La misericordia ha brillado con fuerza en el pontificado reciente… pero, ¿qué ocurre con las verdades dejadas en sombra? ¿Puede un mismo discurso sonar católico y luterano a la vez, abriendo la puerta a equívocos? Francisco abrió horizontes inéditos; ahora su sucesor deberá colmar lagunas doctrinales y devolver claridad al oficio petrino. Entre prestigio internacional y fidelidad al depósito de la fe, se juega el verdadero rostro del Papado. [En la imagen: "Cúpula de san Pedro", detalle de una acuarela sobre papel, 2021, obra de P.F.].
«Estad firmes y conservad las tradiciones
que habéis aprendido, de viva voz o por carta nuestra»
San Pablo, 2 Tes 2,15.
Aumentar el bien hecho por Francisco
----------En el extenso diálogo que en estos recientes días entablé con el Dr. Mario Caponnetto acerca de las enseñanzas del papa León en su primera exhortación apostólica Dilexi te, una expresión de mi respetuoso interlocutor ha sido ésta: "en el contexto de la actual crisis que atraviesa la Iglesia, esperaba otra cosa. Ahora bien, esperar otra cosa, un documento que apuntara a esta crisis, no significa desconocer la legitimidad ni la autoría del documento que finalmente se nos dio. Por elemental lógica va de suyo que esperar una cosa no significa deslegitimar ni rechazar lo que llega en su lugar. Además, lo digo expresamente: reconozco que el Papa habrá tenido sus razones para obrar a así: no las cuestiono. ¿Quién soy yo para decir qué debe hacer o no hacer el Papa?". Lo que expresa el Dr. Caponnetto es absolutamente legítimo.
----------En mayor o menor medida, con mayor o menor profundidad, cada uno de nosotros, fieles católicos (religiosos, clérigos o laicos), podemos tener una variada percepción (o una diferente "vivencia", como dice el Dr. Caponnetto) de la actual crisis de la Iglesia y también de las más urgentes necesidades del mundo que nos toca vivir. El Santo Padre, Pastor universal, debe atender a todo ello, y nada prohíbe que cada uno de nosotros nos hagamos una idea de lo que podemos desear y esperar del Papa en el inicio de su pontificado. De ahí que me ha parecido útil para los lectores poner por escrito mis pensamientos al respecto, expresando lo que a mi parecer el actual Romano Pontífice debería confirmar y desarrollar acerca de todo lo bueno realizado por su predecesor, y a la vez los aspectos que deberían ser reordenados.
----------El papa Francisco ha sido un Papa laboriosísimo hasta los últimos años a edad muy avanzada afrontando en silla de ruedas viajes fatigosos en tierras lejanísimas. Con su solicitud pastoral por los grandes temas de la misericordia, de la justicia social, de la solidaridad humana, de la libertad religiosa, del rescate de los pobres, ha conferido al Papado un prestigio único en el campo internacional, tanto que todos en Occidente y en Oriente han mirado a él como garantía de la paz en el mundo.
----------Francisco ha cumplido algunos actos de tal importancia y originalidad, que nos obligan a gran gratitud y reconocimiento por el bien que nos ha hecho: la extraordinaria insistencia sobre el tema de la misericordia, que nos ha hecho conocer mejor dónde y cómo hoy obra la misericordia divina; el acuerdo de Abu-Dhabi, donde por primera vez en su historia el Islam ha aceptado el ideal de la fraternidad universal; la condena del gnosticismo, apoteosis de la arrogancia, una condena que hasta ahora ningún Papa había jamás pronunciado; la renovada recomendación del pensamiento de santo Tomás, Doctor Común de la Iglesia.
----------Existe sin embargo una serie de puntos doctrinales y pastorales, donde es necesario que el papa León ponga orden. Es necesario sobre todo colmar las lagunas. Francisco ha insistido mucho sobre algunos temas, pero ha dejado en sombra otros. Es necesario recuperarlos. Hago una lista de ellos.
1. El oficio propio del Papa
----------Del Papa esperamos la solución de problemas que solo él puede resolver y la respuesta a preguntas a las cuales solo él puede dar respuesta. Que un Papa se ponga en el confesionario a confesar, que acaricie a un niño, que recomiende el amor al prójimo y especialmente por los pobres, que recomiende acoger a los inmigrantes o el cuidado de la creación o vacunarse, ciertamente son cosas buenas, pero no es necesario un Papa para hacer o decirnos estas cosas. Del Papa esperamos que nos indique en el nombre de Cristo aquel camino que nadie logra ver, que nos infunda aquella esperanza que nadie logra concebir, aquel amor que nadie logra tener, que nos defienda de aquellos peligros de los cuales nadie logra protegerse.
2. Lenguaje apropiado e inequívoco
----------En la predicación del Evangelio es necesario evitar siempre y en la medida de lo posible las expresiones ambiguas, que pueden tener un doble sentido, pueden prestarse al equívoco y ser instrumentalizables. Es necesario evitar que una misma frase pueda ser interpretada o en sentido católico o en sentido luterano, porque de otro modo todos pensarán que se puede dar a la frase el sentido que se prefiera, o bien los católicos pensarán que tienen razón los luteranos y estos creerán tener razón ellos. Por eso, es necesario precisar el sentido católico y rechazar el sentido luterano. Es bueno adoptar los términos usados por el Magisterio de la Iglesia, que luego, si no son claros, deben ser explicados.
