domingo, 6 de julio de 2025

La lucha contra el tentador (6/7)

En esta breve introducción a la demonología que estamos desarrollando en estas publicaciones, hoy tocaremos uno de los últimos puntos referentes al capítulo de la lucha contra el tentador. Hablaremos así del modo cómo defenderse contra las tentaciones del demonio. Y lo haremos con un detallado análisis de cómo ocurrieron las tentaciones de nuestro Señor Jesucristo en el desierto. [En la imagen: fragmento de "Sigueme, Satanás" o "Tentación de Cristo", obra del pintor ruso Ilya Efimovich Repin, pintado en 1893].

Cómo defenderse contra las tentaciones del demonio
   
----------La enseñanza fundamental sobre este punto nos viene del ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, que consintió en ser tentado por Satanás precisamente para enseñarnos el modo con el cual usualmente el demonio nos tienta y el modo con el cual se puede uno liberar de su tentación.
----------A este propósito, será conveniente hacer las siguientes observaciones. Sigamos la narración evangélica.
----------a) La tentación diabólica a Nuestro Señor ocurre bajo el control del Espíritu Santo: Jesús "es conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo" (Mt 4,1; Mc 1,12; Lc 4,2). Por tanto, el Espíritu Santo es como un sabio cirujano, que nos provoca un poco de dolor enviándonos la tentación, pero con el fin de sanar nuestra alma y hacerla más viva y más fuerte.
----------Este pensamiento debe ser para nosotros fuente de mucha serenidad y de abundante consuelo: los ataques del demonio existen; pero está claro que no debemos tenerles miedo; ellos son permitidos por la Providencia precisamente para probarnos y fortalecernos en la virtud.
----------b) La tentación a la que es sometido Jesús en el desierto se cierra en un período de cuarenta días, no importa aquí si la presencia de Satanás se verifica solo al final de ellos, como deja entender Mateo (Mt 4,2-3), o bien durante el curso mismo de ese período, como dicen en cambio Marcos (Mc 1,13) y Lucas (Lc 4,2). Este número de "cuarenta", en el lenguaje bíblico, significa plenitud y perfección: quiere representar un período de tiempo cuya duración no es casual o amorfa, sino determinada y controlada por un plan sapiencial bien preciso: quiere significar que incluso la duración del tiempo es gobernada por el plan divino de la salvación, es de algún modo regulada y "consagrada". El tiempo se vuelve "sagrado". Dios regula también las tentaciones diabólicas en el tiempo: ni un instante menos ni un instante más.
----------Este pensamiento también debe ser para nosotros consolador y alentador, y se conecta con el anterior.
----------c) Jesús es tentado en el desierto (Mt 4,1; Mc 1,12; Lc 4,1) y "después de haber ayunado" (Mt 4,2) o en el transcurso del mismo ayuno (Lc 4,2). Jesús quiere hacernos comprender que la tentación diabólica ocurre normalmente cuando nuestro yo comienza a madurar en la ascesis y en la mortificación de la carne o en el curso mismo de este proceso de purificación y de perfeccionamiento moral y espiritual.
----------Como ya hemos dicho, mientras nosotros tenemos problemas en el campo de los pecados y de los vicios de la carne, el demonio no se preocupa por intervenir, dado que ya esos problemas constituyen, para nosotros en ese momento, una tentación suficiente. El demonio interviene cuando comenzamos a liberarnos de este tipo de tentaciones, es decir cuando -para usar el lenguaje de san Juan de la Cruz- comenzamos a pasar de la "purificación de los sentidos" a la "del espíritu".
----------Entonces el demonio, con sutil astucia, nos pone frente a nuestras dificultades más íntimas y más graves: el orgullo, la envidia, la rebelión contra Dios, la acedia, en resumen, todas las tentaciones espirituales. El demonio, con hábil crueldad, va a descubrir, en nuestro interior, todos los focos de infección más recónditos y ocultos, todos los venenos latentes, todos nuestros particulares fomes del pecado, sobre todo en el campo del espíritu, y, con maniobras astutas, alimenta estas maldades con el fin de hacer que ellas invadan todo nuestro organismo espiritual para conducirnos a la muerte eterna.
