¿Es el pensamiento creador del ser, o reflejo humilde de lo real que precede al pensamiento? ¿Confundir el pensar humano con el pensar divino es acaso genialidad filosófica o en realidad panteísmo encubierto? ¿Qué ocurre cuando el “esse in anima” se absolutiza y se olvida el “esse extra animam”? ¿Puede la criatura existir sin pensar, o el ser depende de ser pensado? ¿Dualidad o dualismo? La frontera entre sabiduría realista y monismo idealista.¿No es el verdadero espiritualismo aquel que reconoce la primacía del ser sobre la idea? [En la imagen: fragmento de "Amarillo-rojo-azul", óleo sobre lienzo, 1925, obra de Wassily Kandinsky, conservada y expuesta en el Centro Georges Pompidou, París, Francia].
"Nos per similitudines rerum, quae in nobis sunt,
cognoscimus res in seipsis existentes"
Santo Tomás de Aquino, Sum.Theol., I, q.20. a.2, ad 2m
La tribulación de un filósofo católico entre idealismo y realismo
----------El pensamiento de Gustavo Bontadini [1903-1990] manifiesta una mente especulativa ciertamente de alto nivel y amplitud de horizontes, pero se nota en él un estridente contraste entre la exigencia realista tomista y el pensamiento monista y eternalista de Severino, heredero de aquel Gentile que, según el mismo Bontadini, fascinó y entusiasmó a los jóvenes universitarios de sus tiempos.
----------El actualismo gentiliano era la apoteosis de la autonomía, de la potencia creadora, activante y auto-fundadora del pensamiento; el pensamiento intrascendible, idéntico al ser; el pensamiento como totalidad del ser, como «entero», como uno-todo, fin en sí mismo, el pensamiento que tiene por objeto a sí mismo, el pensamiento como el absoluto, el acto puro, el acto en acto.
----------Bontadini mantiene el concepto del Entero, que sin embargo ya no es el acto de pensar, sino el ser entendido según la concepción parmenídea, vale decir, ser compuesto de Dios y mundo, de modo que Dios y mundo, como en Hegel, son las dos partes del Entero.
----------La idea del Entero en Bontadini está asociada a la de la totalidad, que es totalidad ontológica (todas las cosas) y al mismo tiempo totalidad teológica (Dios es el Todo). La «Unidad» bontadiniana «de la experiencia» es el Uno y al mismo tiempo el Ser parmenídeo, el Todo y el Entero. Pero de esta confusión resulta que todo es uno y es Dios, y Dios es el uno-todo. De aquí el panteísmo.
----------Gentile se vanagloriaba de haber superado a Hegel en el cumplimiento pleno, definitivo e insuperable del programa del cogito cartesiano: la autoafirmación del Yo absoluto como unidad y totalidad de lo real. En efecto –decía Gentile– Hegel se ha detenido en la dialéctica de lo pensado (la cosa como concepto de la cosa, lo real es lo racional), pero yo voy más allá retrocediendo al principio de donde viene lo pensado, y es decir, aquel principio que es el mismo acto de pensar, el puro pensar productor del ser y de sí mismo (autoctisis).
----------El ser, o sea el Yo, es puro pensamiento y el pensamiento es el ser, ser activo, dinámico e histórico, como ya había comprendido Hegel, no estático-inmóvil, y nada existe antes, fuera o más allá del pensamiento. El pensamiento es el Entero. Como luego dirá Bontadini, el pensamiento es la «unidad de la experiencia», es decir, el pensar unifica la experiencia, la cual a su vez es experiencia de una sola cosa: del pensamiento.
----------Bontadini es todavía perfectamente gentiliano allí donde, en la Introducción al Discurso sobre el método (La Scuola Editrice, Brescia 1957, p. XVII), afirma que «el pensamiento no tiene necesidad de garantías: él es ya por sí mismo la garantía de su propio valor, su propia medida, su propia fundación». Como queriendo decir: el pensamiento no tiene necesidad de ningún apoyo, de ninguna referencia, de ninguna justificación, de ningún origen o fundamento externos a él, precedentes o presupuestos.
