Una intervención pontificia contra la teología rahneriana debe ser hecha sin ulteriores dilaciones, porque cuanto más se posponga más empeorará la situación. Demasiados fieles (también entre pastores y teólogos) se han hecho ya desde hace años, por no decir desde hace décadas, la convicción de que el rahnerismo sea una corriente teológica no sólo permitida, sino incluso de vanguardia y de alta espiritualidad. Por eso hemos llegado a un punto que lo que hoy escandaliza a muchos no es el pensamiento de Rahner, sino la crítica a Rahner, la cual o permanece ignorada o suscita reacciones irritadas. [En la imagen: retrato de Karl Rahner, pintado por Letizia Mancino Cremer, esposa del sobrino de Karl Rahner, Christoph Cremer].
Balance final
----------No es fácil lanzar una mirada de conjunto sobre los errores de Rahner, salvando a la vez los aspectos positivos de su pensamiento, aspectos que, como he dicho en la introducción de esta larga serie de artículos que hoy termino, hemos dejado fuera de nuestra consideración.
----------Para presentar esta mirada de conjunto, podría referirme a numerosos y diversos autores, pero me limitaré a presentar sólo una breve síntesis que he recabado de las relaciones o ensayos de los siguientes estudiosos, publicadas en las ya citadas Actas del Congreso sobre Rahner: monseñor Antonio Livi, el cardenal Leo Scheffczyk, el padre Paolo M. Siano y Hans Christian Schmidbaur.
----------En primer lugar, entonces, reporto la conclusión de la relación de mons. Antonio Livi [1938-2020] al Congreso sobre Rahner. El relator, experto en epistemología teológica, demuestra cómo Rahner no puede recibir la cualificación de "teólogo". Su juicio puede parecer demasiado drástico, ya que si por teología se entiende un discurso sobre Dios no podemos negar el título de teólogo a Rahner. Sin embargo, las razones de Livi parecen evidentes si, como criterio de juicio, usamos el modelo que nos viene de la teología católica. Desde este punto de vista Rahner puede ser considerado un gnóstico o un teólogo modernista.
----------Estas son las palabras de monseñor Livi: "Estoy convencido que él, como muchos otros pensadores admirados y seguidos como teólogos en lo interno de la comunidad de los fieles católicos, no es propiamente hablando un teólogo, sino sólo un filósofo, un filósofo neokantiano. Que su temática sea religiosa, y se refiera a la religión católica, no basta para que se lo considere teólogo; es necesario también y sobre todo -como antes he dicho- que se parta de la fe de la Iglesia, asumida como verdadera e interpretada como la Iglesia misma la interpreta con su magisterio ordinario y como quiere que los fieles la entiendan con su incesante y proficuo trabajo de investigación teológica. La interpretación del dogma en clave trascendental y apriorística da lugar a hipótesis de carácter exclusivamente idealista, es decir, excluyen el fundamental sentido realista del dogma y encierran el valor epistémico de la reflexión sobre las nociones de la fe (véase el célebre Grundkurs des Glaubens de 1976) en el ámbito de la sola razón filosófica (como sucede para la así llamada 'teología' de Hegel y de Schelling), reduciendo las argumentaciones del presunto teólogo a un 'juego lingüístico', a una dialéctica donde reinan soberanas las pretensiones del moderno racionalismo" (p.17).
----------Las palabras del cardenal Leo Scheffczyk [1920-2005] son reportadas por el padre Manfred Hauke en su relación Karl Rahner en la crítica de Leo Scheffczyk durante el citado Congreso sobre Rahner: "Scheffczyk pone el dedo en la llaga de los errores filosóficos de Rahner, el idealismo gnoseológico de Kant y el ontologismo. Según Rahner (y los filósofos idealistas, en particular Kant), el conocimiento no sucede en el modo en el cual el hombre recibe un objeto mental desde fuera. Rahner rechaza fuertemente el axioma aristotélico-tomista que el conocimiento se funda sobre una adaequatio intellectus et rei, sobre una semejanza mental entre el intelecto y el objeto del conocimiento. Según él, la mente humana no toma ninguna estructura intelectual desde afuera, sino que todo está ya dentro de ella: la experiencia trascendental alcanza siempre de modo implícito a Dios, el ser absoluto, que está dispuesto a darse a sí mismo.
----------La doctrina del conocimiento idealista de Rahner se combina con un enfoque ontologista. Según el ontologismo, aquello que está primero en sentido ontológico (Dios como el ser absoluto) es también la primera realidad en nuestro conocimiento: primum ontologicum est primum cognitum. El ontologismo confunde así el ser abstracto, el esse absolute, el horizonte mental infinito, con el ser divino, el esse absolutum. Se confunde por consiguiente a Dios con el horizonte mental. Esta doctrina fue condenada por la Iglesia porque, mediante la confusión entre Dios y mundo, se resbala hacia el panteísmo idealista" (p.271).
