Prosigo con estos desordenados apuntes y reflexiones acerca de la "reforma" de la Curia Romana que, de acuerdo a abundantes rumores ya ha sido planificada y será promulgada por el papa Francisco en el futuro próximo, quizás muy pronto. El motivo que me anima a hablar de esto incluso antes de que podamos conocer efectivamente la "reforma de Francisco", es muy fácil de entender. Si espero a que el documento se firme y promulgue, los lectores suspicaces quizás podrían creer que estoy reaccionando automáticamente al oponerme a cualquier "reforma" que surja de la mente del actual Papa.
----------En la nota anterior de esta serie hemos visto que la institución de la Curia Papal no es de derecho divino, no ha sido Nuestro Señor Jesucristo quien la ha querido y ordenado, y ninguno de los Papas en toda la historia del papado jamás ha declarado cosa semejante. Por el contrario, hay que afirmar con claridad y firmeza que la Curia Romana ha nacido de una consideración práctica, de buen sentido común, en la que la Iglesia se ha guiado por la sabiduría práctica romana, ejemplar desde los tiempos de la organización del Imperio. Con esto parecería que estamos acentuando el carácter convencional, digamos, relativo y mutable de un organismo simplemente humano, y negando todo carácter teológico. En realidad no es tan así, y de algún modo ya lo he adelantado, y espero explicarlo y ponerlo pronto en evidencia en estas notas.
----------Por lo pronto, salta a la vista que la Curia Romana también ha asumido el aspecto de una inmensa "secretaría", si me permiten la comparación, sobre el modelo de las modernas secretarías, con su característica funcionalidad técnico-burocrática de los grandes organismos de gobierno o de dirección de la sociedad en sus variadas ramas, desde la política hasta la cultura, la economía, la industria, etc.
----------Al respecto, es útil reparar en un aparente detalle, pero de importancia: el nombre mismo de "secretaría" con el que he descripto a lo que constituye la función de la Curia Romana, en el caso de la Santa Sede parece un nombre particularmente sugestivo, dado que, si en las oficinas profanas o civiles se limita a custodiar o proteger los "secretos" de este mundo profano y meramente civil, la palabra "secretaría" en el caso del ministerio del Papa no puede no tener una especial resonancia y recordar los "secretos" o misterios de ese Reino de Dios que el Sucesor de Pedro debe custodiar, explicar y transmitir al mundo para su salvación.
----------De tal modo, sobre todo a partir del siglo XVIII, que fue el siglo de la gran organización racional de la sociedad, en el ámbito de la Curia Papal y de sus varios dicasterios, adquirió gran desarrollo la llamada Secretaría de Estado, un colegio de colaboradores bastante más restringido e incluso mucho más en la directa dependencia del Papa en comparación con los otros organismos de la Santa Sede. En este sentido, siempre a partir del siglo XVIII, la Secretaría de Estado asumió la tarea de ser el órgano en más directo contacto y servicio del Papa y de representar al Papa en todos los demás dicasterios, oficinas y organismos de la Curia. En cierto sentido, la Secretaría de Estado es la "Curia de la Curia".
----------Tratando ahora de no perder contacto con la realidad actual al teorizar sobre la Curia Romana, miremos lo que ocurre en el actual pontificado.
----------Lo hemos dicho y repetido, innumerables veces: todo nos permite calificar al presente caótico pontificado como un período de temporario suspenso de la Ecclesia docens, para usar la terminología del santo cardenal John Henry Newman. Por supuesto, hay que distinguir siempre el Papa en cuanto Papa y la persona que ejerce ese oficio. Jorge Bergoglio no tiene autoridad Magisterial en absoluto. Pero el Obispo de Roma sí la tiene. Pero, por supuesto, Jorge Bergoglio es Obispo de Roma; y así, como Obispo de Roma, el papa Francisco posee la muy considerable autoridad definida dogmáticamente por el Concilio Vaticano I y expresada legalmente en los dos Códigos de Derecho Canónico. Ser obispo de Roma es lo que cuenta. Y ser Obispo de Roma, como ser Obispo de cualquier lugar, significa ser obispo de algún lugar. Y ser obispo de algún lugar significa ser obispo de ciertas personas... de ciertos fieles cristianos que viven y respiran.
----------¿Pero, qué es "un Obispo"? Existe un inframundo eclesiástico poblado por lo que a menudo se llaman "Episcopi vagantes" (en singular, episcopus vagans, especialmente abundantes en el mundo anglófono, los "wandering bishops"), Obispos errantes. Se trata de aquellos obispos que carecen de jurisdicción de una diócesis o eparquía. Desde el punto de vista teológico los obispos errantes son obispos válidamente consagrados, pero ilícitamente consagrados, es decir, no recibieron el mandato apostólico del Papa o la autorización del sínodo en el caso de la Iglesia ortodoxa, de modo que no fueron asignados a una diócesis o eparquía determinada, o bien fueron privados de la misma por alguna razón, o fueron excomulgados por la Iglesia; también pudieron haber recibido una consagración irregular a cargo de otro obispo.
