miércoles, 28 de mayo de 2025

De si es admisible en algún punto el idealismo (3/3)

La reducción idealista del ser al pensamiento hace que la creación caiga sólo bajo la categoría de la causa formal y de la causa ejemplar, que son propias del pensamiento, y sea incompatible con la causa eficiente, propia del ser y del actuar. Dios, la creación y el mundo ya no son en el idealismo entes reales, sino solo entes pensados. Ahora bien, ¿nos salvamos gracias a un Dios real o a un Dios pensado? [En la imagen: fragmento de "Santo Tomás de Aquino venciendo a los herejes", óleo sobre lienzo, de alrededor de 1759-1760, obra de Francisco Bayeu; la obra presidía el retablo de la capilla de Santo Tomás en el convento dominico de San Ildefonso de Zaragoza, y actualmente es conservada y expuesta en el Museo de Zaragoza].

Descartes confunde el pensar con el querer
   
----------Por lo tanto, no hay ninguna confusión del conocer con el hacer o con el querer, como se tendrá en cambio en el idealismo a partir de Descartes, para el cual el intelecto no está necesitado al asentimiento de la evidencia, sino que es forzado por la voluntad a aceptar una tesis acerca de la cual el intelecto duda.
----------Se habla a propósito de Descartes de duda metódica. Pero en realidad, no obstante la apariencia contraria, las cosas no son así. Descartes no hipotetiza dudas absurdas para luego descartarlas. También santo Tomás de Aquino plantea una universalis dubitatio de veritate (véase al respecto el Comentario a la Metafísica di Aristóteles, l.III, cap.I, lect.I, n.343, Ediciones Marietti, Torino-Roma 1964, p.97). para después descartarla como absurda. En cambio Descartes la toma en serio y pretende practicarla en el momento mismo en que nos propone como certeza primaria y absoluta su cogito.
----------Descartes no duda provisoriamente en vista de conseguir verdad y certeza, sino que duda por principio y de modo gratuito e irrazonable. De hecho el cogito no tiene objeto, porque equivale a duda, y la duda es simple oscilación entre el sí y el no. De aquí, por otra parte, la duplicidad que nace del método cartesiano.
----------La verdadera duda metódica se encuentra en el método aristotélico-tomista y consiste en el dudar de lo dudable y en el evitar dudar de lo que es evidente. Entonces la razón, dejando por un lado en duda lo que es dudable, por otro, si la duda es soluble, la resuelve y llega a la verdad.
----------Debemos decir entonces que la tan jactanciosa certeza cartesiana no es efecto de la presencia del ser, sino de una decisión de la voluntad, la cual da por cierto no aquello que se revela ser cierto y que es sensiblemente, objetivamente y evidentemente cierto, sino aquello que la voluntad quiere que sea cierto, ya que si cogito quiere decir dudo, ¿cómo hace el intelecto para resolver la duda? Si el intelecto en el cogito no tiene un objeto, ¿dónde y cómo funda una certeza objetiva? La certeza de dudar no sirve para nada, si no se resuelve la duda en base a la evidencia del ser.
----------La certeza cartesiana no es una verdadera certeza, sino que es la arrogancia de quien quiere imponer a los demás sus propias ideas. Descartes se mete en problemas con solo el dudar de las evidencias más elementales, pretendiendo luego encontrar todo con una solución forzada, sin dejar que la duda se resuelva por sí misma gracias a la evidencia del objeto.
   
