Una cuestión muy interesante y delicada me ha sido planteada semanas atrás por un Lector, concerniente a la doctrina sobre la infalibilidad pontificia. Dado que en la fundamentación magisterial de tal doctrina se recurre hoy no sólo a textos, por ejemplo, del Concilio Vaticano I, sino también a la Nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la Professio fidei emanada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en apéndice a la Carta apostólica de san Juan Pablo II Ad tuendam fidem del 29 de junio de 1998, la pregunta focal es si tal Nota es infalible. La respuesta a tal cuestión es simple. [En la imagen: Una vista de la Cúpula de la Basílica de San Pedro desde una de las azoteas del Palazzo del Sant’Uffizio, en el Vaticano].
El Papa enseña o por sí o por medio de colaboradores
----------Sabemos que el Papa en el ejercicio de su ministerio doctrinal siempre se ha valido o ha recurrido a la ayuda de cercanos y confiables colaboradores de probada fe y sólida doctrina, siendo consciente de la gravedad de esta responsabilidad suya, de los límites de sus fuerzas humanas y de lo que compromete este servicio, que debe ser de utilidad para toda la Iglesia esparcida por el mundo.
----------Ciertamente, nuestro Señor Jesucristo ha asegurado a Pedro y a sus Sucesores el asistirlos en la predicación del Evangelio de tal modo que nunca se puedan equivocar en el interpretar, explicar, conservar, custodiar, defender y difundir la Palabra de Dios.
----------Pero podríamos preguntarnos: a fin de desempeñar suficientemente su oficio magisterial, ¿no podría el Papa contentarse con la infalibilidad que Cristo le ha prometido? ¿Qué sentido tiene hacerse ayudar en una tarea para cumplir la cual Cristo le ha prometido no hacerle faltar una infalible asistencia?
----------Y tal pregunta nos puede llevar también a otra: ¿el Romano Pontífice puede tener en campo doctrinal colaboradores que compartan su infalibilidad doctrinal? Ciertamente, Cristo ha prometido esta infalibilidad no solo a Pedro, sino a todo el colegio apostólico y por tanto también al episcopal, es decir, a los sucesores de los apóstoles cum Petro e sub Petro: "Quien escucha a vosotros, me escucha a mí".
----------El mismo Pueblo de Dios, como bien sabemos, cuando proclama su fe en la recitación del Credo es infalible, pero ciertamente lo es solo en cuanto está en comunión con el Vicario de Cristo. No tendría sentido hipotetizar una Iglesia infalible en la fe independientemente del Papa. Por el contrario, es el Papa quien define y el que decide la rectitud de la fe de la Iglesia. Es que la Iglesia, en la fe, no está por encima del Papa, sino al contrario es el Papa quien es la guía y el maestro de la Iglesia en la fe.
----------Sin embargo, el Papa goza de un carisma de infalibilidad que es propio y exclusivamente del Papa, o sea la facultad de confirmar la fe de la Iglesia y de decidir definitivamente acerca de las cuestiones doctrinales. Él es el único fiel de Cristo en toda la Iglesia que tiene este poder de establecer definitivamente cuál es la verdad de fe no por consenso de la Iglesia, sino por sí mismo y en virtud de su carisma personal.
----------Cualquier Obispo o cualquier Iglesia local pueden caer en la herejía. El Obispo de Roma nunca puede equivocarse al decirnos cuál es el verdadero Evangelio y qué es lo que ha enseñado verdaderamente Cristo.
----------Es necesario que nosotros comprendamos el sentido preciso de ese grupo de colaboradores cuyo oficio, como sabemos, ha sido objeto de diferentes denominaciones. En los siglos pasados hasta san Paulo VI era llamado Santo Oficio. Paulo VI le cambió la denominación llamándolo Congregación para la Doctrina de la Fe. El actual Papa a su vez ha cambiado su nombre y ahora se llama Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
----------Es claro que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe no tiene una autoridad doctrinal por cuenta propia, sino que participa de la autoridad del Papa, por lo cual cuando emana un documento de carácter doctrinal o sea que trata materia de fe o próxima a la fe, cualquiera que sea el grado de autoridad pontificia que conlleve, el Dicasterio de la Fe participa de la misma infalibilidad doctrinal del papa Francisco.