----------Los Episcopi vagantes son personas que privadamente se han asegurado para sí mismos las órdenes episcopales, técnicamente "válidas", pero ilícitas. Mucha gente es la que sospecha que el motivo para hacerlo así ha sido la vanidad personal, porque se trata de "obispos" que no están rodeados por el conjunto de "su" Presbiterio, ni ministrados ad altare por "sus" Diáconos, y que carecen del bullicioso acompañamiento de "sus" Laicos, o sea, de su laos, su pueblo. Y además, estos Episcopi vagantes, no están en paz y comunión con la Sede Apostólica, e incluso con ninguna otra sede. Ahora bien: ¿esa clase de personas, los Episcopi vagantes, constituyen realmente lo que es un verdadero "Obispo"? Nada de eso.
----------Por el contrario, tanto en la eclesiología católica como en la ortodoxa, un Obispo es un hombre que desempeña las funciones del alto oficio Episcopal en el contexto de la estructurada vida de una Iglesia de Laicos, Diáconos y Presbíteros. Una asamblea o reunión de cristianos así estructurados se conoce con el nombre de "Iglesia Particular". Pues bien, como cualquier otro Obispo Diocesano, el Papa, el Obispo de Roma, es un Obispo con un Presbiterio, una Diaconía, y un Laos. No es un individuo solitario y aislado con órdenes técnicamente válidas y una técnicamente válida Electio in Summum Pontificem metida en su bolsillo trasero. El Obispo de Roma no es, hay que decirlo claramente, un Papa vagans. Con su agudeza habitual, el cardenal Newman argumentó, en el caso de algunos de los primeros papas que mostraron signos de vacilación doctrinal, que, dado que esto sucedió después de haber sufrido en las cárceles bizantinas, no tenía relación con el Oficio Papal, ya que actuaban como individuos en aislamiento físico y moral de su Ecclesia.
----------En la Iglesia Particular (local) de Roma, los "Cardenales Presbíteros" son el presbiterio del Papa, por lo que se les han asignado iglesias "titulares" de las cuales son los párrocos titulares. Mutatis mutandis, así también los Cardenales Diáconos. ¿Adónde nos lleva esto? Pues bien, el "Cardenalato", si me permiten la expresión, no carece de significación teológica. Es parte de la estructura orgánica de la muy importante Iglesia Particular (es decir, local) de la cual el Sucesor de San Pedro es el Obispo. Esto se ve más fácil y visiblemente en los Cardenales curiales que trabajan permanentemente en Roma. Pero también se aplica a los otros Cardenales dispersos por todo el mundo, que en cuanto Presbíteros Romanos tienen sus iglesias titulares y forman parte también de los dicasterios romanos. El Cardenal Arzobispo de Buenos Aires se viste de rojo y se le llama "Eminencia" no porque sea el "Primado" local de una gran "Iglesia Nacional", sino porque es el Cardenal Presbítero de la Iglesia Titular de San Roberto Belarmino, en la plaza Ungheria del barrio Parioli de Roma, de título cardenalicio creado por el papa Pablo VI en 1969.
----------En ocasiones ha habido una tendencia, en mi opinión enérgicamente condenable, a querer separar la noción del Papa de la de la Curia. Así, el Papa, suele decirse a veces, es el Papa, y tiene sus muy significativas prerrogativas, de institución divina como hemos dicho, dogmáticamente fundamentadas, que no podemos evitar confesar porque fueron definidas dogmáticamente en el Concilio Vaticano I. Pero, paralelamente, suele decirse que la Curia Romana..., no es más que un servicio civil, convencional, humano, mutable, y teológicamente discutible. Suele decirse que la Curia no solo carece de importancia doctrinal, sino que sus miembros son un obstáculo, se interponen en el camino del Papa; se comportan de manera autoritaria en sus tratos con las Iglesias Particulares en todo el mundo y que, por eso, quizás deberían eliminarse. ¿No podríamos ser más felices sin ellos? En estos siete años de pontificado de Francisco hemos visto a las claras como los periodistas liberales parecen programados para animar a un Papa mientras sus expresiones y acciones armonicen con lo políticamente correcto, y distanciarlo de su Curia, entendida como la causa de todos los males.
----------Como lo trataré de explicar, esta concepción no es solo injusta desde el punto de vista meramente humano, sino que también es extremadamente errónea desde el punto de vista teológico; lo cual también parece sugerido por las declaraciones del cardenal Müller que fueron citadas en mi nota de ayer.