Una concepción idealista de la creación
   
----------El realismo tomista según Gustavo Bontadini encontraría su fundación rigurosa no en Aristóteles, sino en Parménides, de quien Aristóteles no supo apreciar -siempre según Bontadini- la potencia especulativa, por la cual Parménides habría tomado el valor del ser a un nivel de mayor coherencia que Aristóteles, quien, aceptando la realidad del devenir, no se habría dado cuenta de su contradictoriedad, de modo que llegaría a traicionar el principio de no-contradicción que él también sostenía, pero que a juicio de Bontadini habría sido afirmado con mayor rigor por Parménides.
----------Es cierto que Aristóteles no supo captar la posibilidad de un einai subsistente que le ofrecía Parménides. Pero del texto es comprensible cómo el ser parmenídeo en su monismo panteísta haya suscitado la indignación de Aristóteles, mientras que santo Tomás de Aquino, que conoció a Parménides sólo a través de Aristóteles, no pudo hacer otra cosa que seguir el juicio severo de Aristóteles.
----------Pero podemos estar ciertos de que Tomás, si hubiera podido acceder a los textos en griego de Parménides, de los cuales disponemos hoy, ya instruido sobre el ipsum esse de Ex 3,14, no habría dejado de verle también en Parménides y habría encontrado allí, como hizo Heidegger, la diferencia ontológica entre el ente y el ser, que a Aristóteles, detenido sobre su ente, se le había escapado, mientras que para Aristóteles el einai no es más que copula del juicio; ya que solo como cópula, es decir, sin un sujeto y un predicado, no significa nada (Comentario al Perì hermeneias de Aristóteles, l.I, c.III, nn. 71-73, Ediciones Marietti, Torino 1964, p.29).
----------En cuanto a Bontadini, hizo suyo este descubrimiento de Heidegger y a la luz del ser parmenídeo asumió el compromiso de afrontar la ardua doctrina de la creación del mundo por Dios, fundamento de la metafísica tomista y de la fe cristiana, en evidente contraposición al actualismo gentiliano de la autoctisi.
----------Sólo que, lamentablemente, Bontadini pensó en fundar y rigorizar esta doctrina basándose no en Aristóteles, sino en Parménides, y manteniéndose así idealista, ya que la raíz primera del idealismo no se encuentra en Descartes, por supuesto, sino ciertamente en Parménides, siempre que entendamos el axioma parmenídeo "lo mismo es el pensar que el ser" como identidad de pensamiento y de ser, aunque ese dicho pueda también expresar la experiencia de la verdad. En efecto, cuando estamos en la verdad lo que pensamos es eso mismo que es, porque si no lo fuera, estaríamos en el error.
----------Por lo demás, también la concepción parmenídea del ser como uno, único, unívoco, eterno, inmutable y necesario, puro espíritu, pura sustancia, puro acto, puro yo, lleva a pensar en el idealismo. Sugiere también la idea del ser subsistente, que resulta, como hace notar santo Tomás, del Nombre divino tal como es indicado en Ex 3,14. Como se sabe, en Parménides no hay lugar para el devenir, lo múltiple, lo diferente, el espacio-tiempo, que se convierten en meras apariciones transeúntes y finitas del ser.
----------Pero es necesario observar que sin las categorías aristotélicas del acto y de la potencia, de la esencia y del ser, de la sustancia y de los accidentes, de la materia y de la forma, es imposible explicar el devenir, la realidad material y la multiplicidad.
----------Sin el uso de las mencionadas nociones, el devenir termina pareciendo contradictorio. Pero Bontadini parte precisamente de esta impresión para demostrar la existencia de Dios como disolución de la contradicción que existiría si considerásemos el devenir como originario.
----------Bontadini habla de una "vía breve" para demostrar la existencia de Dios, junto a las vías largas de santo Tomás, pero en realidad, acercando demasiado los dos términos (Dios y mundo), los confunde entre ellos, provocando el cortocircuito del panteísmo.
----------Así con estas premisas parmenídeas en realidad la doctrina de la creación pierde su conformidad con el dogma católico, es decir pierde su densidad ontológica y deviene un ente de razón, donde desaparecen la causalidad eficiente, material y final y solo quedan la formal y la ejemplar. Solo quedan lo relativo y lo absoluto, el todo (o entero) y las partes, lo positivo y lo negativo, el ser y el no-ser, el ser y el aparecer.
----------Ahora bien, el limitarse a estas solas categorías no implica para nada una rigorización del discurso, sino un empobrecimiento del discurso, por el cual la mente se detiene y se cierra en el mundo de las ideas como si estuviéramos ante un teorema de geometría o ante un esquema de lógica, y la mente deja fuera la realidad. Sí, Bontadini tiene un bonito discurso sobre la creación, sobre la distinción entre el mundo y Dios, sobre la libertad del acto creativo; pero el resultado es que tenemos lo ideal sin lo real, una metafísica sin la física, lo abstracto sin lo concreto, lo universal sin lo singular, la quietud sin el movimiento.