----------El ejemplo de Jesús sirve entonces para ponernos en guardia, para que sepamos en qué fase de nuestro camino moral interviene la tentación diabólica propiamente dicha.
----------d) Único entre los sinópticos, Marcos precisa que Jesús "estaba con las fieras" (Mc 1,13). Este detalle particular puede recibir una triple interpretación: 1. puede representar la austeridad de vida conectada con la intervención de Satanás; 2. las "fieras" pueden representar también la maldad de este mundo o de las pasiones humanas indómitas, que es necesario afrontar en el trabajo ascético junto con la lucha contra el tentador; 3. la imagen de las fieras que están con Jesús parece volver a conectar con las profecías veterotestamentarias de la reconciliación escatológica del hombre con el mundo de la naturaleza: reconciliación que Jesús inaugura al vencer la tentación de Satanás.
----------e) El demonio nos induce al pecado mediante la palabra. Este punto fundamental ya lo hemos visto. Así como el hombre recibe comunicaciones del cielo, así también las recibe del ángel rebelde. Es necesario entonces prestar mucha atención a los pensamientos que "entran" en nuestra mente fuera de los canales normales de la comunicación humana; es decir, de ese modo suprasensible, y bien claro, del cual todos tenemos experiencia, sobre todo cuando estamos solos y en un ambiente silencioso.
----------Es necesario ejercitar un severo control sobre los pensamientos que piden o pretenden entrar en lo interior de nuestro espíritu, de modo semejante al modo en que la policía aduanera de frontera examina cuidadosamente los documentos de los extranjeros que desean entrar, para evitar que luego estos sean causa de desórdenes o turbaciones en el País que los hospeda. Así nuestro espíritu debe ejercer una prudente vigilancia sobre los pensamientos que piden entrar.
----------Nuestro espíritu debe aprender a discernir, en tales pensamientos, la apariencia de la realidad, porque ellos normalmente, "en la frontera", se presentan siempre con la apariencia de la verdad y de la bondad. Pero luego, cuando les hemos concedido "ciudadanía libre" y hemos de algún modo disminuido o quitado las defensas, ellos revelan su maldad. Entonces el daño que estos pensamientos instilados por el demonio pueden hacer a nuestro espíritu es muy grave.
----------Tal daño se habría podido y se debe poder evitar ejercitando un mejor control en la "frontera", para desenmascarar enseguida el engaño y evitar entonces que el enemigo nos cause daño.
----------Cuando un pensamiento pide entrar debemos examinar dos cosas: 1. el contenido; y 2. quién lo envía o de dónde viene. Normalmente es a partir de la primera cosa que se entiende la segunda. A este trabajo de discernimiento y a sus criterios ya hemos aludido anteriormente.
----------f) El episodio de la tentación en el desierto nos enseña también a qué apunta sobre todo la palabra tentadora del demonio: apunta a golpearnos en nuestros intereses espirituales más vivos y vitales, a poner en crisis nuestras certezas de fondo, tanto de razón como de fe, y esto sobre todo mediante la falsificación de la Palabra de Dios y de la Sagrada Escritura. ¿Cómo se defiende Jesús? Nada más que oponiendo a las falsificaciones del demonio la verdadera Palabra de Dios en toda su pureza y eficacia.
----------Jesús aleja a Satanás con la Palabra de Dios. Esto es fundamental. El arma contra el demonio es, en definitiva, para decirlo con san Pablo, esta "espada de doble filo". De esto vemos cómo toda la batalla contra Satanás tiene su centro en el ámbito del pensamiento, de la voluntad, de la palabra, sin que eso excluya, a veces, verdaderos y propios aspectos físicos, como vemos en la vida de los santos. Pero debemos tener presente que el ámbito del espíritu es aquel preferido por las intervenciones del tentador.
