En un tiempo de fascinación por lo “extraterrestre”, la fe y la razón recuerdan que la noción de hombre no admite híbridos ni fantasías de laboratorio. El monogenismo y la redención en Cristo ponen límites clarísimos a las especulaciones que confunden ciencia, cine y dogma. Frente a modelos importados de la ciencia ficción, la antropología cristiana afirma con firmeza la dignidad única e irrepetible de la humanidad creada por Dios. [En la imagen: fragmento de "Pablo VI en la Specola", acuarela sobre papel, 2020, obra de P.F., representando el momento en que san Paulo VI visitó el Observatorio Vaticano el 20 de julio de 1969].
"Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó"
Génesis 1,27
¿Qué es lo que dice la razón?
----------Cuando nos planteamos la cuestión si una determinada cosa es posible, debemos tener presente que existen dos tipos de posibilidad: por un lado está la posibilidad ideal o concebibilidad, que atañe a la esencia de la cosa, y por otro lado está la posibilidad real, que atañe a la existencia, es decir, si la cosa puede efectivamente existir. Y luego es menester haber aclarado de qué cosa estamos hablando, es decir, es necesario dar una definición de la cosa de cuya posibilidad nos estamos ocupando.
----------Así, cuando se habla de “extraterrestres” o de “alienígenas”, ¿en qué estamos pensando? ¿Qué idea nos formamos de ellos? ¿Hacemos un discurso racional, científico o filosófico, o trabajamos con la fantasía o la mitología, pensamos en los personajes de las películas de ciencia ficción estadounidenses?
----------Si no queremos dar cuerpo a las fantasías, si no queremos confundir el ser con el ser pensado, si aspiramos a alcanzar la verdad e incluso saber qué es lo que Dios puede hacer o ha hecho, está claro que es preciso usar rigurosamente la experiencia y la razón y dejar de lado las películas americanas o los fantasiosos relatos televisivos propios para niños o adolescentes. Todas esas cosas pueden ser simpáticas, puede también tener un valor simbólico e incluso educativo, pero nada tienen que ver con la ciencia.
----------El problema, por consiguiente, es el de aclarar qué es lo que entendemos cuando hablamos del hombre, porque se presupone que el extraterrestre está evidentemente concebido como un personaje o un viviente que, si no es el hombre, debería asemejarse al hombre quizá en mejor modo.
----------Y he aquí que nos daremos cuenta, de hecho, que una vez aclarado el concepto de hombre, entonces el concepto de extraterrestre como personaje similar o quizá superior al hombre, pero que no es hombre, resulta un concepto contradictorio, un parto de una fantasía incontrolada, avulsa de la realidad, que denota una confusión de planos distintos de la vida o modos del ser, por lo cual no puede ser en absoluto objeto de consideración científica, pues la ciencia evita considerar cosas absurdas o contradictorias, pero tampoco se contenta con la mera posibilidad ideal, sino que exige siempre la posibilidad real.
----------Para un tema tan confusionario como el del “extraterrestre”, negado que sea un hombre, entonces no solo no existe posibilidad de existencia real, sino tampoco ideal o imaginaria, como existe para Papá Noel o Mickey Mouse, porque es un concepto contradictorio e ininteligible.
----------Para tener las ideas claras sobre todo esto, comencemos entonces por recordar que la razón nos dice que el hombre es el animal racional, es sustancia compuesta de espíritu y cuerpo, cuerpo vivificado por un espíritu, materia informada por un alma racional, sujeto físico inteligente, sujeto personal. Dondequiera que exista o pueda existir un ente de esta especie, éste es el hombre.
----------La experiencia nos dice, sin embargo, que el hombre es egoísta, frágil y pecador, por lo tanto necesitado de salvación, la cual no es capaz de procurarse por sí mismo si Dios no lo socorre. La experiencia también nos habla de la existencia de los creyentes en Cristo, quienes, con su vida, dan prueba de la posibilidad del hombre de liberarse del mal y de alcanzar niveles de virtud a los cuales no llegan los no-creyentes.
----------Ahora bien, desde el punto de vista filosófico, al resolver esta cuestión se debe excluir la posibilidad de una noción analógica, no unívoca, del hombre o del animal racional, noción aquí fuera de lugar, porque en tal caso crea confusión, discriminaciones y equívocos. La noción de hombre es unívoca.
----------La noción de el “extraterrestrista”, en lugar de hacer uso de las categorías de la identidad de la naturaleza humana —idéntica en todos los individuos humanos, entre sí diversos, en el común poseer de la razón, común a todos los individuos de la especie humana—, y en lugar de tener presente la igualdad y la universalidad de la naturaleza, la esencia o la especie humana o del género humano, hace un uso impropio y fuera de lugar de las categorías de la pluralidad, de la semejanza y de la diversidad, como si pudieran existir no solo diversos individuos humanos, o diferentes grados de ser humano, o diversas razas de la misma especie humana idéntica en todos los individuos por muy diferentes que sean entre sí, sino que se pudiera admitir la existencia de sujetos físicos inteligentes que no fueran hombres, pero sí similares al hombre. Esta es una idea absurda y Dios no puede en absoluto crear una monstruosidad de este tipo.
----------Para resolver esta cuestión es necesario entonces tener una correcta consideración de la dignidad del hombre y de sus límites y defectos: pot un lado no exagerar apoyándose demasiado en el espíritu, en el yo y en la conciencia, hasta identificar al hombre con el ser, con lo absoluto o con Dios o con el Todo, y por otro lado no degradar su dignidad espiritual bajo pretexto de su animalidad.
----------Por otra parte, definir qué cosa es el hombre basándose en la simple autoconsciencia sin mirar fuera a las cosas externas materiales que nos circundan y ese ser material corpóreo que nosotros mismos somos, significa tener la misma sabiduría de aquel borriquillo que quería elevarse en alto agarrándose de la cola.
----------Pero tampoco hay que tener una concepción demasiado baja, empirista, positivista o materialista del hombre, reduciéndolo a las dimensiones del animal o incluso a un compuesto químico. Para saber qué es el hombre no basta la química, la física o la biología o la zoología, sino que se necesita un concepto del espíritu; es decir, se necesita la antropología filosófica, que conoce, sí, el cuerpo, pero también el espíritu.
----------Y si nos colocamos desde el punto de vista de uno y de otro caso, la hipótesis de hombres en otros planetas es del todo plausible, porque, en el caso del materialismo, el hombre no es concebido como creado por Dios, cuerpo animado por un espíritu semejante a Dios, sino como producto del cosmos, y, en el caso del idealismo panteísta, es concebido como teofanía, es decir, aparición divina.
----------Además, nosotros no sabemos hasta qué punto y dentro de cuáles límites el alma humana acepte informar un determinado cuerpo. No sabemos cuáles sean las condiciones-límite bajo las cuales solamente y no más allá de las cuales un cuerpo puede ser informado por el alma. Nosotros sabemos que de hecho informa nuestro cuerpo, pero no sabemos si podría animar un cuerpo con tres ojos, cuarenta y dos dientes, seis dedos en las manos y en los pies y de cuatro metros de altura.
----------Por consiguiente, un sujeto físicamente muy diferente de nosotros e inteligente también, más que nosotros o menos que nosotros, carece necesariamente de la naturaleza del ser humano. Cuando fueron descubiertos los habitantes de las Américas nació en los descubridores la duda de si ellos poseían un alma racional, dado que tan diferentes parecían a a los Europeos. Pero ningún hombre sensato pensó que no eran hombres, sino solo sujetos semejantes a los hombres europeos. Lo que es imposible es un sujeto físico inteligente que no sea un hombre, porque sería como decir un hombre que no es un hombre.
----------Considerando, por otra parte, la omnipotencia divina, la razón nos dice que Dios, si quiere o si hubiera querido, pudo o puede o podría crear o podría haber creado una multiplicidad de humanidades, es decir, de individuos humanos en distintos planetas. Esta es una posibilidad ideal, la cual, sin embargo, no nos autoriza a deducir una posibilidad real.
----------La cosa puede ser tolerada en los científicos no-creyentes, porque solo de la divina Revelación sabemos que la humanidad ha tenido origen en una pareja en esta tierra, de modo que, para nosotros los cristianos católicos se excluye el poligenismo. Por eso la Specola Vaticana no yerra al reconocer a los científicos no creyentes el derecho, según su conciencia, de estar abiertos a intentar acoger o a enviar al espacio cósmico eventuales mensajes inteligibles descifrables para una vida inteligente como nosotros. Sin embargo, en cambio, si nos interrogamos en base a la razón sobre lo que de hecho Dios ha creado, constatamos la existencia de la humanidad en esta tierra y sabemos que los hombres se multiplican y aumentan por generación.
----------Poniéndonos siempre desde el punto de vista de los no-creyentes, tenemos que decir que, en el estado actual de nuestros conocimientos del universo, prescindiendo de la fe, no somos capaces de saber si en otros planetas hay otros sujetos humanos o creados allí por Dios o llegados allí partiendo desde la tierra. La hipótesis de que han llegado a otros planetas partiendo desde la tierra parece, sin embargo, insostenible, considerando el hecho de que para ello habría sido necesario el uso de una tecnología y de conocimientos astronómicos inmensamente superiores a los que poseemos hoy, precedidos por una evolución que retrocede hasta un estado de civilización inmensamente inferior al actual.
----------En conclusión, preguntarse si pueden existir los extraterrestres es una pregunta mal planteada, porque se basa en un concepto bastardo y contradictorio. Ya en base a la razón que forma un sano concepto de hombre, sabemos que el extraterrestre, tal como lo he definido, no existe y no puede existir. En cambio, no es contrario a la ciencia preguntarse si pueden existir seres humanos, aunque en base a la fe la respuesta sea negativa.
La opinión del Director de la Specola Vaticana
----------En L’Osservatore Romano del 14 de mayo de 2008 Salvatore Valiante entrevistaba al padre José Gabriel Funes, Director por entonces de la Specola Vaticana. El padre Funes es un sacerdote católico argentino (nacido en Córdoba, en 1963), miembro de la Compañía de Jesús y posee un doctorado de la Universidad Nacional de Córdoba, de Argentina, y también un doctorado de la Universidad de Padua, en Italia. Tiene en su haber, asimismo, un título de filosofía de la Universidad del Salvador, con sede en Buenos Aires junto con un título en teología de la Universidad Pontificia. Como miembro de la Compañía de Jesús, fue ordenado sacerdote en 1995. Se unió al Observatorio Vaticano como investigador en el año 2000. Seis años más tarde, el 19 de agosto de 2006, era nombrado su director, reemplazando a George Coyne. Sus tareas allí terminaron el 18 de septiembre de 2015. El diálogo con Salvatore Valiante es interesante. Transcribo aquí algunas de las preguntas y respuestas, añadiendo mis muy breves observaciones o respuestas a lo afirmado:
----------1. “En el Génesis se habla de la tierra, de los animales, del hombre y de la mujer. ¿Esto excluye la posibilidad de la existencia de otros mundos o seres vivos en el universo?”
----------“A mi juicio, esta posibilidad existe. Los astrónomos consideran que el universo está formado por cien mil millones de galaxias, cada una de las cuales está compuesta por cien mil millones de estrellas. Muchas de ellas, o casi todas, podrían tener planetas. ¿Cómo se puede excluir que la vida se haya desarrollado también en otros lugares? Hay una rama de la astronomía, la astrobiología, que estudia precisamente este aspecto y que ha hecho muchos progresos en los últimos años. Al examinar los espectros de la luz que proviene de las estrellas y de los planetas, pronto se podrán identificar los elementos de sus atmósferas —los llamados biomakers— y entender si existen las condiciones para el nacimiento y el desarrollo de la vida. Además, formas de vida podrían existir en teoría incluso sin oxígeno o hidrógeno.”
----------"¿Se refiere también a seres similares a nosotros o más evolucionados?"
----------"Es posible. Hasta ahora no tenemos ninguna prueba. Pero ciertamente, en un universo tan grande no se puede excluir esta hipótesis."
----------Respondo: Hago la observación que si hubiese sido el padre Funes habría preguntado al entrevistador: ¿qué entiende por "seres similares a nosotros o más evolucionados"? ¿Seres humanos? ¿Seres humanos diferentes a nosotros? ¿Seres no humanos pero similares a nosotros, los hombres? Es necesario distinguir. Hipotetizar la existencia en otros planetas de otros seres humanos similares a nosotros, de razas o conformaciones o dimensiones diferentes, es una hipótesis conceptualmente inteligible, quedando en suspenso si hay o no razón para plantearla.
----------Preguntarse, en cambio, si pueden existir seres similares a nosotros, los hombres, pero que no sean hombres, es una hipótesis absurda porque sería como preguntarse si puede existir otro triángulo equilátero similar a él, pero que no sea equilátero. Ahora bien, si hablamos de especies físicas experimentales, vale ciertamente el principio de la analogía: el gato se parece al ocelote o al puma.
----------Pero si entramos en el campo de las especies inteligibles, ontológicas, o bien en los grados del ser categorial, entramos en el campo de la univocidad, como en matemática. La analogía, en cambio, funciona entre las nociones trascendentales. Y por eso Aristóteles decía que las especies categoriales son como los números: cambian con la adición o la sustracción de una unidad.
----------No hay aquí lugar para la semejanza. No decimos que 2+2 se parece a 4, sino que es 4. Ahora bien, la noción de hombre no es analógica: el ente hombre o es hombre o no es hombre. No hay matices, grados o formas intermedias, pasajes sin solución de continuidad entre el hombre y el no hombre, como creía Darwin.
----------Tengamos presente que no existen gradaciones del ser humano como en las realidades analógicas, por ejemplo en la vida, en el pensamiento, en la luz, en el amor, en la bondad, en la virtud y así sucesivamente. La especie humana no tiene encima o debajo de sí una forma similar, sino una especie simplemente diferente: por arriba tiene al ángel; y por abajo tiene a la bestia. Se quita una unidad -la razón- y obtenemos la bestia. Se añade una unidad -la intuición- y obtenemos el ángel.
----------2. "¿Y eso no sería un problema para nuestra fe?"
----------"Yo creo que no. Como existe una multiplicidad de criaturas en la tierra, así podrían existir otros seres, también inteligentes, creados por Dios. Esto no contrasta con nuestra fe, porque no podemos poner límites a la libertad creadora de Dios. Para decirlo con san Francisco, si consideramos a las criaturas terrenas como "hermano" y "hermana", ¿por qué no podríamos hablar también de un "hermano extraterrestre"? Sería parte de la creación."