3. La fe es conocimiento de la verdad
----------Es necesario volver a decir, siguiendo al Concilio Vaticano I, que la fe es una virtud teologal que comporta una adhesión intelectual voluntaria a un conjunto de proposiciones, reveladas por Dios, que nosotros tomamos por verdaderas sobre la autoridad de Cristo por la mediación de la Iglesia.
4. El oficio del pastor
----------El buen pastor (1 Jn 10,11) para obtener la conciliación entre los dos contendientes, modernistas y pasadistas, debe proponer los valores comunes que crean la unidad. Debe hacer de juez y mediador con imparcialidad entre ellos a fin de hacerse respetar por ambas partes en conflicto. Debe además saber captar lo bueno existente en cada una de las dos partes, sintetizando los elementos positivos, y reprender sus defectos, expulsando los elementos negativos, sin respeto humano y sin ponerse de parte del más fuerte.
5. La cuestión de la abstracción
----------El término «abstracto» no debe usarse solo en sentido despectivo, sino que es necesario recordar la importancia del pensamiento abstracto, especulativo y metafísico como condición de inteligibilidad de la doctrina de Cristo y de la Iglesia, de los artículos de fe y de los dogmas católicos. La capacidad de abstraer la esencia universal de lo singular concreto, denota la dignidad del pensamiento que se eleva a concebir las realidades eternas, incorruptibles, espirituales y divinas por encima de la limitación de los sentidos y de la imaginación, ligados a las cosas temporales, materiales y caducas. Es imposible concebir la universalidad y la inmutabilidad de la naturaleza humana y de la ley moral, así como la igualdad y la fraternidad humana, si no nos valemos del pensamiento abstracto, que prescinde de los individuos particulares y a todos los abarca sin distinción.
6. La cuestión de los castigos divinos
----------Es necesario explicar con claridad qué quiere decir la Sagrada Escritura con la expresión «ira divina», es necesario explicar qué significa que Dios castiga o sanciona el pecado y por qué el pecado merece castigo. Es necesario decir que Dios premia o castiga según los méritos de cada uno y que la justicia divina consiste en el hecho de que Dios da a cada uno según sus obras.
7. Sobre la noción del pecado
----------Es necesario hablar no solo del pecado de fragilidad, sino también de aquel de malicia. No todos tienen buena voluntad, sino que existe también la mala voluntad. Sí, existen los hijos de Dios, pero existen también los hijos del diablo (Jn 8,44). No existen solo las familias heridas, sino también las escandalosas. El pecado de fragilidad puede ser tolerado y compadecido, pero aquel de malicia debe ser castigado.
8. Las obras de la misericordia
----------Son más importantes las obras de la misericordia espiritual que aquellas materiales. Es más importante saciar a quien tiene hambre de verdad que de pan. Es más importante iluminar la mente que los ojos. Es más importante hacer caminar el espíritu que el cuerpo. Es más importante hacer hablar de Dios que favorecer el diálogo humano. Es más importante escuchar la palabra de Dios que la de los hombres. Es más importante liberar del pecado que del tirano. Es más importante curar el alma que el cuerpo.
9. La cuestión del escándalo
----------La Palabra de Dios no es escandalosa en sí misma; ella es escandalosa sólo para los hipócritas y para quien está en mala fe. La Palabra de Dios puede parecer contradictoria, pero una oportuna operación exegética disuelve la aparente contradicción. Puede ser deber escandalizar a los fariseos y a los hipócritas, pero es pecado grave escandalizar a los pequeños y a los sencillos y a aquellos que sin culpa propia no son capaces de comprender, y malinterpretarían.
10. La cuestión de la guerra justa
----------Es necesario volver a decir que la guerra en cuanto desencadenamiento de odio es siempre injusta y que debe rechazarse, pero también es necesario decir que la operación militar que consiste en el uso de las fuerzas armadas por parte de un Estado contra otro, es justa si el Estado agresor o defensor hace valer un derecho suyo; de otro modo es injusta. Dios no quiere la injusticia, sino la justicia. Por lo cual no está prohibido decir que una guerra justa es querida por Dios, como enseña la misma Escritura. Es necesario sin embargo absolutamente evitar la guerra atómica con un oportuno desarme bilateral.
11. ¡Convertíos y creed en el Evangelio!
----------Es necesario volver a exhortar, dadas las circunstancias oportunas y con la debida caridad, a los no creyentes a convertirse a Cristo según el formal precepto y ejemplo del Evangelio.
12. El propósito del ecumenismo
----------Es necesario decir, siguiendo el decreto Unitatis redintegratio del Concilio Vaticano II, que el propósito de la actividad ecuménica es el de ayudar a los hermanos separados, bajo la guía del Espíritu Santo, a entrar en la plena comunión de la Iglesia católica.
13. ¿Todos salvos?
----------Es necesario recordar, con referencia al Evangelio y a la doctrina de la Iglesia (véase Denz. 623 y 1523), que no todos serán salvados.
