miércoles, 26 de febrero de 2025

Aguer otra vez a las piñas con el Concilio Vaticano II. Apuntes sobre el Credo Apostólico y el Diálogo ecuménico e interreligioso

Dada la persistencia del Arzobispo emérito de La Plata en seguir propalando ideas opuestas a la enseñanza de la Iglesia, debemos volver a referirnos a él, aunque sea en breve nota. Cuando monseñor Héctor Aguer dice que: "en la Iglesia actual, la centralidad del hombre y de los derechos humanos, tiene un carácter semi-arriano o neo-arriano" ¿a quién se está refiriendo? ¿Quién es el sujeto que, para Aguer, está transmitiendo enseñanzas semi-arrianas o neo-arrianas? ¿Se refiere Aguer a individuales herejes neo-modernistas? Entonces estaríamos completamente de acuerdo con él. ¿O bien se refiere Aguer a la misma Iglesia en su supremo Magisterio docente cuyo vértice infalible es el Romano Pontífice? Mucho me temo que, sea por el contexto, sea por el detalle, sea por precedentes expresiones de Aguer, que es precisamente esto lo que quiere decir. [En la imagen: fragmento de "A los pies del Salvador", óleo sobre lienzo, 1887, obra de Vicente Cutanda Toraya, que representa una matanza de judíos durante la Edad Media en Toledo, obra conservada en el Museo de Zaragoza, España].

