lunes, 15 de septiembre de 2025

Actualidad de Giordano Bruno (4/5)

La teología católica que siguió a Bruno tuvo tal desprecio por él, que no se preocupó en absoluto de ocuparse de él mínimamente, pero ha sido un error, porque esa teología no se dió cuenta de la grandeza de Bruno, aunque fuera un apóstata. Era necesario aceptar sus instancias válidas y refutar sus fascinantes errores, que engañaban y aún engañan a filósofos experimentados. [En la imagen: fragmento del retrato de San Roberto Belarmino, óleo sobre lienzo, conservado y expuesto en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, en Roma, donde está sepultado].

Filosofía y religión
   
----------Con la filosofía nosotros descubrimos a Dios como la Causa primera y Fin último del mundo, y nos descubrimos como personas, por tanto entes espirituales, semejantes a Él. A este conocimiento de Dios, que interpela nuestra voluntad y nuestro actuar, nosotros respondemos, si somos humildes y honestos e interesados en nuestra verdadera felicidad, con la virtud de religión, por la cual entramos en diálogo con Dios, le hablamos y Él nos habla. En particular le rendimos culto con el obsequio de nuestra voluntad y la ofrenda de sacrificios en expiación por nuestros pecados y para obtener de Él gracias y favores en orden a nuestra salvación y a la consecución de una participación sobrenatural de su misma vida divina. 
----------Giordano Bruno en realidad no propugna una verdadera religión, sino una forma de corrupción de la religión, y, si queremos decir las cosas con precisión, una forma de magia y de idolatría, que en vez de ser un servicio divino, se convierte en un culto a Satanás, y en lugar de actuar en favor de la salvación eterna, conduce a las almas a una soberbia que es fuente de todo mal y de todo pecado.
----------No puede sino causar a todos un gran dolor constatar cómo Bruno, sacerdote dominico, deformó y profanó su sagrado ministerio, manteniendo la percepción de ser ministro de un poder espiritual superior al hombre, para asegurar la grandeza del hombre, pero sustituyendo su ministerio divino por el servicio al poder de las tinieblas y del enemigo de Dios, instigador de la soberbia, mentiroso y homicida por principio.
----------Especialmente tristísimo es para mí, también sacerdote y teólogo, ver cómo este hermano, muy dotado en el arte de la persuasión y en la oratoria, con una memoria extraordinaria y una aguda inteligencia metafísica, emplea estas cualidades, que brillan particularmente en la Orden de Predicadores, para la ruina y el escándalo de las almas de los simples y de los hijos de Dios.
   
El pensamiento de Bruno
   
----------La cuestión central del pensamiento bruniano, el núcleo central de su pensamiento, la exposición sintética de su interés de fondo, los encontramos en una obra breve pero densísima, en lengua italiana, De la causa, principio y uno (Venecia, 1584). Bruno admite la existencia de un principio primero y de una causa primera. Pero luego afirma en la línea de Parménides que todo es uno y el Uno es todo.
----------En este opúsculo, Bruno dice que hay una sola sustancia, Dios, que coincide con el universo y todas las cosas son sus accidentes. De aquí resulta que para Bruno Dios no es puro espíritu que trasciende y crea el mundo, sino que Dios es el mundo y el mundo es Dios. El universo, por lo tanto, es un único gran animal que da espíritu y vida a todas las cosas. De hecho para Bruno el universo es todo. Dios está compuesto de potencia y acto, de materia y forma, de espíritu y cuerpo. Dios es la inteligencia y forma universal que da forma y alma al mundo y a todas las cosas. Dadas estas premisas, resulta que el hombre mismo, compuesto de espíritu y materia, coincide con el mundo y con Dios. El poder del hombre, que es el poder del mundo, es el poder mismo de Dios y la voluntad del hombre es la voluntad divina.
----------Ahora bien, Bruno es muy consciente del hecho de que Dios es el mismo Ser subsistente. Dios, por lo tanto, no es simplemente el ser, como luego creerá Hegel siguiendo las huellas de Parménides. Sin embargo Bruno no entiende la pureza del acto de ser divino y siente la necesidad de poner, también para este acto de ser, un sustrato material, una potencia de ser, que por otra parte Bruno entiende no en sentido pasivo sino en sentido activo, por lo cual Dios es la actuación de un sujeto material, por lo que Bruno ofusca la pura espiritualidad y trascendencia divina frente al mundo.
