En artículos anteriores expuse una nueva concepción del infierno que pueda responder a las instancias válidas del pensamiento balthasariano, rahneriano, y schillebeeckxiano. Ahora expongo los errores de estas tres corrientes respecto al dogma del infierno. Habiendo expuesto los errores de Hans Urs von Balthasar al respecto, pasamos ahora a considerar los errores de Karl Rahner acerca del infierno. [En la imagen: Infierno con demonios castigando al codicioso, detalle de "El juicio final", datado en 1431, obra de Giovanni da Fiesole conocido como Fra Angélico, témpera sobre madera, conservada y expuesta en el Museo de San Marcos, Florencia, Italia].
La gracia
----------Para comprender la doctrina rahneriana del infierno, es necesario brevemente anteponer su concepción de la gracia y del pecado, dado que el infierno es la pérdida definitiva de la gracia y la situación extrema e irreversible a la cual conduce el estado de pecado mortal en punto de muerte. Por otra parte, para recurrir a una profundización documentada de cuanto diré en estos notas acerca de la concepción del infierno en Rahner, remito al lector a mi serie de artículos: Un elenco de los errores filosóficos y teológicos de Karl Rahner: traición de Rahner al Papa y falsificación del Concilio Vaticano II.
----------Digamos inmediatamente que, para Karl Rahner, el infierno no existe, en cuanto el infierno debería implicar la ausencia de la gracia, ausencia que Rahner en cambio juzga inaceptable, porque según él todos los hombres están aprióricamente (vale decir: "ya desde siempre") y permanentemente en gracia, dado que la gracia no puede perderse nunca. De aquí el hecho que todos se salvan. El pecado es simplemente una negatividad que sigue siendo innocua bajo la acción de la divina misericordia asegurada a todos. Comencemos, por tanto, con el exponer la concepción rahneriana de la gracia:
----------Dice Rahner (citado por Ignazio Sanna, en su estudio: La gracia como centro de la existencia cristiana): "La gracia y las ayudas sobrenaturales se concebían en otro tiempo como realidades particulares y de algún modo regionales, que pueden faltar incluso completamente en el pecador y en el no-creyente [...]. Pero para mí gracia es contemporáneamente una realidad que está dada siempre y en todas partes en el centro más íntimo de la existencia humana [...] en el modo del ofrecimiento o del rechazo, de modo que el hombre no puede salir de esta característica trascendental de su esencia".
----------Como en Lutero, para Rahner la gracia está presente también cuando es rechazada: simul iustus et peccator. La gracia no elimina el pecado, sino que convive con él. En tal sentido, el pecado es "perdonado".
----------Sigue diciendo en el mismo lugar Rahner: "La gracia no tiene necesidad de ser pensada como un evento intermitente de Dios de un modo en sí profano, sino que es un existencial de la creatura espiritual permanentemente dado, que finaliza a la creatura al contacto inmediato con Dios [...]. Está siempre ínsita en la naturaleza y en la historia del hombre, como su dinámica y su finalización. Es un objeto espiritual a priori" (Nuevos Ensayos, vol. V, Ediciones Paulinas, 1975, p.689).
----------"La constitución trascendental del hombre está dada como existencial permanente del hombre a través de aquello que nosotros llamamos gracia divinizante, en virtud de la autocomunicación de Dios y no de la eficiencia causal de otro" (Revelación y tradición, Editorial Herder, Barcelona 1970, p.16).
----------Es necesario hacer la observación que Dios, en cuanto Sustancia personal, no puede propiamente comunicarse a Sí mismo a la creatura, como por lo demás ninguna persona puede comunicarse a sí misma a otra persona, dado que la persona (como individuo) es por definición ontológicamente incomunicable. Sócrates es Sócrates, no puede ser Platón. Sólo la especie es comunicable a los individuos. Pero Dios y hombre no pueden comunicar en una misma especie y tampoco en un mismo género, dada la infinita diversidad entre la naturaleza humana y la naturaleza divina. Este es el loco sueño del panteísmo.
----------La Biblia no dice nunca que Dios sea "comunicable" al hombre; de hecho subraya frecuentemente su distinción del mundo, su incomprensibilidad, y su trascendencia. En cambio, es necesario precisamente decir que la gracia, efecto de la bondad divina, está dada en virtud de la eficiencia causal de un "otro" y que este es precisamente Dios, autor y donador de la gracia.
----------Sin embargo, es verdad que la Escritura presenta la gracia como algo divino, un don divino, un favor divino, pero siempre distinto del divino Donador. La gracia puede ser destruida por el pecado; Dios, en cambio evidentemente no puede ser destruido por ningún pecado. La gracia es creada, Dios es increado. Dios no es comunicable en su ser, pero puede entrar en comunión con el hombre intencionalmente o espiritualmente, en comunión de pensamiento y de amor. Dios comunica su propia naturaleza sólo en el misterio trinitario, pero precisamente porque se trata de la única naturaleza divina, una numéricamente, y no por la transmisión de la propia naturaleza a otro. La gracia ciertamente es algo real en el alma, pero es simple accidente, aunque sea de esencia divina. Sólo Dios es gracia sustancial y subsistente.