14. Fraternidad natural y fraternidad cristiana
----------Es necesario distinguir una fraternidad natural universal, dada por el hecho de que nosotros los hombres somos todos miembros de la misma especie humana, basada en la esencia del hombre como animal racional o sustancia viviente compuesta de alma espiritual y cuerpo, creada a imagen y semejanza de Dios. La encíclica Fratelli tutti habla de la fraternidad universal, suscrita en la Convención de Abu-Dhabi con los musulmanes.
15. ¿Todos hijos de Dios?
----------Podemos entender la expresión "todos somos hijos de Dios" en el sentido de que somos todos sus criaturas personales, capaces de entender y de querer, vivientes de vida simplemente natural. Pero si con esa expresión nos referimos al anuncio dado por Juan en su Primera Carta (3,1-2), entonces hijos de Dios son solo los bautizados, vivientes de la vida de la gracia de Cristo.
16. Hablar de los méritos
----------Es necesario volver a decir que no puede haber salvación sin méritos, entendiendo por este término los méritos sobrenaturales, don de la gracia. No debemos presentarnos a Dios con las manos vacías. Es necesario volver a decir que para salvarse es necesario observar los mandamientos. Es necesario volver a presentar las parábolas que enseñan que el paraíso es merecido y ganado por las buenas obras, que el reino de Dios es objeto de conquista valiente y ardua, que para entrar en él es necesario pasar por la puerta estrecha, que el paraíso es la recompensa de nuestro trabajo, que debe ser comprado como una perla preciosa vendiendo todo lo que tenemos, que debemos ganarlo con esfuerzo y fatiga, que es el premio de las buenas obras. Es necesario volver a hablar del santo temor de Dios, que nos hace huir del pecado por amor a su santo nombre.
17. Volver a hablar de la predestinación
----------Es necesario volver a hablar de los elegidos. Dios elige en la humanidad perdida a aquellos que salva, aunque en línea de principio quiera salvar a todos. Pero no todos corresponden a su gracia. Dios predestina a los elegidos moviendo su voluntad a la elección del bien. Como dice el Concilio de Trento (Denz. 1540), no sabemos, salvo especial revelación, si estamos predestinados, pero debemos esperarlo obrando el bien día tras día. Salvarse es meritorio y es don de la divina misericordia. Perderse es culpa propia.
18. Lex orandi y lex credendi
----------El Papa debería recordar que la Liturgia de la Misa y de los demás Sacramentos, la liturgia en cuanto tal, cualquiera que sea la modalidad ritual con la cual es celebrada, es lex credendi, porque en su esencia es lex orandi divina. Pero el Romano Pontífice tiene la facultad de determinar la lex orandi ecclesiae, el modo de celebrar la liturgia de todos los Sacramentos, ordenando que se celebre aquel determinado rito por él escogido, el cual, bajo este perfil, se convierte en lex credendi, sin por esto quitar a las demás modalidades litúrgicas su ser lex credendi por institución del mismo nuestro Señor Jesucristo.
19. El primado del cristianismo
----------Es necesario reafirmar el primado del cristianismo sobre todas las religiones. Todas convergen hacia Cristo y todas sacan de Cristo los valores que poseen.
20. El sacrificio de Cristo
----------Es necesario reafirmar los títulos cristológicos relativos a la obra de la redención: Dios Padre ha querido que su divino Hijo se sacrificase por la salvación de la humanidad, expiando por los pecados, dando satisfacción en nuestro lugar al Padre por nuestros pecados, reparando los daños provocados por nuestros pecados, pagando al Padre el precio de nuestro rescate.
----------Por esto es necesario recordar que la Misa es un sacrificio ofrecido a Dios por el sacerdote y que el oficio del sacerdote es la ofrenda de un sacrificio a Dios para la remisión de los pecados. Es necesario volver a explicar qué es la religión, cuyo acto principal es la ofrenda a Dios del sacrificio cultual. Es necesario entonces volver a explicar qué es el sacrificio cultual, de sacrum-facio, de donde la noción de la consagración, del sacramento y del sacerdote, sacrum-dans.
21. Sobre el misterio eucarístico
----------Es necesario volver a hablar de la transustanciación, explicando de qué se trata. En efecto, ya no se cree que después de la consagración el pan no es más pan, sino cuerpo de Cristo. En la Comunión no se cree comer la carne de Cristo, sino solo pan bendecido. Se ha difundido en efecto la idea luterana de que después de la consagración el pan permanece pan y que Jesús está en el pan.
22. Ateísmo y panteísmo
----------El Romano Pontífice debería volver a hablar de los atributos divinos en su totalidad y mostrar los nexos existentes entre ellos. Sobre la misericordia ya se ha insistido incluso demasiado. En cambio, se ha dejado en sombra el atributo de la severidad. Así ha sucedido que se ha venido difundiendo la idea de que hoy Dios ya no castiga a nadie sino que perdona a todos, con la consecuencia de la difusión, bajo pretexto de la misericordia y de la «diversidad», de un pavoroso laxismo moral, especialmente en el campo sexual, basado en el principio luterano pecca fortiter et crede firmius. En cuanto al ateísmo, éste continúa hasta hoy siendo difundidísimo. ¿Por qué, entonces, no recordar y mostrar con buenos argumentos que es irrazonable necedad? (Sal 53,2). ¿Por qué no retomar la crítica hecha al ateísmo por el Concilio?