----------La cuestión central del pensamiento bruniano es entonces la cuestión de la distinción y de la unión entre Dios y el mundo. ¿Dios y el hombre son dos sustancias, dos personas distintas entre sí, de modo que pueda existir un diálogo entre ellos? ¿El hombre es creatura de Dios, creado a su imagen y semejanza? ¿Recibe el hombre una revelación de Dios custodiada por la Iglesia católica?
----------Bruno no habla de unión, sino de unidad de Dios y del mundo, de una única sustancia, que es mundo, naturaleza y universo. Ahora bien, la unión supone el dos. Pero el uno no es el dos. Si Dios y el mundo no hacen dos, entonces quiere decir que Dios es el mundo y el mundo es Dios. No hay distinción entre ellos. Y tenemos el panteísmo, que sin embargo puede convertirse en ateísmo en cuanto negación del Dios trascendente.
----------Si pues Bruno piensa en la unión, empuja la instancia de la unión más allá de los límites de lo justo cayendo en la confusión y por tanto en el panteísmo: Dios es el mundo y el mundo es Dios. Tenemos la confusión en lugar de la unión. Y si todo es uno, todo se confunde con todo. Es el gravísimo inconveniente de la ontología monística parmenidea, que permanece como fondo inquietante también en el emanatismo plotiniano, a pesar de los esfuerzos de Plotino por distinguir los grados de ser y de esencias.
----------Al respecto es necesario tener presente que a Bruno no le interesa tanto la cuestión del ser, sino más bien la preocupación típicamente renacentista y maquiavélica de cómo dar poder al propio yo. Su monismo cósmico en el fondo es la necesidad de recoger todo en el yo y en hacer que todo parta del yo, la instancia que explotará con Descartes y con el idealismo alemán. Su necesidad es la de ampliar y dar poder al hombre y, por tanto, el yo ampliando su esencia a las dimensiones infinitas del universo como único ente sustancial animado, infinitamente múltiple, identificado con Dios. En el siglo XX, Hitler habría de tener una expresión eficaz, que hace eco de Nietzsche: conquistar su propio "espacio vital" (Lebensraum).
----------Es en este marco de pensamiento y de intereses prácticos que Bruno se remite a Parménides y a Plotino avanzando la instancia del Uno-Todo. Esta instancia, por lo tanto, aunque abarque indudablemente la cuestión del ser, no responde tanto a un interés auténticamente metafísico e incluso teológico, sino ante todo a la voluntad de Bruno de concebir al hombre y a sí mismo como uno-todo con la pretensión de indicar a la humanidad futura cómo llegar a ser Dios. Cuando este desventurado fraile dominico llegó a Italia al final de su vida había planeado persuadir al Papa para que aceptara su doctrina.
----------Dios, por tanto, interesa a Bruno solo en cuanto lo concibe como realización del hombre. El mundo y la naturaleza le interesan solo en cuanto los concibe como animados por el "alma del mundo", que no es más que una ampliación al infinito del alma y de la potencia del hombre.
----------El tema del yo y de la autoconciencia no es tratado explícitamente por Bruno, pero está claro que está en la base de su sistema como había estado en la base, aunque de manera diferente y diversificada, del pensamiento de Parménides, de Anaxágoras, de Sócrates, de Platón, de Aristóteles, de Protágoras y de Plotino, en cuanto son conscientes en diversos modos del valor del pensamiento, de la conciencia y del espíritu, de pensar y de ser, del yo soy y del yo pienso.
----------Claramente presentes en la Biblia y en san Agustín, estos temas fundamentales saldrán al primer plano en teología con Lutero y en la historia de la filosofía solo con Descartes, aunque él no precise cuál es el contenido del cogito, que quedando sin contenido, más que fundar el pensamiento, lo deja en suspenso.
----------El panteísmo de Bruno tiene hoy en nuestro tiempo una fascinación especial porque insiste en el tema de la fuerza, de la energía, de la acción, de la audacia práctica, del poder, de la eficacia, de la productividad, con un materialismo y un sensualismo franco y directo, que recuerda la arrogancia de un Nietzsche, a diferencia del panteísmo matemático eternalista de un Severino y del enredado panteísmo dialéctico hegeliano, los cuales, aunque no ignoran en absoluto el atractivo de la sensualidad y del materialismo, dan más la impresión, como se expresó eficazmente el papa Francisco a propósito del gnosticismo, de edificar una "enciclopedia de abstracciones", un sistema monístico de molde parmenídeo, donde no existen la historia, el movimiento, el devenir, la pluralidad, la variedad y la concreción.
