considera necesario que la verdad exista, basta con correr sobre la ola del momento y la conciencia agradece haber sido liberada de su ardua tarea de buscar la verdad...
ResponderEliminarQue en el 2025 podamos cambiar esto, al menos en cada uno de nuestros pequeños mundos... el familiar, el laboral, el de nuestro vecindario...
Estimada Soledad,
Eliminarcomparto en su substancia lo que usted ha expresado y auspiciado.
Por allí he leído que alguien ha descrito con agudeza el fenómeno de la "Tradición devorada por el magisterio", esta aplanación de la primera sobre el segundo, el Magisterio, al cual el padre Filemón de la Trinidad da por sentado hasta convertirlo casi en una doctrina de fe.
ResponderEliminarEstimado Arnaldo,
Eliminarme he encontrado en alguna ocasión con esa frase que usted cita, la de la "Tradición devorada por el magisterio", en boca de una persona conocida en mi ciudad, un oscuro personaje. el cual lamentablemente ni siquiera es católico (aunque él se considere tal), sino más bien un gnóstico diletante y padeciendo multitud de carencias psigológicas, las cuales se manifiestan en sus exteriorizaciones. Desfoga en sus publicaciones ataques de diabólica malicia contra el Papa, ataques e insultos que ni siquiera han estado en boca del mismo Lutero, lo que ya es decir mucho. No sé dónde habrá leído usted esa frase, pero en mi caso, a causa de la fuente en la que se ha originado, esa frase no merece el mínimo respeto.
Sin embargo, en benevolencia a la molestia que usted se ha tomado en escribir su comentario, al menos le diré dos palabras, a modo de refutación.
Acusar al Magisterio de haber "devorado la Tradición" es la acusación de quien no ha entendido nada de la función del Magisterio, que es precisamente la de conservar, custodiar e interpretar la Tradición rectamente entendida, es decir como el propio Magisterio la entiende. Creer que el Concilio Vaticano II o las enseñanzas de los Papas del postconcilio o la Misa novus ordo, hayan traicionado la Tradición, quiere decir, como dice el papa Francisco, permanecer en el pasado, estar entre los pasadistas o indietristas, y cerrados a la novedad del Espíritu Santo.
Un hermoso pensamiento, padre, como siempre!!
ResponderEliminarLe deseo un bendecido año 2025!!
Estimado Ángel,
Eliminarle agradezco sus buenas palabras, y me alegra que mi artículo le haya sido de utilidad. También usted reciba de mi parte sinceros deseos de un 2025 bendecido por el Señor, para usted y sus seres queridos.
Tengo más confianza en el magisterio de 266 papas que en el de uno solo... Habrá un motivo... CONTINUIDAD VS RUPTURA... Tienen ojos y no ven, oídos y no escuchan...
ResponderEliminarY tú, Cristóbal, has estudiado la magisterio de 266 papas? A cagar vas solo o te mando yo?
EliminarLuis: manténte sereno y tendrás una buena vida...
EliminarPero ya que tienes ojos para ver, vete a estudiar el magisterio. O ves a ir a ....
EliminarEstimados amigos,
Eliminarel papa Francisco no se aparta de la Sagrada Tradición en lo esencial, ni podría apartarse de ella en sus enseñanzas, porque el carisma petrino se lo impide; sin embargo, es cierto que hace a veces ciertas intervenciones imprudentes, que le hacen parecer un modernista, sin que realmente lo sea.
De todos modos yo, que lo sigo en su magisterio, cotidianamente, desde los inicios de su pontificado, he notado que en los últimos años ha sido capaz de corregirse a sí mismo, y modificar en gran medida su estilo y sus expresiones, a fin de que no sea tan fácil se lo malentienda.
Pero ¿qué está diciendo? ¿El carisma petrino impide su voluntad? ¿Cómo puede ser eso si tampoco Dios impide el libre albedrío?
EliminarEstimado Alejandro,
Eliminares necesario distinguir. El carisma petrino garantiza que el Papa Francisco confirme en la fe a la Iglesia. La salvación eterna y la santidad personal del papa Francisco dependen también de su libre albedrío.
Ciertamente que la verdad,.. no es... expresada, se gira alrededorde ella!! La verdad mete miedo, para aquellos que no tienen las características que quiere y ha pedido JESÚS: "...que vuestro hablar sea SI, SI,... NO, NO... el resto.. Viene del Maligno!".
EliminarVeo que algunas de mis intervenciones han sido canceladas... Esto no le hace honor padre. Es el método del avestruz que no quiere ver el peligro... Pero es inútil. el humo de Satanás se ha convertido en una densa niebla pestilente! y poner la cabeza bajo la arena no cambiará el destino de todos nosotros. Hay que luchar, no inclinarse ante el maligno, seguros de que el Señor pondrá orden a este caos infernal! Rezo por su recuperación del orgullo católico, que el Señor le recompensará...
EliminarEstimado padre Filemón: pero si uno afirma que el infierno no existe y luego que Jesús no era Dios durante su encarnación ¿cómo puede esta persona estar confirmándonos en la fe?
EliminarUsted me responderá que Scalfari, en aquella famosa entrevista de años atrás, ha malinterpretado, que no ha entendido bien o incluso que ha manipulado las palabras del Santo Padre... pero usted, con un sujeto que se comporta así, ¿continuaría tratándolo confidencialmente?
Al menos ¿no lo reprendería públicamente?
Si usted personalmente no desmiente y continúa impertérrito haciendo sus confidencias a este personaje... todo sugiere que lo que este personaje reporta es cierto.