----------También el error del panteísmo, ya condenado por la Iglesia en el siglo XIX (Denz. 2901), en otro tiempo restringido a círculos intelectuales, hoy se está difundiendo también entre la gente, en las masas populares, sea en la forma del idealismo alemán o bajo el influjo del budismo y del hinduismo. Y en efecto resulta cómodo a muchos imaginar, libres de los vínculos de cualquier conceptualidad o ley moral, ser una aparición fugaz de lo divino destinada a desaparecer en el Absoluto.
23. Rehabilitar la apologética
----------Es necesario restablecer la obra del razonamiento y el arte de la persuasión finalizados a conducir al interlocutor a comprender los motivos de credibilidad del mensaje evangélico y a mostrar por tanto el deber de creer en Cristo (la «credibilidad» del mensaje evangélico) y en la Iglesia, respondiendo adecuadamente a las acusaciones y a las objeciones, superando las dificultades, removiendo los obstáculos, alejando prejuicios y disipando equívocos, que son opuestos por los incrédulos y por los enemigos de la Iglesia contra la razonabilidad, la bondad, la utilidad y la necesidad del acto de fe.
24. Naturaleza madre y naturaleza madrastra
----------Es necesario afrontar y resolver la tremenda cuestión de cómo es que la naturaleza a menudo se abalanza contra el hombre de varios modos y medidas, provocando periódicamente e inesperadamente desastres y calamidades inmensas. ¿No es Dios el creador y el gobernador de la naturaleza? Se trata también aquí de las consecuencias del pecado original, según cuanto Dios dice a Adán pecador: «¡Maldito sea el suelo por tu causa! ¡Espinas y cardos producirá para ti!» (Gen 3,17-18).
25. Rigidez y firmeza
----------Es necesario distinguir en la pastoral y en la conducta moral la rigidez de la firmeza. Los principios deben ser sólidos y es necesario ser firmes en atenerse a ellos. La solidez no es rigidez. Esta se da cuando falta ductilidad o elasticidad o flexibilidad, allí donde es bueno dejar libres, ser comprensivos o no están en juego los principios, sino que es necesario saber desenvolverse o adaptarse a las circunstancias o ceder allí donde no están en juego valores esenciales o irrenunciables.
26. Indietrismo y conservación
----------Es necesario mirar al pasado cuando éste nos ofrece valores perennes o todavía actuales. Debemos volver sobre nuestros pasos, si nos hemos dado cuenta de haber tomado un camino equivocado, pero no tiene sentido querer volver a posiciones ya superadas por el progreso. Es necesario volver al pasado a veces para recuperar valores que hemos olvidado. «Nadie que ha puesto mano al arado y luego se vuelve atrás, es apto para el reino de Dios» (Lc 9,62).
----------Es necesario en cambio subrayar la importancia y la necesidad de conservar intacto e inmutable el depósito de la fe (cf. 1 Tm 6,20), sin reducciones motivadas por elecciones arbitrarias o falsas interpretaciones y sin añadidos tomados de revelaciones privadas. Es necesario distinguir entre la Tradición apostólica, fuente de la divina Revelación junto con la Escritura, inmutable, sujeta a continua explicitación por parte del Magisterio de la Iglesia, y las tradiciones eclesiales caducas, perecederas o superadas.
27. Verdadera y falsa interpretación del Concilio
----------Es necesario poner en guardia a los fieles de que no todos los que afirman remitirse al Concilio Vaticano II lo interpretan rectamente y, por tanto, lo aplican rectamente. El Concilio se ha hecho promotor de progreso eclesial, pero no de modernismo. Tanto los modernistas como los indietristas creen que el Concilio es modernista, los primeros para exultar, los segundos para lamentarse. En realidad, el Concilio es el antídoto al modernismo, por su promover el verdadero progreso o renovación y una sana modernidad en el respeto de la Tradición, que él no solo confirma, sino que explicita y desarrolla.
28. Progresismo y modernismo
----------Es necesario explicar a los fieles que debemos ser modernos, según las directivas del Concilio, pero no modernistas. La sana modernidad o sano progreso consiste en realizar sinceramente la reforma conciliar en la interpretación dada por los Papas. El modernismo está en hacer de la modernidad un ídolo, de modo que se asuma todo en bloque, sin un examen crítico a la luz del Evangelio y, por tanto, sin distinguir el trigo de la cizaña.
29. Migrantes aceptables y migrantes peligrosos
----------Es necesario un mayor discernimiento en la evaluación de las intenciones, de las condiciones materiales, morales y espirituales de los inmigrantes y en particular de los inmigrantes islámicos, en su mismo interés y en el interés del país anfitrión. Siempre en el respeto de su fe islámica, es necesario sin embargo encontrar los caminos para proponerles el Evangelio.