----------Respondo: Hago la observación que la fe nos dice que la única humanidad existente es la humanidad que reside en esta tierra, a menos que en tiempos pasados –cosa extremadamente improbable– alguien de esta tierra haya partido desde aquí para colonizar otro planeta. Pero la fe nos dice también que la humanidad ha tenido origen en una sola pareja y por lo tanto está excluido el poligenismo, es decir, el hecho de que Dios haya creado otras humanidades en otros planetas, si bien, si hubiese querido, habría podido hacerlo.
----------Además, la fe nos enseña que la culpa original se transmite por generación, cosa que requiere el monogenismo, porque de otro modo sería imposible la transmisión de la culpa original.
----------3. "¿Y por cuanto respecta a la redención?"
----------"Tomemos prestada la imagen evangélica de la oveja perdida. El pastor deja las noventa y nueve en el redil para ir a buscar aquella que se ha perdido. Pensemos que en este universo puedan existir cien ovejas, correspondientes a diversas formas de criaturas. Nosotros, que pertenecemos al género humano, podríamos ser precisamente la oveja perdida, los pecadores que necesitan al pastor. Dios se hizo hombre en Jesús para salvarnos. Así, si también existiesen otros seres inteligentes, no está dicho que ellos deban haber necesitado la redención. Podrían haber permanecido en amistad plena con su Creador."
----------Respondo: Hago la observación que hay que notar cómo el padre Funes no razona en base a aquella noción filosófica unívoca del hombre, a la cual me he referido arriba, noción confirmada por el dogma (cf. la definición de la naturaleza humana compuesta de espíritu y cuerpo en el Concilio Lateranense IV del 1215, y del alma como forma sustancial del cuerpo en el Concilio de Viennes del 1312), sino que el padre Funes hace más bien pensar que se inspire en modelos extravagantes y fantásticos inventados y proporcionados por la producción cinematográfica de ciencia ficción americana.
----------Notemos de hecho la ambigüedad de su modo de expresarse. Él habla de "diversas formas de criaturas". ¿Qué son? ¿Animales razonables? ¿Ángeles corpóreos? ¿Espíritus materializados? ¿Sujeto físicos inteligentes? ¿Entes personales físicos? ¿Son o no son seres humanos?
----------No existen en todo lo creado, ni pueden existir, formas mixtas o intermedias entre el hombre y la bestia, y entre el hombre y el ángel. Si el alma es sensitiva y no espiritual, tenemos la bestia. Si el espíritu vive como naturaleza completa sin cuerpo, tenemos el ángel. Donde el viviente cognoscente no es el hombre, tenemos o el ángel o la bestia. No hay escapatoria.
----------Funes habla asimismo de "seres inteligentes". ¿Seres corporales inteligentes? Si tienen cuerpo, ¡son seres humanos! Se diría que Funes no tiene clara la diferencia entre la bestia, el hombre y el ángel.
----------La prueba de que el padre Funes (al menos en esa entrevista del 2008) está trabajando con la fantasía y no razona ni científica ni filosóficamente, y por tanto tampoco con el dogma antropológico, está dada en el hecho de que distingue a esos seres de "nosotros que pertenecemos al género humano", como si estos seres no fueran hombres sino algo parecido. ¿Pero qué son? Si son seres físicos inteligentes, por muy físicamente diferentes que sean de nosotros, ¡son hombres! Incluso los pigmeos y los aborígenes australianos son hombres. El padre Funes se mete en líos con sus propias manos.
----------4. "Insisto: si en cambio fuesen pecadores, ¿sería posible una redención también para ellos?"
----------"Jesús se ha encarnado una vez para siempre. La encarnación es un evento único e irrepetible. De todos modos, estoy seguro de que también ellos, de algún modo, tendrían la posibilidad de gozar de la misericordia de Dios, así como ha sido para nosotros los hombres."
----------Respondo: Hago la observación que aquí Funes llega ciertamente a liberarse de su concepto espurio de extraterrestre y habla claramente de hombres también para los otros planetas, pero eso no basta para salvar su discurso de la heterodoxia, porque hipotetiza como posible la existencia de otros seres humanos heridos por el pecado original en otros planetas, hombres no llegados desde la tierra, sino creados por Dios en ese lugar, según el principio del poligenismo, que, como hemos visto, contrasta con la fe.
----------Es necesario decir entonces, con pesar pero con franqueza, que estas ideas sobre los extraterrestres, una vez que fueran puestas en práctica, conducirían a toda forma de arbitrio, abuso, desigualdad, clasismo, racismo, favoritismo, discriminación, tiranía, opresión del hombre sobre el hombre y nacionalismo, en abierto contraste con el incesante llamamiento del papa Francisco a la fraternidad, a la mutua colaboración, a la igualdad, a la solidaridad, a la común filiación divina, pese a la legítima variedad de las elecciones y de culturas, en perfecta continuidad con la más pura tradición evangélica y cristiana.
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 27 de agosto de 2025
He hablado de este tema con mis alumnos y siempre he dicho que la Iglesia no se ha pronunciado al respecto. Añadí también (En el argumento inicial sobre la creación, de principio de año) que si existieran serían un refuerzo del hecho de que Dios es creador también de estos seres y que solo si encontraran el ADN del cuerpo de Jesús (que no creo en absoluto) el cristianismo dejaría de existir. Pero si existieran estos seres no sería un problema para nuestra fe cristiana.
ResponderEliminarRoberto: realmente la iglesia se ha expresado y no cree en los extraterrestres 🛸
EliminarNo es así señora Irene, y la Specola vaticana se interesa por el universo y por estas cuestiones.
EliminarUna prueba de la relación entre astronomía y fe se encuentra en una entrevista con el padre Funes, director del Observatorio Vaticano años atrás. "El extraterrestre es mi hermano", por Francesco M. Valiante.
EliminarAquí: https://www.vatican.va/news_services/or/or_quo/interviste/2008/112q08a1.html
Espero que esto le demuestre que la Iglesia es posibilista.
EliminarEstimado Roberto,
Eliminarusted plantea un problema educativo muy delicado, porque yo sé bien cómo los chicos siguen con mucho interés las películas de ciencia ficción. Sin embargo, el maestro tiene una grave responsabilidad, porque debe encontrar la manera de formar a estos niños, tanto en una mentalidad científica y posiblemente también en la fe.
Ahora bien, la hipótesis de los extraterrestres como sujetos similares a nosotros, como he demostrado en mis artículos (no solamente en éste, sino en otros anteriores que usted puede entrar en este mismo blog), es una hipótesis científicamente infundada. Si acaso se podría decir que si Dios hubiera querido, habría podido crear otros seres humanos en otros planetas.
En este punto, si los muchachos son capaces de seguir, se les puede hacer presente el dato de fe, según el cual, dada la existencia del pecado original, como ya he explicado en mis escritos, no podemos admitir la existencia de otros seres humanos en otros planetas.
Estimado Roberto,
Eliminarcon respecto a la cuestión de la existencia de extraterrestres, que debemos entender como seres humanos, el magisterio de la Iglesia no se ha pronunciado en absoluto, pero esto no significa que nosotros teólogos no podamos dar una respuesta cierta sobre este difícil problema, porque los pronunciamientos del magisterio confirman anteriores doctrinas teológicas.
En esta cuestión la ciencia obviamente tiene una función esencial, pero luego es necesario que escuche lo que es la visión superior que nos viene de la revelación cristiana.
A este respecto ya he explicado en mis escritos que la doctrina del pecado original prohíbe admitir la existencia de otros seres humanos en otros planetas.
En cuanto al P. Funes, del que en mi artículo se reproducen amplios fragmentos de una entrevista suya, hay que decir con toda franqueza que no solo no refleja el magisterio de la Iglesia, sino que avanza doctrinas que entran en contraste con lo que la Iglesia ya ha definido, especialmente en relación con el pecado original.
Gracias por su exhaustiva respuesta, Padre Filemón, no pongo en duda sus palabras, solo quería decir que no me parece que la autoridad eclesial, leyendo también lo que declaran los responsables de la Specola, hayan excluido la existencia de otros seres inteligentes en el cosmos. Claro que no deseo en modo alguno negar el pecado original, quizás me había expresado mal. Para mí lo que cuenta es no caer en herejías porque deseo estar siempre en sintonía con el Magisterio. La investigación teológica, claro, implica también posiciones diferentes siempre que no contradigan el Magisterio. Un cariñoso saludo.
EliminarEstimado Roberto,
Eliminarcon respecto a las declaraciones del P. Funes, el magisterio de la Iglesia no se ha pronunciado. Entonces eso significa que no las aprobó ni desaprobó. Pero eso no quiere decir que no sean reprensibles, como he demostrado en mis artículos anteriores.
El hecho de que la Iglesia no haya intervenido no debe entenderse como una especie de aprobación, sino como una simple decisión pastoral o de oportunidad, dejada a la libre discusión de nosotros los fieles.
Para detectar un error de un teólogo no es necesario esperar un pronunciamiento del magisterio, sino que un teólogo bien preparado está perfectamente cualificado para refutar el error de otro teólogo, aunque el crítico no sea infalible.
Un discurso ejemplar, padre Filemón. Gracias.
ResponderEliminarEstimado Roberto,
Eliminarle agradezco su consenso y que mi publicación le haya sido de utilidad.
Sin duda hay otros sujetos en el cosmos que han alcanzado la autoconciencia.
ResponderEliminarEstimado Jorge,
Eliminar¿cómo hace para saberlo? ¿Se lo han dicho ellos? De la revelación divina no resulta y de la ciencia aún menos.
¡Equivocado, equivocado!
EliminarEstimado Jorge,
Eliminarquedo a la espera que me digas por qué me equivoco y que me lo fundamentes, con argumentos, del mismo modo que yo he dado argumentos para decir que se equivocan quienes afirman lo que tú.
"Tengo otras ovejas que no son de este redil."
ResponderEliminarEstimado Jorge,
Eliminara esto ya te he respondido en otra ocasión. ¿Quieres volver otra vez a cantarme tu misma cantinela de frases hechas sin dar argumentos?
Sí, pero tienen miedo de nosotros, así que no se manifiestan.
ResponderEliminarEstimado Tizio,
Eliminar¿cómo haces para saberlo?
Padre: Como la ciencia se basa en los hechos y en su verificación experimental, ya que conocemos una sola forma de vida que es la terrestre y una sola especie inteligente,.... que es el hombre, científicamente no podemos, por ahora, decir si hay formas de vida en otros mundos y formas con características espirituales similares al hombre. Esto no quiere decir que sus argumentaciones estén en lo cierto, sino más bien que nuestro conocimiento científico tiene muchos límites aún y algunos límites parecen ser insuperables para siempre.
ResponderEliminarEs imposible que no existan
EliminarNo es necesaria la ciencia, es suficiente con el buen sentido.
EliminarEstimado Juan,
Eliminarcomo he explicado repetidamente, el concepto de hombre es unívoco: animal racional.
Por lo tanto, imaginar formas de vida "con características espirituales similares al hombre" significa caer en un concepto análogo de hombre, que implica varios niveles de humanidad y por lo tanto una superhumanidad y una subhumanidad, y además un concepto de diversidad que destruye la universalidad de la especie y aquella que es la igualdad humana, sobre la cual el papa Francisco se ha detenido durante toda la duración de su pontificado.
Por lo tanto, como ya he demostrado en artículos anteriores, imaginar que la ciencia en un futuro pueda encontrar superhombres o infra-hombres o diferentes humanidades es una cosa absurda y contraria a la ciencia. Significa que se han alimentado demasiado de las películas americanas de ciencia ficción.
Estimado Jorge,
Eliminarno es así. El problema es muy delicado y puede y debe ser abordado por la ciencia. Solo que, como he demostrado, sobre la base de la misma ciencia se llega a la conclusión de que no pueden existir sujetos físicos inteligentes en otros planetas que no sean seres humanos. Pero la conclusión de que no hay otros seres humanos en otros planetas, como ya he demostrado, no depende de la ciencia, sino de la fe. El sentido común, por tanto, no es suficiente para dar una respuesta a una cuestión tan difícil, sino que se necesita un razonamiento riguroso para definir lo que es la esencia del hombre y además hay que tener en cuenta el dato revelado, en particular el pecado original.
Basta el sentido común.
EliminarTodos los seres que han alcanzado la autoconciencia están manchados por el pecado original y todos los seres son pecadores. Quien pueda entender, entienda.
Eliminar"La posición central del ser humano en el panorama de la creación depende de dos elementos. El primero es que la Revelación judeo-cristiana está dirigida a los seres humanos y viene al encuentro de su búsqueda de Dios; el segundo es que una visión limitada y antropocéntrica del cosmos era la dominante en la época en que el pueblo de Israel ponía por escrito su experiencia religiosa, visión que continuará en el primer milenio de la era cristiana. Se trata, pues, de un antropocentrismo que depende tanto del destinatario como del protagonista de la historia sagrada. No se trata, en cambio, de un antropocentrismo normativo respecto a la imagen de Dios y las relaciones entre Dios Creador, la naturaleza y el género humano. Una lectura atenta de la sagrada Escritura y de las reflexiones de los autores cristianos muestra fácilmente una visión cósmica y universal de la creación, que va mucho más allá del horizonte del planeta Tierra y de la vida humana. Por tanto, el ser humano no está en el centro de la creación, sino en el centro de una Revelación divina dirigida a él, destinada a hacerle conocer su dignidad, su bien y su felicidad." Tanzella Nitti
Eliminar"Los expertos de la Specola Vaticana: posibles formas de vida extraterrestre"
Eliminar"El hermano Guy Consolmagno, director del Observatorio, destaca: «Como creyentes, hemos aprendido que confinar nuestra comprensión de Dios solo al planeta Tierra ha hecho a Dios - o por lo menos, a nuestra imagen de Dios - demasiado pequeño. El salmista lo sabía bien, por otra parte, así como los profetas: cuando hablaban de las estrellas cantaban a Dios, su Creador. Pero precisamente porque apreciamos la inmensidad de la creación podemos darnos cuenta de lo inmenso que es Dios»".
Eliminar"A partir de esto, prosigue Consolomagno, podemos comprender que un Dios infinito puede concentrar su atención amorosa sobre cada uno de nosotros, no solo aquí y ahora en el planeta Tierra sino sobre cualquier otra criatura que exista, pueda existir o haya existido, de cualquier manera en este universo."
Eliminar"¿La existencia de una forma de vida extraterrestre es compatible con nuestra fe en Dios? ¿Con la centralidad del hombre en la creación divina? ¿Con la encarnación de Jesucristo? Son preguntas que muchos creyentes justamente se hacen y hay que dar una respuesta.
EliminarLo ha hecho recientemente el padre Athos Turchi, profesor de filosofía en la Facultad Teológica de Italia Central, explicando que «el Dios en el que creemos los cristianos no es ciertamente un Dios de brazo corto, que crea solo lo mínimo indispensable», indispensable para la aparición de la vida (porque con «un universo más pequeño y más joven nuestra aparición no hubiera sido posible ya que no habría habido tiempo para "cocer" a fuego lento los elementos necesarios para la vida», explicó el famoso astrónomo de Harvard, Owen Gingerich, en "Buscando a Dios en el universo", Lindau 2010), pero también la inmensa belleza incluso en los detalles más pequeños de la naturaleza."