Padre, ¿pero qué dice? la historia de la Iglesia que usted conoce dice todo lo contrario. Muchos Papas han sido vergonzosos en el comportamiento y también ha habido herejes. Usted miente sabiendo que miente. ¿Alguna vez has oído hablar del falso profeta?
EliminarEstimado Alejandro,
Eliminarno existen papas herejes.
Estimado Vicente,
Eliminarpero ¿cree usted realmente que el papa Francisco pudo haber dicho lo que escribió Scalfari?
Estimado Cristóbal,
Eliminarse pueden tener ideas diferentes y ciertamente es lícito expresarlas, pero siempre con respeto y caridad hacia las personas.
Esto también responde, en parte, respecto a los motivos por los cuales algunas de sus intervenciones han sido eliminadas de este foro. La otra parte que ha sido eliminada o no respondida, es porque ocurre a veces que los lectores repiten obstinadamente lo mismo, a lo cual ya ha sido respondido. Consulte el blog, consulte el foro, para encontrar respuesta a sus dudas y objeciones.
Padre, disculpe, pero ¿cómo se puede definir herejes a los que defienden la doctrina y justificar a quien en cada salida mediática justifica cualquier acto herético? Por último, pero no menos importante, ¿hasta el sexto mandamiento? Entiendo que cada uno defiende su propia empresa para salvaguardar los intereses de su propio vientre, pero aquí estamos en el punto de ciegos guiados por otros ciegos.
ResponderEliminarEstimado Ric,
Eliminar¿sus acusaciones van dirigidas a mí, a mis artículos?
Me cuido bien y me abstengo de "definir herejes a aquellos que defienden la doctrina". ¿A quién se está refiriendo usted? ¿Y quién sería "el que con cada salida mediática justifica cualquier acto herético"? Por último, pero no menos importante, ¿incluso "despreciando el sexto mandamiento"?.
Explíquese mejor y justifique lo que dice. Si no, cállese.
Estimado Padre: punto primero, yo no me quedo callado, tengo derecho a expresar lo que pienso y usted puede hacer lo mismo. Segundo, usted define a quien ha planteado alguna objeción hacia el santo padre "algunos que se llaman católicos", por lo tanto aquellos que defienden la doctrina son definidos por usted como herejes. Sobre el sexto mandamiento, el papa Francisco ha menospreciado el sentido de pecado al definirlo "de poca importancia" respecto a otros. Puertos abiertos, acogida manipulando la palabra de Dios para uso y consumo, pero cuando le negaron el agua a Vincent Lambert no usó el mismo metro de juicio? ¿Ya no valía el "tenía sed y no me dieron de beber"? Solo funciona ¿era extranjero y no me han acogido? Hipócritas.
EliminarEstimado Ricardo,
Eliminaryo defino como herejes a aquellos que acusan al Papa de herejía. Pero existe un campo en el que se puede muy bien criticar al Papa permaneciendo católicos. Siga mi ejemplo y lo que enseño sobre ello en mi blog.
En cuanto a los pecados de lujuria, no ha dicho que son "de poca importancia", sino que son menos graves que los pecados espirituales. Y en ello el Papa tiene razón, como expliqué en un artículo de mi blog.
Pero la iglesia no puede contradecirse
ResponderEliminarEstimado Dino,
Eliminarsi usted se refiere a la Iglesia en su Magisterio, en cuanto a que desde hace más de dos mil años viene enseñando, explicando, explicitando y profundizando siempre cada vez mejor, la Palabra de Cristo, pues entonces estoy de acuerdo con usted: la Iglesia no puede contradecirse.
Y esto quiere decir lo mismo que decía Benedicto XVI cuando hablaba del "progreso en la continuidad".
¿La tradición de la Iglesia ya no tiene ningún papel? Y si el Papa actual contradice a los Papas anteriores, ¿quién tiene razón?
ResponderEliminarEstimado Pablo,
Eliminarsus expresiones son ilógicas e impensables para un católico sincero.
La Iglesia vive de la Tradición, y cada Papa, el Papa actualmente reinante, manifiesta en su Magisterio el más reciente estadio de esa Tradición que vive en la Iglesia, en cuanto que Cristo ha concedido al Papa el carisma de interpretar, explicitar, explicar, profundizar cada vez mejor a través de los siglos y hasta el fin de los tiempos, la Palabra de Cristo transmitida (tradita, tradición) desde los Apóstoles teniendo a Pedro como cabeza, a sus sucesores, los Obispos, que tienen al Sucesor de Pedro como cabeza.
Por eso el Papa no puede contradecir a los precedentes en lo que se refiere a la enseñanza de la Palabra de Cristo.
Padre Filemón de la Trinidad: si hay tantas reacciones negativas hacia este papa alguna razón habrá. Yo, por ejemplo, encuentro intolerable que se empuje hacia el mestizaje, que diga que debemos mezclarnos con los migrantes, pero ¿le parece este tema un tema en el que el Papa debe emplear la mayor parte de sus esfuerzos? Si países como Italia no quieren un exceso de migrantes, ¿por qué el Papa debe sostener lo contrario interviniendo fuertemente y de manera inaceptable en la política de un Estado democrático? No está escrito en el Evangelio que debemos mestizar por la fuerza. Es evidente que sería de risa si no fuera una tragedia. En lugar del mestizaje ¿no debería preocuparse por más iglesias cada vez más vacías y que el abandono de la Iglesia es cada vez más fuerte? Si mañana por la mañana, absurdamente, el problema "migrantes" se resolviera, esta Iglesia se encontraría repentinamente desempleada. Además no me parece tan indulgente respecto a los "PERROS SUELTOS" que contrastan sus nuevas ideas del tipo: "NO EXISTE EL DIOS CATÓLICO" o cuando las almas no salvadas "SE DISUELVEN EN LA NADA", por no hablar de los comisariamientos de Congregaciones ligadas a la tradición. Estos son hechos, querido Padre Filemón!