----------Es necesario decir que el intento de Bontadini de proporcionarnos un concepto de creación basado en el idealismo de Parménides, en lugar del realismo aristotélico-tomista, por más que su intención no es la de negar las pruebas tomistas, sino de rigorizarlas y abreviarlas, falla, porque el idealismo con su identificación del pensamiento con el ser, no es capaz de asegurar una verdadera distinción entre el mundo y Dios, por lo cual, dado que para el idealismo el mundo está en Dios y no fuera de Dios, la creación ya no podrá ser ese acto libre de Dios, que crea un conjunto de entes contingentes fuera de Él, dado que para el idealista Dios, siendo la totalidad del ser, no soporta nada fuera de Él, con lo cual demuestra no entender qué es lo exterior a Dios, que no es un agregar sino un ser por participación de lo que Dios es por esencia. Tampoco el ser por participación de la creatura puede concebirse como una parte de la esencia divina, siendo ésta simplicísima.
----------Partiendo del axioma parmenídeo según el cual "el no ser no es", Bontadini niega la existencia de la nada, ignorando el hecho que la nada es sí un no-ser, pero es un ente de razón, por lo que en tal sentido existe la nada, al menos en cuanto pensable y nominable.
----------Por lo demás, al equivocarse sobre el dicho "de la nada no viene nada", pasa por alto el hecho de que la preposición española "de" no solo significa el latín ab, es decir el agente, sino también ex, es decir la procedencia, el origen o derivación. Comprendiendo la imposibilidad de que la nada cause algo, se le escapa que esto no significa necesariamente que de la nada no pueda provenir nada. Dios, en su omnipotencia creadora, hace precisamente derivar el ser creado de la nada, hace que su ser sea posible y real.
----------Pero Bontadini, víctima del mencionado equívoco, no llega a aceptar la fórmula "creatio ex o de nihilo", porque precisamente según él la nada no existe, salvo luego a ceder a la idea de Severino, según la cual la fórmula creatio ex nihilo sería "nihilista", porque Severino no ve cómo sea posible en el acto creador el paso del ente posible no existente al ente existente.
----------Por tanto, si primero está el no-ser y luego está el ser, no hay ninguna contradicción. Antes del día de mi nacimiento yo no existía. En el día de mi nacimiento empecé a existir. ¿Hay algo contradictorio porque he introducido el tiempo? Contradicción habría si ser y no-ser fueran simultáneos. Se introduce, por lo tanto, la simultaneidad (el ser al mismo tiempo) precisamente para evitar la contradicción y mostrar que en el devenir y en el crear no hay ninguna contradicción.
----------Severino más bien, y eso que se jacta de ser más riguroso que Aristóteles y santo Tomás en el respetar el principio de no-contradicción, no escapa a la contradicción más repugnante cuando se niega a considerar que lo primero es antes del después y no es simultáneo, mientras que la contradicción nace precisamente si quitamos el antes y el después. Por lo tanto, muy lejos de asegurar la identidad, la ausencia del antes y del después es precisamente lo que crea la contradicción.
----------Pero lamentablemente Bontadini sigue a Severino en esta línea: enamorado del ser eternalista parmenídeo, también él quiere quitar irracionalmente la referencia al tiempo del enunciado del principio de no-contradicción, por la cual decir que un ente primero no existe y solo está ideado y luego existe, sería como decir que existe y no existe, lo cual es evidentemente contradictorio.
----------No se da cuenta que enunciar ese principio de ese modo es una absurdidad, mientras que había hecho bien Aristóteles al referir ese principio también al tiempo y al devenir, para así dar una identidad también a estas dimensiones del ser y de lo real. Pero el hecho es que para Severino como para Parménides no hay nada de posible o de potencial, sino que todo está en acto. Dejemos claro que el verdadero enunciado del principio de no-contradicción no es el ser no puede no ser, porque esto deja fuera la identidad de lo contingente, que es el ser que puede no ser, sino: el ser no puede ser y no ser simultáneamente bajo el mismo aspecto.
----------Así Bontadini sobre esta base parmenídea intenta elaborar un teorema de la creación que no haga referencia a la nada. Está obligado entonces a excluir la causalidad eficiente, es decir la producción del ser después del no-ser y a limitarse a la única categoría de la dependencia o de la relación de lo creado al creador, categoría que vale ciertamente desde el punto de vista de la creatura, pero no del creador, el cual hace depender de Sí a la creatura no solo lógicamente o racionalmente, sino también produciéndola activamente desde la nada.
   