" ... explicó el padre Turchi, «no es contradictorio ni herético pensar que puedan existir en otros planetas formas de vida racional, y por lo tanto asimilables al ser humano, que vivan de su propia existencia: hay espacio para todos y también mucho"
Eliminar"Recordemos, por último, que la Iglesia católica abrió la posibilidad de la vida extraterrestre en el lejano 1277, cuando el obispo de París declaró herético limitar a la sola Tierra la potencia creadora de Dios."
Eliminar"Se puede hacer una estimación. Mil trillones de galaxias en el universo observable, cada una con un promedio de cien trillones de estrellas son cien trillones de billones. Sí, cien mil billones de billones de estrellas con quizás diez billones de billones de planetas similares a la Tierra alrededor de estrellas similares al sol en el universo observable."
EliminarEs insensato pensar que no hay otros seres vivos aparte de nosotros.
EliminarEstimado Jorge,
Eliminares necesario que nos entendamos sobre lo que significa y simboliza la palabra "centro". Nosotros por ejemplo decimos: el centro de la ciudad; decimos que la conciencia es el centro de la persona; Cristo es el centro del universo. A partir de estos ejemplos comprendemos que el centro es más importante que la periferia. Ahora bien, el hecho de que Galileo haya fundado el heliocentrismo y por tanto la tierra haya perdido esa importancia central que se le daba antes, es un hecho que no afecta al conjunto del universo, sino solo a nuestro sistema solar. Si en cambio consideramos el universo en su totalidad, debemos decir que la persona humana es la criatura corporal más alta entre todas las cosas del universo físico. En este sentido podemos decir que el hombre está en el centro del universo, como leemos también en Gaudium et Spes n.12: "Creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo en considerar que todo lo que existe sobre la tierra debe referirse al hombre, como a su centro y a su vértice".
El Hermano Guy no menciona en absoluto la posibilidad de la existencia de extraterrestres, sino simplemente nos recuerda la doctrina de los Salmos, que alaban la grandeza de Dios, considerando la grandeza del universo.
EliminarEstimado Jorge,
Eliminaren este pasaje hay que aclarar qué se entiende por criatura, porque, si nos referimos a la criatura humana, como he demostrado abundantemente en mis artículos, solo estamos nosotros en el universo. En cambio, si se refiere a las criaturas angélicas, hay que distinguir los ángeles santos de los caídos. En cuanto a los ángeles santos, ellos normalmente están en el cielo, a menos que reciban una misión especial de Dios, como el arcángel Gabriel. Los demonios se encuentran tanto en el infierno como en esta tierra. En cuanto al ángel guardián, está a nuestro lado y por lo tanto se encuentra aquí con nosotros en esta tierra.
Estimado Jorge,
Eliminarsi lee mis artículos anteriores sobre este mismo tema, encontrará que ya he refutado estos argumentos. Si en principio se puede admitir la posibilidad de que la omnipotencia divina dé lugar al poligenismo o cree otros seres humanos en otros planetas, considerando el dato de fe del pecado original, hay que concluir que la única humanidad existente es la que se encuentra en esta tierra. Además, el P. Turchi demuestra que no posee un concepto unívoco del ser humano, lo cual rompe la igualdad humana e introduce toda forma de discriminación e injusticia entre los hombres.
¿La existencia de una forma de vida extraterrestre es compatible con nuestra fe en Dios? ¿Con la centralidad del hombre en la creación divina? ¿Con la encarnación de Jesucristo? Son preguntas que muchos creyentes justamente se hacen y hay que dar una respuesta.
EliminarLo ha hecho recientemente el padre Athos Turchi, profesor de filosofía en la Facultad Teológica de Italia Central, explicando que «el Dios en el que creemos los cristianos no es ciertamente un Dios de brazo corto, que crea solo lo mínimo indispensable», indispensable para la aparición de la vida (porque con «un universo más pequeño y más joven nuestra aparición no hubiera sido posible ya que no habría habido tiempo para "cocer" a fuego lento los elementos necesarios para la vida», explicó el famoso astrónomo de Harvard, Owen Gingerich, en "Buscando a Dios en el universo", Lindau 2010), pero también la inmensa belleza incluso en los detalles más pequeños de la naturaleza.
Poner al hombre en el centro del universo es la "regulación fina" con la que parece haber sido diseñada su aparición, su inmensa complejidad (pensemos en el cerebro, la computadora más poderosa de todo el universo), su capacidad de preguntarse el sentido de su vida, «frente al cual la creación material de estrellas y planetas y todo lo demás, es cosa para reírse». Sin embargo, explicó el padre Turchi, «no es contradictorio ni herético pensar que puedan existir en otros planetas formas de vida racional, y por lo tanto asimilables al ser humano, que vivan de su propia existencia: hay espacio para todos y también mucho».
Extraterrestres y cristianismo, no hay contradicción.
EliminarPara comprenderlo es necesario comprender el motivo por el cual Cristo se encarnó entre los hombres: «Estamos a lo que nos dicen las Sagradas Escrituras. El Hijo de Dios, Jesucristo, se encarnó y entró en la historia humana, porque el hombre ha pecado y porque Dios había decidido salvarlo: Dios amó tanto al mundo que envió a su Hijo para que los hombres tuvieran vida (Jn. 3,16). Si el hombre no hubiera pecado, la encarnación no habría existido, ya que el hombre siempre habría vivido al lado de Dios mismo». La encarnación, por lo tanto, se hizo necesaria para los hombres, Dios decidió intervenir en un cierto momento de la historia para llamar al hombre, que corría el riesgo de perderse, a su destino, es decir, a su comunión con Dios. Respecto a los "extraterrestres", «si también estos otros vivientes han tenido, ellos también, nuestros mismos problemas, nada podría impedir a Dios poner en práctica algo parecido a la encarnación». En conclusión, explicó, «ya sea que como seres inteligentes estemos solos y únicos, o que en el universo haya otros seres inteligentes más o menos similares a nosotros, no cambia el concepto de Dios creador, porque no es un Dios con visión estrecha».
Extraterrestres: los científicos católicos están divididos.
EliminarSi el católico Elio Sindoni, ordinario de Física General de la Universidad Bicocca, ha explicado en su hermoso libro "¿Estamos solos en el universo?" (Editrice San Raffaele 2011) porque no existe ningún ser extraterrestre (además de hablar mucho de la relación de amistad entre ciencia y fe), José Gabriel Funes, director del Observatorio Vaticano, piensa de manera opuesta: «A mi juicio esta posibilidad existe. ¿Cómo se puede excluir que la vida también se haya desarrollado en otro lugar? Como existe una multiplicidad de criaturas en la tierra, así podrían existir otros seres, incluso inteligentes, creados por Dios. Esto no contradice nuestra fe, porque no podemos poner límites a la libertad creadora de Dios. Para decirlo con san Francisco, si consideramos a las criaturas terrenales como "hermano" y "hermana", ¿por qué no podríamos hablar también de un "hermano extraterrestre"? Formaría parte de la creación». El jesuita ha confirmado la visión del teólogo Turchi respecto a la encarnación de Cristo: «Tomemos prestada la imagen evangélica de la oveja perdida. El pastor deja a las noventa y nueve en el redil para ir a buscar a la que se ha perdido. Pensamos que en este universo puede haber cien ovejas, correspondientes a diferentes formas de criaturas. Nosotros que pertenecemos a la humanidad podríamos ser precisamente la oveja perdida, los pecadores que necesitan al pastor. Dios se hizo hombre en Jesús para salvarnos. Por lo tanto, si existen otros seres inteligentes, no es seguro que necesiten redención. Pudieron haber permanecido en la amistad plena con su Creador».
La Iglesia se "abrió" a otras formas de vida en el lejano 1277.
EliminarRecordemos, por último, que la Iglesia católica abrió a la posibilidad de la vida extraterrestre en el lejano 1277, cuando el obispo de París declaró hereje limitar solo a la Tierra la potencia creadora de Dios. Todavía hoy en el Vaticano son muchos los encuentros organizados con astrónomos y astrofísicos sobre la existencia extraterrestre y también los diarios católicos, como "Avvenire" no dejan de abordar la cuestión. Para profundizar en la relación entre los extraterrestres y la encarnación de Dios, recomendamos este artículo de Giuseppe Tanzella-Nitti.
https://www.avvenire.it/agora/pagine/la-salvezza-cosmica-e-gia-reale
Sé más humilde, no eres omnisciente. Reconoce tus obvios límites.
EliminarEstimado Jorge,
Eliminaradmiro el esfuerzo queusted ha puesto en reunir material sobre este tema, un tema difícil y apasionante.
Le digo de inmediato que en mis anteriores artículos desde hace cuatro años he intervenido muchas veces para responder a intervenciones de los lectores. En este punto me he dado cuenta de que las objeciones contra mi posición han empezado a repetirse, mientras que yo por otra parte, basándome en una sana antropología y en el magisterio de la Iglesia, ya he respondido a todas esas objeciones. Por lo tanto, si usted quiere saber cómo respondería a las dificultades que me propone, no tiene más que ir a leer mis escritos anteriores, en los cuales ya he respondido a estas dificultades.
No, gracias 🙂
EliminarPadre, no hablaba de seres humanos sino hipotéticamente de otros seres. ¿Acaso la Iglesia no excluye esta posibilidad? No quisiera haber cometido un error. De hecho, he leído lo que ha afirmado el Director de la Specola. Lo último que quiero es enseñar contenidos contrarios a la Iglesia.
ResponderEliminarEstimado Roberto,
Eliminarcomo ya he explicado varias veces, metafísicamente no es posible que existan seres corpóreos semejantes al hombre, pero que no sean hombres. Está claro que, tal como el Magisterio de la Iglesia enseña la verdad sobre la naturaleza humana, esa concepción contradice a la naturaleza humana, por lo tanto la Iglesia es contraria a esa concepción errónea de la naturaleza humana.
Repito una vez más que el concepto de hombre es unívoco: animal racional. El concebirlo como multiforme o de plurisentido, o sea, concebirlo de modo análogo, ofende la igualdad y la unidad de la naturaleza humana y crea todo tipo de discriminación y de racismo.
Incluso si no estuviéramos solos en el universo, prácticamente sería como si lo estuviéramos, según la estimación de la probabilidad de poder comunicarnos con cualquier otra civilización tecnológica que estuviera presente en nuestra galaxia que tiene 100.000 años luz de diámetro. Por ejemplo, la probabilidad de que podamos comunicarnos con alienígenas de otras galaxias (la más cercana está a 2,5 millones de años luz de nosotros).
ResponderEliminarEstimado Carlos,
Eliminarciertamente estas distancias inmensas, que nos separan de los otros cuerpos celestes, no nos animan en la perspectiva de poderlas cubrir, para comunicarnos con otros eventuales sujetos corpóreos-espirituales como nosotros.
Ciertamente nuestra soledad es hoy más impresionante que nunca, porque nunca como hoy, con las herramientas avanzadas que tenemos, estamos descubriendo la inmensidad ilimitada del universo en el que nos encontramos.
Sobre este punto nos da mucha luz la fe, que nos habla del pecado original y de sus consecuencias. De hecho, el hombre fue creado originalmente para dominar todo el universo. Por desgracia, a causa del pecado de los padres, estamos como bloqueados en esta tierra, que es un minúsculo grano de polvo perdido en un universo sin límites, que ya no nos pertenece y que estamos muy lejos de poder dominar.
Pero este hecho no debe desalentarnos, porque la historia de la ciencia, sobre todo a partir de Galileo, nos enseña a remontar la pendiente por la que hemos caído. El vertiginoso progreso tecnológico nos anima a esperar que un día podamos volver a llenar esos espacios que hemos perdido por culpa del pecado.
La gracia de Cristo es un poder que sana y fortalece la naturaleza humana y le permite alcanzar una vida divina de hijos de Dios, lanzados a la reconquista de lo que habíamos perdido, por no hablar de la esperanza escatológica de los nuevos cielos y de la nueva tierra.
Interpreto como provocación más que como catequesis teológica la argumentación que se basa en el Génesis para revelar la esperanzadora perspectiva de «dominar otros cuerpos celestes, de llenar esos vastos espacios, lanzados a reconquistar lo que hemos perdido»; tal objetivo no me parece propio de quienes estaban más cerca del corazón de Jesús y de los primeros cristianos (si acaso, por analogía con la colonización, podría pertenecer más a aquellos colonos que masacran y dispersan a miles de personas indefensas para ocupar toda la tierra de Canaán).
EliminarPero dicho objetivo ni siquiera pertenece a los verdaderos hombres de ciencia, quienes saben que «no pueden cubrir esas inmensas distancias para comunicarse con otros»; saben que ningún ser vivo podría viajar a la velocidad de la luz; su objetivo es poder comunicarse con seres extraterrestres inteligentes mediante ondas electromagnéticas, sin necesidad de cubrir esas distancias con cuerpos vivos, sabiendo que esto es imposible.
En 1974, se lanzó un mensaje desde la Bahía de Arecibo utilizando ondas electromagnéticas. Radiación electromagnética que hasta ahora ha viajado 51 años luz, una nimiedad comparada con el radio de 50.000 años luz de nuestra galaxia. Si hoy recibiéramos una respuesta, podríamos decir que hay un ser vivo (al menos tan inteligente como nosotros) a no más de 26 años luz de distancia. Si no recibimos nada, significa que en un radio de 26 años luz alrededor de la Tierra no hay seres vivos capaces de escuchar ese mensaje y responder a él.
Cubrir esa distancia con un cuerpo vivo sería pura ciencia ficción: se podría decir que es ciencia ficción hoy, pero ¿podría hacerse realidad en décadas o siglos? El tiempo lo dirá, pero por ahora, la ciencia, lamentablemente, cree que es mucho más probable que la humanidad se autodestruya antes de poder reubicar a los humanos para continuar la especie humana en otros cuerpos celestes. Marte está a entre 12 y 22 minutos luz de nosotros: esta distancia es lo suficientemente corta como para que sea plausible que un hombre vivo pudiera recorrerla, pero estoy seguro de que, como yo, no se dejan engañar por la jactancia de Elon Musk de haber enviado un millón de hombres a Marte para 2044: no dice cuántos podrían regresar sanos y salvos a la Tierra ni cuántos años podrían sobrevivir en Marte.
Estimado Carlos,
Eliminaren el precepto genesíaco "llenad la tierra" (Gén 1,28), está evidentemente el mandamiento de dominar todo el universo y apoderarse o empadronarse de todo el universo. Ciertamente, no se puede esperar que el hagiógrafo conozca las galaxias. Pero está claro que la realidad de las galaxias está implícita en el concepto de tierra.
