sábado, 8 de marzo de 2025

El pensamiento de los débiles es el pensamiento fuerte

La caridad es la práctica de la verdad. "Veritatem facientes in caritate (Ef 4,15). No es la voluntad sino el intelecto que capta la verdad, aunque yo no pueda captar la verdad si no amo la verdad. Es cierto que no puedo creer si no quiero creer, pero el acto de fe es un acto del intelecto. Y cuanto más fuerte es la certeza teórica o de fe y más firme es la convicción, tanto más generosa, grande y ferviente será la caridad. [En la imagen: fragmento de "Río Mendoza", óleo sobre tabla, 2011, obra de Héctor Eduardo de la Vega, colección privada].

"Ocultaste estas cosas a los sabios y a los inteligentes,
y las revelaste a los pequeños" (Mt 11,25)
   
----------Como complemento y compensación al artículo publicado ayer, debo hoy expresar que he sentido una gran alegría al encontrar en el diario italiano Avvenire del 26 de febrero de 2025, un excelente artículo de Francesco Totaro "La metafísica no tiene pretensiones sobre la verdad", en reparación al artículo de Pierfrancesco Tagi del 11 de febrero en alabanza a la filosofía de Vattimo contra la "metafísica católica y tomista" acusada de fomentar la violencia y los regímenes autoritarios, cuando, si hay un pensamiento que a la sombra de Nietzsche y de Heidegger es factor de violencia es precisamente el de Vattimo, que, semejante a un lobo disfrazado de cordero, quisiera proponer una caridad en el desprecio de la verdad.
----------Vattimo no entiende que es precisamente la solidez bien fundada de la obediencia a la verdad, así como la convicción y la certeza absolutas de conocer los valores no-negociables, que es precisamente el pensamiento que se adhiere con fuerza y valentía a la verdad absoluta de la sana razón y del mensaje de Cristo, ese pensamiento que, vivido en la caridad, permite superar las pruebas de la vida, no ceder a las amenazas de los tiranos, dominar la pasión y evitar la violencia, obrar las renuncias necesarias, inclinarse misericordiosamente sobre las fragilidades y los sufrimientos del prójimo, consolar a los afligidos y dar fuerza a los desanimados, obrar heroicamente por el prójimo sacrificando, si es necesario, para eso la vida, de vencer las astucias del demonio que quiere ponernos contra Dios y causar nuestra eterna ruina.
----------La metafísica, antes de ser el perfectum opus rationis, el refinado saber de las academias de las universidades, la escuela de la sabiduría, la reina de las ciencias y la luz que, iluminada por el Evangelio, ha hecho de la Europa cristiana la civilizadora y la esperanza de la humanidad, es la ciencia de los niños, de aquellos niños de los cuales Cristo ha dicho: "dejad que los niños vengan a mí", esos niños sobre los cuales Cristo nos recomienda ser como ellos para entrar en el reino de los cielos, aquellos pequeños a los cuales está reservado el conocimiento de los misterios más altos y secretos de la salvación. 
----------Al reflexionar sobre estas cosas, debemos tener presente que nada hay más elevado en el campo de la razón que el saber metafísico, ningún pensar puramente racional exalta tanto el poder del pensamiento humano, ningún pensar asimila tanto el pensar humano al pensamiento divino.
----------Ningún conocimiento humano como la metafísica nos hace entender por qué la Sagrada Biblia dice que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Por eso, y prestemos atención a esto, ningún saber tienta tanto al hombre a la soberbia. Y sin embargo la verdadera metafísica nace de la máxima humildad, de la pequeñez y del evangélico espíritu de infancia.
----------Cuanto más nos abajamos ante Dios, y reconocemos nuestra nada y nuestro total depender de Él, tanto más Él benignamente desciende hacia nosotros, nos potencia y nos asimila a Él. Pero quien se exalta por sí mismo, privado como está de real altura, cae ruinosamente abajo de ese cielo imaginario que se ha construido por si mismo sin haberse subido realmente por no haberse dejado levantar.