ResponderEliminarPedro Llamera: según usted ¿cuál es la verdadera razón, el verdadero propósito, de este Papa tan político y asiduo en injerirse en la política de Argentina o de Italia?
Eliminar¡¡Dígamelo usted!!
Eliminarrealmente no entiendo el verdadero motivo, pero tal vez hay muchos,o no hay ninguno..., porque los católicos están desorientados y sorprendidos, y de hecho más que sorprendidos al saber que quien no piensa como Él... etc., etc., etc...
EliminarEstimado Juan: Lo siento mucho, pero...
EliminarEstimado Pedro,
Eliminarcomprendo sus sentimientos. Sin embargo, usted, si quiere ser de veras católico, debe remitirse a los fundamentos en los que se base su fe en Jesucristo y en su Vicario en la tierra, acerca del cual Nuestro Señor nos aseguró que nos confirmaría en la fe.
Por lo tanto, usted debe hacer el esfuerzo por mantener su serenidad y objetividad a fin de saber distinguir cuando son las ocasiones en que el Santo Padre habla como Vicario de Cristo, vale decir, como Maestro de nuestra fe (ocasiones en las cuales de cuya veracidad no puede dudarse) y aquellas ocasiones en las que habla como mero doctor privador u opinante privado, en la que usted es libre de estar de acuerdo o no con él.
Comprendo que este discernimiento a veces nos resulte problemático hacerlo, con un Papa como el actual, tan locuaz y hablando usando tantos medios, y de manera pública y privada, sobre todo hoy, en la que los medios globales de comunicación nos hacen conocer cadi diariamente lo que el Papa dice o hace incluso en ámbito privado. Antes no sucedía así.
Por lo pronto, un consejo que le doy es que para conocer la palabra del Papa, usted se remita a los medios oficiales de la Santa Sede, y no a otros medios.
Estoy de acuerdo con usted Padre Filemón, soy fiel al Papa y el Espíritu Santo que lo eligió.
ResponderEliminar¿es el mismo Espíritu Santo que eligió a Benedicto XVI? No me parece! ¿Existen dos, Espíritus Santos? 😱
EliminarEs el mismo Espíritu que ha elegido a todos los Papas, si usted no cree en esto, a mí no me interesa lo que diga.
EliminarJuan Lucas: le felicito!... por su respuesta ecuménica, fraterna, ¡católica!... Muy bien!!!
Eliminarpero ¿qué quiere de mí? Utilice su tiempo para tratar de llevar a la gente a Cristo en lugar de ir contra su iglesia, que es mejor.
EliminarNo comments!
EliminarPerfecto, ahora que ha desfogado toda su superioridad seguramente se sentirá mejor. Saludos y buen año!
EliminarEstimados amigos,
Eliminarcomo fieles cristiano-católicos que somos, sabemos que sean cuales sean los medios por los que la sucesión apostólico-petrina continúa en la historia (hoy es la votación en el colegio de los cardenales habilitados para votar, pero no siempre ha sido así), siempre se trata de un medio humano (es decir, de institución humana) a través del cual actúa el poder sobrenatural del Espíritu Santo, el Espíritu de Nuestro Señor, por lo cual se cumple la promesa de Cristo, quien divinamente ha instituido el primado petrino, promesa de Cristo de de permanecer siempre junto a su Iglesia, de muchos medios, pero también y principalmente por medio de su Vicario en la tierra.
Pero el Papa Francisco admira a Lutero! 😊
ResponderEliminarAquí se dice que debería tener más cuidado... que debería ser más prudente... ser más delicado en materia de doctrina y también hacia los cristianos a los que a menudo ha criticado excesivamente e incluso ridiculizado como si no bastara lo que el mundo nos reserva... .
Estimada Maria,
Eliminarsabemos muy bien que ningún Papa puede caer en herejía. Pensar eso, sería pensar que Cristo hubiera podido engañarnos al prometernos que por medio del Papa se confirmaría nuestra Fe hasta el fin de los tiempos. Y pensar en la posibilidad de que Cristo nos engañara sería en sí mismo una blasfemia.
Dados esos presupuestos, si el papa Francisco alguna vez ha elogiado a Lutero, evidentemente no ha elogiado sus herejías, ni es posible que las elogiara. Por tanto, lo que ha elogiado el Papa en Lutero han sido los aspectos positivos de su predicación y de su obra, particularmente el Lutero joven, con sus aspiraciones a reformar la Iglesia y convertirla de sus pecados.
Jesús nos predijo que "sus ovejas conocerán la verdadera voz del pastor" y que "huirán del impostor". Jesús "es la puerta" y quien entre por otro pasaje, como nos parece esta deriva teológica y doctrinal que no pone a Jesucristo en el centro de toda iniciativa (como cuando se predica sólo de la fraternidad humana... véase Fratelli tutti), no será escuchado por las ovejas que aman a su verdadero Pastor. Querido padre Filemón, en caso de que ya no lo haya hecho, le invito a consagrarse al Corazón inmaculado de María y a rezar el Rosario diariamente. No estamos tratando con el anticristo, sino con sus precursores, de los cuales pronto seremos liberados.
ResponderEliminarEstimado Genaro,
Eliminardesarrollo mi ministerio amparado cotidianamente por Nuestra Madre del Rosario, Rosario que por regla rezo todos los días.
Padre: discúlpeme por mi ignorancia y mi intrusión...