----------Esa concepción es en realidad un ataque directo a la estructura de la Iglesia local Particular de Roma, en la cual el Sumo Pontífice desempeña necesariamente su único e indispensable rol. En realidad esa concepción extremadamente secular de la Curia Romana puede compararse (en el plano físico-químico) a un solvente que, debido a que busca separar al Papa de las estructuras de su Iglesia Particular local, tiene el potencial de dejar al Romano Pontífice como una figura solitaria y descontextualizada; en suma, como un muy poderoso Episcopus vagans, figura a la que hacíamos antes referencia. Y eso, en definitiva, me parece que tiene la intención de hacer del Papa "un teológicamente dudoso Monarca Absoluto".
----------¿Qué nos deparará la prometida constitución Praedicate Evangelium del papa Francisco sobre la Reforma de la Curia Romana?...
---------------
----------Continuaremos...
----------Al respecto, es útil reparar en un aparente detalle, pero de importancia: el nombre mismo de "secretaría" con el que he descripto a lo que constituye la función de la Curia Romana, en el caso de la Santa Sede parece un nombre particularmente sugestivo, dado que, si en las oficinas profanas o civiles se limita a custodiar o proteger los "secretos" de este mundo profano y meramente civil, la palabra "secretaría" en el caso del ministerio del Papa no puede no tener una especial resonancia y recordar los "secretos" o misterios de ese Reino de Dios que el Sucesor de Pedro debe custodiar, explicar y transmitir al mundo para su salvación.
----------De tal modo, sobre todo a partir del siglo XVIII, que fue el siglo de la gran organización racional de la sociedad, en el ámbito de la Curia Papal y de sus varios dicasterios, adquirió gran desarrollo la llamada Secretaría de Estado, un colegio de colaboradores bastante más restringido e incluso mucho más en la directa dependencia del Papa en comparación con los otros organismos de la Santa Sede. En este sentido, siempre a partir del siglo XVIII, la Secretaría de Estado asumió la tarea de ser el órgano en más directo contacto y servicio del Papa y de representar al Papa en todos los demás dicasterios, oficinas y organismos de la Curia. En cierto sentido, la Secretaría de Estado es la "Curia de la Curia".
----------Tratando ahora de no perder contacto con la realidad actual al teorizar sobre la Curia Romana, miremos lo que ocurre en el actual pontificado.
----------Lo hemos dicho y repetido, innumerables veces: todo nos permite calificar al presente caótico pontificado como un período de temporario suspenso de la Ecclesia docens, para usar la terminología del santo cardenal John Henry Newman. Por supuesto, hay que distinguir siempre el Papa en cuanto Papa y la persona que ejerce ese oficio. Jorge Bergoglio no tiene autoridad Magisterial en absoluto. Pero el Obispo de Roma sí la tiene. Pero, por supuesto, Jorge Bergoglio es Obispo de Roma; y así, como Obispo de Roma, el papa Francisco posee la muy considerable autoridad definida dogmáticamente por el Concilio Vaticano I y expresada legalmente en los dos Códigos de Derecho Canónico. Ser obispo de Roma es lo que cuenta. Y ser Obispo de Roma, como ser Obispo de cualquier lugar, significa ser obispo de algún lugar. Y ser obispo de algún lugar significa ser obispo de ciertas personas... de ciertos fieles cristianos que viven y respiran.
----------¿Pero, qué es "un Obispo"? Existe un inframundo eclesiástico poblado por lo que a menudo se llaman "Episcopi vagantes" (en singular, episcopus vagans, especialmente abundantes en el mundo anglófono, los "wandering bishops"), Obispos errantes. Se trata de aquellos obispos que carecen de jurisdicción de una diócesis o eparquía. Desde el punto de vista teológico los obispos errantes son obispos válidamente consagrados, pero ilícitamente consagrados, es decir, no recibieron el mandato apostólico del Papa o la autorización del sínodo en el caso de la Iglesia ortodoxa, de modo que no fueron asignados a una diócesis o eparquía determinada, o bien fueron privados de la misma por alguna razón, o fueron excomulgados por la Iglesia; también pudieron haber recibido una consagración irregular a cargo de otro obispo.
----------Los Episcopi vagantes son personas que privadamente se han asegurado para sí mismos las órdenes episcopales, técnicamente "válidas", pero ilícitas. Mucha gente es la que sospecha que el motivo para hacerlo así ha sido la vanidad personal, porque se trata de "obispos" que no están rodeados por el conjunto de "su" Presbiterio, ni ministrados ad altare por "sus" Diáconos, y que carecen del bullicioso acompañamiento de "sus" Laicos, o sea, de su laos, su pueblo. Y además, estos Episcopi vagantes, no están en paz y comunión con la Sede Apostólica, e incluso con ninguna otra sede. Ahora bien: ¿esa clase de personas, los Episcopi vagantes, constituyen realmente lo que es un verdadero "Obispo"? Nada de eso.