----------Tenemos aquí una clara polémica contra el realismo, sostenedor, como solía decir el papa Francisco, de la primacía de la realidad sobre la idea, realismo para el cual en cambio el pensamiento, por muy alta que sea su dignidad espiritual, es siempre relativo al ser, es intención de ser o representación conceptual, ideal o mental del ser, similitudo entis, medida por el ser, no es más que una reproducción mental de lo real externo, real que por lo tanto emerge o prevalece sobre él, real que está delante del sujeto como objeto, real al cual el pensamiento debe abrirse, real que el pensamiento debe descubrir, acoger, reconocer, aceptar, asimilar y hacer propio, real al cual el pensamiento debe adecuarse, y del cual depende como de regla y modelo. De aquí el rechazo bontadiniano del realismo, considerado como «prejuicio», por el cual se cree «que haya por una parte el ser y por otra el pensamiento, como dos esferas o dos órdenes en sí» (ibid.).
----------Y en cambio las cosas están precisamente así. Existe efectivamente un orden del pensamiento, producido por el espíritu e inmanente al espíritu, con su propio mundo, método, reglas dictadas por la lógica, una suya propia naturaleza, principios, condiciones, medios, fines, ámbitos, contenidos, horizontes y límites.
----------Y sin embargo Bontadini había recibido una educación católica, cosa que le permitió ser admitido en la Universidad Católica de Milán. Pero por desgracia en aquel ambiente que institucionalmente debía resplandecer por la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y a Santo Tomás de Aquino, Bontadini vino a encontrarse con sugerencias sutilmente cartesianas, probablemente derivadas del ejemplo de la Universidad Católica de Lovaina, fundada por el cardenal Mercier, el cual promovió una gnoseología que, aun queriendo ser realista, se dejó en alguna medida influenciar en gnoseología por Descartes.
----------En Lovaina además había trabajado el famoso filósofo y teólogo jesuita Joseph Maréchal, que, siempre partiendo de Descartes, había intentado dar una interpretación kantiana del realismo de Santo Tomás. Estas operaciones revelaban que aquel modernismo que san Pío X había condenado pocos años antes no se había apagado. Pero el engaño sutil de este persistente modernismo estaba en el intento de interpretar al mismo Santo Tomás como precursor de Descartes y de Kant.
----------Ahora bien, en este ambiente intelectual, en el cual se había difundido este peligroso equívoco, Bontadini tuvo entre sus alumnos a uno extraordinariamente dotado, pero infectado aún más que él por el idealismo, que él derivaba de Parménides. El alumno era Emanuele Severino, el cual posteriormente, seducido por Parménides, habría perdido la fe acusando al cristianismo de nihilismo.
----------Severino abandonó el concepto de Dios como ente supremo y causa primera trascendente y productora del ser desde la nada y en lugar de Dios asumió la noción parmenídea del ser como uno-todo, eterno, necesario e inmutable. Por esto en 1970, por disposición del entonces rector Giuseppe Lazzati, fue apartado de la Universidad Católica a consecuencia de una censura de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
----------Bontadini no abrazó las tesis de Severino que habían causado su alejamiento porque quiso conservarse católico. Sin embargo quedó profundamente impresionado, porque Bontadini había sido discípulo de Gentile, que lo había empujado a abrazar el idealismo, doctrina que estaba en la base de las ideas de Severino, porque Parménides puede ser considerado como el fundador del idealismo (con su famoso principio: to autò to noein kai to einai, el pensar y el ser son la misma cosa).
----------Fue así que Bontadini siguió manteniendo conversaciones filosóficas con Severino y llevó adelante con él, que había sido su alumno, una complicada y extenuante discusión, que se prolongó por quince años, con su exalumno, que continuamente intentó empujarlo hacia sus posiciones que eran incompatibles con la fe cristiana, pero Bontadini, aunque tentado, resistió y no quiso abandonar la fe, la cual sin embargo sufrió, de modo que vino difícilmente a convivir con su metafísica «neoclásica», que lo encontraba dividido entre Tomás y Parménides, sin lograr nunca del todo abandonar el idealismo de Gentile.
Bontadini sostiene el idealismo porque malinterpreta el realismo
----------Distinguir pensamiento y ser no es en absoluto dualismo, como dice Bontadini, sino sabiduría de quien reconoce la verdad. Pensar y ser en la criatura son efectivamente dos. Pero no hay que confundir el dualismo con la dualidad. Dualismo es oposición falsa de lo que debe estar unido o división falsa de lo que es uno. Pero no es en absoluto este el caso del pensamiento y del ser. Hablar aquí de «dualismo» es signo de estar infectado por el monismo de Parménides o de Hegel, como es justamente el caso de Bontadini.