EliminarEstimado padre Filemón de la Trinidad
ResponderEliminara propósito de los pecados.
Como sabemos, y pienso naturalmente en un punto clave de la teología de Amerio, en la Monotriada Divina: Padre (Dios Verdad), Hijo (nuestro Señor Jesucristo la Libertad ) y Espíritu Santo (Amor) están en Procesión biunivoca, si podemos decir así...y como nos enseñaron en el Catecismo, cuando el mismo era enseñado por el Párroco.
Ahora, trastornando la Procesión, es decir poniendo primero la Libertad respecto a la Verdad, sea por bien...del proselitismo astuto (omito el calificativo que quisiera escribir) hacia el Mundo, ¿no se comete un error teológico y hasta un grave pecado personal, el pecado de omisión de una de las más centrales verdades de la fe católica?
Ya sabe Ud., hay un riesgo de terminar como el comerciante que propone de modo desenvuelto sus supuestas ventajas, para vender producto, pero ocultando la verdadera naturaleza, su esencia.
Trabajo inútil, incluso suponiendo la buena intención. Inútil, para los intelectuales, como los Scalfari; inútil para nosotros, los viejos de la Iglesia, una Iglesia cada vez más vacía, a pesar de la grave dislocación trinitaria imbonitoria.
Tenga Ud. un buen día, y un buen año 2025!
Estimado Jaime,
Eliminardemos encontes nosotros el ejemplo de devoción a la Santísima Trinidad.
¿Y qué debemos pensar de ese gesto del Papa haciendo "cuernitos"?????...
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarese gesto, en el lenguaje de los sordomudos significa "te amo".
Padre Filemón: Usted durante un encuentro con los fieles, ¿elegiría ese saludo en lugar de una bendición con la Señal de la Cruz? Porque para mí (y no solo yo, creo) la Cruz es el verdadero sentido de la vida, el verdadero "te amo" para dar a las personas.
EliminarEstimado Luis,
Eliminar¿y usted ha podido verificar quién estaba en esa reunión y por qué se usó ese símbolo?
El Papa es garantía para todos de ortodoxia. Quien no lo sigue es potencialmente herético! ( probablemente también muy ignorante)
ResponderEliminarEstimado César,
Eliminarestoy completamente de acuerdo con sus palabras.
Tengo verdadera curiosidad de ver cómo, en cuanto filósofo y teólogo que es desde hace varias décadas, el padre Filemón de la Trinidad argumenta su curiosa regla hermenéutica a partir de los textos de Santo Tomás. Me pregunto si, como experimentado académico de teología dogmática, se ha dado cuenta de que para Santo Tomás no existe la prueba del Magisterio; para él las auctoritates son la Escritura y los Santos Padres, y muy raramente menciona a los Papas o a los Concilios.
ResponderEliminarFalso. Conozco a santo Tomás de Aquino desde hace 60 años y sé muy bien cómo son las cosas. Tomás en muchas ocasiones, al demostrar que una proposición es de fe, cita sentencias de Papas. En particular, ya he dicho en otras ocasiones que Tomás reconoce el derecho exclusivo del Papa a introducir un nuevo artículo en el Símbolo de la fe y definir lo que es o no es de fe.
EliminarEl hecho es que en los tiempos en que le tocó vivir a Tomás no existía aún el tratado teológico De Traditione, que nace solamente con la Reforma tridentina y por obra del gran teólogo español Melchor Cano, en respuesta a la negación luterana de la Sagrada Tradición, que Martín Lutero reducía a las temporáneas y caducas tradiciones eclesiásticas o populares más o menos espurias.
En Tomás la percepción y el respeto por la Sagrada Tradición se ven en la atención que presta a los decretos de los Concilios y de los Papas y a la enseñanza de los Padres. Es interesante cómo sabe hacer una selección entre tradiciones auténticas y tradiciones espurias y muy difícilmente asume alguna tradición infundada. La misma legislación canónica, en cuanto fundada sobre el Evangelio y sobre decretos de los Papas y de los Concilios, la ve de hecho aunque no nos lo dice, como testigo de la Tradición.
Los Medievales conocían bien lo que es la Tradición, cual es el depósito de la Tradición; pero no pensaban en tener un concepto reflexivo, sistemático y científico. Esto era peligroso porque el hombre medieval, a diferencia del moderno al que le complace la revolución, es instintivamente tradicionalista, por lo cual se siente inclinado a acumular las tradiciones, incluso inútiles y obsoletas, sino que bastaba con que fueran tradicionales para que vienieran a ser conservadas. Pensemos solo en la historia del progreso tecnológico: durante siglos y milenios el hombre se ha servido casi siempre de los mismos medios de transporte, de cuidado, de comunicación o de cultivo o de edificación. Aparte de Galileo, el conocimiento tecnológico ha producido más en cinco siglos que lo que había producido en milenios.
Pues bien, la obra meritoria de Lutero fue la de haberse percatado de esta plétora de tradiciones y, consecuentemente, de querer liberar a la Iglesia de la masa de tradiciones espurias que se habían acumulado en los siglos, y que cansinamente y mecánicamente, por no decir supersticiosamente, venían arrastrándose hacia adelante, haciendo inútilmente más pesada la vida cristiana, y ahogando la Palabra de Dios bajo un montón de palabras humanas, para no decir de errores verdaderos y propios.