30. Homosexuales y sodomitas
----------Es necesario que la pastoral para las personas y las parejas homosexuales sea planteada y conducida de modo que les haga comprender con sólidos y razonados motivos que la práctica homosexual está en contraste con las verdaderas exigencias de la naturaleza humana y con la obtención de la verdadera felicidad, y que la posición de la Iglesia en esta materia, precisamente por el bien que ella quiere al hombre, no podrá jamás cambiar y hacer legítimo lo que hasta ahora ha prohibido. En efecto, así como lo que es bien para el hombre no cambia, así tampoco lo que es mal. Si la Iglesia cambiase, llamaría bien al mal.
31. La Comunión a los divorciados vueltos a casar
----------Es bueno dejar a los confesores la libertad de elegir entre la normativa de san Juan Pablo II (n.84 de la Familiaris consortio) y la del papa Francisco (Amoris laetitia).
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 24 de octubre de 2025

¿La fraternidad universal en Cristo?
ResponderEliminarAh siiii..? No me diga!...
Estimado Pedro Pablo,
Eliminarcomo ya he dicho, existe una fraternidad universal en el plano de la razón y es esa fraternidad sobre la que ha insistido de modo especial el papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti. Existe también una fraternidad universal en Cristo, propuesta a todos, que no depende de la naturaleza, que pertenece a todos los hombres, sino que es un don de Dios ofrecido a todos y que cada uno debe aceptar o rechazar. Los que acogen esta fraternidad son los hijos de Dios en el sentido sobrenatural y de los cuales habla San Juan (I Jn 3,1).
La fraternidad universal natural es la de la revolución masónica...
EliminarY no es en absoluto razonable, porque legitima los errores y hace accesoria la Verdad.
Estimado Pedro,
Eliminarcuando hablo de fraternidad universal me refiero a las palabras mismas de Cristo: «Todos vosotros sois hermanos» (Mt 23,8). La masonería no tiene nada que ver en esto. Lo que acaso se puede decir es que la masonería se ha apropiado de estas expresiones, pero eso no nos debe inquietar demasiado. Como en todas partes, también entre los masones hay personas de buena fe y honestas, que, aun sin el don de la fe, acogen con agrado el ideal evangélico de la fraternidad. Y no se excluye que, iluminadas por el Espíritu Santo y persuadidas por el testimonio de los buenos católicos, puedan llegar a convertirse a Cristo.
Incluso entre los herejes había personas de buena fe.
EliminarSin embargo, la Iglesia condenaba y combatía las herejías (así como la masonería) por una razón muy importante: la salvación del alma de los herejes.
Desde hace algún tiempo la Iglesia ha dejado de combatir y de condenar herejías, paganismo, laicismo etc. etc...
Si quiere hacernos creer que lo hizo por el mismo motivo... lo menos que se puede hacer es sonreír, con amargura...
Estimado Pedro Pablo,
Eliminarel término herejía es poco usado por nuestros Pastores, porque evita un pasado traumático y puede suscitar en los ánimos una cierta agitación. Para nosotros los sacerdotes y en especial para los teólogos, sobre todo hoy después del Concilio, el término ha perdido esta connotación traumática y lo utilizamos serenamente como el médico habla de una enfermedad. Y lo hacemos sobre todo con vistas a ofrecer al enfermo la curación.
Tenga usted en cuenta además que desde el punto de vista canónico la herejía es el rechazo obstinado de una verdad de fe definida, por parte del bautizado. Por eso usted entiende que sobre todo cuando hoy el Papa habla a los hermanos separados o a no-cristianos o a no-creyentes, no conviene utilizar este término y se pueden usar equivalentes, como por ejemplo error contra la fe.
De todos modos, estoy de acuerdo con usted en considerar que entre nuestros pastores existe una cierta reticencia que por una incomprendida indulgencia favorece en los fieles el escándalo y la pérdida de la fe.
🙂 🙏👏
ResponderEliminarEstimado Armando,
Eliminarveo sonrisas, oraciones y aplausos... si es que no he entendido mal. O sea que, debo entender, mi publicación no le ha desagradado, sino al contrario. Gracias por su consenso.
Disculpe padre, pero ¿el texto de Abu Dhabi no dice que Dios quiere todas las religiones?
ResponderEliminarEstimado Dino,
Eliminarel texto de la famosa Declaración de Abu Dhabi subraya la importancia de la religión natural, que abraza y hermana a todos los hombres, cualquiera sea la religión revelada a la cual ellos pertenezcan. La diversidad de las religiones es considerada como querida por Dios no ciertamente en cuanto ellas contienen errores, porque bien sabemos que la única religión exenta de error es la cristiana, sino en cuanto que ellas en las manifestaciones particulares del culto son diferentes las unas de las otras y por lo tanto son todas distintas formas legítimas de rendir culto a Dios.
Estimado Padre: solo existe Dios, no hay otros dioses. Ni siquiera se puede pensar de otra manera, no si uno es católico. Que Dios quiera una pluralidad de dioses, lo que podría poner en condiciones incluso a uno de nosotros de adorar a satanás sin saberlo, no es algo que pueda salir de la boca de un católico. El resto en su mayor parte, excepto el cristianismo, es humo de satanás. Decir lo contrario para defender lo indefendible, es decir, las diversas salidas desgraciadamente humanas y demasiado humanas de Bergoglio, lamento Padre, pero es algo que no debe ser hecho por un sacerdote. No se ayuda a los creyentes así, porque con esto se confunde aún más. El punto es hacer llegar el anuncio del evangelio a todos, no decir a todos que se puede creer en Dios como uno quiera, y que eso diera igual. De lo contrario, a ustedes sacerdotes no se les habría dado el oficio de evangelizar.
