sábado, 28 de diciembre de 2024

Los errores de Karl Rahner: la Iglesia (1/3)

Para Rahner, entre Iglesia y mundo, no existe una diferencia substancial. El mundo, en virtud de la universal experiencia trascendental propia del hombre como tal, es ya Iglesia, pero Iglesia que no se expresa de modo explícito en aquellas que son las estructuras visibles, organizativas y jurídicas, las formulaciones conceptuales y las costumbres externas propias de aquellos que conscientemente y explícitamente pertenecen a la Iglesia y se consideran tales. [En la imagen: fragmento de "Ruinas de iglesia en la nieve", óleo sobre lienzo, 1853, obra de Carl Georg Adolph Hasenpflug, conservada y expuesta en el Museo de Dortmund, Alemania].

Para Rahner no hay diferencia entre Iglesia y mundo
   
----------La vida cristiana, animada por la gracia, se explica y se practica en la Iglesia. Rahner siempre ha tenido un fuerte interés por la Iglesia, ha tenido innumerables contactos con ambientes eclesiales, siempre ha mostrado interés por pertenecer a ellos, se ha procurado muchísimo quehacer con sus innumerables publicaciones, su enseñanza, sus viajes por el mundo sobre todo para promover aquella que a su modo de ver debía ser la reforma de la Iglesia querida por el Concilio Vaticano II.
----------Rahner ha tratado acerca de muchos y diferentes aspectos de la Iglesia en sí misma y en su vida: sus orígenes, su historia, algunos grandes personajes, la esencia de la Iglesia, la función del Espíritu Santo, la relación con Cristo, el papado, el episcopado, los ministerios, los sacramentos (importantes y bien documentados son sus estudios juveniles sobre el sacramento de la penitencia), la liturgia, la cultura y la piedad católica, las tareas del teólogo, la organización de los estudios teológicos, los carismas, la mística, la vida religiosa con particular referencia a la espiritualidad ignaciana, la espiritualidad sacerdotal, la dirección espiritual, los movimientos, el laicado, la política cristiana, las obras sociales, la orientación escatológica, la mariología, las misiones, la predicación, la prensa católica, la formación de los jóvenes, los problemas de la ancianidad y de la enfermedad, el ecumenismo, la organización de la parroquia y de la Iglesia local, el diálogo con los no-creyentes, y por supuesto se ha referido muchísimas veces a la renovación conciliar.
----------Naturalmente, en esta enorme cantidad de doctrinas y de propuestas práctico-pastorales, muchas cosas son útiles, sensatas e interesantes, y han tenido oportuna aplicación, sobre todo en la fase juvenil de la producción rahneriana, durante la cual Rahner se mostró teólogo muy serio y preparado, prudente e inteligente, innovador, dotado de notable sensibilidad espiritual, y al mismo tiempo de fuerte sentido pastoral, conquistándose también un merecido prestigio, que explica el hecho de que haya sido convocado como perito del Concilio.
----------La degeneración de la teología rahneriana data del período siguiente, aunque ya desde los años '40 del siglo pasado él había comenzado en algunos de sus escritos filosófico-teológicos programáticos, poniéndose bajo la égida de santo Tomás de Aquino, como Oyente de la Palabra, y Espíritu en el Mundo, a echar las bases idealístico-panteistas de su sistema. En su interpretación del misterio de la Iglesia Rahner aplica su habitual esquema trascendental-categorial. El trascendental rahneriano, en efecto, al menos en sus intenciones, no quiere ser para nada una experiencia subjetiva o individual -sobre este punto Rahner es diferente del enfoque del modernismo de principios del siglo XX-, sino que es una experiencia del hombre como tal, por consiguiente una experiencia de la verdad universal: precisamente trascendental.
----------Acerca de esto, el padre Cornelio Fabro, en una obra famosa, La svolta antropologica di Karl Rahner (Rusconi, Milano 1974), desenmascaró esta impostura con abundancia de pruebas y agudeza de indagación crítica. Pero lamentablemente no fue escuchado. ¿Por qué? Acordémonos, como decía mi madre, que "todos los nudos llegan al peine". Se está acercando el ajuste de cuentas.
----------Respecto a la experiencia trascendental rahneriana, se trata del universalismo kantiano, basado no en el objeto, sino en el sujeto. No es necesario decir, por otra parte, que este tipo de "objetividad" y de "verdad" no llega a evitar el subjetivismo por los motivos que ya he mencionado cuando he presentado el trascendentalismo rahneriano. Se mantiene que, de todos modos, para Rahner el relativismo se verifica sólo sobre el plano conceptual, pero no sobre el de la experiencia trascendental, la cual en cambio proporciona la verdad absoluta.
----------Pues bien, para Rahner entonces la Iglesia se pone a nivel de la experiencia trascendental colectiva de la comunidad de la salvación que experimenta presente trascendentalmente al Salvador absoluto y la guía del Espíritu Santo. La Iglesia, por consiguiente, antes de ser la comunidad de los cristianos conscientes de ser tales, los cristianos "temáticos" o categoriales, o sea de aquellos que explicitan conceptualmente la experiencia cristiana apriórica y atemática en los dogmas de la Iglesia bajo la guía del Magisterio, es la comunidad humana como tal, originariamente en gracia de Dios, o sea, el conjunto de los "cristianos anónimos", que son cristianos sin saber que lo son, y sin haber expresado conceptualmente su fe atemática y apriórica.
----------Por eso para Rahner, entre Iglesia y mundo, no existe una diferencia substancial. Para el pensamiento rahneriano, el mundo, en virtud de la universal experiencia trascendental propia del hombre como tal, es ya Iglesia, pero Iglesia que no se expresa explícitamente en aquellas que son las estructuras visibles, organizativas y jurídicas, las formulaciones conceptuales y las costumbres externas propias de aquellos que conscientemente y explícitamente pertenecen a la Iglesia y se consideran tales.
----------La Iglesia, por tanto, no es una comunidad basada sobre principios que superen la simple sociabilidad humana, sino que no es otra cosa que la suprema realización de tales principios: "La doctrina de la Iglesia simplemente radicaliza la doctrina de la sociabilidad del hombre y hace, sí, que tal sociabilidad sea relevante también en la historia de la unicidad más personal" (Teología de la experiencia del Espíritu, op.cit., p.488).
   