----------El Concilio Vaticano II ha reformado el colegio de los ayudantes doctrinales del Papa confirmando el oficio dedicado a la señalización o denuncia de los errores en la fe, pero asignando a la Congregación para la doctrina de la fe también una finalidad propositiva, que hasta entonces había estado ausente, de modo que el nuevo oficio ha asumido también la función de evidenciar en el sujeto bajo examen o en su doctrina también aquellos aspectos positivos que es bueno potenciar. De tal modo la Congregación para la Doctrina de la Fe desde san Paulo VI hasta el actual Papa ha realizado una labor muy importante junto y a la par del magisterio pontificio tanto en la corrección de los errores como en la promoción de los valores. Véase por ejemplo la colección de documentos publicada por la misma Congregación para la Doctrina de la Fe en 1985: Documenta inde a Concilio Vaticano secundo expleto edita (1966-1985), Libreria Editrice Vaticana 1985.
----------Una cuestión muy interesante y delicada que me ha sido planteada por un Lector es si se debe considerar doctrina infalible la de la Nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la Professio fidei emanada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en apéndice a la Carta apostólica de san Juan Pablo II Ad tuendam fidem del 29 de junio de 1998. La respuesta a tal cuestión es simple.
----------La Nota expone los tres grados de autoridad de las doctrinas pontificias para comentar los respectivos cánones del Derecho Canónico (cann. 749-752). Ahora bien, considerando que la Nota ilustra los tres grados de infalibilidad del magisterio pontificio y que la infalibilidad pontificia es dogma de fe, se debe deducir que la autoridad misma de la Nota debe considerarse infalible, precisamente porque nos proporciona el criterio para discernir los grados de infalibilidad de las doctrinas pontificias y del magisterio de la Iglesia.
----------En la actualidad, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe no se limita a documentos doctrinales o dogmáticos o a condenaciones de herejías, sino que emana también directivas pastorales o disciplinarias, en las cuales claramente la infalibilidad doctrinal no entra, o sea no tiene nada que ver, sino que ponen en juego la prudencia o la justicia, donde el mismo Pontífice no es infalible.
----------Así, por ejemplo, el Dicasterio de la Fe, como es sabido, ha concedido el permiso en ciertos casos de la comunión eucarística a los divorciados que se han vuelto a casar o la bendición a las parejas homosexuales. Por el contrario, los recientes documentos doctrinales sobre la dignidad humana y sobre la relación entre inteligencia humana e inteligencia artificial, tratando de materia próxima a la fe, son claramente infalibles.
El típico caso argumentado por la masonería: Galileo Galilei
----------El recurrente caso Galileo Galilei, que como aburrido estribillo viene citado periódicamente por la masonería para sostener la oposición de la Iglesia a la ciencia y que el Dicasterio de la Fe no es infalible, es citado totalmente fuera de lugar, a despropósito, porque los historiadores han aclarado que el Santo Oficio -como reconoció san Juan Pablo II- se equivocó al acusar a Galileo de herejía debido a un error en el uso del término "herejía", en cuanto la palabra viene usada impropiamente no como referencia a alguna proposición de Galileo efectivamente herética, sino porque el Santo Ofício creyó que Galileo con su interpretación del pasaje de Josué vendría a negar la inerrancia bíblica, cosa que es efectivamente herejía, mientras que Galileo por su parte pretendía que la Iglesia reconociera la verdad de su teoría heliocéntrica.
----------Ahora bien, el Santo Oficio se equivocó no en el juzgar herética una tesis ortodoxa sino en el considerar que la teoría galileana supusiera la tesis herética según la cual la Biblia puede estar equivocada. El suyo, por lo tanto, no ha sido un juicio doctrinal en materia de fe, sino que ha sido una decisión pastoral imprudente expresada inoportunamente con el uso de la palabra "herejía" en el temor de que el heliocentrismo de Galileo pudiera favorecer la herejía de quienes sostenían la falibilidad doctrinal de la Biblia.
----------Por lo tanto, aquel juicio del Santo Oficio en el siglo XVII fue un juicio imprudente, pero no herético, con un uso impropio y traslaticio del término "herejía", cosa verdaderamente reprobable, pero que no ha implicado en absoluto por parte del Santo Oficio el haber tomado por herejía una tesis ortodoxa. Por consiguiente, el Santo Oficio no ha errado en la doctrina sino en la pastoral.
----------El error del Santo Oficio se debió a una forma o modalidad de imprudencia y no a falta de ortodoxia, es decir, se debió al hecho de que, no conociéndose en aquel entonces la interpretación exacta del pasaje del libro de Josué, interpretación que ha sido realizada recientemente por la moderna exegesis histórico-crítica, se pensó que Galileo quisiera invalidar la veracidad de la Escritura.