EliminarEstimado Adolfo,
Eliminarel pluralismo religioso no tiene nada que ver con el politeísmo. El pluralismo religioso no significa afirmar la existencia de varios dioses, sino reconocer que cada ser humano individual, siendo único y diferente a los demás, tiende a expresar de manera diversa su relación con el único Dios verdadero. Estas diferencias se manifiestan en aspectos accidentales, convencionales o contingentes del culto divino, que sin embargo está siempre regulado por normas universales que valen para todos. Pero en el marco del respeto de estas normas, es normal que cada uno de nosotros, como individuo y como comunidad, exprese a su manera la actividad religiosa.
Piense, por ejemplo, en el arte sagrado: la diferencia entre una iglesia católica, un templo protestante, una sinagoga, una mezquita o una pagoda. Todos estos lugares de culto, aunque pertenezcan a religiones distintas, pueden ser frecuentados por personas piadosas que, aun sin conocer de buena fe a Jesucristo, adoran al único Dios.
Por eso, lejos de confundir, esta distinción nos ayuda a comprender mejor la misión de la Iglesia: anunciar el Evangelio a todos, sin negar que en las búsquedas religiosas de los hombres puede haber semillas de verdad y de bien que el Espíritu Santo puede conducir hacia Cristo.
Padre, tenga paciencia, pero usted usa una marea de palabras a modo de escudo pero termina haciendo que el remedio sea peor que la enfermedad. Las personas que no conocen a Jesús no están adorando al único verdadero Dios, que tiene en Jesús su Hijo así como la segunda Persona de la Trinidad. Entran en lo que saben que es un lugar sagrado para una parte de la gente y respetan, o deberían respetar, la sacralidad respetando esa parte de la gente. Son personas piadosas, eventualmente, porque están detrás de su sentido de lo sagrado con el que crecieron y están allí de buena fe. La ley que Dios ha puesto en cada uno de ellos puede salvarlos si lo siguen, pero no, no están adorando a Dios bajo un nombre diferente. Usted debería saberlo mejor que yo y también debería y usted sentir la obligación de señalarlo de la mejor manera a todos para que todos puedan llegar al único verdadero Dios y estar con Él. Luego quiere hacer otra cosa, bien, pero tenga cuidado y esté vigilante y no crea que trepar por los espejos vale para todos, ni siquiera para ustedes, los consagrados. Entiendo la buena fe y las buenas intenciones, pero cubren hasta cierto punto y con las buenas intenciones uno se empeña también en el camino al infierno. No es este el momento de hablar de modo vago, sino que es el momento opuesto: precisos y firmes sobre la Verdad, sin miedo a herir a los demás por respeto humano, sino a Dios, aunque de buena fe no conocen a Jesucristo.
EliminarEstimado Adolfo,
Eliminarexiste y ha existido una infinidad de personas que no han podido conocer a Jesús y creer en Él como Hijo de Dios, no por su culpa, no porque hayan rechazado culpablemente el anuncio del Evangelio, sino simplemente porque nadie les habló de Jesús, nadie les ha dado pruebas convincentes del deber de creer en Cristo o han oído calumnias sobre Cristo y de buena fe han creído tales calumnias. Pues bien, estas personas, que sin culpa no han conocido a Jesús, en todo caso también son llamadas por Dios a la salvación, ellos también saben que Dios existe y que deben rendirle cuentas de su obra, aunque no sepan que Cristo es su Salvador. Pueden ser personas que han practicado una honestidad natural. En estos casos, como enseña el Beato Pío IX, reciben la gracia y casi sin darse cuenta caminan hacia Cristo y en el momento del juicio final serán agradecidas por Cristo por las buenas obras que han realizado, obras que Cristo considerará como hechas en su honor (Mt 25,31-46).
Padre: El hecho de que Dios haya puesto la ley dentro de cada uno, justifica y ayuda a quien no Lo conoce pero no significa que Dios esté contento de que no sea conocido. Y que no sea conocido también a causa de una mala conducta nuestra, de nosotros los católicos, que no estamos haciendo apostolado desde hace décadas y no vivimos el Cristianismo, no es motivo para dejar siquiera mínimamente entender que entonces está bien para todos. Más aún, contará como justificación para ellos, pero será motivo de reproche para nosotros , ya que el mandato de evangelizar está todavía activo. Lo siento Padre, a usted le aprecio, pero no estoy en absoluto de acuerdo con este enfoque: nos trae daños, no ayuda ni a los católicos ni a los no católicos.
EliminarEstimado Adolfo,
Eliminares evidente que Dios no puede estar contento de no ser conocido. Pero, ¿quién ha dicho eso? Usted quizás me ha malinterpretado: he dicho que Dios en su misericordia se contenta con lo que cada uno puede hacer y no pretende que uno haga más. Por eso se contenta con uno que sabe que Dios existe, pero que sin culpa no conoce el Evangelio y sin embargo se comporta honestamente.