----------Pensar y ser efectivamente en la criatura son dos cosas distintas, y de hecho caracterizan a la criatura, por lo cual identificarlas entre sí comporta confundir la realidad creada con la ciencia divina, porque solo en Dios pensamiento y ser se identifican.
----------Ciertamente el pensamiento es un esse cognitum, es un esse intentionale y en tal sentido podemos decir que el pensamiento pertenece al horizonte del ser. Pero esto no quita en la criatura la distinción real entre su ser y su pensar. Ella, también como persona, puede existir incluso si no piensa. Y aquí por «ser» entiendo el ser real.
----------El pensamiento es ser, pero un ser derivado, subordinado y originado, mientras que el ser originario, supra-ordenado y principal es el ser real. El pensamiento, más que ser, es intención o representación inmaterial de ser. Es el llamado ens rationis o ser ideal. Pero la representación depende del ser representado, es decir, el ser real. Como idea el pensamiento mismo puede proyectar el ser, pero entonces es necesario que sea una idea subsistente, que coincida con el ser, una idea divina productora y modelo de ser.
----------El hecho es que hay un ser en el alma y hay un ser fuera del alma. «No es la piedra la que está en el alma –decía Aristóteles– sino la imagen de la piedra». Vale decir, la piedra es el ente real en acto de ser. La imagen de la piedra es el concepto de la piedra.
----------Vale sin embargo también el dicho agustiniano: interiora spiritualia, exteriora materialia. ¿Vemos fuera de nosotros sustancias espirituales? Sí, podemos pensar en Dios o en los ángeles o en nuestros queridos difuntos. ¿Ellos están fuera en el espacio? No, sino en el sentido de que están fuera del acto de nuestro pensamiento, en el sentido de que están delante (ob-jectum) de nuestro intelecto, como el objeto de nuestro pensamiento.
----------Ahora bien, el pensamiento, para alcanzar lo real que está fuera de él, no necesita superarse o ir más allá de sí mismo o dejarse a sí mismo, como haría yo, que, por ejemplo, para ir a visitar a un amigo que está en la ciudad de San Rafael, dejo la ciudad de Mendoza. No debe cubrir una distancia porque el pensamiento está en contacto inmediato con el ser que es su objeto.
----------Bontadini cree que para el realista el pensamiento, al conocer, para alcanzar el ser que está más allá, debe dejarse y negarse a sí mismo. En absoluto. El pensamiento abraza e incluye representativamente al ser, en la medida en que es capaz, afirmando, ampliando y expandiendo a sí mismo. Lo real que está más allá en lo desconocido está destinado a entrar en el pensamiento volviéndose conocido. Si encuentro de lo real que actualmente está más allá de mi pensamiento actual, actualmente desconocido, mañana podré alcanzarlo y hacerlo mío en la representación.
----------Bontadini querría sostener que el verdadero idealismo es realismo, porque hace observar que para el idealista el objeto del pensamiento no es un pensamiento separado del ser, sino que es pensamiento del ser. No se trata, dice él, de reducir el ser al pensamiento. Y hasta aquí está bien. Sin embargo, al precisar que se trata del ser pensado, y no del ser pensable, nos hace comprender que no logra concebir un ser existente antes de nuestro pensarlo, como si el ser existiese porque lo pensamos.
Esse in anima y esse extra animam
----------Bontadini confunde lo externo con lo extraño. El ser es amigo del pensamiento, pero no es tampoco su esclavo, más bien, es su señor. Si el ser es externo al pensamiento, no quiere decir que le sea extraño, así como el alimento es externo al estómago, pero no quiere decir que le sea extraño; al contrario, el estómago está hecho para ingerir el alimento. Así, si el ser es externo al pensamiento, no quiere decir que le sea extraño, porque el pensamiento está hecho precisamente para pensar el ser.
