Lo que actualmente crea preocupación es que los alemanes, al parecer hechos tan sabios por la terrible derrota sufrida en la segunda guerra mundial, ya no piensan en imponer su hegemonía intelectual sobre otros pueblos con métodos militares, pero han encontrado un método más sutil y eficaz para ejercerla: el del dominio sobre los espíritus gracias a su eficientísima actividad filosófica y teológica.
----------Hitler, por sugerencia de un cierto Lanz Von Lebenfels, ex monje apóstata, fue inducido a invertir la relación bíblica: el pueblo elegido era la raza alemana; el verdadero Dios no era el puro Ser de la Biblia, sino que era el Dios ser-no-ser, el Dios maniqueo, el de Hegel, que -casualmente- retomaba el de la Cabalá; el pueblo malvado eran los Judíos, cuyo Dios era el Dios del mal. El verdadero Mesías no era Cristo, sino que era él.
----------El verdadero Dios para Hitler es la rueda de la vida, antiquísimo símbolo indio, una sucesión infinita de vida-muerte-vida, presente también en la masonería esotérica, sin que nunca la vida prevalezca definitivamente sobre la muerte, porque Dios no es pura vida, sino que vida y muerte entran en su misma esencia de Dios. La vida procura la muerte y la muerte procura la vida. El Dios de Hegel no es otra cosa. Se identifica con la Historia, que es mezcla inextricable de ser y de no ser, verdadero y falso, bien y mal, vida y muerte.
----------Hitler había comprendido que Cristo era la plenitud del judaísmo, cosa que no comprendían desde hacía 19 siglos tantos judíos que permanecían apegados a Moisés y rechazaban a Cristo como Mesías de Israel y de la humanidad. Y por eso Hitler comprendió que la persecución de los judíos implicaba como consecuencia lógica la persecución de los cristianos, aunque muchos judíos no se reconocieran en el cristianismo, sino que fueran infieles a Moisés corrompidos como Spinoza, por tradición Cabalística.
----------La hostilidad de Hitler hacia los cristianos no tenía, por tanto, nada que ver con la de la tradición mosaica y rabínica. Hitler, que había tenido una educación católica, sabía mucho mejor que los judíos que Cristo es la plenitud de Israel y el Salvador de la humanidad. Y este es el motivo fundamental por el cual Hitler persiguió al pueblo judío porque se sentía él el Mesías y salvador de la humanidad y así lo consideraban los nazis.
----------Por otra parte, Hegel proporcionaba la concepción totalitaria del Estado; Nietzsche la doctrina de la voluntad de poder, Darwin una concepción de las razas humanas donde la igualdad era sustituida por una concepción gradualista y evolutiva materialista de la naturaleza humana, por lo cual al superhombre, el alemán, correspondía el sub-hombre, el judío. Lutero proporcionaba la concepción immanentista de Dios con el factor anticatólico. Descartes proporcionaba la conciencia del yo como yo absoluto. Fichte proporcionaba la idea mágica del yo como creador de sí mismo. Heidegger proporcionaba al nazismo el concepto de lo sagrado tomado no del cristianismo, sino del paganismo griego de Hölderlin y de Rudof Otto.
----------Hitler finge admitir a Dios y habla de él con frecuencia en sus discursos. También lo llama Herr Gott. Él se declara convencido de haber recibido de Dios la misión de promover la grandeza del pueblo alemán sobre todos los demás pueblos. Pero, ¿quién es Dios para él? Está claro que no es el Dios trascendente del cristianismo, sino el Dios cósmico de Hegel inmanente al yo y expansión infinita del yo. Hitler se siente poseído, invadido e inspirado por este Dios, que lo hace hablar y lo convierte en excitador, arrastrador e hipnotizador de multitudes oceánicas pendientes de sus labios. Hitler se siente el mensajero, el profeta y el vate de este Dios inmanente o, como lo llama, "ser superior", instrumento de salvación.
----------Hitler se consideraba, y así fue considerado por millones de alemanes, como el Mesías, el intérprete y guía inspirado del pueblo alemán, de la raza elegida, de la raza de los señores y dominadores de la humanidad, pueblo divino y Dios él mismo, del cual él era el único y absoluto líder y guía, la sustancia de este pueblo, mientras que los singulares individuos eran sus emanaciones contingentes y fugaces, que solo en el Führer tenían la sustancia de su ser. Se diría que hemos estado ante una imitación diabólica de la Iglesia como cuerpo místico de Cristo, donde en lugar de Cristo estaba Hitler.
----------Lo que Hitler proclamaba públicamente tenía sus fuentes secretas, como su vulgarización, en sus conocimientos esotéricos extraídos de sociedades secretas y ocultistas que recababan tanto de la antigua mitología germánica como de las antiguas tradiciones gnósticas iraníes (cf. René Alleau, Los orígenes ocultos del nazismo. El tercer Reich y las sociedades secretas, Edizioni Mediterranee, Roma 1989).