Lutero quiso a su modo recuperar la verdadera tradición evangélica, pero descuidó la apostólica y por tanto la función del Papa como custodio de la Tradición apostólica, la Tradición que se manifiesta en las enseñanzas de los Papas y de los Concilios. Pensó que también esta tradición fuera espuria y abusiva y, en cualquier caso, falible. ¿En qué sentido quería Lutero recuperar la tradición? Él la concibió aún a la manera medieval como tradere y traditu morale: la predicación viva de la Palabra. Sin embargo, para él la única fuente de la Revelación, como es sabido, es la sola Scriptura, no hay Tradición apostólica y por lo tanto pontificia.
Fue necesario esperar al Concilio Vaticano II (Dei Verbum, n.8) para tener una definición dogmática de lo que es la Sagrada Tradición como fuente junto con la Escritura, de la divina Revelación, Tradición y Escritura a su vez confiadas por Cristo a la interpretación del Magisterio Pontificio y Apostólico.
Y, como cultor de la Summa Theologiae, me permito añadir a las auctoritates que cita santo Tomás de Aquino, la eucología clásica, que de vez en cuando aflora sobre todo en los sed contra: para Tomás la fe orada ab immemorabile es lugar teológico.
ResponderEliminarNo hay duda.
EliminarY, no he comprobado, pero no me sorprendería que tantas de esas oraciones que Tomás usa como argumentos hayan caído bajo el cuchillo impío de los reformadores, dado que en ese aborto de un Misal (para decirlo con uno de los autores de la reforma, Bouyer) sobrevive sin cambios solo el 13% de la eucología del Rito Romano auténtico.
ResponderEliminarEstimado Arnaldo,
Eliminarhablemos con respeto del Misal de san Pablo VI. Este Misa contiene la Palabra de Dios y la Tradición del mismo modo que el Misal de san Pío V o los Misales precedentes. Hago la advertencia de que el Rito Romano auténtico, es decir la esencia de la Misa, permanecerá integralmente hasta el fin del mundo. Si acaso en el novus ordo, suponiendo que sea cierto el dato, quedará el 13% del rito romano antiguo. No confundamos lo auténtico con lo antiguo. Lo primero es indestructible e inabrogable; lo segundo puede contener partes caducas.
Pero también los ritos abandonados, como por ejemplo el vetus ordo, no por ello no abolidos (en cuanto lex orandi de divina institución), como ha hecho presente Benedicto XVI en el Summorum Pontificum, sino que están religiosamente conservados en el tesoro de los ritos precedentes. Así como a nadie en línea de principio se le prohíbe celebrar en el vetus ordo (el Traditionis custodes regula la celebración del vetus ordo), a nadie se le prohíbe celebrar en un rito precedente al de san Pío V, siempre que en su momento hubiera sido aprobado por la Santa Sede, y tenga el permiso de su Obispo. Similarmente, como hoy se viaja normalmente con un auto de 2022, a nadie le está prohibido viajar con un auto de 1970 o de 1930, siempre que cumpla con las normas actuales de circulación automovilística.
Pero luego, para poner cuanto menos en duda la legitimidad u obligación de esta "hermenéutica presentista", está toda una reflexión teológica elaborada particularmente por San John Henry Newman, que reconoce el papel del laicado, incluso y sobre todo en tiempo de crisis, respecto a un magisterio -episcopal o papal- desviado o mundanizado (Newman, durante la crisis arriana: "el dogma divino de la divinidad de Nuestro Señor fue proclamado, inculcado, mantenido y (humanamente hablando) preservado mucho más por la Ecclesia docta que por la Ecclesia docens").
ResponderEliminarReflexión hecha propia también por órganos para-magisteriales, como en el documento de la Comisión Teológica Internacional del 2014 sobre el Sensus Fidei en la Vida de la Iglesia:
63. "Alertados por su sensus fidei, los creyentes pueden negar el consentimiento incluso a la enseñanza de pastores legítimos si no reconocen en esa enseñanza la voz de Cristo, el Buen Pastor. 'Las ovejas siguen [el buen pastor] porque conocen su voz. No seguirán a un extraño, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños (Jn 10:4-5). Para Santo Tomás, un creyente, incluso sin competencia teológica, puede e incluso debe resistir, en virtud del sensus fidei, a su obispo si este último predica heterodoxia. En tal caso, el creyente no se considera a sí mismo como el último criterio de la verdad de fe, sino más bien, ante una predicación materialmente 'autorizada' que le resulta preocupante, sin poder explicar exactamente por qué, remite su asentimiento y sus llamamientos interiormente a la autoridad superior de la Iglesia universal". (entonces ¿el Padre ve que no estamos precisamente apegados a la manualística de época pacelliana?).
Estimado Arnaldo,
Eliminarpero lo que usted dice, que es muy correcto, vale hoy como valía en los tiempos de Pío XII, porque se trata de cosas que tocan la esencia inmutable de la Iglesia y en ella el rol del laicado. Y la cita del Evangelio es más que pertinente. Pero con una condición: que se deje fuera al Papa, porque él es el único fiel que desde Cristo tiene la tarea de confirmar en la fe a todos los demás. Por eso todos pueden perder la fe o caer en la herejía, desde el Secretario de Estado al Decano del Sagrado Colegio, hasta el Prefecto del Dicasterio de la Fe. Un Papa, en cambio, puede pecar contra todas las virtudes, pero no contra la fe.
El hecho de que el interés por la Tradición pudiera polarizar en torno a sí un verdadero y propio movimiento eclesial en contraposición al Papado era impensable...
ResponderEliminarEstimado Franco,
Eliminareste movimiento por la Tradición es un fenómeno que ha alcanzado hoy dimensiones nunca antes vistas, pero que nació en el inmediato postconcilio con el movimiento de mons. Lefebvre. Fue la reacción de una pequeña parte del mundo católico a las que aparecían como novedades modernistas del Concilio, ofensivas a la Tradición. Anteriormente la conducta de los Papas, excepto algunos Papas reformadores, siempre ha tenido una impostación tradicionalista, por lo cual los opositores, especialmente en el siglo XIX, se presentaban como revolucionarios.