----------El humanismo parmenídeo y prometeico, protervo y engreído de Bruno encuentra hoy su heredero en el superhomismo de Nietzsche, en el hombre-ser Heidegger, en el transhumanismo de la máquina pensante, en el ateísmo de Marx, en el hombre-sexo de Freud y en el hombre-mono de Darwin.
----------El pensamiento de Bruno está en la línea del filosofar que nace con Parménides y que se caracteriza por la necesidad de la unidad y, por tanto, por la necesidad del definir en qué consiste la unidad, y en el reunir todo en torno a la unidad, en el reconducir todo a la unidad y fundar todo sobre la unidad, al límite en el ver todo como uno, sin negar las distinciones, la multiplicidad, la alteridad, la diversidad y las diferencias.
----------Bruno se remite entonces a la noción parmenídea del ser como uno, único, unívoco, necesario, idéntico al pensamiento, opuesto al no-ser, inmutable, eterno, subsistente, indiferenciado, total y entero. El ser aparece entonces como el ser divino, Dios, aunque Parménides no se diera cuenta de ello.
----------Es necesario recordar, sin embargo, que Parménides confundió este ser con el ser como tal, incluyendo por tanto a Dios y las cosas. No logró insertar en el ser el devenir, porque le parecía contradictorio y por tanto lo bajó al nivel de la pura apariencia. No logró hacerse un concepto analógico del ser, como lo hizo después Aristóteles, de modo que al concebir el ser como ser absoluto, lo identificó sin saberlo con Dios, con el resultado de que todo ser se convertía en Dios, de ahí el panteísmo.
----------Por otra parte, Parmenides es también el iniciador del idealismo con su famosa declaración "lo mismo es el pensar y el ser", aunque algunos han creído que con esa expresión él se refería al hecho de que cuando estoy en la verdad lo que pienso es lo que es.
----------Bruno parte de Parménides mediado por Plotino y asumiendo algunos conceptos aristotélicos como el de ente y esencia, sustancia y accidentes, causa y efecto, materia y forma, acto y potencia, y platónicos como el de imagen e idea, cuerpo y espíritu, participación y totalidad, sentido e intelecto, ciencia y opinión, virtud y vicio, verdadero, bello y bueno.
----------Como para Plotino también para Bruno todo es uno, todo es todo y cada cosa es todo, por consiguiente panteísmo. Sin embargo, con Aristóteles no tiene dificultad en reconocer la cuestión del ente y de sus propiedades, la pluralidad de las cosas generables y corruptibles, la distinción entre la experiencia y la razón, los grados de las almas, la exigencia de la primera causa y del primer principio, la distinción del intelecto de la voluntad, la voluntad de las pasiones. Sin embargo su panteísmo le lleva a identificar mundo, hombre, espíritus y Dios en un único universo animado espacio-temporal en continuo devenir. Uno-todo infinito y absoluto.
----------Bruno concibe a Dios como compuesto de potencia y de acto, porque entiende la potencia como potencia activa y sin embargo no como consecuente al acto de ser de la sustancia, sino como coincidente con la sustancia y con el ente. Dios es el resultado de la realización de sí mismo. El hombre es Dios en su estado potencial, que sin embargo tiene el poder de convertirse en Dios.
----------Para Bruno potencia y acto son inseparables: no hay potencia sin acto, como no hay acto sin potencia. Para él Dios no es acto puro, sino potencia que se actúa y que actúa, y acto que se abaja a potencia. El hombre es precisamente este acto abajado a potencia. Dios desciende convirtiéndose en hombre; el hombre asciende mediante el "heroico furor" convirtiéndose en Dios.
----------Bruno no concibe un espíritu que no esté unido a la materia. Por eso para él no existe materia que no sea viviente. La materia es divina como el espíritu. La materia es espiritual y el espíritu es material. Por eso el ser material es ser pensado y el pensamiento coincide con el ser material.