La imposibilidad en que nos encontramos hoy de cubrir las inmensas distancias que nos separan de otros planetas, no estaba prevista en el estado edénico, sino que es una consecuencia del pecado original.
La ciencia está en continuo progreso para recuperar lo que el hombre ha perdido como resultado de la culpa original. Este programa de reconquista del universo no está en absoluto excluido en la perspectiva cristiana, si es verdad que Cristo es el Rey del universo y nosotros un día estamos llamados a reinar con Él en los cielos nuevos y en la tierra nueva.
Por cuanto respecta a la conquista que los Hebreos hicieron de la tierra de Canaán, la violencia con la cual realizaron la operación no tiene nada que ver con la voluntad de Dios, aunque entonces los Hebreos en buena fe creyeron cumplir la voluntad de Dios. Esto no quita que Dios haya asignado a los judíos la tierra de Canaán.
No sé dónde esté documentada la teología católica que «hace derivar como consecuencia del pecado original la imposibilidad de la humanidad actual de cubrir las inmensas distancias que nos separan de otros planetas».
EliminarLa teología católica no excluye la existencia de seres inteligentes extraterrestres, los cuales pueden existir incluso si no fuese posible «cubrir las inmensas distancias que nos separan de ellos» e incluso si no fuese posible comunicarse con ellos; en este segundo caso, para nosotros sería indiferente que existan o que no existan, como dije al inicio de esta charla.
¿Por qué tanto empeño en la perspectiva–aspiración de querer «cubrir esas distancias» como si el no poder hacerlo fuese un minus, una privación, consecuencia del pecado original?
Tal vez no entiendo como usted el significado de «cubrir»: a mí me bastaría poder comunicarme, considerando ciencia ficción el cubrir si se entiende físicamente como traslado de humanos que continuasen la especie humana en otros planetas distantes cientos de años luz de la Tierra.
«¿La ciencia está en continuo progreso para recuperar lo que el hombre ha perdido a consecuencia de la culpa original?» Considero que progresa para conocer la esencia y las dinámicas de lo que existía incluso miles de millones de años antes de que el hombre apareciese.
No quisiera que el pretender entrecruzar de este modo “recuperatorio” el progreso científico con el pecado original termine por perjudicar en vez de favorecer la buena relación fe–razón.
En cuanto a los colonos israelíes: a la inmensa mayoría de los católicos no le interesa si en el Antiguo Testamento está escrito que «Dios ha asignado a los judíos la tierra de Canaán»; considero que Jesús no aprobaría que les correspondiese toda entera hoy (no se había batido para que les correspondiese cuando estaba ocupada por los romanos) y menos aún aprobaría que la reconquistasen con esa violencia que los colonos ejercen incluso contra las aldeas cristianas; que se contenten con la tierra reconocida para ellos en la posguerra por una parte (163/193) de los Estados del mundo.
Dada la divergencia de nuestros dos lenguajes, quizá sea mejor que dediquemos nuestro tiempo a actividades más provechosas para el anuncio del Evangelio y para el Bien común.
Estimado Carlos,
Eliminarsegún la revelación cristiana, en el estado edénico el hombre poseía dones preternaturales (inmortalidad, agilidad, impasibilidad, ciencia infusa, dominio del espíritu sobre el cuerpo, inocencia), que le permitían desplazarse progresivamente por el espacio para la conquista de nuevos mundos.
Esta necesidad permanece incluso ahora, solo que en la actual condición de naturaleza caída, el hombre, habiendo perdido esos dones, se encuentra con fuerzas inmensamente inferiores a las que tenía antes.
En este sentido es bueno concebir el progreso humano como recuperación de estas fuerzas. Si en la Edad Media, por ejemplo, todavía se viajaba a pie o a caballo, hoy viajamos en coche y en avión, e inventamos también la nave espacial para llegar a la Luna.
Estimado Carlos,
Eliminaryo, como teólogo, he tratado ya desde hace mucho tiempo esta cuestión de si se puede admitir la existencia de otros seres humanos en otros planetas, y he llegado a la conclusión de que, sobre la base de la fe, no podemos admitir la existencia de semejantes criaturas.
No tengo tiempo para profundizar en toda la "revelación cristiana", y por lo tanto no sabría en qué textos aprobados por el Magisterio petrino de hoy se establece que hay que creer por fe que «en el estado edénico el hombre poseía dones preternaturales (inmortalidad, agilidad, impasibilidad, ciencia infundida, dominio del espíritu sobre el cuerpo, inocencia), que le permitían progresivamente desplazarse por el espacio para la conquista de nuevos mundos»: si me lo proporcionaras link, te estaría agradecido.
EliminarHe leído de teólogos que han hablado con usted sobre la cuestión "si la existencia de los extraterrestres es una hipótesis teológica a descartar": extraigo del mencionado enlace algunas consideraciones al respecto, formuladas por teólogos y científicos cristianos.
L'Humani Generis (1950) parece invitar a descartar dicha hipótesis, pero, según casi todos los teólogos que se han ocupado de la cuestión, tal encíclica no constituye magisterio infalible sobre la existencia de los extraterrestres:
- sea porque el lenguaje utilizado por Humani Generis sobre la cuestión no es el utilizado para los dogmas
Eliminar- o porque la tradición cristiana no es unívoca al respecto:
extraigo algunos ejemplos:
- San Alberto Magno y Guillermo de Occam afirman la posibilidad de la existencia de múltiples mundos;
- el obispo Tempier en el famoso documento de 1277 condena la idea de que Dios no podría haber creado más mundos;
- Santo Tomás de Aquino había negado la posibilidad de más mundos (I, q.47, a.3), pero había usado la palabra "mundo" de manera diferente a Tempier, queriendo decir algo más parecido a "universo" que a "planeta;
- San Heraclio defendió la idea de la existencia de varios planetas habitados como una forma de atacar a los protestantes y responder al jansenista Giovanni Cadonici, que la negaron;
- muchos científicos cristianos y teólogos han sostenido la compatibilidad de la vida extraterrestre con la fe: Angelo Secchi, Francesco Denza, Dwight con "Theology Explained in a Series of Sermons", Chalmers con "Astronomical Discourses", S. J. Dick con "The Christian Philosopher", "Die Sternenwelten un ihre Bewohner", que contiene una demostración de la mencionada compatibilidad que se enseña a los estudiantes de teología como estándar;
- se han pronunciado recientemente a favor de la posibilidad de vida extraterrestre casi todos los directores del Observatorio Vaticano, todos los sacerdotes astrofísicos: George Coyne, José Funes, Guy Consolmagno; también Tanzella-Nitti, sacerdote y físico, ha tratado bien la cuestión en este artículo; en América el Thomistic Institute ha tomado posición a favor de la compatibilidad de la vida extraterrestre con la fe: Karin Öberg, astroquímica católica que por primera vez observó biomoléculas complejas en discos protoplanetarios, en una conferencia explica por qué cree que es probable la existencia de vida extraterrestre.
EliminarDe todos modos ¡estamos tranquilos! Podemos dedicarnos a mayores prioridades posponiendo la cuestión hasta cuando descubriremos el primer mensaje de radio inteligente procedente de extraterrestres: mientras no recibamos ninguno, podríamos suponer que no existen alienígenas de inteligencia análoga a la nuestra: ver también la paradoja de Enrico Fermi.
https://it.wikipedia.org/wiki/Paradosso_di_Fermi
Estimado Carlos,
Eliminarel punto central de los dones preternaturales es el don de la inmortalidad.
Ahora bien, esta condición nobilísima no pertenece en sí misma a la naturaleza humana como tal, la cual es de por sí mortal, aunque el alma sin embargo sea inmortal. Siendo así las cosas, Adán y Eva eran inmortales no por naturaleza, sino por gracia. Por lo cual, habiendo pecado, han perdido esta gracia y la muerte ha entrado en el mundo.
Por cuanto respecta a la expresión "dones preternaturales", tal expresión corresponde a lo que en el Catecismo de la Iglesia Católica, en los números 374 a 379, se designa como santidad, justicia original, estado de gracia, amistad con Dios, dominio del espíritu sobre el cuerpo, comunión entre varón y mujer, dominio sobre el cosmos.
El deseo de alcanzar otros planetas se deduce fácilmente de la facultad que Dios había dado al hombre en el Edén para dominar todo el espacio cósmico. Está claro que el hagiógrafo del Génesis tenía un conocimiento del mundo extremadamente atrasado respecto al que nosotros tenemos hoy, valiéndonos del progreso de la astrofísica. Por lo tanto, no podemos exigir del hagiógrafo las precisiones que nosotros podemos hacer hoy sobre la cantidad de los cuerpos celestes. Pero no debemos confundir la limitación del conocimiento de entonces con el sentido auténtico de la revelación.
Por eso la justa interpretación que debemos dar del dominio sobre la tierra, del cual habla el Génesis, debemos mirar con favor a todo el desarrollo de las exploraciones humanas primero sobre esta tierra (pensemos por ejemplo en Cristóbal Colón) y luego ahora respecto al espacio (pensemos, por ejemplo, en la conquista de Marte).
EliminarEs cierto que nos encontramos ante unos espacios inconmensurables. Sin embargo, si en el plan divino original está que el hombre debe ser el señor del universo, debemos pensar que con el progreso de los medios de transporte mañana podremos cubrir distancias que hoy nos parecen absolutamente insuperables.
Hay que considerar además que si por ahora, en nuestra vida mortal, una meta de este tipo aparece absolutamente utópica, en la Parusía, es decir, en la resurrección de los muertos, los justos podrán realizar en plenitud el proyecto originario divino, que se expresa en el Génesis.
Estimado Carlos,
Eliminarhe leído el artículo, que no conocía y que critica mis posiciones. Me he detenido solamente en la cuestión del poligenismo y en la cuestión de la autoridad de la encíclica Humani Generis. El Papa no hace más que referirse a la famosa definición del dogma del pecado original, del cual retoma estas palabras que conciernen directamente a nuestra cuestión:
"Si alguien afirma que la prevaricación de Adán ha perjudicado solo a él y no a su descendencia, y se ha trasfundido a todos por imitación y no por propagación siendo precisamente a todos y a cada uno y ha transmitido la muerte y los castigos corporales a todo el género humano, sea anatema". Denz.1512-1513.
Pío XII no hace más que reiterar la enseñanza del Concilio según la cual la culpa original se ha transmitido de padre en hijo a toda la humanidad. Si existiera otra humanidad originada por otra pareja en esta tierra o en otros planetas, estaría exenta de la culpa original, lo que iría contra el dogma, según el cual la culpa se transmite por generación a toda la humanidad.
La enseñanza del papa Pío XII no es una definición dogmática y, sin embargo, no puede estar equivocada porque aquí el Papa explica el dogma.
EliminarEsta enseñanza se imparte siempre ex cathedra Petri, es decir el Papa habla como Sucesor de Pedro.
Hay que notar en efecto que el poligenismo vendría a crear otra humanidad u otras humanidades no infectadas por el pecado. Lo cual es claramente herético. Así que cuando Rahner admite el poligenismo, quien se equivoca no es el Papa, sino Rahner.
La Carta apostólica Ad tuendam fidem de san Juan Pablo II de 1998 ( https://www.vatican.va/.../rc_con_cfaith_doc_1998... ) declara que las enseñanzas oficiales pontificias que tocan materia de fe son veraces no solo cuando definen solemnemente un dogma, sino también cuando tratan materia de fe sin la intención de definir.
Estimado Carlos,
Eliminarle agradezco la rica documentación histórica que nos ha proporcionado.
Le digo de inmediato que en esta cuestión, que toca la dignidad de la persona humana, el científico experimental, que se ocupa de la naturaleza física, no dispone de las nociones suficientes para definir y reconocer esta dignidad, sino que la ciencia dedicada a este fin es la antropología filosófica y la antropología teológica, que se refiere a la divina Revelación.
A este respecto quisiera observar que, como ya he dicho varias veces, la noción de naturaleza humana no es una noción análoga, sino que es una noción unívoca: animal racional.
Así que no tiene sentido hablar de la posibilidad de una inteligencia corporal similar a la nuestra. En la creación existen sin embargo inteligencias análogas a las nuestras, pero estos son los ángeles, que son espíritus puros. Y luego existe el supremo analogado de la inteligencia, que es la misma inteligencia divina.
Desde el punto de vista metafísico y cristiano no existen otras formas de inteligencia.
En cuanto a la hipótesis de la pluralidad de los mundos, suponiendo que estén habitados, está claro que también es descartable, no solo por la ciencia, sino también por la fe.
Hoy es fácil encontrar filósofos y teólogos que admiten la posibilidad de extraterrestres, porque parten de erróneas visiones metafísicas o de falsas visiones de la revelación de orientación evolutiva, panteísta o hinduista.
Padre Filemón: Le agradezco su abundante respuesta, y lamento que me haya dedicado tanto tiempo, porque sé que usted está mucho más cargado de mí en términos de responsabilidad catequética y sacerdotal.
EliminarTendré debidamente en cuenta sus precisiones, pero ahora, realmente, paramos aquí la discusión sobre este tema: vuelvo a reiterar que no es un problema urgente, porque, aunque no estuviéramos solos en el universo, prácticamente para nosotros sería como si lo fuéramos hasta que no lográramos comunicarnos con ellos; en otras palabras, hasta "ese tiempo" es la realidad observable, no solo el razonamiento teológico, a decretar que "no existen otras formas de inteligencia ni otros mundos habitados", aunque la ciencia dice que la ausencia de la prueba no es la prueba de la ausencia.
Un cariñoso saludo, recordándonos en las oraciones.
Estimado Carlos,
Eliminarel problema de la eventual existencia de los extraterrestres concierne a la ciencia, a la antropología filosófica y a la fe, porque está en juego la verificación o prueba experimental, que es competencia del físico; está en juego la competencia del antropólogo, al que corresponde dar una definición del hombre, eventualmente presente en otros planetas; si el científico o el filósofo es un hombre de fe, es bueno que tenga en cuenta, como sentencia definitiva, la doctrina de la fe.
Ahora bien, me permito recordarle que precisamente en base a la fe debemos excluir la presencia de otros seres humanos en otros planetas. Sin embargo, si nosotros los creyentes estamos tratando con un científico no creyente, en este caso debemos entender la hipótesis que él hace de la posibilidad de otros seres humanos en otros planetas.
Ahora, en serio, paramos la discusión sobre este tema.