En el Medioevo, por el contrario, donde todos eran tradicionalistas, la diferencia entre los Papas y los herejes no era tradición-progreso, excepto quizás el caso de Joaquín de Fiore, sino dos modos contrarios de ver la Tradición. En el fondo, también Lutero, aunque contrario a la Tradición apostólica, no pretendía renovar o hacer progresar a la Iglesia, sino ante todo recuperar los orígenes, la verdadera Tradición evangélica, en su opinión ofuscada por el papado. En cambio, con el Concilio se ha inaugurado una serie de Papas progresistas, ciertamente cuestionados por los modernistas, pero sobre todo por los pasadistas.
Benedicto XVI seguía subrayando la importancia de la Tradición, pero he aquí que con el papa Francisco el desplazamiento a la izquierda retoma hacia el modernismo, sin obviamente alcanzarlo. Entonces se comprende que con Francisco la reacción tradicionalista nunca haya sido tan fuerte. Es la aplicación de la ley bien conocida por los sociólogos, según la cual la posición extremista de una parte provoca una reacción extremista contraria de la parte opuesta.
En su pequeña y debida distinción, la conocida historia de Juan XXII demuestra que no era entonces tan impensable.
EliminarEstimado Franco,
EliminarJuan XXII no se había expresado como maestro de la fe, sino como doctor privado y en punto de muerte se retractó del error y se corrigió, y su Sucesor, el Beato Benedicto XI en 1336 definió como dogma de fe lo que el Papa anterior había negado, es decir, la visión beatifica inmediata de la esencia divina inmediatamente después de la muerte en gracia.
Por otra parte, usted, me parece recordar, se ha referido a una falsa renovación con la pretensión de interpretar mejor que el Papa las exigencias de la renovación conciliar. ¿A qué se refiere?
ResponderEliminarEstimado Franco,
Eliminarlo que no es permitido al teólogo es la pretensión de interpretar el dato de fe mejor que el Papa; pero por cuanto respecta a la manera de realizar las perspectivas pastorales, un consejero suyo o, incluso, cualquier fiel puede sugerir al Papa una mejor manera de gobernar la Iglesia. Véase por ejemplo a Santa Catalina de Siena.
Porque no creo que un solo tradicionalista en el mundo piense y se mueva con la intención y el fin de "interpretar las exigencias de la renovación" de un Concilio para el cual, por decir lo menos, no tiene una gran estima (también porque ha visto los "grandes frutos" de la renovación).
ResponderEliminarEstimado Franco,
Eliminarno pienso en absoluto en una cosa así. Sé bien que a los pasadistas no les interesa la renovación sino la Tradición. El interés por interpretar las exigencias de la renovación conciliar es propio de todo buen católico, el cual en este punto se fía, al menos en línea de principio, en la interpretación dada por el Papa. La reforma conciliar ha producido escasos frutos, no por inadecuación intrínseca de las directivas conciliares, sino porque han sido mal interpretadas por pasadistas y modernistas. Los primeros las han rechazado por su apego al pasado; los segundos las han realizado mal o sea en forma modernista.
Queda el hecho, creo incuestionable, que prácticamente cualquier padre conciliar, hoy: puesto ante una "misa tipo" Novus Ordo se arrancaría el talar y los cabellos; puesto ante una "misa tipo" según el Rito Romano Auténtico, por como es celebrado hoy, se complacería de los excelentes resultados obtenidos por la Constitución Conciliar sobre la Sagrada Liturgia.
ResponderEliminarEstimado Franco,
Eliminarno comparto esta opinión suya. Si leemos atentamente la Sacrosanctum Concilium, notaremos que se expresan aquellas instancias, exigencias, directivas, que luego han llevado a la Misa novus ordo de 1970. Habiendo propuesto los Padres una reforma del rito de la Misa, es impensable que ellos esperaran la reedición del mismo vetus ordo. Por otra parte, noto que usted sigue confundiendo lo "auténtico" con lo "antiguo", tal como ya le he hecho notar en una de mis respuestas anteriores. Su confusión revela en usted indietrismo.
... circundar y casi enterrar estos valores bajo una plétora de usos, mitos, ritos, creencias, prácticas y tradiciones que al final sofocaron la vida espiritual y la autenticidad evangélica...
ResponderEliminar¿No es un poquito arrogante el permitirnos juzgar tan despectivamente "la vida espiritual y la autenticidad evangélica" de nuestros antepasados? Me parece escuchar los argumentos rancios que a veces se me mueven contra la antigua misa: "pero una vez la gente no entendía nada/iba a misa solo por convención, etc.". Pero me pregunto y le pregunto: ¿tú qué sabes?? ¿Cómo te atreves a juzgar a nuestros padres en la fe? Creo que la humildad y la piedad deberían obligarnos a moderar los tonos y los términos cuando hablamos de nuestros antepasados.
Estimado Anónimo,
Eliminarlo que yo he dicho acerca de la cultura medieval popular es muy bien conocido por los historiadores más serios y objetivos, que no se dejan llevar por emociones subjetivas y fantasías pasadistas. Se sabe que solo en el siglo XVII nacen las ciencias históricas, las cuales en los siglos siguientes, hasta el nuestro, iniciarán una obra estrictamente crítica de discernimiento con respecto al pasado, por ejemplo en el campo de la arqueología, de la zoología, de las costumbres de los pueblos, de la hagiografía, de los mitos y de las tradiciones populares. Pensemos en el bien conocido cliché de la "leyenda medieval".