----------Como Dios para Bruno está compuesto de alma y cuerpo, así el mundo, manifestación y actuación o realización de Dios, está compuesto de alma y cuerpo. El hombre, a su vez, compuesto de alma y cuerpo, es al mismo tiempo potencialmente Dios y actuación o realización del mundo. Así como el hombre es un animal racional, así el mundo y Dios son un único inmenso animal divino. Dios es la elevación del hombre y del mundo, mientras que mundo y hombre son el abajamiento de Dios. El Todo y el uno son, por lo tanto, la unidad del mundo, hombre y Dios. Todo está en Todo, donde todo se comunica con todo y cada cosa con cada cosa.
----------Para Bruno, Dios está compuesto de materia y forma, materia que es potencia activa y ascendente para actuarse como forma que es potencia descendente para actuar la materia. Por lo tanto, también aquí la materia y la forma son inseparables porque se actúan recíprocamente y se someten la una a la otra. Por lo tanto, Dios no es puro espíritu, sino compuesto de materia y espíritu.
----------Para Bruno, Dios es la única sustancia, como para Parménides y Plotino, pero no es pura sustancia. Es sustancia con modos y accidentes. Y estos accidentes o modos son los entes mundanos. La materia es la sustancia de Dios y el espíritu es la forma de la materia. Hombre y mundo son modos de ser de Dios, como veremos más adelante en Spinoza. Pero en Bruno hay una diferencia respecto a Spinoza, que el hombre no es un modo de ser o accidente de Dios, sino que es más radicalmente Dios mismo en potencia y lo que Dios deviene actuando a sí mismo como mundo.
----------Para Bruno existen también los dioses y los espíritus, entidades intermedias entre la tierra, el hombre y Dios. No se trata de entidades personales distintas del hombre y de Dios entendidos como personas o sustancias, porque para Bruno la única sustancia, el único ente en el sentido parmenídeo es Dios, sino que se trata de puntos de pasaje y factores energéticos en el proceso de devenir Dios y devenir hombre.
----------La lógica de Bruno es la lógica del engaño, del fraude y de la duplicidad. Extremadamente significativo, a este respecto, es el principio fundamental de su modo de pensar y de argumentar, admirado por Hegel, que él enuncia a conclusión de De la causa, principio y uno: "profunda magia es saber sacar lo contrario después de haber encontrado el punto de unión" (op.cit. p.127).
----------Se trata de dividir lo que está unido. Lo que quiere decir poner contraste allí donde debe existir unión. Ahora bien, es cierto que se debe saber distinguir para unir. Pero distinguir no quiere decir separar y contraponer. El que contrapone los distintos y los pone el uno contra el otro, cuando quiere unir, confunde. ¿Qué es la confusión? Mezclar juntas dos cosas distintas, de modo que la una aparezca como la otra y luego se intercambie con la otra o se tome por la otra. Pero confundir los hongos sanos con los venenosos no es cosa agradable. Bruno es un artista en el arte de confundir y por tanto del engaño, hacer aparecer lo que no es. Al hombre que tiende a la soberbia le propone identificar al hombre con Dios.
----------El arte importante para adquirir sabiduría es precisamente el de la distinción, de quien sabe distinguir al hombre de Dios, para unirlos entre ellos. Este es el hombre constructor de paz y de conciliación. Por el contrario, quien contrapone o confunde lo que es distinto dividiendo lo que está unido y es distinto, es en cambio un hombre suscitador de odio, de guerra y destrucción.
----------Por consiguiente, al considerar la relación del hombre con Dios, el panteísta, que no sabe lo que es la analogía y la semejanza, no tiene otra opción más que la de elegir entre la identidad del hombre con Dios y la contraposición, que los hace recíprocamente enemigos.
----------El panteísta opta por la primera posibilidad; pero está claro que siempre le queda también la otra, o sea el ateísmo. A Hegel le sucede lo mismo. Por eso, aunque él sea un panteísta que pretendería ser teísta, tiene en su pensamiento también el germen del ateísmo. Y de hecho, como señaló Cottier, Marx recaba su ateísmo precisamente de Hegel (L’athéisme du jeune Marx et ses origines hégéliennes, Librairie philosophique Vrin, Paris 1959). Igualmente de Bruno se puede sacar tanto el panteísmo como el ateísmo.
----------Bruno quedó preso de un desmesurado deseo de saber, creyendo que podía superar el conocimiento de fe con una autoexaltación de la propia razón que él concibió como particular expresión del alma del mundo y de la divina mente universal inherente a las cosas y al universo.