EliminarEs un tema para especialistas. El padre Funes es un jesuita, con todo lo que hoy implica el término, me parece. Parece que en algunos jesuitas ya no importa el dogma sino la libre interpretación y el libre pensar también en materia de fe. Quizás el Papa León debería aclarar también este punto como ya indirectamente hizo sobre las ideas que circulaban durante el Sínodo por la Amazonía (la naturaleza no es superior al hombre, el pecado original ha afectado incluso a los indígenas, y nada de Pachamama, Cristo es Salvador también para ellos).
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarsabemos ya desde hace décadas cuál es la situación de la Iglesia como consecuencia de la influencia modernista. Ha llegado el momento en que necesitamos más que nunca que los católicos, en comunión con el Papa, ayudemos al Papa a encontrar las vías de la conciliación, porque esta división entre nosotros es un contra-testimonio, que hace que la Iglesia no sea creíble como anunciadora y promotora de paz, cuando hoy más que nunca el mundo necesita paz.
Estimado Padre, según las últimas investigaciones la vida que resulta del caso resulta prácticamente imposible, la vieja frase "hay 100 mil millones de galaxias con 100 mil millones de estrellas con sus planetas, es probable que haya vida en uno de ellos" no tiene sentido. Algunos estudiosos han calculado la posibilidad de que la célula más simple conocida se pueda generar por casualidad; la probabilidad resultó de 1 dividido 10 elevado a la 300, es decir, un 1 con 300 ceros detrás (consideremos que 100 mil millones x 100 mil millones es 10 elevado a la 22), prácticamente imposible. Para confirmar que los científicos ateos lo saben, es el intento de elaborar nuevas teorías como la del multiverso (que supone universos infinitos) que no son empíricamente demostrables, a diferencia del Big Bang, para explicar la aparición de la vida. Así que lo que dijo el director de la Specola no es solo contra la doctrina, sino también contra la ciencia.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo,
José
Estimado José,
Eliminarla cuestión de si puede existir una vida infraumana en otros planetas, para ser tratada con rigor filosófico, debe suponer la existencia de un Dios creador muy sabio, providente y ordenador del universo. Ahora bien, el concepto de azar es totalmente contrario a estas verdades filosóficas incontrovertibles.
Por esta razón no es razonable suponer una vida que deriva del azar. La vida es creada por Dios y tiene fines muy precisos según las diversas formas de vida.
Es cierto que en ciertos juegos decimos que agitamps algunos objetos al azar, como por ejemplo los dados. Pero en realidad también el movimiento de los dados sigue leyes físicas bien precisas.
En cuanto a la consideración de la célula, por sencilla que sea, se trata siempre de un organismo vivo, cuya actividad finalista demuestra la dirección por parte de una inteligencia, que evidentemente no es una inteligencia perteneciente a la célula, porque la célula es guiada por esa inteligencia trascendente que la creó.
En cuanto al cálculo de las probabilidades, sé que tiene su legitimidad, pero se refiere a acciones realizadas por el hombre sobre materiales, que en todo caso se mueven según leyes físicas bien precisas.
Por eso la tesis de la imposibilidad de la producción aleatoria de una célula viva resulta del todo inútil, porque no está fundada sobre una cosmología racional, sino sobre la fe en el azar o casualidad, que no tiene nada de científico, porque la ciencia por su esencia busca la causa, que es exactamente lo contrario del azar.
Claro, Padre, estoy de acuerdo con usted. La mía era una reflexión para decir que quien cree solo en la ciencia, ni siquiera ante la evidencia científica se rinde. Un saludo
EliminarJosé
Estimado José,
Eliminarsu consideración es muy interesante. Si he entendido bien, hablando de quien cree solo en la ciencia, usted se refiere a quien hace de la ciencia un ídolo, como si no existiera ningún saber superior que proceda de la divina revelación. El papa Francisco diría que estos son los gnósticos.
¿Por qué motivo los sujetos de este género no se rinden ante una evidencia científica, que no es de su gusto? Precisamente porque no son verdaderos científicos. Si fueran verdaderos científicos se rendirían siempre y de todos modos a cualquier demostración científica.
El verdadero científico no es aquel que cree solo en la ciencia y se cierra a la fe, sino precisamente aquel que reconoce que la razón es superada y ayudada por la fe, porque creer es sumamente razonable.
El creer en el azar, por ejemplo, no es cosa razonable; sin embargo quien hace de la ciencia un ídolo es muy fácil que confunda el azar con la ciencia.
Exactamente, padre, me refería precisamente a los que hacen de la ciencia un ídolo.
EliminarJosé
Estimadísimo padre Filemón,
ResponderEliminarsobre la cuestión que trata en este artículo sobre la posibilidad de la existencia de seres humanos en otros planetas del Universo, me pregunto y le pregunto si es correcto pensar, partiendo del estado edénico del hombre, antes de la caída causada por el pecado original que el hombre, encontrándose en este estado, hubiera podido con extrema facilidad colonizar el Universo entero, superando espacios infinitos, dominando energías gigantescas, según las palabras del Señor que ordena a la pareja primitiva multiplicarse y dominar la tierra. ¿Qué significa "tierra"? Pienso no solo en nuestro planeta sino en todo el universo, incluyendo las galaxias, las estrellas y los planetas y todas las realidades creadas del universo.
En efecto, Adán y Eva estaban dotados de los dones preternaturales de la ciencia infusa, de la inmortalidad, de la exención de todo tipo de defecto físico y moral, así como de un poder de dominio sobre el Universo de tal fuerza que ni siquiera imaginamos. De esta manera en poco tiempo la humanidad habría ocupado todos los espacios cósmicos sin límites, utilizando todas las energías del universo, llegando a cultivar todos los planetas predispuestos para la vida y esparcidos por todo el universo.
Además, la humanidad podría haber propagado todas las formas de vida infrahumana: animales y plantas, en el universo.
Pienso, por lo tanto, que sobre la base de estas consideraciones no se puede excluir la presencia de vida no solo en términos de microorganismos en otros planetas, sino también de otros sujetos que deben tener ciertamente la identidad de la naturaleza humana tal como fue querida y creada por Dios.
Padre Vicente
Estimado Padre Vicente,
Eliminaresta maravillosa conquista del universo habría sido posible para el hombre si no hubiera existido el pecado original.
Sin duda la Escritura, cuando habla del cielo y de la tierra, está claro que se refiere a ese universo infinito que solo nosotros conocemos hoy.
Sin embargo, en las condiciones actuales de la naturaleza caída, aunque redimida, como he repetido y argumentado varias veces, no es en absoluto hipotetizable pensar que en otros planetas haya otros seres humanos provenientes de esta tierra.
El universo actual fue creado para la humanidad, destinada a poblarlo. Pero debido a las consecuencias del pecado original ya no tenemos los medios para realizar aquella empresa que nuestros Primeros Progenitores habrían realizado con la mayor facilidad, si no hubieran pecado.
Sin embargo, todo este universo sigue estando a nuestra disposición y por lo tanto no está en absoluto prohibido esforzarse al máximo para inventar medios para cubrir las inmensas distancias que separan nuestra tierra de los otros planetas.
Pero solo al final de los tiempos, la humanidad gloriosa tendrá la posibilidad de tomar plena posesión de toda la creación, que Dios ha hecho para el hombre, y esto sucederá gracias a Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo, es decir, de los cielos y de la tierra nuevos.
Gracias como siempre p. Filemón, por sus argumentativas y claras respuestas.
EliminarSistemáticamente vuelve a la superficie este problema, que no es problema, de los mundos clones. Los defensores de estas teorías tratan de desacreditar el Génesis y aquello que sigue en cascada sobre el plano doctrinal con el fin de desmontar nuestra Fe en el Dios nuestro uno y trino.
ResponderEliminarSin embargo, es tan lógico que un hombre fuera expulsado de un Edén con una mujer, no x hombres y x mujeres.
Entonces, siempre siguiendo nuestra lógica humana, pobre sí, pero no nula (al igual que su compañero, el libre albedrío) si,
Si Dios hubiera creado más mundos similares al nuestro, nos los habría desvelado de inmediato (pero entonces el Génesis nos habría sido dado de modo diferente).
Concluyendo, queridos católicos, estamos muy lejos de estas cuatro frases cartesianas que nos regalan desde niños y desde hace dos siglos los cuentos fantásticos a la Verne, Star Wars. etc. Y aprendamos a estudiar estos falsificadores para llegar fácilmente luego a la Verdad (también entre los representantes de la Iglesia: Dios debe ser respetado también así).
Estimado Fiel,
Eliminarsi Dios hubiera querido, podría haber iniciado la humanidad creando más parejas originales en esta tierra y en otros planetas. Excluyendo el hecho del pecado original, efectivamente si hubiera habido otros hombres en otros planetas creo que Dios nos lo habría dicho, aunque no estaba obligado a hacerlo.
Lo que prohíbe creer que realmente existen otros seres racionales es el hecho del pecado original cometido por la primera pareja. La culpa de este pecado se transmite por generación a toda la humanidad. Si tuviéramos que admitir el poligenismo o terrestre o extraterrestre estaríamos obligados a admitir otra humanidad exenta del pecado original, pero esto es contra la fe, la cual dice que el pecado ha contaminado toda la humanidad.
Querido Padre, sé a propósito que el Padre Pío se expresó en favor, pero no entendí bien si lo sabía con certeza o era solo su opinión personal.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarcon respecto a la opinión de P. Pio, no tengo información suficiente para expresar un juicio.
Considerando la grandeza de este Santo, me gustaría volver sobre esta cuestión que en su momento ya he tratado. ¿Puede darme una documentación precisa sobre lo que el P. Pío ha dicho realmente, citando las fuentes?
Solo entonces podríamos retomar la discusión, que es muy interesante. Recuerde, sin embargo, que incluso los grandes santos pueden caer en errores involuntariamente.
Sobre esta cuestión de los extraterrestres ya he mostrado abundantemente lo que nos dice la ciencia, lo que nos dice la teología y lo que nos dice la fe.
Me disculpo si, para escribir el mensaje anterior, copié el mensaje sobre Padre Pio de otro usuario. Pero las frases son esas y se encuentran en la web fácilmente.
ResponderEliminarPor lo tanto, padre, hay dos libros publicados que contienen estas frases de Padre Pío sobre el tema, uno es el de Cleonice Morcaldi (hija espiritual de Padre Pio) y el otro de don Nello Castello:
ResponderEliminar1. Cleonice dijo al Padre Pío: "Cuando me dijeron que los planetas estaban habitados, mi fe se sacudió".
Padre Pío respondió: "¿Y qué? ¿No desearías que hubiera otros seres? ¿Que la omnipotencia de Dios se hubiera limitado a nuestro pequeño planeta?"
(Padre Pío a Cleonice Morcaldi, Mi vida cerca de Padre Pío diario íntimo espiritual, quinta edición, 2013, pág. 85)
2."Padre, dicen que en los otros planetas hay otras criaturas de Dios! "
Y que, ¿desearías que no existieran, que la Omnipotencia de Dios se limitara al pequeño planeta Tierra? Y que, ¿desearías que no hubiera otras criaturas que aman al Señor?"
"Pensé que la Tierra es una nada, frente a los astros y todos los otros planetas."
Eh! Sí, y nosotros que salimos de la tierra no somos nada. El Señor no habrá restringido su gloria a este pequeño planeta. En otros habrá seres que no tendrán pecado como nosotros"
(Del libro ASÍ HABLÓ PADRE PÍO, edición a cargo de Don Nello Castello, Imprimatur Vicenza, 14/6/74, † C. Fanton, Obispo Auxiliar").
Padre creo que las frases son auténticas.
Estimado Anónimo,
Eliminarel P. Pío no era un teólogo, por lo que creo que estas palabras del santo sacerdote fueron pronunciadas por impulso pensando en la omnipotencia divina. En mi opinión el P. Pío no se ha dado cuenta de la complejidad de esta cuestión y de cómo juega en ella ese papel esencial, que es desempeñado por el pecado original, según lo he dicho ya en mis escritos anteriores.
Además, ¿quiénes son estos "seres"? ¿Quiénes son estas criaturas? Como ya he dicho, si se trata de seres humanos, indudablemente si Dios hubiera querido podría haber creado otros seres humanos en otros planetas, pero la fe nos enseña y teología nos explica, como ya he demostrado anteriormente, que de hecho Dios creó a la humanidad solo en esta tierra.
Querido Padre, yo le envié el mensaje referente al Padre Pío. También creo que se trató de una exaltación suya acerca del poder divino. Precisamente hoy, sin embargo, el periódico "El Mensajero" ha publicado una entrevista con el nuevo director de la Specola Vaticana donde se toca el tema extraterrestres y Redención, y me ha hecho retorcer la nariz leer palabras tan posibles respecto a la hipótesis de vida extraterrestre, sobre todo a la luz de las implicaciones cristológicas: en la práctica este director, entre otras cosas también sacerdote, habla de un Cristo cósmico y cosas así...
ResponderEliminarMe corrijo padre, no es el director de la Specola Vaticana sino un científico de la misma.
EliminarLa entrevista se publica aquí:
https://www.ilmessaggero.it/vaticano/vaticano_alieni_creature_di_dio_evangelizzare_i_pianeti_padre_gabriele_gionti_leone_xiv-9046427.html
le agradezco el artículo de Il Messaggero que me ha hecho llegar. De este artículo he podido leer solo una parte, publicada en Instagram: «Como científico, no excluye que, en algún lugar del universo, estén presentes otros planetas similares a la Tierra. En tal caso, la Iglesia estaría incluso preparada para evangelizar marcianos y alienígenas, también ellos criaturas de Dios. Como científico, en cambio, liquida —y con cierto escepticismo— el capítulo de los ovnis. Eso parecería cosa de conspiracionistas. ¿Estudiando el cosmos, se le ocurre pensar en eventuales mundos por descubrir y por evangelizar?
Eliminar“Si bien es muy probable, por el momento no hemos encontrado aún rastros de vida en los planetas extrasolares. Y aun cuando encontremos pruebas de la existencia de vida en otros planetas, no está dicho que se trate de vida ‘inteligente’, dotada de conciencia y autoconciencia, y por tanto evangelizable. Sin contar las dificultades para alcanzar esos planetas: por el momento, resulta complejo incluso solo proyectar una misión a Marte. Sin embargo, sigue siendo fascinante la idea de anunciar el Evangelio a una civilización probablemente muy distinta de la nuestra. La Iglesia, como ya ha hecho en el pasado ante nuevos descubrimientos científicos y geográficos, se interrogaría sobre cómo anunciar el Evangelio en un contexto aún más amplio. Creemos que Dios llama a todos en su proyecto de instauración del Reino de los Cielos en cada rincón de la Creación, incluso en los más oscuros y remotos.”»
A propósito de estas declaraciones haría algunas observaciones.
EliminarEs comprensible que un científico se interrogue sobre la posibilidad de la existencia de otros seres humanos en otros planetas.