----------g) Veamos ahora de examinar la primera propuesta del demonio en las tentaciones de Jesús. Ella tiene la apariencia de bondad: Jesús tiene hambre (Mt 4,2; Lc 4,2): ¿qué cosa entonces más justa que él busque el modo de procurarse el pan? El demonio sabe presentar fundamentales exigencias de justicia; conoce muy bien aquello que hoy todos llaman los "derechos humanos". Pero luego, ¿cómo nos propone satisfacer tales instancias o necesidades? "Si eres Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan" (Mt 4,3; Lc 4,3).
----------El demonio nos sugiere recurrir al poder divino para obtener fines ciertamente importantes, pero secundarios, y que podemos alcanzar con nuestras solas fuerzas.
----------Es necesario responder al tentador afirmando el verdadero y propio orden de las cosas: el tentador querría convencernos a nosotros -que somos seres hechos de carne y de sangre- de una "primacía" de lo "temporal" y de lo "material", como se dice hoy. En cambio, el hombre espiritual reafirma contra Satanás la "primacía de lo espiritual": la primacía del pan de la Palabra de Dios sobre aquel que es el pan material. El alimento del alma es más importante que el alimento del cuerpo.
----------El demonio instiga a Jesús a la soberbia: "Si tú eres Hijo de Dios…"; y a ello Jesús responde con humildad, aludiendo a la necesidad de acoger la Palabra de Dios. El demonio sugiere además a Jesús un concepto mágico y supersticioso del poder divino, vale decir, un poder divino finalizado o dirigido no a la gloria de la divinidad, sino a la simple satisfacción de necesidades materiales. Jesús responde subrayando cómo el hombre ciertamente tiene derecho a la satisfacción de tales necesidades, pero tiene aún más el deber de servir a Dios en la escucha y en la práctica de su Palabra.
----------h) En su segunda propuesta, el demonio incita a nuestro Señor Jesucristo a una cierta "confianza" en Dios, que es sustancialmente falsa e impía. Aquí lo que vemos es cómo Satanás sabe deformar los valores más importantes de la religiosidad, entre los cuales está precisamente este, importantísimo, de la confianza en la ayuda que nos viene de parte de Dios.
----------Esta tentación es parecida a la precedente: el demonio querría empujar a Jesús a un recurso que no es necesario al poder divino, llevándolo entonces a faltar al respeto hacia el poder divino, cuyas funciones serían rebajadas a aquellas propias de la creatura.
----------Dice de hecho Satanás: "Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, porque está escrito: A sus ángeles dará órdenes acerca de ti, y ellos te sostendrán con sus manos, para que tu pie no tropiece contra piedra alguna" (Mt 4,6-7; Lc 4,9-11). Mientras que en la propuesta precedente veíamos cómo el demonio sugería a Jesús un objetivo en sí mismo bueno (procurarse el pan), en la presente el demonio propone un gesto en sí mismo insensato: un acto que, según las leyes de la naturaleza, habría causado la muerte a Jesús, y que por lo tanto, si hubiera sido aceptado por Jesús, lo habría conducido al suicidio.
----------Es interesante notar cómo aquí Satanás distorsiona el sentido de la Escritura, queriendo hacer creer a Jesús que la promesa de la ayuda divina pueda valer para quien voluntariamente se pone en una situación de peligro o de pecado. Jesús responde citando el mandamiento según el cual no se debe "tentar a Dios". ¿Qué es exactamente la "tentación a Dios"? Es el abuso de su bondad y de su misericordia. Es la pretensión de obtener la bendición o el perdón de Dios permaneciendo, sin embargo, apegados a nuestro propio pecado. Es aquello que Jesús llama querer "servir a dos señores".
----------i) Esta segunda tentación, como también la siguiente, muestran además el gran poder que Satanás puede tener, con el permiso de Dios, sobre nuestra imaginación y sobre nuestro mismo cuerpo: Jesús es transportado a la ciudad santa y colocado sobre el pináculo del templo (cf. Mt 4,5; Lc 4,9); y además, siempre en virtud del poder de Satanás, después de haber sido conducido "sobre un monte altísimo" (Mt 4,8; cf. Lc 4,5), tiene la visión de "todos los reinos del mundo con su gloria" (Mt 4,8; Lc 4,5).