Padre Filemón: Son incomprensibles sus peanas a Lutero, casi como si fuera un salvador de la Tradición. Por desgracia, ha ido demasiado lejos. Pienso que cualquier historiador serio sería capaz de desenmascarar la inconsistencia de esta apología.
ResponderEliminarEstimado Franco,
Eliminarya he indicado que Lutero (en su pensamiento y en su obra) no carece de aspectos positivos, que deben ser reconocidos; lo cual no quiere decir que uno sea ciego respecto a sus errores contra a la fe y sus pecados, y sus directivas morales a las comunidades guiadas por él. Esto segundo sería un falso ecumenismo. Hoy existe sin duda un falso ecumenismo, que ya no recuerda los errores de Lutero o incluso quiere hacerlos pasar por verdades católicas. Si busca en mi blog encontrará varios artículos acerca de este problema.
De uno de sus artículos he tomado nota que usted ha dicho: "El Papa recaba también de la Tradición artículos de fe y dogmas. Existe, pues, una diferencia entre el contenido de la Tradición y el contenido de la doctrina de fe establecida por el Magisterio de la Iglesia y de los Papas. El Magisterio recaba los dogmas no solo de la Escritura, sino también de la Tradición; pero es necesario que sea una verdadera sagrada Tradición apostólica y no una simple tradición eclesial o popular, por muy antigua y autorizada que fuera".
ResponderEliminarEl papa el papa el papa. Siempre el papa. ¿Cómo puede un católico vivir sin saber dónde está el papa, qué hace el papa, en qué piensa el papa?
Acaso nosotros, los católicos de la era de los medios de comunicación, ¿lograremos salir de esta mentalidad papólatra?
Estimado Arnaldo,
Eliminarestoy hablando de lo que es exclusiva y principalmente la tarea del Papa. El exceso de culto al Papa es cuando se toma como si fuera magisterio una improvisada externalización suya, un chiste de espíritu, un juicio precipitado, una frase ambigua y cosas de este género.
Por otra parte, ¿acaso el trabajo del Papa es "recabar dogmas"? ¿Parir uno con cada encíclica o constitución apostólica?
ResponderEliminarEl querido hombre medieval iba adelante con su vida y con su vida espiritual apenas sabiendo el nombre del papa, y cuando se sabía en el pueblo el nombre del recién elegido en Roma ¡ya reinaba su sucesor!
Y gracias a los papas superstar, desde Pío XII al reinante, quien más quién menos, los Obispos no se les alinean más, cuando ellos deberían ser antes que nada órgano ordinario del magisterio (con buena paz de la tan alabada colegialidad episcopal).
Estimado Arnaldo,
Eliminarestoy de acuerdo. Los últimos Papas a partir de san Paulo VI hablan demasiado. El Papa actual les supera con creces. Debería hablar menos y decirnos esas palabras que solo el Papa puede decir. A duras penas llega a afrontar los temas más difíciles e importantes, vinculados al magisterio pontificio, aquellos temas sobre los cuales esperaríamos la palabra-guía, la palabra magistral, clarificadora y resolutiva.
Padre, usted ha escrito en un artículo referido a este tema de la Tradición... "El argumento de la antigüedad («¡desde hace 2000 años!») tan querido por los pasadistas, no es decisivo. Es necesario verificar si se trata de una verdadera Tradición apostólica. El ingreso de la mujer en el presbiterio, introducido por la reforma litúrgica del Vaticano II, tampoco había ocurrido desde hace 2000 años. Pero eso no quita que no sea compatible con la sagrada Tradición..."
ResponderEliminarPor lo tanto, si he entendido bien: hay que comprobar si las monaguillas son verdadera tradición apostólica. Padre Filemón admite que una porquería como esta nunca se ha visto antes. Pero de alguna manera esto es "verdadera tradición apostólica". Bah!...
Estimado Franco,
Eliminarquiero decir que la Tradición apostólica no es sólo la que ha perdurado desde hace 2000 años, sino también lo que quizás ha sido instituido recientemente por la Iglesia en materia de fe, y se puede atribuir a la Tradición o implícito en la Tradición. Yo no soy un especialista en liturgia, particularmente en lo referido a las ceremonias, pero tengo entendido (puedo equivocarme) que las monaguillas de iglesia no están previstas por las normas litúrgicas, y se trata de un abuso de algunos sacerdotes que quieren hacerse los originales. Diferente es el ministerio femenino de Lectora, instituido en toda regla por la Iglesia.
¿Cuál es la diferencia? Que derivan de la Tradición solo aquellas cosas que son instituidas para siempre por la Iglesia. La Tradición no está tan ligada al tiempo, sino a lo eterno, a la palabra de Dios que no pasa. Lo tradicional ligado a la palabra de Dios no pasa nunca; lo tradicional simplemente eclesial tarde o temprano pasa. Si la Iglesia ha instituido el ministerio de la Lectora y no el de las monaguillas, quiere decir que el primero es una explicitación de la Tradición, mientras que el segundo es la invención de algún sacerdote en vena de originalidad. Llegará un día en que ya no se hablará más de monaguillas: pero las mujeres ministro (¡no sacerdotisas!) estarán hasta el fin del mundo.
También ha dicho: "...Lo nuevo introducido por la Iglesia, a bien mirar, si no está implícitamente presente en la Tradición, ciertamente no es contrario..."