Sin embargo, el científico no tiene los instrumentos epistémicos para poder responder a esta pregunta. De hecho, esta pregunta involucra la concepción del hombre, una noción que no está fijada por la simple física experimental, sino que está establecida por la antropología filosófica. Además, la revelación cristiana funda una antropología teológica, la cual nos da la plena verdad sobre el hombre. Por esto, para aclarar la cuestión de si en otros planetas puedan existir otros seres humanos, no es suficiente la física experimental, sino que es necesario tener aquel conocimiento del hombre que nos viene de la revelación cristiana.
Ahora bien, tal revelación, como he demostrado en artículos precedentes, nos dice que la humanidad ha tenido origen en una sola pareja. Además, es necesario tener presente que Pío XII, en la encíclica Humani Generis de 1950, excluye el poligenismo, tanto terrestre como extraterrestre, y por lo tanto sostiene el monogenismo, recordando que la culpa del pecado original se transmite por generación.
Si entonces debiesen existir otros seres humanos en otros planetas, ellos no podrían haber sido creados por Dios separadamente de la pareja primitiva, sino que estaríamos obligados a admitir que están allí porque partieron desde aquí. Ahora bien, es claro cuán insostenible aparece una hipótesis de este tipo en nombre de la ciencia, la cual hoy más que nunca nos pone delante de un universo tan ilimitado, que cualquier hipótesis de que la humanidad haya atravesado o pueda atravesar estos espacios aparece del todo fuera de los datos de los que actualmente disponemos.
Hago la observación, además, que, en base a la Revelación, la perspectiva final de la humanidad redimida por Jesucristo es la de una plena recuperación del dominio sobre el universo, que Dios había asignado al hombre en sus orígenes.
Esto significa que el futuro que espera a esta humanidad es el de dominar los espacios del universo actual, de modo que lo convierta en “cielos nuevos y tierra nueva” sujeto al hombre según lo que era el plan primitivo de la creación, “como era al principio” según las mismas palabras de Cristo.
Estimado Jorge,
Eliminarde las palabras del Padre Gionti tengo la vaga impresión de encontrar un trasfondo cosmológico espacio-temporal no propiamente teísta, que da un primado del espíritu sobre la materia, pero tengo como la impresión de que estas teorías sobre los extraterrestres presuponen esta visión monista, que se podría encontrar en un Severino.
En cambio, una visión realista sanamente teísta admite un creador, que ha sacado de la nada la naturaleza humana y la realidad del cosmos físico. Es claro que esta visión de la realidad orienta nuestro pensamiento no hacia la posibilidad de otros seres humanos en otros planetas, sino que establece las condiciones que permiten el dato revelado, que nos es proporcionado por la fe cristiana.
2) “¿El descubrimiento de civilizaciones extraterrestres no pondría en crisis a la teología?” «Ciertamente no, la ampliaría, porque evidenciaría que el designio providencial de Dios trasciende los confines restringidos del solo pensamiento humano. Un descubrimiento de ese tipo avalaría la idea del p. Teilhard de Chardin, S.J., y del p. Karl Rahner, S.J., de un Cristo cósmico que involucra todas las realidades del universo. En tal sentido, la encarnación de Cristo tiene un alcance universal, porque Cristo, al encarnarse y asumir la materia del universo, la ha llevado a la santificación.»
EliminarRespondo: Hago presente cuáles son las ideas cristológicas de Teilhard de Chardin y de Karl Rahner, quienes presentan el llamado “Cristo cósmico”, por el cual el Verbo no se habría limitado a asumir una naturaleza humana individual, sino que habría asumido el entero cosmos material, en la presuposición de que el espíritu deriva por evolución de la materia.
Ahora bien, estas teorías son incompatibles con la fe y con la sana razón.
Por lo tanto, la preocupación de confirmar las ideas de estos dos teólogos no tiene ningún sentido. Se puede, en todo caso, aceptar el esfuerzo de estos dos teólogos de armonizar la ciencia con la fe, aunque lamentablemente esta operación no ha tenido éxito. Además, hay que aprobar su esfuerzo de subrayar cómo Jesucristo, según la doctrina de San Pablo, recapitula en la Parusía con su obra redentora no solo toda la historia de la humanidad, sino también la del universo.
Lo que en cambio debemos hacer es concebir la creación, la evolución, la Encarnación del Verbo y el desarrollo de la humanidad según las enseñanzas de la Iglesia.
3) “El punto es que la inmensa mayoría de las personas cree que la creación de Dios, que es un concepto teológico, ocurre en el instante del Big Bang. Por eso, este es en el fondo el razonamiento común: si hoy la ciencia logra explicar cómo comienza el universo, entonces ya no hay necesidad de Dios. Pero la teología católica es más profunda que este razonamiento. El concepto de creación de Dios concibe que Dios crea de la nada todas las cosas. Él crea fuera del tiempo, no en el instante cero, cuando comienza el Big Bang.”
EliminarRespondo: En lo que respecta a la teoría del Big Bang, esta admite un inicio del tiempo, lo cual puede ser aproximado al dogma católico definido por el Concilio de Letrán IV en 1215, el cual enseña que Dios, al crear el tiempo, le dio un comienzo.
Por lo tanto, para nosotros los católicos, el mundo fue creado en un momento determinado.
La cuestión, si puede resolverse, sería la de saber cuándo el tiempo, y por tanto el mundo, tuvieron comienzo. Ahora bien, el Big Bang nos da una sugerencia, porque la teoría del Big Bang no es una teoría de tipo ontológico, sino una teoría de tipo físico. Sin embargo, no se puede excluir que el mundo haya comenzado precisamente cuando ocurrió el Big Bang. Pero siendo esta una teoría física, no es suficiente para darnos una prueba metafísica de ese comienzo.
Sabemos que Dios ha creado el mundo, pero cuándo lo ha creado no puede ser conocido con certeza por la física, porque la física no considera al ente creado como tal, sino solo al ente sensible o fenoménico. Por eso es posible que, al continuar la investigación sobre los orígenes temporales del universo, los científicos algún día hagan retroceder esos orígenes, debido a un descubrimiento de fuerzas físicas anteriores al Big Bang.
Como he leído que no pudo acceder a toda la entrevista al padre Gabriele Gionti, aqui se la transcribo, vertida al español, que quizás pueda servir a algunos de sus lectores:
ResponderEliminarDe niño no se perdía un episodio de "La guerra de las galaxias" y se identificaba con Luke Skywalker, el guerrero Jedi. De adulto, el padre Gabriele Gionti, de 58 años, físico, matemático y cosmólogo del Observatorio Astronómico de la Specola Vaticana, estudia a tiempo completo los agujeros negros, el Big Bang, la teoría de la gravedad. Como científico, no excluye que, en algún lugar del universo, estén presentes otros planetas similares a la Tierra. En tal caso, la Iglesia estaría incluso preparada para evangelizar marcianos y alienígenas, también ellos criaturas de Dios. Como científico, en cambio, liquida —y con cierto escepticismo— el capítulo de los ovnis. Eso parecería cosa de conspiracionistas.
PROFUNDIZACIONES
Los astrónomos del Papa están cartografiando 1000 estrellas
EL DESCUBRIMIENTO
Los astrónomos del Papa están cartografiando 1000 estrellas
¿Estudiando el cosmos, le ocurre pensar en eventuales mundos por descubrir y por evangelizar?
«Si bien es muy probable, por el momento no hemos encontrado aún rastros de vida en los planetas extrasolares. Y aun cuando encontremos pruebas de la existencia de vida en otros planetas, no está dicho que se trate de vida “inteligente”, dotada de conciencia y autoconciencia, y por tanto evangelizable. Sin contar las dificultades para alcanzar esos planetas: por el momento, resulta complejo incluso solo proyectar una misión a Marte. Sin embargo, permanece fascinante la idea de anunciar el Evangelio a una civilización probablemente muy distinta de la nuestra. La Iglesia, como ya ha hecho en el pasado ante nuevos descubrimientos científicos y geográficos, se interrogaría sobre cómo anunciar el Evangelio en un contexto aún más amplio. Creemos que Dios llama a todos en su proyecto de instauración del Reino de los Cielos en cada rincón del Creado, incluso en los más oscuros y remotos.»
La ESA hace poco tiempo ha encontrado una estrella similar al sol (lejana 90 años luz), lo cual no excluiría que quizá en ese sistema solar pudiera haber un planeta como la Tierra…
Eliminar«El descubrimiento de la ESA es fascinante desde el punto de vista científico, porque nos permite entender que la estrella del sistema solar, nuestro Sol, no es única en tener ciclos de actividad que influyen en el ambiente circundante. Esto nos abre nuevas perspectivas sobre la posibilidad de que existan planetas habitables también en otros lugares del universo. Si existiese la vida solo en el planeta Tierra y en el sistema solar, sería muy extraño. De hecho, estaríamos obligados a explicar por qué existe esta “singularidad”, dado que tenemos conocimiento de que las leyes físicas de nuestro universo permiten el surgimiento de la vida si se verifican las mismas condiciones que se han verificado en el planeta Tierra».
¿Desde el punto de vista teológico plantearía problemas?
«Ninguno. Cada vez que descubrimos una nueva pieza del universo, no estamos negando a Dios, sino profundizando nuestra comprensión de la creación. Si un día encontrásemos planetas similares a la Tierra con formas de vida, esto no sería un problema para la fe cristiana: significaría solamente que Dios, en su amor creador, ha querido que la vida florezca en más lugares y de modos que aún no imaginamos».
¿El descubrimiento de civilizaciones extraterrestres pondría en crisis a la teología?
«Ciertamente no, la ampliaría, porque evidenciaría que el designio providencial de Dios trasciende los confines restringidos del solo pensamiento humano. Un descubrimiento de ese tipo avalaría la idea del p. Teilhard de Chardin, S.J., y del p. Karl Rahner, S.J., de un Cristo cósmico que involucra todas las realidades del universo. En tal sentido, la encarnación de Cristo tiene un alcance universal, porque Cristo, al encarnarse y asumir la materia del universo, la ha llevado a la santificación».
¿Cristo podría encarnarse en otros mundos además de la Tierra?
Eliminar«Repito, Dios tiene muchas vías de revelación y de salvación. Esta cuestión me recuerda mucho, por analogía, el argumento de la posibilidad de la existencia de muchos universos, el multiverso, además de nuestro universo, en cosmología y física teórica. De hecho, no sabemos si existen otros universos; es una hipótesis que surge de las teorías especulativas en cosmología y física teórica».
¿Cómo lograr conciliar la idea de un Dios en el Big Bang?
«Hace años tuve un diálogo con una niña de escuela media en visita a la Specola. Ella me preguntó de qué me ocupaba y yo, para sintetizar, dije que me ocupaba del Big Bang. Entonces enseguida ella replicó que no podía creer en Dios. Comprendí que el problema eran sus maestros, que probablemente le habían explicado que la teoría del Big Bang en física, hoy por hoy, explica científicamente cómo comenzó y evolucionó el universo, y por lo tanto las teorías de la Creación en teología cristiana ya no sirven. Pienso que es una posición común en la cultura moderna. Pero ¿dónde está el error? El Big Bang es una teoría científica que nos dice que el Universo comenzó hace 13,82 mil millones de años en una fase densa y caliente y luego evolucionó. No sabemos, científicamente, qué ocurrió antes. Es posible que en el futuro podamos tener conocimientos también de algo que existía antes del Big Bang. El punto es que la inmensa mayoría de las personas cree que la creación de Dios, que es un concepto teológico, ocurre en el instante del Big Bang. Por eso, este es en el fondo el razonamiento común: si hoy la ciencia logra explicar cómo comienza el Universo, entonces ya no hay necesidad de Dios. Pero la teología católica es más profunda que este razonamiento. El concepto de creación de Dios concibe que Dios crea de la nada todas las cosas. Él crea fuera del tiempo, no en el instante cero, cuando comienza el Big Bang».
Usted y su colega científico don Matteo Galaverni han publicado un estudio en el que anuncian que existen dos modos distintos de describir la gravedad y que exponen escenarios del universo físicamente diferentes. ¿Qué significa esto y qué impacto puede tener en nuestra vida?
Eliminar«Para la vida de todos los días no cambia nada: la gravedad sigue siendo aquella que experimentamos caminando o usando el GPS. Sin embargo, justamente el GPS que usamos todos los días mediante los distintos mapas en nuestros celulares, nos dice algo. Antes se creía que la Relatividad de Einstein era demasiado complicada incluso para los físicos y por eso se la había abandonado y se ocupaban de ella solo los matemáticos. Luego descubrimos que puede tener aplicaciones muy prácticas y ahora la usamos en nuestros celulares que hacen de navegadores, ¡así ya no nos perdemos más!»
En estos últimos años muchos gobiernos han admitido haber estudiado los llamados OVNIs, eventos poco claros sobre los cuales han florecido las más fantasiosas teorías. Usted, como científico, ¿qué idea se ha hecho?
«Me parece que nunca se ha encontrado nada, nunca ha habido nada realmente documentado sobre su existencia, solo suposiciones y complots. Según yo, los OVNIs, en el sentido común, entran en la categoría de la conspiración y del conspiracionismo».
Sé que usted es un apasionado de *La guerra de las galaxias*...
«El personaje que siempre he preferido en *La guerra de las galaxias* es Luke Skywalker, el guerrero Jedi. Me fascinaba, desde niño, el hecho de que él, poco a poco, descubriera que tenía poderes particulares, pero que de todos modos cometiera muchos errores, de los cuales aprendía y se perfeccionaba. En la película se habla del lado bueno de la “Fuerza”, contrapuesto al lado “oscuro”. Los dos lados de la Fuerza podían convivir en la persona y en el universo, pero se contraponían, obviamente, y podían generar “interferencias”».
Estimado padre Serafín,
Eliminarle agradezco por haber añadido otras palabras del P. Gionti, que me permiten conocer mejor su pensamiento.
Retomo algunos pasajes:
1) “Cada vez que descubrimos una nueva pieza del universo, no estamos negando a Dios, sino profundizando nuestra comprensión de la creación. Si un día encontrásemos planetas similares a la Tierra con formas de vida, esto no sería un problema para la fe cristiana: significaría solamente que Dios, en su amor creador, ha querido que la vida florezca en más lugares y de modos que aún no imaginamos”.
Respondo:
Respecto al problema de la existencia o no de otros seres humanos en otros planetas, debemos distinguir lo que Dios habría podido hacer de lo que de hecho ha realizado.
Desde el primer punto de vista, nada habría podido impedir que Dios crease no una sola pareja, sino varias parejas originarias, no solo en esta tierra, sino también en otros planetas.