----------En la Iglesia católica hoy tratamos de vivir con devoción, espíritu penitencial y fervorosa fe, el Año Santo de la Esperanza y Jubileo Ordinario 2025, dispuestos los fieles a sacar buen fruto de lo que el papa Francisco ha establecido para que obtengamos, todos y cada uno de nosotros, las santas indulgencias a nuestra disposición. Recordemos una vez más que este Jubileo coincide con el 1700° aniversario del Concilio de Nicea [325], y, en su preparación, ya hemos publicado en este blog varias notas: un primer artículo el pasado 17 de octubre, y una serie de tres artículos a mediados del pasado mes de diciembre.
----------Monseñor Héctor Aguer también se ha referido recientemente el Concilio de Nicea, y lo ha hecho en el portal Infocatólica (replicada la misma nota en otros portales de similar tendencia pasadista o indietrista, como de costumbre, pues en esa corriente filolefebvriana tiene sus lectores). Sin embargo, Aguer no ha hecho ninguna referencia al Año Santo ni a las magnánimas facilidades con que el Santo Padre, valiéndose del "poder de las llaves" que nuestro Señor Jesucristo ha otorgado a Pedro y sus Sucesores, ha hecho más accesibles las indulgencias a todos los fieles. Aguer sólo ha escrito un par de referencias históricas, para luego propinar una serie de golpes a la Iglesia actual, esa que perseverantemente, con claroscuros, sí, pero con firme empeño, trata de implementar las nuevas doctrinas del Concilio Vaticano II y sus directivas pastorales.
----------Comienza diciendo Aguer: "En este 2025 se cumplen 1700 años del Concilio de Nicea, celebrado el 325; y que fue completado, luego, por el de Calcedonia y el 1° de Constantinopla. En aquel primero y gran Concilio de la Iglesia, se proclamó el misterio de la Santísima Trinidad, al declarar que el Hijo, Jesucristo, es homoúsios tô Patrí, consustancial al Padre, y por tanto Dios como Él.
----------El Concilio, presidido por el obispo Osio, de Córdoba, reconoció la verdad proclamada por Atanasio de Alejandría contra Arrio (256-336). El arrianismo resulta entonces una doctrina de carácter unitaria, que sostiene que Jesucristo es el Hijo de Dios procedente del Padre pero que no es eterno, no sería coeterno con el Padre. Arrio y su discípulo Eunomio sostienen la total disimilitud entre el Hijo y el Padre. El arrianismo se difundió en el Imperio Romano de Occidente, protegido por los emperadores. También se impuso en varios pueblos germánicos, y luego integró numerosas corrientes heréticas. Se reconocía el carácter singular de Jesucristo y aun su resurrección, pero se negaba su divinidad.
----------En la Iglesia actual, la centralidad del hombre y de los derechos humanos, tiene un carácter semiarriano o neoarriano". Y nos detenemos primeramente aquí para hacer un par de observaciones.
----------En primer lugar, el que esté actualmente vivo el arrianismo es un dato real, y en esto mons. Aguer lleva razón. Por ejemplo, yo conozco muy bien la cristología de un famoso teólogo dominico, Edward Schillebeeckx [1914-2009], el cual convencido sostenía que decir que Jesús es Dios es una proposición panteísta. Por lo tanto, Schillebeeckx no admitía la divinidad de Cristo, y decía que Cristo es una persona en dos personas, por lo cual según este teólogo belga, Cristo no es Dios, sino que Dios está en Cristo.
----------Ahora bien, habiendo dicho eso, sin embargo debemos tener cuidado de no extender demasiado esta acusación de arrianismo, sobre todo si pensamos en el papa Francisco, quien es un extremo defensor de la divinidad de Cristo, Hijo de Dios Encarnado. Cuando Aguer dice que: "en la Iglesia actual, la centralidad del hombre y de los derechos humanos, tiene un carácter semiarriano o neoarriano" ¿a quién se refiere? ¿Quién es el sujeto que, para Aguer, está transmitiendo enseñanzas semi-arrianas o neo-arrianas? ¿Se refiere Aguer a individuales herejes neo-modernistas? Entonces estaríamos completamente de acuerdo. ¿Se refiere Aguer a la misma Iglesia en su Magisterio docente cuyo vértice infalible es el Papa? Mucho me temo que, por el contexto, por el detalle y por precedentes expresiones de Aguer, que sea esto lo que él quiere decir. 
----------Sigue diciendo luego el emérito platense: "Se hace necesario predicar a Jesucristo, verdadero Dios hecho hombre sin dejar de ser Dios. Una Cristología auténtica es Trinitaria. El Credo de Nicea ha sido reemplazado por el llamado Credo Apostólico, que es más breve y menos explícito. La Misa Tradicional conserva la profesión del Credo Niceno, que disipa cualquier posible confusión. Lamentablemente, el actual Rito romano adopta el Credo Apostólico y da lugar a la difusión del neoarrianismo. Un antecedente notable puede discernirse en la tradición jesuítica. El célebre Libro compuesto por Ignacio de Loyola, los Ejercicios Espirituales, comienza: 'El hombre… fue creado'. No dice, en cambio, como debiera: 'Dios ha creado al hombre'. De ahí procede el antropocentrismo moderno y una concepción ultra-humanista, reforzada por la ideología de la Revolución Francesa. Esta orientación se proyecta en la Cristología como neo-arrianismo".
----------Hago tres observaciones respecto a este pasaje. Primera. Le hago presente a mons. Aguer que los dos famosos Símbolos de la Fe, el de los Apóstoles y el Niceno-costantinopolitano, están coligados entre sí, y ello en el sentido que el segundo expone el dogma cristológico en una forma más clara que la del primero, el cual se limita a enseñar que nuestro Señor Jesucristo es el único Hijo de Dios, lo cual equivale a decir que es Dios. Por consiguiente, no hay en el Símbolo Apostólico ningún peligro de arrianismo.
----------Segunda observación. Por lo que hemos dicho en la primera observación, y en consecuencia, la Misa Novus Ordo, que comenzó a regir a fines de 1969, que también utiliza el Símbolo de los Apóstoles, no genera en absoluto ningún peligro de difusión del arrianismo. En cuanto al Credo Niceno-costantinopolitano, que se rezaba en el rito hoy fuera de uso, no hay duda de que aclara el dogma cristológico de manera que se opone más al arrianismo, ya que habla de una persona en dos naturalezas. De todos modos, como he dicho, la tesis anti-arriana ya está muy clara en el Símbolo de los Apóstoles. En definitiva, los Símbolos de la Fe anteriores al de Calcedonia siguen siendo válidos, aunque menos explícitos.
----------Tercera observación. Por cuanto respecta a las palabras de san Ignacio de Loyola sobre el hecho de que el hombre ha sido creado, aún cuando no sea mencionado Dios, es obvio que san Ignacio quiere decir que ha sido creado por Dios. Por ese motivo el antropocentrismo aquí no entra para nada, no tiene nada que ver, porque aquí, o sea, en los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola (padre religioso del jesuita papa Francisco), no existe la teoría idealista del hombre que se crea a sí mismo, sino del hombre creado por Dios.
----------Como apéndice a estas tres observaciones, vuelvo a subrayar como lo hice en un artículo anterior, sorprendido, la persistente crítica de Aguer al Novus Ordo Missae, el cual, diga lo que diga Aguer, a la par de los lefebvrianos y filolefebvrianos, es tan Misa "tradicional" como todos los ritos de la Misa romana anteriores. El Novus Ordo Missae es la única modalidad actualmente vigente del rito romano, que el propio Aguer estudió antes de su ordenación sacerdotal, y con lo cual se preparó para celebrar Misa. Ordenado a fines de 1972, la modalidad del rito romano que él ha celebrado por más de cinco décadas es la llamada Misa de san Paulo VI. ¿De dónde le viene entonces a Aguer este inaudito enamoramiento por la Misa preconciliar, que el propio Concilio Vaticano II ha querido ver reformada, tal como lo hizo luego san Paulo VI?
----------Este aspecto de la actual prédica anti-conciliar de mons. Aguer, con un repentino y tan apasionado como inexplicable enamoramiento por la vieja modalidad de la Misa, es una actitud que puede compararse con lo que le ocurre al obispo cismático Carlo María Viganò, ordenado sacerdote sólo cuatro años antes que Aguer y, lo mismo que Aguer, habiéndose ordenado para celebrar con el rito actual de la Misa romana, y no con el rito abrogado. Dado que las publicaciones de ambos obispos se alojan en numerosos portales pasadistas, es difícil no pensar que probablemente se trate de una mera cuestión de "estudio de mercado".
----------Aguer termina su nota expresando: "El así llamado 'diálogo interreligioso' postula, de hecho, que todas las religiones son la verdad; el mandato evangélico queda devaluado. Ésta es la realidad mundialmente admitida. El ex presidente de Estados Unidos ha elogiado al Papa Francisco por 'tender la mano a todas las religiones'; no es como eran los Papas. El 'diálogo interreligioso' puede realizarse afirmando la Verdad católica con respeto hacia todos. La Tradición de la Iglesia nos habilita para que roguemos por la conversión del mundo a Jesucristo".
----------Por cuanto respecta al diálogo interreligioso, no es para nada cierto lo que aquí dice Aguer. La Iglesia no sostiene en absoluto que "todas las religiones son la verdad".
----------Para la Iglesia, en la actualidad, está absolutamente claro que, como dice el mismo decreto conciliar Unitatis redintegratio, sobre el ecumenismo, o la declaración Nostra aetate, sobre el diálogo interreligioso, el cristianismo mantiene siempre la primacía entre todas las demás religiones.
----------Al mismo tiempo, como dice el mismo decreto Unitatis redintegratio, aunque debamos reconocer los lados positivos y valores de que disponen y viven los Hermanos separados, a nosotros, los católicos nos queda siempre el misericordioso deber (una de las obras de misericordia espiritual) de ayudarlos a llegar a la comunión plena con la Iglesia Católica. Quienes descuidan este mandato para limitarse a la promoción de los simples valores comunes falsifican lo que es el verdadero ecumenismo promovido por el Concilio Vaticano II.
----------Ahora bien, habiendo dicho eso, está claro que el anuncio del kerigma es necesario llevarlo a cabo siempre siguiendo principios pastorales que tienen que ver con la gradualidad, con el discernimiento de las reales posibilidades de recepción del mensaje por parte de nuestro interlocutor, con el tener presente las diversas circunstancias adecuadas o no adecuadas para tal anuncio, etc.
----------Es muy cierto lo que dice Aguer al final de su nota: "El 'diálogo interreligioso' puede realizarse afirmando la Verdad católica con respeto hacia todos", pero, precisamente, ese "respeto hacia todos" nos exige tener en cuenta los mencionados principios pastorales. ¿O acaso monseñor Aguer sería del parecer que, por ejemplo, el Arzobispo de Mendoza y actual presidente de la CEA, cuando en el pasado mes de agosto tuvo ocasión de asistir a la inauguración del nuevo templo mormón en Mendoza, hubiera aprovechado la circunstancia para anunciar a duras y secas "la Verdad católica"? O acaso, dado que el simple y buen sentido común dice que eso no hubiera sido prudente ni conveniente ni eficaz sino contraproducente, ¿Aguer hubiera considerado no asistir al encuentro porque el diálogo interreligioso no hubiera podido realizarse "afirmando la Verdad católica"?
----------Reflexione, estimado mons. Aguer, esa "Verdad católica" que es un deber manifestar a los demás, también fue proclamada -aunque más no sea como incipiente paso inicial, preámbulo de caridad hacia el prójimo mormón, y preparatoria de un eventual y futuro anuncio explícito- por la actitud de mons. Colombo que tuvo la delicadeza de acercarse hasta el piedemonte para saludar a Hermanos no católicos.