----------Por cuanto respecta al padre Paolo M. Siano, se trata de un excelente historiador de los Franciscanos de la Inmaculada, experto en materia de masonería. En el mencionado Congreso sobre Rahner, en su conferencia, ha hecho una interesante confrontación comparativa entre el pensamiento de Rahner y el masónico. Al remitir al Lector al texto de esta docta conferencia, me limitaré aquí a presentar algunas conclusiones del autor:
----------1. "Como Rahner da prioridad a lo que es preconceptual, atemático, apriori, similarmente los Masones prefieren la transmisión de su tradición mediante la experiencia ('a-conceptual') del ritual y del simbolismo antes que mediante formulaciones conceptuales y dogmáticas" (p.297).
----------2. "El antropocentrismo y el subjetivismo de la religiosidad masónica anticipan el subjetivismo gnoseológico, ético y religioso de Immanuel Kant, así como el pensamiento trascendental de Rahner" (p.294).
----------3. "Hemos visto que Karl Rahner auspicia una fuerte reducción -hasta la extinción- de la intervención del Magisterio pontificio en cuestión de fe y de moral. En esto Rahner comparte a pleno el espíritu masónico, que no soporta las presuntas injerencias papales y magisteriales en la así llamada libertad de pensamiento y de acción moral y social" (p.295).
----------En cuanto al p. Hans Christian Schmidbaur [n.1964], reporta una impresionante declaración de Rahner en la cual el teólogo alemán, después de haber elencado con precisión las características de la religión católica, declara que estas características son radicalmente inconciliables con su punto de partida trascendental.
----------Nos podríamos entonces preguntar con qué ánimo el padre Karl Rahner, mientras permaneció fiel a su condición sacerdotal, desarrollaba su ministerio propio en cuanto sacerdote, vivía su vida religiosa, enseñaba teología católica, y se consideraba a sí mismo perteneciente a la Iglesia Católica.
----------He aquí las palabras de Rahner reportadas por el padre Schmidbaur: "La religión -tal como nosotros la conocemos- en cuanto religión de la plegaria para que Dios intervenga, en cuanto religión del milagro, en cuanto religión de una historia salvífica distinta de la otra historia, en cuanto religión en la cual existen determinados sujetos munidos, a diferencia de otros, de poderes divinos, en cuanto religión de un libro inspirado que viene de Dios, en cuanto religión de una palabra determinada que Dios debería haber dicho a diferencia de otras palabras, en cuanto religión de determinados profetas y portadores de la revelación autorizados también por Dios, en cuanto religión de un Papa que se dice vicario de Jesucristo (con una expresión en la cual la palabra 'Jesucristo' viene más o menos entendida como sinónimo de 'Dios'), una tal religión presupone y afirma, en lo interno de nuestra experiencia, determinados fenómenos como objetivaciones y manifestaciones características de Dios, a fin de que de tal modo Dios aparecería por así decir en lo interno de nuestro mundo experiencial-categorial en puntos muy precisos, distintos de otros puntos. Una religión de tal género parece radicalmente inconciliable con nuestro punto de partida trascendental" (pp. 261-262).
Conclusión
----------Habiendo llegado nosotros a este punto de nuestra reflexión, tras esta larga serie de artículos, nos preguntamos: ¿cómo resolver la cuestión rahneriana?
----------Para expresar mi modesto parecer, quisiera decir que es necesario, repito, siempre según mi opinión, que la Iglesia se decida a intervenir con coraje y claridad emanando una instrucción o acaso mejor una serie de exhortaciones bien preparadas, documentadas y de amplio aliento, fraccionadas en el tiempo, en las cuales, junto a lo positivo, se ponga en evidencia lo negativo, con el uso de una buena y persuasiva argumentación, evitando las condenas genéricas, que son también demasiadas, y entrando en el fondo de las cuestiones. Esta intervención de la Iglesia podría ser escalonada en el tiempo, tal vez en un intervalo de algunos años, como ya he dicho anteriormente (se podría tomar inspiración en los programas pastorales decenales de algunas conferencias episcopales, como los de la italiana), porque un remedio gradual parece más eficaz y menos complicado que una intervención masiva hecha toda de un golpe.