Por cuanto respecta, en cambio, a la cuestión de hecho, debemos tener en cuenta la enseñanza de Pío XII en la encíclica *Humani Generis*, donde el Papa excluye el poligenismo tanto en esta tierra como en otros planetas, por el hecho de que —explica el Papa— según la Escritura, el género humano tuvo inicio en una primera pareja, la cual, al pecar, transmitió esta culpa original por generación a toda la humanidad.
Ahora bien, si hubiese existido otra humanidad, habría estado exenta de la culpa original. Pero dado que toda la humanidad está infectada por el pecado original, entonces —explica el Papa— no es posible que existan otras humanidades además de la presente en la tierra. A menos que, cierto tiempo atrás, un grupo de personas haya ido a habitar otro planeta. Si así hubiese sido, se satisfaría la condición puesta por Pío XII respecto de la situación de todo hombre, que sufre las consecuencias del pecado original.
2) “¿El descubrimiento de civilizaciones extraterrestres no pondría en crisis a la teología?” «Ciertamente no, la ampliaría, porque evidenciaría que el designio providencial de Dios trasciende los confines restringidos del solo pensamiento humano. Un descubrimiento de ese tipo avalaría la idea del p. Teilhard de Chardin, S.J., y del p. Karl Rahner, S.J., de un Cristo cósmico que involucra todas las realidades del universo. En tal sentido, la encarnación de Cristo tiene un alcance universal, porque Cristo, al encarnarse y asumir la materia del universo, la ha llevado a la santificación».
EliminarRespondo:
Hago presente cuáles son las ideas cristológicas de Teilhard de Chardin y de Karl Rahner, quienes presentan el llamado “Cristo cósmico”, por el cual el Verbo no se habría limitado a asumir una naturaleza humana individual, sino que habría asumido el entero cosmos material, en la presuposición de que el espíritu deriva por evolución de la materia.
Ahora bien, estas teorías son incompatibles con la fe y con la sana razón.
Por lo tanto, la preocupación de confirmar las ideas de estos dos teólogos no tiene ningún sentido. Se puede, en todo caso, aceptar el esfuerzo de estos dos teólogos de armonizar la ciencia con la fe, aunque lamentablemente esta operación no ha tenido éxito. Además, hay que aprobar su esfuerzo de subrayar cómo Jesucristo, según la doctrina de San Pablo, recapitula en la Parusía con su obra redentora no solo toda la historia de la humanidad, sino también la del universo.
Lo que en cambio debemos hacer es concebir la creación, la evolución, la Encarnación del Verbo y el desarrollo de la humanidad según los enseñamientos de la Iglesia.
3) “El punto es que la inmensa mayoría de las personas cree que la creación de Dios, que es un concepto teológico, ocurre en el instante del Big Bang. Por eso, este es en el fondo el razonamiento común: si hoy la ciencia logra explicar cómo comienza el Universo, entonces ya no hay más necesidad de Dios. Pero la teología católica es más profunda que este razonamiento. El concepto de creación de Dios concibe que Dios crea de la nada todas las cosas. Él crea fuera del tiempo, no en el instante cero, cuando comienza el Big Bang.”
EliminarRespondo:
En lo que respecta a la teoría del Big Bang, esta admite un inicio del tiempo, que puede ser aproximado al dogma católico definido por el Concilio Lateranense IV de 1215, el cual enseña que Dios, al crear el tiempo, le ha dado el comienzo.
Por lo tanto, para nosotros los católicos, el mundo ha sido creado en un cierto momento.
La cuestión, si puede ser resuelta, sería la de saber cuándo el tiempo, y por lo tanto el mundo, han tenido comienzo. Ahora bien, el Big Bang nos da una sugerencia, porque la teoría del Big Bang no es una teoría de tipo ontológico, sino una teoría de tipo físico. Sin embargo, no se puede excluir que el mundo haya comenzado precisamente cuando ha ocurrido el Big Bang.
Pero siendo esta una teoría física, no es suficiente para darnos una prueba metafísica de este comienzo.
Sabemos que Dios ha creado el mundo, pero cuándo lo ha creado no puede ser dado a conocer con certeza por la física, porque la física no considera al ente creado como tal, sino solo al ente sensible o fenoménico.
Por esto es posible que, continuando la investigación sobre los orígenes temporales del universo, los científicos algún día hagan retroceder estos orígenes, a causa de un descubrimiento de fuerzas físicas anteriores al Big Bang.
Padre, a través de sus artículos he comprendido bien que teológicamente es hombre todo aquello que tiene un alma racional vivificante de un cuerpo; dicho esto, no entiendo por qué muchos teólogos, cuando hipotetizan la existencia de extraterrestres, omiten este concepto: en la práctica, estos alienígenas serían teológicamente hombres pero con aspecto diferente, pero también las razas en la Tierra son todas distintas entre sí. Entonces, ¿ha habido una parte de la Creación extra que la Revelación nos ha mantenido oculta? ¿Por qué motivo?
ResponderEliminarAdemás, cuando estos sacerdotes afirman que hipotéticos extraterrestres no habrían pecado, quedo estupefacto, ya que, desde el punto de vista probabilístico, es imposible que en un cosmos poblado solo nosotros los terrestres hayamos roto el pacto con el Creador. Y luego, ¿por qué no habrían pecado, han sido creados mejores que nosotros? ¿Un grado intermedio entre nosotros y los ángeles?
¿O bien la otra opinión es que han pecado pero que la Redención en la Cruz los ha redimido también a ellos y que nos corresponde a nosotros evangelizar el universo?
Aparte de que esta última es prácticamente imposible dadas las distancias, si es verdad que el sacrificio terrestre de Jesús fuese válido también para los alienígenas, sería injusto, ya que en la eternidad reinará siempre el Dios-Hombre Jesús con María Santísima Reina del Cielo. Es el mismo Jesús quien dice que tiene toda potestad en el cielo y en la tierra, excluyendo así la solución de alguna encarnación múltiple de la Segunda Persona de la Trinidad con aspectos diferentes.
Estimado Jorge,
Eliminarla revelación cristiana concierne a toda la humanidad, y de ella resulta que toda la humanidad es la que se encuentra en esta tierra.
Por lo tanto, no hay en absoluto manera de pensar que la revelación nos haya ocultado una parte de la humanidad que habita en otros planetas.
Si Dios hubiera querido, podría haber creado dos o más seres humanos: uno residente en esta tierra, que hubiera pecado, y otro o más en otros planetas, que no hubieran pecado.
Pero el hecho es que la revelación nos dice que la única humanidad existente es la que existe en esta tierra y que sufre las consecuencias del pecado original cometido por esa pareja que ha dado origen al género humano.
Padre, ¿por qué entonces muchos hombres de Iglesia continúan con esta obsesión por los extraterrestres? ¿Debemos deducir que son burros?
ResponderEliminarMe entrometo: hay burros y burros fanatizados salvajemente (etapa final): pensemos en aquel sacerdote que bendijo en la iglesia las cenizas de cremación (!) en el moca marca bialetti (!) o en aquel obispo alemán pro lcubtq+xyznt que afirma la no exclusividad' de los géneros hombre mujer también según la ciencia, entonces, ergo, afirma este desdichado, si lo dice la ciencia, ¿por qué no se pueden bendecir las parejas (o las ternas?) (con animales incluidos) si éstos 'se aman?
EliminarSexo que hace vomitar hasta el demonio.
¿Fiducia supplicans... no nos hace vomitar?
Allí todo está podrido !!! Pero, algunos sacerdotes son la excepción: los apoyamos, incluso con una ayuda monetaria, están a menudo solos y con el "rifle" de sus obispos y superiores apuntando sobre ellos.
la pirámide está comprometida, la doctrina destrozada, creemos que nos salva
Solo Él. Mientras tanto rezamos, no tenemos otra opción como católicos.
Estimado Jorge,
Eliminarla cuestión de los extraterrestres no es una cuestión simple, porque pone en juego temas muy importantes y delicados, como la omnipotencia creadora de Dios, el plan efectivo de la salvación, la definición precisa de la naturaleza humana, la cuestión del pecado original y sus consecuencias, el problema del progreso humano, entendido como recuperación de las fuerzas perdidas a consecuencia del pecado original y finalmente la perspectiva escatológica de los nuevos cielos y de la nueva tierra.
Siendo así las cosas, es necesario que, por un lado nos atengamos a los datos de la sana razón y de la fe, y por otro lado, debemos ser comprensivos con aquellos que caen en el error.
Estimado Franco,
Eliminarusted denuncia hechos que son ciertamente criticables, pero hoy por hoy nos encontramos en una situación eclesial dramática más que nunca, a consecuencia de una división interna entre nosotros, los católicos, que dura ya desde hace sesenta años, es decir, entre pasadistas y modernistas.
Entre estos dos partidos extremos (ambos tendientes al cisma y a la herejía -o de hecho habiendo a veces caído en estos dos pecados) se ha cavado un terrible foso, por lo cual la comunicación entre ellos se ha vuelto imposible, porque los que pertenecen a esos dos partidos se insultan mutuamente y no reconocen lo positivo que hay en el hermano: los pasadistas no reconocen lo positivos que puede existir en los modernistas, y los modernistas no reconocen lo positivo que puede haber en los pasadistas.
Ambas tendencias extremas no reconocen la luz y la guía que proviene del Magisterio de la Iglesia, en posesión de la verdad plena, lo cual ha sido garantizado por Jesucristo.
De hecho, yo mismo soy criticando tanto por los modernistas, que no dejan de considerarme pasadista, como por los pasadistas que me consideran modernista. Ni los unos ni los otros advierten -con fe- el rol que le compete al Magisterio de la Iglesia, al cual yo como teólogo católico tengo el deber de serle fiel.
Entonces, ¿qué debemos hacer? Es necesario que hagamos todos los esfuerzos para reconocer aquellos que son los valores comunes o sea los valorescatólicos, que aún permanecen entre nosotros. Es necesario no limitarse a la crítica, sino también reconocer lo positivo. Así seremos obradores de paz y estaremos bien ante Dios.
Aquí la cuestión es que están pisoteados los mandamientos de Diooooooos!
ResponderEliminarLos mandamientos NO PUEDEN ser modificados porque no te guste la forma o el color como si fuera una prenda de vestir!
La Iglesia no está dividida y, está ENFERMA!
La parte podrida que persevera en maltratar la doctrina ha de ser arrancada y echada al fuego!
Es hora de acabar con la falsa polémica modernistas vs. pasadistas: el Papa, si tal es, debe hacer una gran limpieza en primavera, converja también a él, a costa de hacerse mártir.
Estimado Franco,
Eliminarlos males de los cuales sufre la Iglesia dependen del hecho de que muchos de sus hijos no han comprendido las verdaderas novedades doctrinales del Concilio Vaticano II.
Algunos creen que esas novedades se tratan de modernismo, otros las han entendido en sentido modernista. Por eso los primeros las rechazan (son los pasadistas) y los segundos las falsifican (son los modernistas).
Por cuanto respecta a los divinos Mandamientos, algunos quisieran observarlos de una manera pasadista, obsoleta, "indietrista" como se expresaba el papa Francisco, de modo diferente respecto a lo que hoy enseña la Iglesia (son, obviamente, los pasadistas); otros, intolerantes de la disciplina moral, quisieran cambiarlos bajo el pretexto de un pseudo progreso (son los modernistas).
En este sentido estoy de acuerdo con usted en decir que la Iglesia está enferma, pero también es necesario proponer la cura para curarla.
Tengo la impresión de que usted se limite a la polémica y que no sea capaz de sugerir lo que hay que hacer con caridad en la verdad.
Sugiero denunciar, por el bien de las almas plagiadas, pero al mismo tiempo sugiero ORAR como lo estoy haciendo, para la pronta intervención Divina en la única tierra del universo.
EliminarQuerido padre, como soy un ignorante del CVII, pero también soy destinatario del don llamado Fe, ¿podría enumerarme sinteticamente cuáles serían las verdaderas novedades doctrinales del Concilio? Muchas gracias. espero su respuesta.
EliminarEstimado Franco,
Eliminarme sorprende que después de sesenta años desde el final del Concilio Vaticano II usted todavía no sepa cuáles han sido sus novedades. Debería saber que el camino de fe debe implicar en su vida un progreso en el conocimiento de la verdad, para así permitir un progreso en las virtudes.
Sea como sea, le haré una breve lista de los puntos principales. Por supuesto, solo menciono los títulos, porque aquí no hay espacio para un desarrollo de los temas individuales. Si quiere conocer un tratamiento más extenso y articulado puede consultar mi serie de publicaciones en este blog, titulada "La interpretaciónauténtica del Concilio Vaticano II. La serie la encuentra, toda ella, en el siguiente enlace:
https://linumfumigans.blogspot.com/2020/03/la-interpretacion-autentica-del.html
Los puntos son los siguientes:
1) Una liturgia que satisfaga mejor la necesidad de espiritualidad del hombre de hoy.
2) Una noción de la Revelación más atenta a la vida de Cristo.
3) La noción de la Iglesia como Pueblo de Dios.
4) La función del Espíritu Santo en la Iglesia.
5) El papel de los laicos en la Iglesia.
6) La sinodalidad episcopal.
7) El ecumenismo.
8) El diálogo interreligioso.
9) El derecho a la libertad religiosa.
10) La promoción humana como método de evangelización.
11) La perspectiva escatológica de la Iglesia.
12) La Virgen María como Madre y Modelo de la Iglesia y de la mujer.
13) La recomendación de la teología de santo Tomás de Aquino.
Estimadísimo padre,
Eliminaral agradecerle la amable y pronta respuesta, resumida brevemente (como me ha sido pedido, me va muy bien) y me di cuenta de que de casi todo lo que conocía sobre el tema, pero no sabía que, relativamente algunos artículos diferentes, se trataba de una exclusiva del CVII, aunque de consolidada praxis secular de la Iglesia Católica (le decía que poseo la Fe, pero al mismo tiempo soy un ignorante!).
Le pido además que acepte mis más sentidas disculpas, pero no puedo abandonar el impulso polémico que usted con toda razón me atribuye: ella me somete cuando actúo (con palabras por supuesto) por amor de la Iglesia, de las almas dispersas, y luego por amor de Cristo.
Me disculpo de nuevo pero no soporto las mentiras y las desviaciones perpetradas en estos tiempos modernos;
Alguna vez ciertas "cosas" estaban fuera de discusión, y hoy, después de la ambigüedad, veo el pecado mortal (la homosexualidad) que seguro que clama venganza a la vista de Dios desfilar en la Plaza de San Pedro.
Gracias de nuevo.
E invito a todos los lectores a rezar que en breve debería llegar la catástrofe de la guerra total, con el anticristo actuando...
Estimado Franco,
Eliminarestá claro que las novedades del Concilio no se entienden en sentido absoluto, sino que son el fortalecimiento, la clarificación, la explicitación, el desarrollo y el mejor conocimiento de valores que encontramos ya en la Sagrada Escritura y en la Tradición.