2 comentarios:

  1. Estimado Padre Filemón: quise leer directamente el artículo de Aguer, antes de leer el suyo... Efectivamente, es tal como usted dice... No salgo de mi asombro al leer de un Obispo de la Iglesia católica frases como éstas de Aguer... sugiriendo que en la Iglesia hoy se predican tesis semiarrianas o neoarrianas, o que... cuando rezamos el Credo Apostólico los domingos en Misa estamos siendo intoxicados de arrianismo... o peor aún, que hoy en la Iglesia se enseñe que todas las religiones están en la verdad... Yo siempre le mantuve un gran respeto a este Obispo... pero ahora me pregunto, teniendo en cuenta su edad y sus condiciones... ¿escribirá él esos artículos? ¿O habrá alguno o algunos detrás, que lo manipulan?...

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    1. Estimada Rosa Luisa,
      comprendo su asombro, pero este asombro suyo me hace sospechar que usted no están tan al tanto de lo desviadas que pueden resultar las expresiones de algunos Obispos en la actualidad, tanto desviadas hacia el neo-modernismo, como hacia el indietrismo.
      Ciertamente, el puñado de expresiones de Mons. Aguer que usted menciona están muy lejos de la fe y de la doctrina católicas.
      Por cuanto respecta a su hipótesis de la intervención de terceros en la elaboración de estos artículos, nada puedo decir, porque no dispongo de información al respecto. Por lo demás, tampoco me interesa ese tipo de datos. El foco de mi interés ha sido señalar una serie de errores contra la fe y la doctrina católicas en un artículo que puede ser leído por muchos fieles, llevándolos a graves confusiones y probables perjuicios para la rectitud de su fe. Mi deber de conciencia como teólogo me impulsa a esta tarea de clarificación.

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