La cuestión de la raza
----------Hoy en día, cuestiones como la de la identidad de raza o de la conservación o defensa o promoción de la raza o la pureza o impureza de la raza, no interesan a casi nadie, y más bien suscitan en muchos un movimiento de repugnancia, de escepticismo y de disgusto, Después de que las teorías raciales por obra sobre todo de los nazis, condujeran a los terribles horrores de la segunda guerra mundial, después de que en las primeras décadas del siglo pasado y al final del siglo XIX se había extendido un enorme y anormal interés por el problema a nivel de naciones, pueblos y razas, mientras que enjambres de estudiosos o intelectuales e incluso esoteristas y ocultistas fantaseaban sobre míticas razas ancestrales de origen divino.
----------Hoy que es muy percibido el valor de la igualdad humana y el hecho de que cada uno debe ser evaluado por lo que dice y hace y no en base al color de la piel, las mencionadas cuestiones sobre la raza parecen el residuo de una mentalidad incapaz de comprender el valor de la libertad y de la convivencia humana, aunque sigue siendo siempre cierto que las diversidades de las razas, aparte de la diversidad de los idiomas, no es una consecuencia del pecado original, y aparece como una pluralidad de valores querida por Dios. La elección del pueblo judío es un hecho revelado que durará hasta el fin del mundo. Tal elección ha tenido origen en Abraham, así como otros pueblos han tenido origen de otros fundadores.
----------En cambio parece increíble cómo estas cuestiones polarizaron la atención de enormes multitudes tanto a nivel popular como de intelectuales como si se tratara de problemas fundamentales de la vida o verdades científicas, mientras que bien se trataba a menudo de construcciones arbitrarias, donde las invenciones más improbables eran consideradas como verdades absolutas.
----------Pero el hecho es que después de la terrible experiencia que hemos vivido el pasado siglo con el racismo nazi, ha nacido casi en todas partes una reacción instintiva de rechazo, tanto que hoy existen muchos que dudan que el concepto científico mismo de raza sea posible y por lo tanto dudan del valor científico de la etnología. Se trata ciertamente de una exageración en sentido opuesto, que contrasta con ese pluralismo y esa diversidad por los cuales hoy nos sentimos justamente enamorados.
----------En cambio -y ello parece hoy increíble- en aquellos años, hace casi un siglo, numerosos hombres políticos, etnólogos, historiadores, filósofos, científicos, biólogos, psicólogos, en Europa y también fuera de Europa, hacían de este problema una cuestión básica de principio, como si el destino de la humanidad debiera depender de ciertas teorías sobre la raza.
----------De ahí que surge la producción de una imponente literatura o de planes políticos al respecto, discusiones interminables hasta llegar a contrastes entre Estado y Estado. No hay duda de que una de las causas de la segunda guerra mundial fue el concepto desmesurado que los alemanes tenían de su propia raza, hasta el punto de considerar que ella tuviera el derecho a dominar el mundo.
----------Así la misión de la cual Hitler se sentía investido, ampliamente aceptada y compartida por el pueblo alemán por una forma de impresionante cegamiento y auto-exaltación, fue sustancialmente la de hacer girar todo el sentido de su lucha contra el mal en la voluntad obstinada que el pueblo alemán destruyera al pueblo judío, considerado una raza impura que contaminaba a la raza aria.
----------Que ciertas razas favorezcan más la cultura y la virtud que otras, eso es cierto. En este sentido se puede hablar de razas superiores y razas inferiores, siempre que no se aproveche esto para maltratar a las razas inferiores. Lo que, en cambio, no tiene sentido es distinguir entre razas puras y razas impuras como se distingue el vino genuino del vino adulterado. Está claro que el vino mezclado con agua ya no es vino puro. Está claro que las razas deben tener cuidado de su propia identidad, porque ella proviene de Dios. Pero no es lícito a ninguna raza designar como impura a otra raza, aunque esté obligada a no mezclarse con ella.
----------Las razas, por lo tanto, no se pueden comparar con el vino, ya sea porque las razas no se distinguen entre sí de manera clara, compartimentos estancos o como se distingue el vino del agua, sino también porque entre una raza y la otra existen formas intermedias. Es correcto buscar y obtener y defender el vino puro, pero no tiene sentido tratar a las razas de este modo.
----------Conservar la pureza de una raza no es un deber moral. Es una materia libre donde las sociedades pueden regularse como quieran. Basta que no se persiga a una raza diferente. Los cruces de razas, la desaparición y la aparición de razas en la historia de la humanidad deben considerarse cosas completamente normales, que ocurren sobre todo con ocasión de inmigraciones o invasiones.
----------No hay pues ninguna razón para hablar de una raza "impura", porque la raza no es una cuestión moral donde puede existir lo puro y lo impuro, sino que la raza es un hecho natural, donde lo impuro será siempre lo que está corrompido por alguna patología. No está prohibido construir razas artificiales mediante cruces, como ha ocurrido con mucha frecuencia en América Latina. La raza judía es por sí pura o sea natural como todas las demás. Se puede hablar más bien de ciertas razas impuras en cuanto que están sujetas a ciertas enfermedades, como el bocio en ciertas poblaciones alpinas.