En cuanto al deber de la evangelización, está claro que es algo indiscutible. El problema es: cuál es el método correcto de la evangelización. Debe ser un proceso gradual. El anuncio cristiano debe ser dado solo cuando el sujeto es capaz de apreciarlo, de lo contrario sería como si usted pretendiera que entienda inglés un chico que está estudiando esa lengua desde hace dos semanas. En cuanto a la evangelización, sobre todo hoy, debido a la enorme ignorancia religiosa y los prejuicios contra la religión, ya no es poco inculcar en las almas el sentido de lo sagrado, ciertamente con el propósito de ir más allá y anunciar a Cristo explícitamente. Los misterios cristianos son una cosa muy delicada, que parece contraria a la razón, cuando en realidad expresan una sabiduría divina. Sin embargo, el mismo Cristo nos ordena que evitemos revelar estos misterios a aquellos que no son capaces de entenderlos, cuando dijo: "No den las cosas santas a los perros y sus perlas a los cerdos, para que no se vuelvan contra vosotros y os devoren".
Una cosa es el testimonio que conduce al martirio y otra la imprudencia de aquellos que se meten en problemas solos con sus propias manos.
Mucho ruido y pocas nueces
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarle invito a explicarme lo que ha querido decir. Tengo por norma un viejo principio que me enseñó uno de mis maestros: "No des por cierto aquello de lo que no tengas certeza". Pues bien, como no estoy seguro de lo que usted intenta decirme, le invito a que me lo explique.
Al principio de la lectura, estaba perplejo, pero ahora puedo decir que estoy de acuerdo con todo. ¡Gracias padre Filemón!
ResponderEliminarEstimado Decio,
Eliminarun problema de hoy, difundido entre los católicos, es el de cómo evaluar lo obrado y lo enseñado por un Papa. ¿Cómo debe comportarse el buen católico ante el Papa? ¿Qué actitud debe adoptar el fiel católico (religioso, clérigo o laico) para tener con él una buena relación?
Lo que hoy por desgracia se nota son dos actitudes ambas equivocadas: o lo quieren llevar al paredón de fusilamiento, como hacen los pasadistas, o le lamen los pies, como hacen los modernistas.
Sé que no es fácil saber cómo nos debemos comportar ante el Papa. Es necesario aprender sobre todo de los Santos. La tentación, en cambio, es la de adoptar actitudes rebeldes, similares a las de Lutero. O bien el caer en la tentación de evitar cualquier crítica por una forma de respeto humano.
Es necesario saber distinguir en el Papa su ser Papa, donde él se beneficia de la infalibilidad doctrinal, respecto de su ser hombre, donde encontramos debilidades, pecados y defectos.
Lo esencial es ayudar al Papa en su difícil ministerio y apoyarlo en sus iniciativas. Otra cosa importante es la de ser muy cautelosos al sugerirle lo que debe hacer, porque él tiene informaciones que nosotros no tenemos. Por lo general, esto requiere una actitud de confianza. Lo cual no nos impide, cuando ciertas cosas son evidentes, plantear con modestia una crítica filial con espíritu constructivo.
Estimado Padre Filemón: Gracias por su inestimable artículo, profundo y conciso. Es una buena guía para evaluar el pontificado de Francisco y para lo que podemos desear y esperar del pontificado de León, para llenar los vacíos que dejó su predecesor. Estoy de acuerdo con casi todo lo que dice. Sin embargo, en el punto 18, aunque coincido con el contenido del punto, cuando dice: «El Papa debería recordar que la Liturgia de la Misa y de los demás Sacramentos, la liturgia en cuanto tal, cualquiera que sea la modalidad ritual con la cual es celebrada, es lex credendi, porque en su esencia es lex orandi divina. Pero el Romano Pontífice tiene la facultad de determinar la lex orandi ecclesiae, el modo de celebrar la liturgia de todos los Sacramentos, ordenando que se celebre aquel determinado rito por él escogido, el cual, bajo este perfil, se convierte en lex credendi, sin por esto quitar a las demás modalidades litúrgicas su ser lex credendi por institución del mismo nuestro Señor Jesucristo.», no veo que el título refleje el contenido del punto.
ResponderEliminarMe explico. En el título, dice: «Lex orandi y lex credendi». Pero luego dice con razón que el Pontífice tiene la facultad de determinar las diversas formas de celebración...».
Creo que habría que evitar toda ambigüedad, porque si el Papa puede determinar que una modalidad particular del rito romano es la única lex orandi de la Iglesia en un momento dado, y por lo tanto una lex credendi; entonces toda modalidad anterior del rito romano deja de ser una lex orandi de la Iglesia.
Conviene aclarar que el Novus Ordo no excluye el Vetus Ordo, ya que ambos expresan la misma lex orandi divina. Sin embargo, en la vida concreta de la Iglesia de Rito Romano, el Novus Ordo excluye el Vetus Ordo como lex orandi ecclesiae, que solo puede celebrarse con el permiso o el indulto especial del Papa.
Otro detalle: todo esto no solo debe referirse a la Misa, sino también a los demás sacramentos y al Ordo o Ritual de los sacramentos.
Sergio Villaflores (Valencia, España)
Estimado Sergio,
Eliminarante todo, debemos tener en cuenta que no es fácil discutir sobre estas cuestiones contingentes, como son las de la disciplina litúrgica, la cual es competencia del Papa determinar, legislar de acuerdo a las necesidades de las épocas.