----------El primado de la filosofía sobre la religión reaparecerá con la masonería y con Hegel. Severino está en la misma línea y de hecho es más ofensivo hacia el cristianismo que él juzga nihilismo y locura. Un excelente retrato de Bruno nos lo da Giovanni Gentile. Dice Gentile de la filosofía de Bruno:
----------"La nueva filosofía y la nueva ciencia se distinguen de la fe, no para poner ésta por encima de sí misma y atribuirle el privilegio de la verdad para ellas inalcanzable, y a la cual incluso ellas aspiran; más aún, para negarle todo valor en relación con los fines a los que se dirige la filosofía. El filósofo medieval decía: credo ut intelligam; Bruno os dice claro y neto: no credo ut intelligam. [...] Bruno considera indispensable confiarse no a la fe, o sea a una revelación que es acto ajeno y no nuestro, sino a nuestra inteligencia. [...] Este es el inicio de la era moderna para el pensamiento filosófico. [...]
----------El martirio de Giordano Bruno tiene un significado especial en la historia de la cultura. Porque no fue conflicto de conciencias individuales diferentes, sino consecuencia necesaria del progreso del espíritu humano, que Bruno personificó al caer el siglo XVI, por lo tanto cerraba con el Renacimiento toda la vieja historia de la civilización de Europa: del progreso del espíritu, que llegó en él a advertir por primera vez, y luego a superar la contradicción que desde el Medioevo lo desgarraba entre sí y sí mismo: entre espíritu que cree y profesa no entender y espíritu que entiende y profesa entender, es decir hacerse por sí mismo su verdad. [...]
----------Su verdad no es aquella que se define en los Concilios ecuménicos o por los pontífices en cátedra, sino la verdad que está en la naturaleza y que la razón, es decir, para él, su razón, define: la verdad que él tantas veces ha celebrado con entusiasmo en sus escritos filosóficos. [...] 'A mí -dice él- no me es menester recorrer los confines de la tierra: basta que me hunda en la mente; basta que, sobre todo, desee vivamente por sí misma la luz divina; y con lo supremo de mi ingenio me esfuerce por llegar a la presencia de Su Majestad, anhelando y esperando poder gozar de Su rostro'." (Giordano Bruno e il pensiero del Rinascimento, Editrice Le Lettere, Firenze 1991, pp.103-106).
   
Los precursores de Bruno
   
----------La filosofía en Occidente ha tenido inicio en Grecia alrededor del siglo VI a.C. como voluntad de indagar y conocer a fondo la realidad en sus principios y causas. Ella inició con la voluntad de superar el precedente politeísmo homérico, totalmente insuficiente para explicar y fundar la realidad del hombre y del universo, aunque el politeísmo es consciente del aspecto personal de la divinidad.
----------De hecho, el politeísmo homérico y egipcio representa incluso antes que los filósofos la necesidad que tiene el hombre de un comercio con fuerzas personales trascendentes de las cuales obtener favores, éxitos y protección. Sin embargo, al mismo tiempo estaba claro que los dioses homéricos y egipcios por su vulgaridad y las prácticas mágicas relacionadas con ellos, no podían satisfacer en absoluto la necesidad del espíritu y de la virtud, ni podían satisfacer la exigencia de encontrar un verdadero principio de realidad y una divinidad que pudiera reconciliar todo en la unidad y hacer derivar todo del uno o reducir todo al uno.
----------Fue así que la razón en su indagación se volcó en dos direcciones: una apertura hacia la realidad circundante, con el uso del predicado del ser a la tercera persona ("tal cosa es así") y tenemos la filosofía de los primeros naturalistas, de tendencia materialista, y otra tendencia hacia el yo, o conocimiento de sí, con el uso del verbo ser a la primera persona ("yo soy"), es decir, hacia la conciencia y por lo tanto la autoconciencia. Y así la mente de los filósofos concentra su atención en el pensamiento (Parménides), en el intelecto (Anaxágoras), en el hombre medida de las cosas (Protágoras), en las ideas (Sócrates y Platón).