En cuanto al jubileo de los homosexuales, usted debe hacer una distinción entre las personas que tienen tendencias homosexuales y aquellos que, como los genderistas, legalizan el pecado de sodomía.
Usted comprenderá que el simple hecho de tener esta tendencia viciosa, no es todavía una culpa, así como por ejemplo no es aún una culpa tener una tendencia a la ira o a la lujuria.
Desde este punto de vista la Iglesia hoy, más de una vez, nos exhorta a respetar la persona de estos hermanos nuestros, los cuales, independientemente de su tendencia viciosa, son depositarios de dones de Dios, sobre todo si son hermanos de fe.
Naturalmente nuestro deber, como nos enseña la Iglesia, es el de acercarnos a estos hermanos, al menos para los que están cualificados para esta tarea, a fin de ayudarlos en su camino de conversión.
Hola Padre, había intervenido también en la otra discusión y me alegra que haya vuelto sobre el tema. Sigo experimentando urticaria cuando incluso consagrados, para dar una solución teológica a la posible existencia de extraterrestres, dicen:"no han necesitado Redención" o "Jesús los ha redimido también". Son formas banales para anular la tremenda posibilidad de la Encarnación múltiple, que hablando idealmente sería también la más justa, pero que teológicamente es inconcebible (infinitos avatares del Logos).
ResponderEliminarCuando estos teólogos afirman que los extraterrestres no pecaron, ¿es posible que fuéramos los únicos caídos? ¿Son mejores que nosotros los terrícolas? ¿Son un estado intermedio entre nosotros y los ángeles?
O que Jesús los ha redimido también: pero Jesús es Dios-Hombre que reinará en eternidad, Dios haciéndose hombre ha honrado a la humanidad haciéndola también divina, sería una discriminación respecto a los extraterrestres.
Estimado Lukita,
Eliminarrespecto a esta cuestión le hago presente, como ya he escrito anteriormente, que Pío XII, en la Humani Generis, excluyendo el poligenismo excluye la existencia de otros seres humanos originados en otros planetas, independientemente del origen de nuestra humanidad terrena por una sola pareja.
En cuanto a la Encarnación, hay que decir, sobre la base de estas premisas, que Jesucristo es el Redentor de toda la humanidad, teniendo presente que toda la humanidad existente es solo la que existe en esta tierra.
Querido Padre, en realidad he leído que las frases de Pío XII no son dogma de fe, y que la discusión sobre el tema está muy abierta. Personalmente considero que poco cambia si la humanidad ha tenido origen de una sola pareja o de una comunidad de individuos, en cuanto tanto en un caso como en el otro ha habido esta 'transgresión', esta culpa que in primis ha hecho perder el estado de Gracia del cual se podía gozar, y in secundis se ha transmitido a todas las generaciones posteriores.
EliminarEstimado Lukita,
Eliminarel hecho de que muchos discutan en torno a una enseñanza del magisterio de la Iglesia no quiere decir que la doctrina de este magisterio sea errónea.
Como he escrito recientemente, Pío XII, excluyendo el poligenismo, no hace más que explicar el dogma del pecado original, que consiste en el pecado cometido por la primera pareja, con la consecuencia de que la culpa y la pena de este pecado se transmiten a toda la humanidad por generación.
Si existieran otras porciones de humanidad originadas por otras parejas, estarían exentas de la culpa original y de la pena consiguiente. Pero esto contrasta con el dogma del pecado original, que dice que este pecado tiene su origen en una sola pareja e infecta a toda la humanidad.
Querido Padre, en realidad si fuera verdad el Poligenismo no estaría en contraste con la culpa original y la pena consiguiente. ¿De qué manera? Imaginemos, por ejemplo, que no eran 2 sino 100 individuos, y que todos los 100 no estaban emparentados ni descendientes entre sí. En algún momento cada uno de ellos se rebela contra Dios (es obvio que la del fruto y de la serpiente es solo una metáfora) y pierde la Gracia, de modo que cuando todas estas parejas engendraron hijos el Pecado Original fue transmitido. En definitiva el Poligenismo sería perfectamente coherente con la Teología, siempre que se admita que todos los individuos progenitores hayan cometido la Culpa más o menos simultáneamente.
EliminarP.s. padre si lo piensa, Adán y Eva ya constituyen un conjunto de personas, no un individuo, por tanto poco cambia si la Culpa la han cumplido en 1000 o en 2.
Estimado Lukita,
Eliminarel dogma católico sobre el pecado original nos enseña claramente que Adán y Eva realmente han existido y cometieron un pecado de desobediencia a Dios, cuya culpa y pena se transmite a toda la humanidad por generación.
Por eso otras teorías explicativas de la existencia del pecado del mundo, como por ejemplo que Adán y Eva representan simplemente a la comunidad primitiva o la teoría del poligenismo o la teoría según la cual nosotros pecamos porque imitamos lo que hicieron Adán y Eva, son todas teorías contrarias a la fe.
A eso hay que añadir que, como explica la Iglesia, el pecado de nuestros Primeros Progenitores fue a un tiempo un pecado personal, como lo son todos nuestros pecados, y al mismo tiempo este pecado presenta un aspecto muy misterioso, por lo que también fue un pecado que involucró a toda la humanidad, porque ha erosionado la naturaleza humana, que todos poseemos.
Por eso santo Tomás de Aquino dice que, además de haber sido un pecado de dos individuos, fue un pecado de la naturaleza (peccatum naturae), como si en cierto sentido todos los hombres fueran un solo hombre.
Para más aclaraciones, consulte el Catecismo Iglesia Católica en su n. 404.
Padre, pero antes de cometer el pecado original ¿Adán y Eva pudieron moverse por el universo sin dificultad?
ResponderEliminarEstimado Jorge,
Eliminartengamos presente que Adán y Eva, junto con la humanidad edénica, eran una humanidad inmortal, dotada de un tal poder operativo que en breve espacio de tiempo podía alcanzar resultados de tal alcance, que nosotros, en la condición presente, hemos alcanzado solo en miles de años.
Según los científicos, el hombre se originó hace unos dos millones y medio de años. Esto quiere decir que, si Adán y Eva no hubieran pecado, ciertamente a esta hora el hombre habría logrado alcanzar cuerpos celestes, cuya distancia para nosotros hoy es absolutamente insuperable.
En cuanto a la condición de la pareja originaria, ver el Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 374-379.
Padre, así que al final solo Adán y Eva pudieron disfrutar de esas habilidades perdidas después del pecado original?
EliminarPero teóricamente, ¿podrían Adán y Eva haber viajado al espacio solo con los cuerpos o deberían haber desarrollado medios de transporte?
Estimado Jorge.
Eliminarpor lo que sabemos, no es posible que Adán y Eva viajaran al espacio.
La tarea inmediata que Dios les había confiado era someter a ellos toda forma de vida inferior, cultivar la tierra y difundirse sobre la tierra. Posteriormente podrían ocuparse del desarrollo de la técnica y solo en este punto, mediante el conocimiento infuso que tenían del cosmos, podían organizar viajes espaciales, evidentemente con la ayuda de su descendencia.
Pero entonces, Padre, ¿el universo también fue creado para que el hombre lo explorara y colonizara?
EliminarAl final de los tiempos, ¿podrán los cuerpos de los justos resucitados hacer viajes instantáneos a los planetas? ¿O el universo desaparecerá y solo existirá el Paraíso?
Estimado Jorge,
Eliminarel paraíso del Cielo, como lo concibe la fe cristiana, es el lugar donde vivirán los que se han salvado y que, gracias a Cristo, han alcanzado la gloria celestial con la resurrección del cuerpo y una nueva vida en nuevos cielos y nueva tierra.
Por eso en el paraíso del Cielo se realizará en plenitud el original proyecto divino, descrito en el Génesis, para el cual el hombre debía llegar a ser señor y dueño de todo el universo.
Ahora bien, yo puedo decir tener una propiedad terrena cuando puedo viajar en la tierra a mi voluntad; similarmente los bienaventurados resucitados tendrán la posibilidad de viajar por todo el universo a su propia voluntad.
Para más aclaraciones, véase el Catecismo de la Iglesia Católica n. 1046.
Entonces, ¿es correcto decir que todo el Universo no desaparecerá sino que será transfigurado?
EliminarEstimado Jorge,
Eliminarlos nuevos cielos y la nueva tierra, de los cuales habla el Concilio Vaticano II inspirándose en la Sagrada Escritura, serán precisamente la plenitud y el cumplimiento final más allá de toda nuestra imaginación del proyecto originario de la creación, que ya está delineado en el Génesis, por cuanto respecta al estado edénico sobre el cual Dios ordena a la pareja primitiva que domine la tierra.
Bajo este concepto se esconde todo lo que el hombre, desde el pecado original hasta hoy, ha descubierto en el universo y que el hagiógrafo evidentemente no podía imaginar, considerando el extremo atraso de los conocimientos cósmicos de los cuales estaba en posesión.
Hay que añadir además que la perspectiva escatológica es superior al proyecto edénico por el hecho de que, mientras que la humanidad edénica poseía solo los dones preternaturales, la humanidad escatológica es plenitud final de la vida de los hijos de Dios, obtenidos de Jesucristo, Hijo de Dios.
Otra cosa que podríamos añadir es que Dios conserva lo que crea e incluso lo mejora. Por lo tanto, la hipótesis de una desaparición del universo es un pensamiento irrespetuoso para con las obras de bondad y misericordia de Dios.
Padre, ¿pero el Pecado Original ha tenido sus efectos también en los animales (inocentes) y en toda la Creación?
ResponderEliminarEstimado Lukita,
Eliminarprimero debemos notar que mientras el alma de los animales es mortal, el alma humana es inmortal.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hombre es naturalmente mortal, en el sentido de que la conjunción del cuerpo con el alma espiritual no es natural, aunque la naturaleza humana es un animal racional. Esto significa que en el hombre hay un deseo natural de inmortalidad, pero las fuerzas de la naturaleza por sí solas no son capaces de asegurarla.
De hecho, el alma humana es inmortal porque es espiritual, pero el problema es la supervivencia del cuerpo. Ahora bien, el Génesis arroja luz sobre este hecho misterioso y nos dice que la pareja primitiva era inmortal no por fuerza de la naturaleza, sino por un don divino preternatural.
El pecado ha hecho que el hombre perdiera este don, por lo cual, abandonada a las únicas fuerzas de la naturaleza el alma permanece inmortal, pero después de un cierto tiempo desde el nacimiento pierde la fuerza vivificante y abandona el cuerpo, de manera que todos los elementos que lo componen vuelven a su propia condición de elementos químicos. Esta es la muerte.
En cuanto a los animales, su muerte es totalmente natural, porque su alma es mortal, y además ellos, según la Escritura, no recibieron dones preternaturales.
En segundo lugar, ¿qué hay de la providencia divina para con los animales? ¿Qué sentido tiene la existencia de los animales? ¿Qué sentido tenía, por ejemplo, la historia de los animales prehistóricos?
EliminarLa Escritura nos dice que Dios los creó para que estuvieran al servicio del hombre, lo cual naturalmente no autoriza al hombre a maltratarlos. Como sabemos sirven para la alimentación del hombre; constituyen también para el hombre una agradable compañía y una ayuda para su subsistencia.
Siendo así las cosas, debemos decir que la muerte de los animales no tiene nada que ver con las consecuencias del pecado original, las cuales solo nos conciernen a nosotros. En todo caso podemos decir que las mismas fuerzas de la naturaleza, como consecuencia del pecado del hombre, mantienen por un lado el bien que nos hacen, pero por otro lado nos traen daño.
Otra pregunta que podemos hacernos es: ¿qué será de los animales en los cielos y la nueva tierra? Según San Pablo, retomado por el Concilio Vaticano II, todo lo bueno que hay en este mundo, y por tanto también los animales, los encontraremos en una condición de perfección final, que está más allá de nuestra mejor imaginación.
Por cierto, Padre ¿me equivoco o antes del Pecado Original el hombre no se alimentaba de los animales y también los mismos animales vivían en armonía entre ellos sin predarse unos a otros?
ResponderEliminarEstimado Lukita,
Eliminarlo que dice explícitamente el texto bíblico es el permiso para alimentarse de vegetales. El texto no habla en absoluto de alimentarse de carne animal. La única expresión que podría hacer pensar en un alimento animal es la orden divina de "dominar sobre los peces del mar y las aves del cielo y sobre todo ser vivo que se arrastra por la tierra" (G, 1, 28).
Según la opinión de los exegetas, este dominio se refiere también a la alimentación de animales.
En cualquier caso, lo que es cierto es que sin duda es lícito alimentarse de animales en el estado presente de naturaleza caída y redimida.
Padre, ¿cómo podemos conciliar la evolución con el Paraíso Terrenal? En el sentido de: ¿las diversas etapas evolutivas antes del homo sapiens fueron las que disfrutaron de la armonía original o ya estaban fuera del Edén? En resumen: ¿cuándo se produciría el pecado original?
ResponderEliminarEstimado Lukita,
Eliminarel hombre en el paraíso terrenal gozaba de una altísima perfección física y espiritual. Como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana ha caído (o podríamos decir, ha decaído), no a un estado de naturaleza pura, sin los dones preternaturales, sino a un estado de naturaleza desordenada, inarmónica. Los hallazgos de la paleoantropología, que nos dan del hombre un aspecto simiesco, podrían representar la condición de la humanidad decaída después del pecado original, de tal manera que la evolución posterior, que implica niveles de humanidad progresivamente superiores, se podría considerar como el regreso gradual de la humanidad a esa perfección física y espiritual que poseía en el paraíso terrenal.
Por cuanto respecta a la creación de la primera pareja, Pío XII, en la encíclica Humani generis de 1950, admite la posibilidad de que el hombre derive del simio, no por lo que se refiere al alma, que es creada inmediatamente por Dios, sino por lo que se refiere al cuerpo.
Por supuesto, este paso del simio al hombre debe ser entendido como un acto creativo para elevar la vida animal al más alto nivel de la vida humana en el Edén.
Estas son las palabras del Papa:
"Por estas razones el Magisterio de la Iglesia no prohíbe que, en conformidad con el estado actual de las ciencias y de la teología, sea objeto de investigaciones y discusiones, por parte de los competentes en ambos campos, la doctrina del evolucionismo, en cuanto que ésta hace investigaciones sobre el origen del cuerpo humano, que vendría de materia orgánica preexistente (la fe católica nos obliga a considerar que las almas fueron creadas inmediatamente sea Dios)" (Humani Generis, IV, Denz. 3896).
Por cuanto respecta a la edad de la humanidad, los paleoantropólogos contemporáneos fijan el origen del hombre en unos dos millones y medio de años atrás.