----------Digamos entonces que ningún pensamiento es tan firme, cierto, seguro, robusto, resistente, como el metafísico. Solo es superado por el saber de fe, cuyo objeto son los misterios de la salvación, verdades divinas supra-humanas, sobrenaturales y supra-racionales, reveladas por Dios mismo, que, en cuanto tales, nunca habríamos podido captar por nosotros solos si no nos hubieran sido reveladas por Cristo.
----------Pero nada hay también más básico, elemental, universal, comúnmente compartido, intuitivo, evidente, cierto, espontáneo, irrefutable, fácil de saber, que las nociones primarias de la metafísica, como la noción de ser, existir, nada, cosa, algo, realidad, devenir, mutar, principio, fin, por qué, causa, esto, igual, lo mismo, diferente, otro,  poder, saber, pensar, querer, amar, hacer, uno, muchos, verdadero, bueno, mejor, peor, bello, siempre, nunca, quizás, todo, entero, infinito, parte, alto, bajo, mío, tuyo, yo, tú, sí, no, y similares.
----------La metafísica docta, vale decir la escolástica y académica, no es otra cosa que el ulterior desarrollo y la explicitación de estas nociones que acabo de mencionar, cuyo significado todos conocen espontáneamente desde niños, tan pronto como llegan a la edad de la razón.
----------Las cosas se complican cuando aparecen en el razonamiento o en la reflexión o en el aprendizaje, nociones nuevas y más precisas como ente, Dios, eternidad, creación, perfección, absoluto, relativo, esencia, naturaleza, sujeto, sustancia, accidentes, razón, experiencia, universal, concepto, idea, intelecto, voluntad, conocimiento, abstracción, conciencia, persona, libertad, espíritu, materia, forma, fundamento, trascendencia, trascendental, inmanencia y similares. Aquí aparecen los contrastes y las divergencias, que sin embargo son en principio solubles, como demuestra la historia de la metafísica.
----------Por eso Descartes, Kant, Hegel, Husserl, Heidegger y Nietzsche se equivocaron al creer que hasta su tiempo la humanidad en el campo metafísico había vagado en la ilusión y en las apariencias y no hubiera llegado a la verdad y a la certeza metafísica, por lo cual se sintieron en el deber de decidir ellos de una buena vez cuáles son las bases inconcusas y primordiales del saber.
----------La caridad es el vínculo de la perfección. En esto Vattimo tiene razón. ¿Pero qué es la caridad? No es la verdad la que nace de la caridad, sino la caridad la que nace de la verdad, aunque es cierto que con la caridad conocemos mejor la verdad y somos persuasivos si enseñamos la verdad con caridad.
----------Sin embargo, la caridad es la práctica de la verdad. Veritatem facientes in caritate (Ef 4,15). No es la voluntad sino el intelecto que capta la verdad, aunque yo no pueda captar la verdad si no amo la verdad. Es cierto que no puedo creer si no quiero creer, pero el acto de fe es un acto del intelecto. Y cuanto más fuerte es la certeza teórica o de fe y más firme es la convicción, tanto más generosa, grande y ferviente será la caridad.
----------No niego que pueda suceder que quien posee certezas metafísicas, religiosas, morales o teológicas, esté tentado de imponerlas a los demás con dureza e impaciencia, pretendiendo más de lo que pueden comprender o realizar (y en esto tanto los fundamentalistas indietristas como los neo-modernistas, dan un lamentable ejemplo cotidiano). Si Vattimo se refiere a actitudes hipócritas y violentas de este tipo, tiene razón en condenarlas.
----------Pero mi temor bien fundado es que él quiera basar la caridad en el escepticismo y el subjetivismo. Y como el escéptico, según sus propias palabras, niega la posibilidad de una certeza objetiva, sucede que para afirmar y divulgar su pensamiento, al no disponer de razones persuasivas de lo que dice, no podrá sino recurrir a la violencia. Y esto no es caridad, sino hipocresía, oportunismo y bellaquería.