----------Por el contrario, tanto en la eclesiología católica como en la ortodoxa, un Obispo es un hombre que desempeña las funciones del alto oficio Episcopal en el contexto de la estructurada vida de una Iglesia de Laicos, Diáconos y Presbíteros. Una asamblea o reunión de cristianos así estructurados se conoce con el nombre de "Iglesia Particular". Pues bien, como cualquier otro Obispo Diocesano, el Papa, el Obispo de Roma, es un Obispo con un Presbiterio, una Diaconía, y un Laos. No es un individuo solitario y aislado con órdenes técnicamente válidas y una técnicamente válida Electio in Summum Pontificem metida en su bolsillo trasero. El Obispo de Roma no es, hay que decirlo claramente, un Papa vagans. Con su agudeza habitual, el cardenal Newman argumentó, en el caso de algunos de los primeros papas que mostraron signos de vacilación doctrinal, que, dado que esto sucedió después de haber sufrido en las cárceles bizantinas, no tenía relación con el Oficio Papal, ya que actuaban como individuos en aislamiento físico y moral de su Ecclesia.
----------En la Iglesia Particular (local) de Roma, los "Cardenales Presbíteros" son el presbiterio del Papa, por lo que se les han asignado iglesias "titulares" de las cuales son los párrocos titulares. Mutatis mutandis, así también los Cardenales Diáconos. ¿Adónde nos lleva esto? Pues bien, el "Cardenalato", si me permiten la expresión, no carece de significación teológica. Es parte de la estructura orgánica de la muy importante Iglesia Particular (es decir, local) de la cual el Sucesor de San Pedro es el Obispo. Esto se ve más fácil y visiblemente en los Cardenales curiales que trabajan permanentemente en Roma. Pero también se aplica a los otros Cardenales dispersos por todo el mundo, que en cuanto Presbíteros Romanos tienen sus iglesias titulares y forman parte también de los dicasterios romanos. El Cardenal Arzobispo de Buenos Aires se viste de rojo y se le llama "Eminencia" no porque sea el "Primado" local de una gran "Iglesia Nacional", sino porque es el Cardenal Presbítero de la Iglesia Titular de San Roberto Belarmino, en la plaza Ungheria del barrio Parioli de Roma, de título cardenalicio creado por el papa Pablo VI en 1969.
----------En ocasiones ha habido una tendencia, en mi opinión enérgicamente condenable, a querer separar la noción del Papa de la de la Curia. Así, el Papa, suele decirse a veces, es el Papa, y tiene sus muy significativas prerrogativas, de institución divina como hemos dicho, dogmáticamente fundamentadas, que no podemos evitar confesar porque fueron definidas dogmáticamente en el Concilio Vaticano I. Pero, paralelamente, suele decirse que la Curia Romana..., no es más que un servicio civil, convencional, humano, mutable, y teológicamente discutible. Suele decirse que la Curia no solo carece de importancia doctrinal, sino que sus miembros son un obstáculo, se interponen en el camino del Papa; se comportan de manera autoritaria en sus tratos con las Iglesias Particulares en todo el mundo y que, por eso, quizás deberían eliminarse. ¿No podríamos ser más felices sin ellos? En estos siete años de pontificado de Francisco hemos visto a las claras como los periodistas liberales parecen programados para animar a un Papa mientras sus expresiones y acciones armonicen con lo políticamente correcto, y distanciarlo de su Curia, entendida como la causa de todos los males.
----------Como lo trataré de explicar, esta concepción no es solo injusta desde el punto de vista meramente humano, sino que también es extremadamente errónea desde el punto de vista teológico; lo cual también parece sugerido por las declaraciones del cardenal Müller que fueron citadas en mi nota de ayer.
----------Esa concepción es en realidad un ataque directo a la estructura de la Iglesia local Particular de Roma, en la cual el Sumo Pontífice desempeña necesariamente su único e indispensable rol. En realidad esa concepción extremadamente secular de la Curia Romana puede compararse (en el plano físico-químico) a un solvente que, debido a que busca separar al Papa de las estructuras de su Iglesia Particular local, tiene el potencial de dejar al Romano Pontífice como una figura solitaria y descontextualizada; en suma, como un muy poderoso Episcopus vagans, figura a la que hacíamos antes referencia. Y eso, en definitiva, me parece que tiene la intención de hacer del Papa "un teológicamente dudoso Monarca Absoluto".
----------¿Qué nos deparará la prometida constitución Praedicate Evangelium del papa Francisco sobre la Reforma de la Curia Romana?...
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----------Continuaremos...
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