----------El Santo Oficio no pretendía condenar el heliocentrismo en sí mismo, bien sabiendo que no era materia de fe, sino la voluntad de Galileo de corregir el texto sagrado. Esto supuso en los jueces de Galileo un simple error exegético debido a la ignorancia del verdadero sentido del pasaje de Josué. La exégesis moderna ha dejado claro que "detener el sol" no debe tomarse literalmente, sino que es simplemente una forma de decir para expresar el hecho de que la batalla se prolongó hasta bien entrada la noche.
----------No hay que confundir la exégesis bíblica con la interpretación eclesial del dato revelado. La Iglesia es infalible en la interpretación del dato revelado, pero la exégesis bíblica es una simple ciencia humana fallible, donde incluso un Papa puede equivocarse.
A propósito del Santo Oficio: "El Dicasterio que presidirás, en otras épocas llegó a utilizar métodos inmorales. Fueron tiempos donde más que promover el saber teológico se perseguían posibles errores doctrinales. Lo que espero de vos es sin duda algo muy diferente". Papa Francisco.
ResponderEliminarEstimado Jorge,
Eliminarel papa Francisco, en el texto que usted cita (tomado de la carta personal que le enviara a mons. Fernández al nombrarlo Prefecto) no se refiere a la actividad doctrinal del Santo Oficio, sino a un cierto estilo de excesiva severidad, que hoy ya no es admisible.
Además, todos sabemos que hasta la época del Concilio Vaticano II el Santo Oficio se limitaba exclusivamente a la condena de los errores. Fue solo recién con el Concilio Vaticano II y el pontificado de san Paulo VI que la Congregación para la Doctrina de la Fe comenzó, a instantas por supuesto del Concilio y del Papa, a no limitarse a la condena de los errores, sino que añadió a esta tarea también el reconocimiento de los lados positivos presentes en las doctrinas erróneas.
Un ejemplo importante de este nuevo estilo es la actitud que la Congregación para la Doctrina de la Fe asumió hacia la Teología de la Liberación, emitiendo dos documentos: el primero, donde se condenaban los errores, y un segundo documento, donde se alababan los aspectos positivos.
"Hay que reconocer que a lo largo de la historia el Santo Oficio en alguna ocasión ha equivocado su juicio".
EliminarFidem servare
Estimado Jorge,
Eliminarcomo ya le he dicho, ha sucedido que el Santo Oficio ha intervenido por motivos disciplinarios. Ciertamente en este ámbito de lo gubernativo-pastoral-disciplinar, el Dicasterio de la Fe puede carecer de justicia y también puede corregir ulteriormente sus intervenciones.
Lo que no es pensable es que el Santo Oficio cambie una sentencia que toca a la doctrina, porque en este caso, como ya he escrito, estos ayudantes del Papa no actúan según sus opiniones personales, sino en cuanto representantes del magisterio infalible del Papa.
El Santo Oficio condenó al Padre Pío. Por cinco veces el Padre Pío fue puesto bajo investigación por el Santo Oficio. Sufrió registros, interrogatorios, escuchas, restricciones y prohibiciones de celebrar misa en público...
ResponderEliminarEstimado Jorge,
Eliminarrespecto al padre Pío de Pietrelcina, hay que decir que no fue investigado desde el punto de vista doctrinal, sino solo por motivos pastorales.
Aún así, no podemos justificar las intervenciones del Santo Oficio, por el hecho de que en esa época ese dicasterio desarrollaba intervenciones solamente de carácter doctrinal, por lo cual el hecho de que el padre Pío estuviera bajo examen por parte del Santo Oficio, hacía parecer a algunos que el padre Pío fuera sospechoso de herejía.
Buenas tardes Padre,
ResponderEliminarComo sabemos los dicasterios han tomado esta denominación después de Praedicate Evangelium, una de las reformas más 'significativas' del actual pontificado. Antes se llamaban precisamente 'Congregaciones' porque la opinión era fruto de un trabajo compartido al servicio de la Iglesia. Con PE los dicasterios se convierten en simples 'ratificadores' a la manera de una oficina de registro civil. Emblemático (y doloroso) es el caso precisamente de la 'vieja' Congregación para la Doctrina de la Fe, ex Santo Oficio , o sea la máxima autoridad en materia de ortodoxia, valoraciones, etc. Con la publicación de Amoris Laetitia el contraste entre la voluntad bergogliana y el prefecto de la Congregación se vuelve insanable. De ahí a poco, el 1 de julio de 2017 el prefecto en el cargo Card. Muller no es reconfirmado, posteriormente son removidos también sus colaboradores, según modalidades bien conocidas también en la diócesis de Roma.