----------Para Rahner, "la gracia es la determinación sobrenatural permanente del hombre, que se consigue por motivo de la autoparticipación divina como modificación del conocimiento trascendental apriori operado por esta gracia, que existe, también cuando no es conocida reflejamente" (Nuevos Ensayos, vol. V, op.cit., p.692).
----------Dice claramente Rahner: "La gracia es un carácter esencial, permanente e inseparable de la creatura espiritual" (Nuevos Ensayos, vol, II, Ediciones Paulinas, 1968, p.373). Sin embargo, si es un carácter "esencial" de la naturaleza humana, ¿cómo hace para ser sobrenatural?
----------Como el hombre está orientado a Dios cual horizonte de su trascendencia, así, para Rahner, "Dios, comunicándose a la creatura, no le da algo distinto de sí, sino que le comunica su propia realidad divina como causa formal y constitutivo del cumplimiento de la creatura" (Curso fundamental sobre la fe, Ediciones Paulinas, 1978, p.168). "La gracia, a bien ver, no es un don dado por Dios a través de Dios, sí, en cambio, es Dios mismo" (Nuevos Ensayos, vol. III, Ediciones Paulinas, 1969, p.52). "En la gracia Dios es principio intrínseco del hombre" (Curso Fundamental, op.cit., p.167). Entonces, ¿qué queda de la trascendencia divina?
----------Esta "gracia" que no es un don creado por Dios ("Dios no ofrece un cualquier don numinoso y misterioso como algo distinto de sí, sino que se dona a si mismo", ibid., p.173), sino que es Dios mismo, el cual al mismo tiempo es "causa formal y constitutivo" de la creatura y "principio intrínseco del hombre"; esta gracia que "no es un agregado, sino una determinación de la trascendentalidad del hombre como tal" (Sacramentum Mundi, Enciclopedia Teológica, vol. VIII, voz "Teología trascendental", Ediciones Morcelliana, Brescia 1977); esta gracia que "no es un plano nuevo que se agrega a la naturaleza, sino que es la radicalización de la naturaleza" (Teología de la experiencia del Espíritu, Ediciones Paulinas, 1978, p.490), y es "fin intrínseco necesario a la naturaleza" (Ensayos de antropología sobrenatural, Ediciones Paulinas, 1969, p.68), "cumplimiento de la naturaleza" (Curso Fundamental, op.cit., p.241), por lo cual esta "puede alcanzar plenamente su vocación natural sólo integrándose en el orden de la gracia" (Misión y Gracia, Ediciones Paulinas, 1966, p.90), esta gracia por la cual "el hombre encuentra su propio cumplimiento en la autocomunicación directa por parte de Dios" (Nuevos Ensayos, vol. III, op.cit., pp. 58-59), difícilmente puede escapar a la impresión de ser la cobertura de un panteísmo enmascarado, por el cual Dios es cumplimiento del hombre y el hombre es la "autocomunicación de Dios". En cualquier caso, tenemos la confusión de lo natural con lo sobrenatural: "La gracia no puede ser distinta de la espiritualidad natural" (Teología de la experiencia del Espíritu, op.cit., p.98); "la naturaleza es un residuo abstracto del complejo concreto humano. No se puede saber qué cosa puede hacer la naturaleza con sus solas fuerzas y qué cosa sería exactamente por sí sola" (Ensayos de antropología sobrenatural, op.cit., p.458). Bastaría considerar la condición del pecador privado de la gracia. Pero, ahora se sabe, el hombre está siempre en gracia, entonces es evidente que con una semejante concepción de la gracia, el infierno deviene imposible.
----------Por el contrario, la Escritura distingue bien la naturaleza limitada y frágil del hombre, cognoscible por la sola razón, de la vida de gracia que le es concedida por Dios en Cristo, perceptible a la luz de la fe. Mientras la naturaleza encierra al hombre en sus límites, aunque sean amplios en cuanto al fin de cuentas él ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, la gracia de Cristo lo libera del pecado y de la muerte y lo eleva gratuitamente a la participación de la vida misma del Hijo de Dios.
----------Mientras que la naturaleza pertenece al hombre por esencia, la gracia (el "Reino de los cielos", la "vida eterna", la amistad con Dios) aparece como un tesoro precioso y delicado, que se recibe con humildad, se adquiere con fatiga, debe ser custodiado, debe ser defendido, debe ser incrementado y en esta vida puede disminuir e incluso quedar perdido, aunque pueda ser readquirido con la penitencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios que carezcan del debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados.
Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.