----------Sin embargo, esto debe ser hecho sin ulteriores dilaciones, porque cuanto más esta intervención se posponga, más empeorará la situación. Demasiados fieles (también entre pastores y teólogos) se han hecho ya desde hace años, por no decir desde hace décadas, la convicción de que el rahnerismo sea una corriente teológica no sólo permitida, sino incluso de vanguardia y de alta espiritualidad. Por eso hemos llegado a un punto que lo que hoy escandaliza a muchos no es el pensamiento de Rahner, sino la crítica a Rahner, la cual o permanece ignorada o suscita reacciones irritadas.
----------En efecto, Rahner casi se ha convertido en un "clásico", una especie de nuevo Padre de la Iglesia o de nuevo santo Tomás de Aquino, y pareciera que nadie se de cuenta de cuáles estridentes contradicciones existen entre él y quienes son los verdaderos maestros del cristianismo, pero sobre todo en las confrontaciones de muchos puntos de la misma doctrina de la fe. A menudo, en mi enseñanza o en mi ministerio sacerdotal -por ejemplo en el confesionario- debo constatar la repugnancia hacia el rahnerismo más en los comunes fieles, siempre atentos a la voz del Espíritu, que en ciertos teólogos doctos, pero ignorantes, que parecen ser aquellas "campanas que resuenan y platillos que retiñen" a las que se refiere san Pablo (1 Cor 13,1).
----------Es necesario por tanto un cambio de mentalidad, cambio que, dada la vastedad del éxito de Rahner, podrá ocurrir sólo a lo largo de una obra reeducadora en la fe conducida sistemáticamente, a vasta escala, con prudencia y tenacidad por el Magisterio en el curso de muchos años. La implícita pero clara referencia a Rahner contenida en la encíclica Veritatis Splendor ha sido buena y oportuna; pero para quitar el mal desde su raíz no basta con atacar las consecuencias morales: es necesario refutar sus bases teoréticas.
----------Una obra útil a cumplir a este propósito, y que esperamos del Magisterio de la Iglesia, es, como auspiciaba mons. Gherardini en uno de sus libros (Concilio Ecumenico Vaticano II. Un discorso da fare, ed. Casa Mariana, Frigento 2009), la de poner en luz con claridad cuáles son las doctrinas nuevas del Concilio, no según una exégesis de ruptura, sino como explicitaciones de la Tradición, dejando así una correcta libertad de crítica frente en cambio a aquellas disposiciones pastorales que parecen o se han verificado menos oportunas o tal vez revisables o abrogables para asegurar y promover el bien y el progreso de la Iglesia en la Verdad.
----------El Espíritu Santo asistirá, como siempre lo ha hecho y siempre lo hará, al Magisterio, el cual por tanto no debe temer eventuales reacciones de fuerzas que surgirán probablemente desde el propio interior de la Iglesia, el Espíritu iluminará también a aquellos que por ahora no entienden o vacilan dudando y balanceándose, y también dará coraje a aquellos que no llegan a practicar ese sano anticonformismo, del cual supo hablar hace más de una década el papa Benedicto XVI. Sin embargo, para poder actuar, el Espíritu Santo tiene necesidad de una respuesta empeñosa, comprometida, generosa, valiente y a largo plazo, porque son muchos los valores a reconstruir y a rehabilitar, también si compete al Espíritu convertir los corazones de la timidez al coraje, del oportunismo a la parresia, del error a la verdad.
----------Tengamos presente que no es la primera vez que la Iglesia debe superar grandes pruebas, pero su historia demuestra que el Señor da la fuerza y la sabiduría necesarias a los Pastores que quieren mantenerse fieles a la verdad bajo la guía del Sucesor de Pedro. Es necesario orar por el Papa actual y sus Sucesores para que Dios les de esta fuerza y esta sabiduría y puedan valerse en esta empresa heroica y grandiosa de buenos colaboradores, como ha ocurrido con san Pío X, san León Magno, san Gregorio Magno, san Pío V, Inocencio III, y con otros grandes Papas de la historia.
----------Sólo entonces podremos decir que ha sido verdaderamente realizada la reforma querida por el Concilio Vaticano II, en la continuidad con los Concilios precedentes desde los orígenes evangélicos y divinos de la Iglesia, sacramento de salvación para todos las naciones.
Estimado Padre Filemón de la Trinidad,
ResponderEliminarNo tengo nada que comentarle en particular sobre sus artículos. Al menos por ahora. Pero quiero que conozca mi experiencia de hoy, porque acabo de descubrir su blog.
Una verdadera serendipia.
Y me alegro por este domingo, mientras me dispongo a comenzar mi Cuaresma.
Estimado Ramiro,
Eliminarbienvenido a este blog, y quedo a su disposición para recibir de usted cualquier pregunta o duda o consideración que quiera presentarme.