----------Mientras tanto en Israel el verdadero Dios hablaba a su pueblo y los profetas predicaban en nombre de Dios, mientras que los salmistas intentaban diálogos sublimes con Dios y los sabios pronunciaban sentencias inspiradas. Causa una profunda tristeza constatar cómo Bruno, sacerdote dominico, que hubiera podido alimentar su poderoso ingenio en la sublime y riquísima sabiduría de la literatura, de la filosofía y teología cristianas, cegado por miras prometeicas, se haya dejado engañar, por no decir embrujar, por las impiedades, por las supersticiones y las obscenidades de la literatura y de la filosofía paganas anticristianas.
----------Sin embargo, hay que reconocer en la impía conducta de Bruno una cierta linealidad y coherencia. A su modo él no fue un hipócrita. Ciertamente es hipocresía querer parecer sabio sin serlo. Y sin embargo Bruno, debemos reconocerlo, desgraciadamente ha jugado esta parte. Está más en la línea de los sofistas que de los verdaderos filósofos, aunque no sabemos cuánto se ha dado cuenta. Sin embargo, hay que reconocer también que, a diferencia de ciertos eclesiásticos fariseos que viven y permanecen en la Iglesia para gozar simplemente de ventajas humanas y por interés de prestigio, evitó asumir la máscara del Dominico e incluso del creyente, para manifestar abiertamente sus convicciones, que pagó con su propia vida. ¿Quién o qué le hizo hacer esto? ¿No podía simplemente mantenerlo para sí mismo? Esto quiere decir que daba más importancia a los intereses espirituales que a los materiales. Y en eso podía aparecer aún Dominicano. De nada sirve poner estos intereses sobre los demás, si nacen de la soberbia y no de la humildad.
----------Conmovedor fue el extremo intento de persuadir a Bruno por parte del entonces Maestro de la Orden de Predicadores, Ippolito Beccaria, que murió pocos meses después de Bruno, en el mismo 1600, señal de que, a pesar de todos los crímenes que había cometido contra la fe, cosa sumamente vergonzosa para un Dominico, Beccaria aún lo consideraba hijo de la Orden.
   
El legado de Bruno
   
----------La teología católica que siguió a Bruno tuvo tal desprecio por el Nolano, que no se preocupó en absoluto de ocuparse de él mínimamente, pero ha sido un error, porque esa teología no se dió cuenta de la grandeza de Bruno, aunque fuera un apóstata. Era necesario aceptar sus instancias válidas y refutar sus fascinantes errores, que engañaban y aún engañan a filósofos experimentados.
----------Bruno comprendió la posibilidad de iniciar un diálogo con los Anglicanos y los Luteranos, alemanes y franceses, aunque se dio cuenta de la torpeza de los primeros en el campo metafísico y del fanatismo irracionalista de los segundos, que frustraba el razonamiento filosófico. Sin embargo parece haber encontrado mejor acogida en el inmanentismo subjetivista luterano, más conciliable con su monismo panteísta. Y de hecho Bruno ha sido valorizado por los idealistas alemanes.
----------Hoy a Bruno no lo nombra casi nadie, sin embargo es un personaje gigantesco de tal potencia e imponencia, que estoy convencido que hoy domina en el fondo, más que Lutero, Descartes, Hegel, Marx, Heidegger y Nietzsche. Ocurre que nos negamos a citarlo por sus vínculos con la magia, sin darnos cuenta de que el idealismo, como señaló agudamente Julius Evola (Ensayos sobre el idealismo mágico, Ediciones Mediterranee, Roma 2006), tiene un vínculo con la magia cabalística y hermética.
----------Grandes pensadores modernos, admiradores de Bruno, que nos recomiendan el Nolano, son Schelling y Gentile. Heredero inmediato de Bruno es Descartes, para quien el Uno-Todo es mi yo. De hecho el yo soy de Descartes no es el simple yo existo, yo soy alguien, yo soy René Descartes, yo soy una criatura, sino yo soy en sentido absoluto, yo soy de mí mismo por fuerza de mí mismo, yo soy sin predicados como el Yo Soy de Ex 3,14, como entenderá bien Fichte. Todo es por mí y nada es antes que yo. El mejor intérprete del yo cartesiano es Fichte, de donde procede Schelling hasta Husserl.
----------El pensamiento de Giordano Bruno, a través de Baruch Spinoza, ha sido hecho propio y desarrollado por el idealismo alemán, sobre todo por Schelling y Hegel y posteriormente retomado por el idealismo de Giovanni Gentile. El monismo de Emanuele Severino y de Gustavo Bontadini deriva de Parménides mediado por Bruno en la interpretación del idealismo alemán y de Gentile.