El problema, entonces, no es Galileo ni tampoco el Santo Oficio, o la infalibilidad, etc.
Estimado Fernando,
Eliminarel actual Dicasterio de la Fe conserva siempre la tarea tradicional de constituir un grupo de especialistas en campo doctrinal encargados de ayudar al Papa en su magisterio doctrinal.
Por cuanto respecta a lo sucedido con el Card. Müller, él nunca ha osado criticar al Papa desde el punto de vista doctrinal, sabiendo bien Müller que el Papa es Maestro de la Fe. Sin embargo, según tengo entendido, en ocasión de la carta Amoris Laetitia el Cardenal ha sido demasiado duro al hacer algunas críticas, de por sí legítimas.
Mi personal impresión es que el Papa se ha irritado quizás demasiado por el comportamiento de Müller, tanto que como sabemos no le ha renovado el cargo.
Por cuanto respecta a la destitución del cardenal Muller, quizás era demasiado "conservador" para un Pontífice "progresista" como el actual. Ciertamente me ha disgustado porque, si no me equivoco, el cardenal Muller, además de ser muy competente en la materia, es un gran defensor de la ortodoxia católica contra todas las derivas presentes hoy en el ámbito eclesial. Pedro Pablo P.
EliminarEstimado Pedro Pablo,
Eliminartambién a mí me ha disgustado que el Papa no le haya renovado en su momento el mandato al card. Müller. Pienso yo también que el motivo está en el hecho de que en materia de ética matrimonial Müller había sido vinculado a la Familiaris Consortio de San Juan Pablo II. Como ya he dicho, en mi opinión Müller ha mostrado contrariedad a la orientación de la carta Amoris Laetitia y quizás el Papa fue demasiado duro al reaccionar a este comportamiento efectivamente poco respetuoso del Cardenal. De todos modos está claro que en este episodio la doctrina no tiene nada que ver y me parece que en cambio ha jugado un contraste de tipo pastoral.
Rev. Padre Filemón, tendría dos preguntas para usted. Creo que el tema puede ser útil a muchos. Hasta hace algunas décadas se escribían espléndidos libros de teología dogmática (el famoso " Bartmann " en tres volúmenes, el bellísimo compendio de dogmática escrito por Ludovico Ott, pero también el compendio de Giuseppe Casali, etc. ) donde las verdades de fe se explicaban también escribiendo si eran "dogma de fe", "verdad de fe divina", "verdad próxima a la fe ",etc hasta llegar a la opinión teológica. Hoy existen sin duda buenos libros de teología dogmática, pero no encuentro en ellos ( al menos los que he leído yo ) la precisión que encontré en los mencionados volúmenes más antiguos. Además con la confusión doctrinal que hay ( no en la Iglesia, pero entre los libros de teología en el mercado: en mi modesta opinión no todos son plenamente fiables en cuanto a ortodoxia ) sería útil restablecer la obligación del imprimatur que ,Me parece que fue retirado después del Concilio Vaticano II. ¿Qué opina? Gracias. Pedro Pablo P.
ResponderEliminarEstimado Pedro Pablo,
Eliminarresponderé a sus inquietudes ordenadamente:
Efectivamente los tratados de teología del preconcilio hacían un buen servicio al ayudarnos a comprender cuál era el grado de autoridad de las doctrinas que ellos exponían. Tenga presente, sin embargo, que la responsabilidad de establecer estas notas teológicas era propia de cada teólogo, por lo cual fácilmente en este campo existían desacuerdos entre teólogos que, sin embargo, dejaban intacta en cada uno de ellos la plenitud de su propia fe católica.
Además, la doctrina de santo Tomás de Aquino era tan autorizada que era adoptada, es decir hecha propia, por la mayoría de los teólogos, por lo cual existían opiniones teológicas tan autorizadas, que eran comunes en las escuelas de teología.
Con la reforma de los estudios, iniciada por el Concilio, santo Tomás permanece siendo siempre el teólogo más recomendado, pero la Iglesia ha permitido a las diversas escuelas de teología expresarse con mayor libertad que en el pasado.
En esta situación la diversidad de opiniones entre los teólogos ha aumentado y, por desgracia, ha habido una infiltración del modernismo, aparte de aquellas que son las resistencias de una teología preconciliar. Naturalmente el obispo, como Maestro de la Fe, tiene siempre la responsabilidad de una supervisión del trabajo de los teólogos que trabajan en su diócesis.