En cierto sentido, alguien podría decir que, de hecho, no es cierto que el Novus Ordo excluya al Vetus Ordo incluso como lex orandi ecclesiae, porque -siempre de hecho- hoy coexisten, dado el hecho de que existen permisos o indultos concretos a individuos y comunidades religiosas.
Supongo que usted conoce cuál es mi posición sobre este tema, porque ya la he explicado en muchos de mis artículos en este blog. Pero, sea como sea, la celebración con el viejo Misal de 1962 está determinada por el Pontífice en diferentes modalidades. Sin duda el papa Francisco en 2021 ha subrayado el deber de todos de acoger el Novus Ordo Missae como única lex orandi de hoy.
Quizás la expresión no sea muy feliz, pero de hecho hay sacerdotes que tienen regular permiso de celebrar en el Vetus Ordo, como por ejemplo un sacerdote amigo, quien una vez al mes va a celebrar esta vieja misa a un determinado lugar.
Con estas explicaciones que le he dado, creo que usted es capaz de entender y apreciar el sentido de las palabras que puse en el n.18.
Estimado padre: creo que no es correcto reducir la actual disciplina litúrgica, que vige desde hace sesenta años, a la expresión del papa Francisco en 2021 (por cierto clara y firme). Hace seis décadas que la nueva disciplina litúrgica sustituyó a la anterior (todo en base a lo establecido, de modo general, para cualquier norma eclesial, por el CIC Canon 20: "Una ley posterior deroga la anterior, si lo establece expresamente, si es directamente contraria a ella, o si reorganiza totalmente la materia de la ley anterior"), y las excepciones no hacen más que confirmar la regla.
EliminarPero puedo entender muy bien sus razones personales para no considerar este tema en profundidad.
Sergio Villaflores (Valencia, España)
Estimado Sergio,
Eliminarno es verdad que yo me niegue a tratar este tema en profundidad; y para que no le quede a usted ninguna duda basta que usted repase todo lo que bajo la categoría "liturgia" se encuentra publicado en este blog. Y lo trato, por cierto, con profundidad teológica, a diferencia de los frecuentes tratamientos de este tema desde el área sobre todo indietrista, en que sólo lo hacen superficialmente, mediante eslóganes y manipulando la historia de la liturgia.
En segundo lugar, sobre esta cuestión de la regulación de la celebración de la Misa y de la liturgia de los Sacramentos, yo no estoy en absoluto planteando razones personales, sino que simplemente me he remitido a las disposiciones del papa Francisco en 2021, quien al darlas no ha hecho más que poner en práctica su autoridad jurídica en el campo litúrgico.
También podríamos discutir sobre el contenido del Motu Proprio del Papa, Traditionis custodes, pero en cualquier caso todo buen católico está obligado a la obediencia (más allá del eventual disenso en fuero interno).
Por eso ir continuamente a discutir sobre lo que la Iglesia ha venido disponiendo desde hace sesenta años, en esta materia sujeta a continua evolución, me parece una discusión que puede convertirse solo en un motivo de división.
Padre, usted dice al principio: "Del Papa esperamos la solución de problemas que solo él puede resolver y la respuesta a preguntas a las cuales solo él puede dar respuesta. ... que recomiende el amor al prójimo y especialmente por los pobres, ... no es necesario un Papa para hacer o decirnos estas cosas..."
ResponderEliminar¿Hay aquí una velada crítica suya a "Dilexi te", o me equivoco?
Estimado José,
Eliminarno se trata de una crítica velada, sino explícita. Pero conviene precisar: no es en modo alguno una crítica al contenido doctrinal de la exhortación Dilexi te, pues en materia de doctrina el Papa no puede ser objeto de censura. Mi observación se dirige más bien a su decisión prudencial de haber colocado ese tema como eje prioritario de su primera preocupación pastoral. Como indico en el artículo, considero que existen otros asuntos de mayor gravedad que reclaman con urgencia la palabra del Papa (los 31 puntos que allí enumero).
Dicho esto, no dejo de reconocer que el tema de la pobreza, de Cristo pobre y de una Iglesia pobre para los pobres, ha sido tratado de manera bellísima y correctísima por el papa León, y en ese sentido él merece toda nuestra gratitud.
Gracias, Padre Filemón, por aclararnos estas cosas en estos momentos de confusión.
ResponderEliminarHay muchos charlatanes que la van de inquisidores públicos, pero no se ponen bajo la tutela del Papa, que es la seguridad que nos dejó Cristo para mantenernos en la fe recta.
Estimado Anónimo,
Eliminarcomparto con usted que la tutela del Papa es garantía de la fe recta, y que no debemos dejarnos llevar por quienes se erigen en jueces públicos sin reconocer esa autoridad.
Ahora bien, conviene también recordar que la mentira y la hipocresía no se hallan solo en quienes atacan abiertamente al Papa, sino también en aquellos que, aun diciendo la verdad con los labios, en su conciencia creen otra cosa distinta. La fidelidad auténtica exige unidad entre lo que se profesa y lo que se cree, entre la palabra y la intención interior.