Una Iglesia totalmente inmersa en la historia
   
----------Por otra parte, para Rahner, la esencia de la Iglesia no es inmutable, sino que está totalmente inmersa en la historia. No existen elementos, por un lado sustanciales inmutables y, por otro lado, otros mutables, sino que todo muta, todo es "histórico". Esta es una tesis auténticamente modernista, de matriz hegeliana: "La historicidad no puede ser vista como un cambio accidental de la esencia de la Iglesia [...]. La relación entre identidad y cambio en la Iglesia no puede ser explicada simplemente según este esquema: sustancia-accidente (dogma-teología; derecho divino-derecho humano, etc.)" (ibid., p.211).
----------He dicho que esta tesis de Rahner es una tesis auténticamente modernista. En efecto, la encíclica Pascendi, refiriéndose a la concepción modernista de la Iglesia, se pregunta: "¿Qué viene a ser, pues, la Iglesia? Fruto de la conciencia colectiva o de la unión de las ciencias particulares, las cuales, en virtud de la permanencia vital, dependen de su primer creyente, esto es, de Cristo, si se trata de los católicos" (n.22). No es difícil vincular esta "permanencia vital" con la "experiencia trascendental" de Rahner.
----------Existe así, por cuanto parece, una Iglesia trascendental, que es objeto de la experiencia trascendental; y existe una Iglesia categorial, que es la Iglesia visible e históricamente experimentable. Así como para Rahner la fuente de la verdad no está en el contacto con la realidad externa, sino en la íntima experiencia trascendental, de allí viene que para él los criterios de discernimiento para reconocer a la verdadera Iglesia no son proporcionados por la Iglesia misma tal como objetivamente se presenta a mi experiencia externa, mediante el testimonio apostólico, sino que yacen infaliblemente, dado que están inspirados por el Espíritu, en mi experiencia trascendental: "así como yo, cristiano concreto, en mi experiencia concreta de fe, sé ya en cierto modo qué es cristianismo, y así como estoy persuadido de que sólo se da verdadera Iglesia de Cristo allí donde está presente la realidad pneumática del cristianismo, experimentada por mí en la fuerza del Espíritu, en consecuencia sólo puedo tomar en consideración una comunidad o Iglesia cristiana como la Iglesia auténtica de Jesús, si y en tanto ella no contradice a la substancia fundamental del cristianismo experimentada por mí en la propia existencia" (Curso fundamental sobre la Fe, op.cit., p.411).
----------Por consiguiente, para Rahner, no soy yo quien se tiene que atener a cuanto la Iglesia visible dice de sí misma, porque la Iglesia empírica y categorial es falible (como es falible todo concepto), sino que es esta Iglesia la que debe caer bajo mi examen y mi juicio, porque soy yo, en cuanto estoy inspirado por el Espíritu Santo en mi incuestionable experiencia trascendental, quien viene a saber aprióricamente, de modo preconceptual, y no la Iglesia visible, cuál es la verdadera Iglesia, o sea la Iglesia trascendental.
   