----------El ser es extraño al pensamiento solamente en el caso del error. En cambio, la exterioridad del ser respecto al pensamiento es precisamente la condición que hace posible la verdad del pensamiento como adecuación del pensamiento al ser. El pensar humano pasa de la potencia al acto. Lo cual quiere decir que el ser existe fuera de nuestro pensamiento antes de nuestro pensarlo. El ser es pensable antes de ser pensado. Solo Dios no tiene delante de sí un ser antes de pensarlo, porque si este existe es porque lo ha pensado Dios. Bontadini no logra concebir un pensar en potencia, porque identifica, como Gentile siguiendo a Descartes y a Fichte, nuestro pensar con el acto puro del pensar divino.
----------Bontadini, por lo tanto, con su insana polémica contra la dualidad de pensar y ser termina confundiendo el pensar humano con el pensar divino. En efecto, para Bontadini objeto del pensamiento no es el ser, sino el ser pensado; no hay ser pensable y ser pensado, sino que el ser es de por sí pensado. Bontadini no distingue el pensamiento en acto del pensar en potencia.
----------Ahora bien, solo el pensamiento divino está exento de la relación con un pensable y no pasa de la potencia al acto. No existe solo el devenir físico; existe también el devenir del espíritu, del pensamiento, que pasa de la potencia al acto. Solo el pensar divino es acto puro de pensar.
----------Y esto sucede porque Dios idea, proyecta y crea aquel mismo ser que, ideado por su mente, es objeto de su pensamiento. Solo el pensamiento divino es intrascendible, porque comprende todo el ser en su mente infinita. En cambio, el pensamiento humano es trascendido por el ser porque el ser no es efecto de su pensar, sino que le es dado por Dios para pensar, y no está dicho que pueda conocerlo exhaustivamente o totalmente, de modo que su pensarlo no sea trascendido por el ser del objeto.
----------Por esto el ser al cual Dios piensa es esencialmente pensado, aunque también para Dios sea externo a Él y esté frente a Él. El objeto, sin embargo, de la mente divina no es un ser que lo precede y es presupuesto como sucede para nuestro acto de pensarlo, sino que es un ser que es pensado en el mismo momento en que es creado. El hombre, en cambio, que no es creador del ser, tiene por objeto del saber un ser preexistente al que puede pensar, que se vuelve pensado solo si lo piensa. Pero si no lo piensa, permanece no pensado, aunque no le esté prohibido pensar en no pensarlo.
----------En el pensar humano el acto de pensar se adecua a un ser extramental, otro, distinto, externo y más allá del pensamiento, aunque hecho para el pensamiento, mientras que el pensamiento está hecho para el ser. El pensamiento capta un ser pensable presupuesto para volverlo pensado en la representación conceptual, que sin embargo deja siempre al ser en sí mismo fuera del pensamiento.
----------Debemos decir entonces que el pensamiento, en cuanto distinto del ser, es una realidad creada: es acto propio de la criatura intelectual. Por esto el confundir el pensamiento con el ser es panteísmo o ateísmo. El pensamiento identificado con el ser es solo en Dios y es Dios.
----------Tengamos presente, entonces, que el pensamiento no es el ser y el ser no es el pensamiento. El pensamiento es un medio para alcanzar el ser. El ser es la realidad o la cosa. El pensamiento es un sustituto, una representación, una similitud del ser producida por nosotros en nuestra mente, que nos permite captar y conocer el ser que es presupuesto a nuestro pensamiento, es otro que nuestro pensamiento, distinto, fuera, antes, independiente, más allá y por encima de nuestro pensamiento, aunque nuestro pensamiento, cuando es verdadero, lo refleje, lo espeje y lo represente en nosotros mediante el concepto y el juicio tal como es en sí. Nosotros producimos el pensamiento; pero el ser lo crea Dios.
----------Ciertamente también el pensamiento es ser, pero en modo secundario, derivado, originado y producido por nuestro espíritu. El ser del pensamiento no es el ser real externo al alma, sino que es un ser inmaterial intramental inferior, subordinado al real material o espiritual, es un esse cognitum e intentionale: es el ser ideal. El espíritu es superior a la materia, pero nuestra representación de la materia, con buena paz de Berkeley, tiene un ser inferior y funcional al ser de la misma materia.
----------Y esto no es en absoluto materialismo, sino el verdadero espiritualismo que reconoce y respeta la realidad. Materialismo se da cuando se cree que el pensamiento es algo material o derivado o causado por la materia y que la materia pueda pensar.

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