La cosa esencial a tener presente es que el Obispo tenga confianza en sus teólogos. Ya no es una cosa tan importante el imprimatur. El problema hoy es sobre todo el de los Obispos que no intervienen. Este fenómeno, por desgracia, está muy extendido y a menudo los fieles quedan desconcertados, por lo cual se crean divisiones dolorosas, que es difícil de resolver porque sucede que quien debería dar claridad no lo hace.
El remedio a esta situación puede ser dado por el hecho de que los fieles tienen la posibilidad de recurrir como criterio de evaluación al Catecismo de la Iglesia Católica, además de a las encíclicas de los Papas y a los Documentos doctrinales del Concilio Vaticano II. En cuanto a mi artículo sobre los grados de autoridad, cualquier fiel de buena voluntad puede hacer referencia a esos grados de autoridad.
En este punto yo creo que cada fiel, adulto de buena voluntad, laico, religioso o sacerdote, tiene la posibilidad de entender por cuenta propia cuáles pueden ser los grados de autoridad de las enseñanzas actuales, ya sea de nuestros Pastores, ya sea del Papa.
Conversando de este tema con algunos... amigas y amigos católicos, cultos, y preocupados por el acontecer cotidiano en la Iglesia... me decían que sí, que el Papa es infalible, pero que parece de sentido común que su carisma sea personal, intransferible... Sin embargo, creo que mi contra-argumento es también fuerte: el Papa es quien en definitiva aprueba los documentos del DDF y permite su publicación y su enseñanza a toda la Iglesia..., por lo cuál, en definitiva, él es el responsable... Por consiguiente: ¿cómo no podrían tales textos gozar del carácter de verdad del que gozan los demás textos del Magisterio Papal?...
ResponderEliminarEstimada Rosa Luisa,
Eliminarestoy de acuerdo con cuanto usted dice. Ciertamente el nivel de autoridad de los documentos del DDF es inferior al de los documentos pontificios. ¿En qué consiste esta inferioridad? En el hecho de que la infalibilidad pontificia viene participada y no se expresa como tal. En otras palabras, son documentos infalibles, pero esta infalibilidad no se funda en la autoridad del DDF, sino en la misma infalibilidad del Papa, que da su aprobación, o bien estos documentos del DDF son redactados por encargo del mismo Papa con su aprobación final.
Este Papa, en mi opinión, tiene colaboradores contradictorios: se ha valido de un prefecto de la doctrina que está a favor de los LGTB y también ha escrito libros- y sus encíclicas/cartas/exhortaciones llevan divisiones-. Ha mantenido encuentros con M. Pannella y E. Malino que chupaba el cerebro de los niños a abortar con la "pompetta" y fueron promotores de leyes de desmembramiento familiar (aborto/ divorcio, eutanasia) y no va a visitar a su conterránea Maria Orlandi de 94 años, que iba a Misa en S. Marta y a la cual desde hace 11 años le viene diciendo que su hija E. Orlandi se encuentra en el cielo, sin escucharla y explicarle cómo ha llegado? El hijo Pedro ha escrito a Francisco varias veces sin respuesta para ser recibido- ¿La Minardi, esposa de De Pedis, dice que fue asesinada por orcos vaticanos y que la secuestró su marido, ahora enterrado en San Apolinar bajo el altar, cm un santo?? Y dice que estuvo en un instituto católico-religioso de Londres, el expediente encontrado en la Secretaría de Estado del Vaticano lo atestigua, pero es secreto, ¿la madre no debería SABERLO? Estamos en la Apostasía declarada! ¿Ahora habrá que esperar la manifestación de la Bestia y del Anticristo???
ResponderEliminarEstimado José,
Eliminarsi usted quiere vivir su vida de católico serenamente y llevando buenos frutos de vida eterna, le doy un consejo. Tenga presente que el Papa, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, es nuestra guía en el camino de la salvación. Todas esas cosas que usted me dice, que son noticias reportadas, de las cuales no sabemos la fuente, noticias no examinadas críticamente, que rayan con el chisme y con el cotilleo, tiene que dejarlas pasar.
En cambio, siga los discursos del Papa, ponga en práctica sus enseñanzas y rece por él, además de dar usted mismo un ejemplo de vida cristiana según aquellos dones que Dios le ha dado y de los cuales deberá responder en el momento de presentarse ante el Señor.