Una Iglesia desde abajo
   
----------Rahner es un sostenedor de la así llamada "Iglesia desde abajo", una tesis que fue muy difundida sobre todo en los ambientes de la teología de la liberación en los años Setenta: la Iglesia no está guiada por los Obispos, sino por el pueblo (con el pretexto de la doctrina conciliar de la Iglesia como "pueblo de Dios"). Para sostener esta tesis, Rahner hace referencia al hecho de que hoy la Jerarquía no dispone ya de ese poder político sobre la sociedad del cual disponía en el pasado: "La Iglesia, en la actual situación de minoría, en la cual ya no está sostenida por el poder social profano, puede ser Iglesia y llegar a serlo cada vez más sólo en la medida en la cual es conscientemente Iglesia desde abajo y, desde el perfil sociológico, no ya Iglesia pre-puesta y contra-puesta a un pueblo eclesial" (ibid., p.644).
----------Se trata aquí del habitual sofisma, el cual confunde el uso legítimo de la autoridad, ejemplificado por Cristo y por los Apóstoles, con su abuso, dictado por la ambición y por la prepotencia. La Iglesia, ya lo decía Pío XII, no es una democracia, sino una monarquía, la monarquía de la caridad de Aquel que dijo: "No sois vosotros los que me habéis elegido, sino que yo os he elegido a vosotros".
----------Aún así, el elemento democrático no está y no debe estar ausente en la dinámica eclesial, pero concierne sólo a ámbitos que no tocan la dirección suprema, sacramental, ligada al episcopado, sino más bien sólo a la vida moral, ascética, social y religiosa, al nivel del pueblo de Dios. Pensemos por ejemplo en la elección de los superiores en los institutos religiosos o en las asociaciones laicales o de los dirigentes o de los moderadores en las asambleas, en los institutos culturales o académicos o en los congresos eclesiales.
----------Rahner tiene un concepto de la autoridad en la Iglesia que recuerda notablemente aquella teoría que ha sido condenada por la Pascendi, en donde se dice: "En las pasadas edades fue un error común pensar que la autoridad venía de fuera a la Iglesia, esto es, inmediatamente de Dios; y por eso, con razón, se la consideraba como autocrática. Pero tal creencia ahora ya está envejecida. Y así como se dice que la Iglesia nace de la colectividad de las conciencias, por igual manera la autoridad procede vitalmente de la misma Iglesia. La autoridad, pues, lo mismo que la Iglesia, brota de la conciencia religiosa, a la que, por lo tanto, está sujeta: y, si desprecia esa sujeción, obra tiránicamente" (n.22).
   