¿Un teorema metafísico o un teorema lógico?
   
----------El defecto de método de Bontadini, impregnado del logicismo parmenídeo, está en el hecho que al afrontar el tema exquisitamente metafísico y realista de la existencia de Dios creador, en vez de situarse como debería en el horizonte físico y metafísico del ente real extramental, se sitúa en el horizonte del ente ideal, de razón, matemático o lógico, donde está claro que no existe devenir, temporalidad, acción y finalidad, sino que solo se dan ideas, formalidades esenciales, relaciones, ejemplaridades.
----------Ahora bien, el problema de Dios y de la creación implica que nosotros no nos movemos entre entes de razón, sino entre entes reales extramentales, porque es de éstos, que nosotros no hemos producido, de los cuales nos preguntamos la causa, y no de los entes de razón o de las ideas, que somos nosotros los que producimos con nuestra mente en nuestra mente.
----------Aún con todo esto, Bontadini parece mostrarnos algo de realismo cuando nos habla de "experiencia", pero lamentablemente sin aclarar lo que quiere decir con este término, si experiencia sensible o experiencia interior o experiencia intelectual. Por lo demás, él se preocupa mucho por su concepto de "Unidad de Experiencia", pero aquí tampoco está claro lo que quiere decir.
----------Al respecto, parecería tratarse de una experiencia de la unidad y totalidad del ser, que Bontadini llama también "entero" (Dios y mundo), y que hace pensar siempre en el ser parmenídeo, pero visto como sensible, imaginable, inteligible a la vez. Ahora bien, ¿se trata de realidad extramental? No lo parece. Por eso, no obstante el aparente realismo, siempre estamos en el horizonte del idealismo.
----------Por otra parte, Bontadini no habría tenido dificultad para darse cuenta de la no contradictoriedad del devenir, tan solo con que hubiera adoptado la distinción aristotélica de la sustancia inmutable y del accidente mutable, de la materia permanente y de la forma variable, o la doctrina del pasaje del ente de la potencia al acto, sin obstinarse en interpretarlo a la luz del eternalismo y del inmovilismo parménideo.
----------De este modo en Bontadini la creación deviene un atributo de la esencia divina. Dios deviene el "Entero" (Dios + mundo). Con el pretexto de que el mundo nada añade a Dios, Dios no puede ser concebido sino como creador, porque la nada no existe, nada existe fuera de Dios, sino que todo está en Dios; por lo cual la creatura no viene de la nada sino que viene de Dios. Bontadini no tiene en cuenta el hecho de que decir que el mundo está fuera de Dios no quiere decir añadir algo a Dios, sino que Dios no tiene necesidad del mundo para ser Dios.
----------Además Bontadini al poner el mundo en Dios coeterno a Dios, ignora el dato de fe que el acto creador de hecho ha ocurrido en un determinado pasado; mientras que si Dios hubiera querido, también habría podido no crear el mundo, ya que Dios es libre de crear o no crear. La creación podría incluso no haber ocurrido, porque es acto de la libertad divina; es efecto, como dice el Concilio Vaticano I, de "liberrimo divino consilio" y no es acto de la esencia. Sólo Dios es necesario; el mundo es contingente; no existe necesariamente. Pero está claro que asumiendo el principio parmenídeo por el cual el ser no puede no ser, lo contingente deviene imposible.
----------Por otra parte, si la creatura ha sido el término del acto creador, y el acto creador coincide con el ser de Dios, no por ello la creatura es necesaria a la esencia divina, sino que entre ella y el acto hay una distinción de razón, y también la creatura es distinta del acto divino creador del cual ha sido objeto viniendo al ser desde la nada. En efecto, si la creatura coincidiera con el acto creador, dado que éste es Dios mismo, la creatura se identificaría con el creador y se caería en el panteísmo.
----------Por otra parte, la reducción idealista del ser al pensamiento hace que la creación caiga solo bajo la categoría de la causa formal y ejemplar, propias del pensamiento, y sea incompatible con la eficiente, propia del ser y del actuar. Dios, la creación y el mundo ya no son entes reales, sino solo entes pensados. Ahora bien, ¿nos salvamos gracias a un Dios real o a un Dios pensado?

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