----------Este poder de Satanás sobre lo físico humano está, en el presente caso, ordenado a instigar al pecado, dado que deja libre la voluntad; en el caso de la posesión, en cambio, como veremos, el demonio tiene el poder de atar temporalmente también la voluntad de la persona "poseída".
----------j) En la tercera tentación, Satanás se revela como "príncipe de este mundo": mostrando a Jesús todos los reinos de la tierra y su esplendor, le propone: "Te daré todo este poder y la gloria de estos reinos, porque ha sido puesta en mis manos y yo la doy a quien quiero. Si te postras delante de mí, todo será tuyo" (Lc 4,6-7; Mt 4,9).
----------Satanás revela aquí su poder terrenal y al mismo tiempo su perfidia: es verdad, sí, que él tiene un cierto poder sobre este mundo, pero no puede hacer todo el mal que querría; además, quiere hacer creer a Jesús que dispone sobre el mundo de un poder absoluto, lo cual en realidad pertenece solamente a Dios. De aquí el dicho popular: "El diablo hace las ollas pero no las tapas".
----------De esta prueba de Jesús aprendemos también otras cosas. Satanás aspira a ser adorado por los hombres: quiere sustituirse a Dios en sus conciencias. Él busca atrapar a aquellos que ponen en la cima de sus intereses el éxito mundano, y les promete tal éxito a condición de recibir honores divinos y obediencia absoluta. Quien acepta este pacto se convierte en aquel "hijo del diablo" del cual ya hemos hablado. Esta persona obtendrá, efectivamente, un cierto éxito, pero pisoteando la voz de su propia conciencia. Luego terminará por perder también eso y caerá para siempre -si no se arrepiente a tiempo- en las garras del demonio, que, como dice Jesús, es "mentiroso desde el principio".
----------En la última tentación, Satanás revela claramente sus designios quitándose, en cierto modo, la máscara. Entonces Jesús lo expulsa: "¡Apártate, Satanás!" (Mt 4,10).
----------La Escritura nos termina diciendo que Satanás ha "agotado toda clase de tentación" (Lc 4,13). Una clara enseñanza para nosotros es, entonces, que cuando nos damos cuenta claramente de la presencia del demonio, ése es el momento en el que él comienza a perder ascendencia sobre nosotros; siempre que estemos decididos a rechazarlo: ése es el momento de ordenarle que se vaya.
----------Mientras él, en sus sugerencias capciosas, deja algún rastro de verdad, nosotros podemos refutarlo utilizando esa misma apariencia de verdad. Pero cuando él se revela claramente en su falsedad y en su malicia, no se debe hacer otra cosa que echarlo.
----------k) Al final de la tentación, cuando hemos superado la prueba, Dios nos consuela: he aquí el significado de los ángeles junto a Jesús después de que el demonio se ha ido (cf. Mt 4,11; Mc 1,13). La lucha contra Satanás sacude profundamente el espíritu humano, lo pone a dura prueba y, aun cuando hay victoria, lo deja de algún modo en un estado de postración. El demonio, aunque no haya logrado matar el alma induciéndola al pecado mortal, le deja, sin embargo, heridas.
----------Para levantar y confortar el espíritu después de la lucha, Dios envía al alma consolaciones espirituales (como por ejemplo la presencia del ángel custodio), devolviéndole así su tono vital normal y restituyéndola a una plena tranquilidad. El alma, en efecto, debe recobrar fuerzas para prepararse al siguiente ataque del demonio, que se ha alejado, pero "para volver en el tiempo fijado" (Lc 4,13). ¿Fijado por quién? No ciertamente por el demonio, el cual, si de él dependiera, estaría para atormentarnos día y noche; sino por la Providencia, que le concede tiempos y modos bien determinados y delimitados con el fin -como ya hemos dicho varias veces- de ejercitarnos en la paciencia, en la humildad, en la fortaleza, en la penitencia y en las demás virtudes.

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