ResponderEliminarLa exclusión de las mujeres del ministerio activo en el altar es el planteamiento realmente coherente con la lógica de la encarnación del Verbo, Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, que ha asumido la carne de un varón, un ser humano de género masculino. El desenvuelto servicio de las mujeres en el altar (o en cualquier otro ministerio activo litúrgico) es sin duda contrario a la tradición apostólica.
Estimado Franco,
Eliminarel ministerio de la Lectora no es un "servicio en el altar", que está reservado al sacerdote, sino al ambón, que es el lugar de la liturgia de la Palabra, antes de la ofrenda del Sacrificio, que constituye lo esencial de la Misa. La liturgia de la Palabra no es todavía la Misa propiamente dicha, sino que es introductoria a la Misa.
Y también: "...porque nada establece la Iglesia de modo dogmático y definitivo o incluso solo en el campo disciplinario, moral o jurídico, que no sea conforme a la Escritura y a la Tradición..."
ResponderEliminarEn el campo disciplinario y jurídico, varias veces en la historia la Iglesia se ha ganado grandes dolores de cabeza. Me pregunto cómo se puede negar esto. De esto no tengo que dar ningún ejemplo en particular.
Pero ¿cómo se puede afirmar que también estos errores, disciplinarios o jurídicos, eran de todos modos conformes a la Escritura y a la Tradición? Eran "conformes a la Escritura y a la Tradición" de la misma manera que las posteriores y debidas correcciones?
Estimado Franco,
Eliminarse dice que las normas disciplinarias y jurídicas son conformes a la Escritura y a la Tradición no en cuanto son deducidas o derivadas de ellas, sino en cuanto con ellas no están en contradicción. Por ejemplo, la pena de muerte o el instituto del Cardenalato o la parroquia o las Órdenes religiosas militares están permitidas por la Escritura y la Tradición, pero no están fundadas en ellas. Por eso han ocurrido los cambios.
La Iglesia en este campo ciertamente no es infalible y no puede establecer nada definitivo e inmutable, como lo hace en el campo dogmático o moral. En su prudencia pastoral y jurídica, sin embargo, la Iglesia no puede establecer nada imprudente o injusto en las oportunas circunstancias. Sin embargo, con el cambio de las circunstancias lo que antes parecía correcto, puede revelarse injusto y por eso la Iglesia lo abole. Por ejemplo, al prohibir durante largos siglos a la mujer el acceso al ambón, la Iglesia, en las condiciones históricas de entonces, no le ha hecho mal a la mujer. Pero al aparecer clara en el siglo pasado su igual dignidad con el hombre, ha considerado justo conceder a la mujer el acceso al ambón.
Aquí se viene a decir que "el Magisterio es infalible en el distinguir las tradiciones apostólicas de aquellas que son espurias o superadas..."
ResponderEliminarUna hipotética infalibilidad nunca sancionada por ningún dogma, mera opinión teológica del padre Filemón. Pero el problema de fondo es el mismo concepto de Magisterio, ya un oráculo metomentodo que debe poner boca sobre todo: mientras fuera León XIII en sacar una encíclica por semana, todo podía ir bien; pero hoy tenemos a Francisco que nos habla de tractores, invernaderos y hermandades humanas. Imagino que se trate tradiciones apostólicas auténticas.
Estimado Arnaldo,
Eliminarhablando del Magisterio me refiero al pontificio, cuya infalibilidad ha sido definida dogmáticamente por el Concilio Vaticano I.
El Magisterio de la Iglesia no es más que el poder de enseñar el Evangelio a todo el mundo hasta el fin de los siglos, conferido por Cristo a los apóstoles y a sus sucesores teniendo por cabeza a Pedro y a sus Sucesores.
O sea... la Comunión en boca, la exclusión de la mujer del presbiterio, la negación del doctorado de la Iglesia a la mujer, el celebrante de espaldas al pueblo, el latín en la Misa, los órdenes menores. ¿Quién hace el discernimiento? El Magisterio...
ResponderEliminarEstimado Arnaldo,
Eliminar¿y quién debe hacerlo?
¡Cuánta aproximación y superficialidad! ¿La Comunión en boca es cosa superada?? ¿Filemón recordará que la comunión en la mano es un abuso tolerado por indulto? Silencio sobre todo lo demás, realmente es incomentable.
ResponderEliminarEstimado Arnaldo,
Eliminarnadie ha dicho que la Comunión en la boca sea cosa superada. Actualmente o al menos recientemente, la Comunión en la mano ha sido prescrita por la CEA como medida higiénica en relación con la pandemia.
"...Lutero en particular se da cuenta de que el católico de su tiempo no solo se basa en la Escritura, sino también en la Tradición; y como no tiene la percepción de la sacralidad de la Tradición cristiana, sino que la ve solo como un hecho humano, si no incluso como un instrumento del Papa para oprimir las conciencias, piensa que es un engaño basar la fe en la Tradición..."
ResponderEliminar¿Pero la de Lutero no era una "instancia de purificación del concepto de Tradición", por otra más "correcta"?
Estimado Arnaldo,
Eliminarlo que Lutero rechaza es la Tradición en sentido católico, es decir, la Tradición apostólica transmitida e interpretada por el Papa, de lo cual procede el famoso sola Scriptura. Pero, como he dicho, no falta en él la instancia de una purificación de la Tradición, aunque a él no le gusta la palabra "Tradición" porque le recuerda el concepto católico. Sin embargo, se puede decir que lo que para el católico es la Tradición para él no es más que la predicación de la Palabra de Dios, el tradere el Evangelio de generación en generación en su pureza. En este sentido he hablado de una "purificación de la Tradición" en Lutero, es decir purificar la predicación de todo contenido que no sea el de la Escritura.