La Iglesia como sacramento de salvación en Rahner
   
----------La muy conocida expresión del Concilio Vaticano II, que habla de "Iglesia sacramento de salvación" reviste en Rahner un sentido trascendentalista y sobrecargado, que implica una distinción en el concepto de "sacramento" entre un significado trascendental y otro categorial. La Iglesia como tal es "sacramento" en un sentido trascendental precategorial, implícito; en cambio, el sacramento en el sentido tradicional de la palabra, como signo sagrado visible acompañado de la palabra ritual, es, para Rahner, el sacramento en el sentido "objetivo", categorial, empírico, explícito.
----------Se repite también aquí el juego que venimos advirtiendo en todo el sistema rahneriano: el sacramento categorial es la expresión externa e histórica -por lo tanto múltiple, mutable y contingente- del sacramento originario, Ursakrament, el único sacramento trascendental, que es la Iglesia. En efecto, se debe recordar que el trascendental rahneriano, como el kantiano-idealista, es uno sólo porque es el Absoluto (es el "sujeto"), mientras que son múltiples las categorías (ligadas a la historicidad y al devenir), a diferencia del trascendental realista, que es múltiple, en cuanto se trata de las múltiples propiedades analógicas del ente.
----------Dice Rahner: "La Iglesia es el sacramento real fundamental de la salvación del mundo [...]. Es esta realidad de la Iglesia, antecedente a las individuales acciones sacramentales y que les confiere a ellas su esencia y eficacia, [...] que los sacramentos 'significan' originariamente" (Sociedad humana, op.cit., p.358). Me parece que para Rahner, la Iglesia-sacramento sea más importante que los mismos siete sacramentos.
----------En realidad, el Concilio ve en la Iglesia "como" un sacramento, por lo que hay que mantener el significado propio de sacramento para los siete sacramentos. Extendiendo a la Iglesia el carácter de "sacramento", el Concilio amplía el significado de la palabra, entendiendo en un sentido analógico o metafórico por sacramento un signo sagrado del cual Dios se sirve para comunicar su gracia al mundo, prescindiendo obviamente de la precisión que se trate de un signo particular, de institución divina, constituido por una materia y por una forma, tal como se da en los siete sacramentos. La Iglesia es en cambio este signo en cuanto por ella vienen administrados los sacramentos, de los cuales ella es la depositaria y la guardiana y es, en su conjunto, el canal de la gracia sacramental mediada por los siete sacramentos.
----------En cambio, donde el significado del término "sacramento" se sale decididamente de sus límites legítimos, es allí donde se habla de "sacramento del mundo", según el título de la famosa enciclopedia teológica dirigida por Rahner. Si la Iglesia puede ser considerada un sacramento, no puede serlo en absoluto el mundo, salvo para confundir, como por lo demás hace Rahner, lo sagrado con lo profano. Nuevamente se ve aquí el influjo hegeliano de la sacralización del mundo. El mundo debe ser consagrado, como decía Pío XII, pero no es sagrado de por sí. De hecho en cuanto es este mundo, el mundo del pecado, él está bajo el dominio de Satanás.
----------En cambio, la visión rahneriana de la Iglesia supone un concepto de la relación entre sagrado y profano, donde todo es sagrado (lo "trascendental"), en el sentido de que lo "profano" no es un plano de realidad distinto de lo sagrado, sino que es lo "sagrado" en cuanto se manifiesta visiblemente e históricamente (de modo categorial). Estamos siempre en un clima panteísta: todo es Dios; el mundo no es un conjunto de entes distintos de Dios, sino que es manifestación de Dios, es "teofanía" de Dios.
----------Dice Rahner: "Si la realidad sacral está constituida, en el fondo, por la gracia de Dios, vale decir, cuando Dios deviene el fundamento que porta la dimensión última y el futuro absoluto del hombre, entonces no existe ningún ámbito identificable como templum sacrum, contrapuesto a un mundo profano y sin Dios, como único ámbito en el cual sea posible buscar y encontrar al Dios de la santidad y de la vida eterna. Entre lo sagrado y lo profano existe una única insuperable línea divisoria, aquella de la culpa mortal [...]. También la Iglesia, en su conjunto, está frente a esta santidad del mundo profano como signo sacramental que afirma que Dios ha amado con el mismo amor al mundo" (Nuevos ensayos, vol.IV, op.cit., p.460).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios sin debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados. Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.