----------Las razas no son tan diferentes las unas de las otras como las rosas son distintas de las violetas. Sino que los cruces y las mezclas en el campo de las razas no produce ningún inconveniente. Un congoleño puede perfectamente casarse con una noruega y tener hijos. No hay ninguna impureza de la que se debería avergonzar. Es solo una cuestión de gusto y de estética. A cualquier miembro de un determinado pueblo o raza normalmente le complacen los miembros de ese mismo pueblo o raza.
----------Lo que no deja de sorprendernos y de dejarnos incrédulos es cómo haya podido el pueblo alemán, de antigua civilización cristiana, rico en cualidades morales e intelectuales dejarse convencer de manera tan fanática y compacta por un proyecto de tal locura, contrario no solo a la ética cristiana, sino a las normas básicas de la convivencia civil entre los pueblos.
Los venenos no se han extinguido
----------Es preciso que de una buena vez el pueblo alemán, ayudado por la comunidad internacional, aclare de modo definitivo, a la luz de la revelación cristiana, cuál es su identidad, cuáles son sus riquezas, cuáles son sus dotes, cuáles sus defectos, cual su misión al servicio de la humanidad.
----------Los alemanes se consideran a sí mismos como el pueblo filosófico por excelencia. Pero a decir verdad, su espíritu es un espíritu demasiado turbulento y agitado como para que se pueda hablar verdaderamente de filosofía. Las aspiraciones filosóficas ciertamente los alemanes las tienen, y también saben ir muy profundo y subir muy alto o descender a lo íntimo del yo. Pero es inconveniente el método que usan para afrontar estas aspiraciones, porque falta en ellos la lucidez del razonamiento filosófico.
----------Querer involucrar a todo el hombre y a toda la actividad humana en el filosofar: sentidos, mente, razón, intelecto, corazón, conciencia, imaginación, pasiones, voluntad y sentimiento, es algo que perturba en lugar de pacificar, crea una enorme confusión, tiende a sumergirnos en las pasiones y su necesidad de absoluto tiende a confundir a Dios con la absolutización del yo.
----------Tal auto-estima alemana proviene sobre todo del fenómeno grandioso del idealismo desde Kant hasta Hegel, fenómeno que a su vez es la conclusión del camino iniciado por los místicos alemanes del siglo XIV, pero que ha degenerado. Pero ¿cómo negar la importancia de Nietzsche, de Husserl y de Heidegger?
----------Ahora bien, no hay duda de que en el campo del pensamiento el alemán tiene una fuerza extraordinaria, nos agrede, de modo que a veces permanecemos ofendidos pero a veces nos hace reflexionar. Nos atrae pero sin desvelarnos lo que nos quiere decir, intenta escaladas imposibles, evoca el espíritu de las tinieblas, muestra una aspiración mística. Un carácter impetuoso y arrollador, excitador de pasiones y de altos ideales a la vez, sería capaz de navegar en la oscuridad para hacernos entrever energías cósmicas ocultas, fuerzas divinas o diabólicas radicales, grandezas impresionantes y entusiasmantes.
----------Lo que crea preocupación es que los alemanes, hechos tan sabios por la terrible derrota sufrida en la segunda guerra mundial, ya no piensan en imponer su hegemonía intelectual sobre otros pueblos con métodos militares, pero han encontrado un método más sutil y eficaz para ejercerla: el del dominio sobre los espíritus gracias a su eficientísima actividad filosófica y teológica.
----------Pero las cosas no se detienen aquí: el problema es que las ideas que hoy ellos propagan son siempre las mismas que en el pasado han conducido al enorme desastre de la segunda guerra mundial. El poder que sobre nosotros ellos han alcanzado no es un poder militar, sino un poder espiritual de persuasión y de seducción con el fin de someter nuestros espíritus a ellos. ¿Qué hacer entonces?
----------Es necesario de parte nuestra una gran fuerza espiritual. Hegel decía con razón: solo el espíritu puede oponerse al espíritu. Existen grandes riquezas y valores en el pensamiento alemán. Es necesario saber ponerlos en luz con extrema decisión, lealtad y lucidez, y ser igualmente muy astutos para detectar, exponer y rechazar los errores. Así, Alemania encontrará por fin en el foro de los pueblos esa grandeza a la cual siempre ha aspirado, pero que hasta ahora no ha podido encontrar porque la ha buscado fuera y no dentro del redil de Cristo.
No conocía la triste historia de este Beato Dominico. He visto que ha sido reconocido como justo entre las naciones por el Estado de Israel. A pesar de las terribles privaciones y violencias que habrá sufrido en Dachau, fue un acto deliberado para poner fin a su vida, sin el cual quizás habría sobrevivido ya que cuatro semanas después el campo fue liberado.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarparece que efectivamente los nazis han puesto fin positivamente a la vida del Beato Girotti, mediante una inyección letal. De todos modos había sido tan maltratado que ya todo esto lo había debilitado hasta hacerlo extremadamente débil.
Lo que es muy edificante en el ejemplo de este sacerdote dominico es la gran paciencia con la que soportó cristianamente sus gravísimos sufrimientos dando un ejemplo a aquellos entre los cuales vivía y actuando incluso como consolador y motivo de esperanza en la salvación eterna.