----------El pensamiento bruniano es inspirador también del esoterismo masónico que llega hasta la actualidad, por explícita declaración de los mismos masones. La voluntad de poder de Nietzsche tiene sin duda su precedente en el heroico furor bruniano. Por otra parte, las empresas del comunismo, del fascismo y del nazismo sin duda encuentran inspiración en los heroicos furores brunianos.
----------Recordemos además que el idealismo alemán brota del fideísmo luterano y del racionalismo cartesiano. Para Lutero la verdad teológica está solo en la fe, una fe que desmiente la razón, por lo cual para creer hay que aceptar lo absurdo; Dios es ajeno al principio de no-contradicción, como ya había sostenido el Cusano o está por encima del principio de no-contradicción, como parece haber sostenido Dionisio el Areopagita.
----------Lutero despreciaba la filosofía en nombre de la fe. Descartes concibe la razón como autosuficiente y, por tanto, relega la fe a la opinión. Para Descartes la razón no tiene nada que aprender de la revelación cristiana. Para Lutero la razón es engaño; la verdad salvífica viene solo de Cristo, que nos manda creer cosas que por la razón son absurdas o escandalosas. Para Lutero la fe es un saber teológico intuitivo e inmediato, sin que sean necesarias premisas racionales o filosóficas.
----------¿Cómo hacen los idealistas alemanes para unir a Lutero y Descartes? Con una forma de neo-gnosticismo que rechaza los dogmas de la Iglesia católica como luz superior a la razón. Ellos conciben la razón como revelación divina en la autoconciencia cartesiana. Lutero conserva el Dios trascendente del cristianismo.
----------Los idealistas recuperan a Dios como Dios pensado-por-nosotros que se puede recabar de Parménides y Plotino. Nace el panteísmo. La filosofía es superior a la religión. Del racionalismo cartesiano surgirá el racionalismo hegeliano, que asigna a la razón lo que Lutero atribuía a la fe.
----------La masonería ilustrada por el idealista Fichte (Filosofía de la masonería, Ediciones Bastogi, Roma 2023), retoma el racionalismo cartesiano: la razón y la filosofía son suficientes para conocer la verdad sobre Dios. Las doctrinas de las religiones son simples figuras imaginarias o mitológicas de la verdad. Todos estos desarrollos parten de Bruno.
----------El monismo vitalista de Bruno reaparece en Leibniz, aunque él nunca hable de Bruno, del cual no acepta el panteísmo, por lo cual admite la trascendencia de Dios suprema mónada y la multiplicidad de las sustancias. Sin embargo, su concepto de sustancia como ente indivisible hace pensar en la sustancia bruniana de ascendencia parmenídea. Como para Bruno y Campanella, niega la existencia de la sustancia no viviente. Leibniz, que sin embargo era luterano, admite, a diferencia de Bruno, la posibilidad de una revelación divina.
----------Spinoza nunca nombra a Bruno, pero está en perfecta línea con él, quizás porque ambos presuponen la Cábala: Dios es la única sustancia, como sustancia absoluta. Dios está compuesto de potencia y acto, materia y forma, sustancia y accidentes, espíritu y cuerpo, hombre y naturaleza, pensamiento y extensión.
----------Dios es pues la "mente universal", la misma naturaleza cósmica, es el alma del mundo. El hombre es por esencia divino porque pertenece y es propiedad de la misma sustancia divina en cuanto ella se conoce y entiende a sí misma. El hombre, para obtener la ciencia divina no tiene ninguna necesidad de recibir una revelación de Dios ni de una fe religiosa; es suficiente que entre y escrute en sí mismo y se eleve a la contemplación de Dios, es decir de sí mismo como aparición finita del Uno-Todo. Por lo tanto, estamos en pleno gnosticismo y panteísmo.
----------Schelling y Hegel recogen la instancia bruniana del Uno-Todo, que ellos llaman "Absoluto" o "Espíritu" o "Dios" o "Sujeto" o "Yo". Hegel usa el término "Idea", Schelling "Naturaleza". Como para Bruno, Dios es el Todo y todo es Dios. Todo es Uno y todo es el Uno; todo es todo. Como para Bruno, el mundo es Dios y Dios es el mundo. El hombre es Dios y Dios es el hombre.

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