14 comentarios:

  1. Gracias, estimado padre Filemón, por esta nota. Reconforta después de lo que nos contaba en el artículo de ayer.
    No puedo sino de estar de acuerdo con sus hermosas palabras: "Cuanto más nos abajamos ante Dios, y reconocemos nuestra nada y nuestro total depender de Él, tanto más Él benignamente desciende hacia nosotros, nos potencia y nos asimila a Él. Pero quien se exalta por sí mismo, privado como está de real altura, cae ruinosamente abajo de ese cielo imaginario que se ha construido por si mismo sin haberse subido realmente por no haberse dejado levantar."
    Acerca de estos últimos, que se exaltan a sí mismos, estoy pensando en varios que vienen inevitablemente a mi mente..., pero... los dejo en las manos de Dios... y los encomiendo a María Santísima en este sábado... en el que estamos rezando, y mucho por el Papa, para que Dios le asista en esta lucha que está librando por su vida... O si, como dice usted, Dios quisiera llamarlo ya junto a Sí..., entonces... que el Espíritu vaya preparando nuestros corazones para lo que sobrevendrá... Pido al Espíritu Santo que sea Él quien elija al próximo Papa entre los candidatos más adecuados... para el bien de la Iglesia...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Herminia Battaglio8 de marzo de 2025, 10:39

      Concuerdo, Rosa, recemos fervorosamente al Señor y ofrezcamos penitencias, para que su Espíritu Santo elija al Papa que hoy necesita la Iglesia.

      Eliminar
    2. Rosa y Herminia, discúlpenme, pero el Papa no es de ningún modo elegido por el Espíritu Santo, sino por los propios cardenales. Y una vez elegido el Papa, se las arreglará el Espíritu Santo para iluminar al que los cardenales han elegido; pero que quede claro: el Espíritu Santo no elige al Papa.

      Eliminar
    3. Estimada Rosa Luisa,
      quienes se exaltan a sí mismos, pretendiendo conocer los misterios de Dios, por sobre el Magisterio de la Iglesia, por sobre el Magisterio del Papa, y hasta pretenden conocer la verdad incluso mejor que Jesucristo, son aquellos a quienes de modo general llamamos "gnósticos", cuya tendencia de pensamiento ha sido condenada firme y decididamente por el papa Francisco, en una enseñanza novedosas, que ningún Papa precedente había tenido. Tales gnósticos se encuentran no sólo en el ámbito del actual neo-modernismo, sino también muy difundidos en el ámbito del indietrismo o filolefebvrismo.
      Concuerdo con usted que, ante el habitual fracaso de nuestra predicación y de nuestra docencia frente a tales individuos, lo que nos queda es confiar en la acción providente del Espíritu Santo, pidiendo con plegaria y penitencia de nuestra parte, que el Espíritu Santo ablande sus corazones y los haga receptivos a la Palabra de Dios.

      Eliminar
    4. Querida Herminia,
      concuerdo con tus deseos, y me uno a tus plegarias, con mis oraciones.

      Eliminar
    5. Estimado Fernando,
      debemos decir que el Papa es elegido tanto por el Espíritu Santo como por los Cardenales, y ello en el sentido de que el Espíritu Santo mueve la voluntad de los Cardenales a elegir a esa persona como Papa, la cual, siempre bajo el impulso del Espíritu Santo, acepta la elección y consiente en desempeñar el ministerio petrino.
      Añado que, para que se pueda realizar la sucesión apostólica, que está implícita en el encargo dado por Cristo a Pedro de confirmar a los hermanos en la fe, es necesario admitir que, cuando es elegido válidamente un Papa, esta elección sea inspirada y confirmada por el Espíritu Santo.
      Por lo tanto, no podemos afirmar que la validez de la elección depende solamente de la decisión de los Cardenales. No es como, por ejemplo, cuando se elige al Presidente de la República Argentina o de los Estados Unidos, sino que es necesario que el hombre elegido sea investido por el carisma petrino.
      Y para que esto pueda suceder hay que admitir que el Espíritu Santo descienda sobre el Papa en el momento en que consiente hacer de Papa, es decir, acepta la elección.
      Por cuanto respecta al comportamiento del Papa después de su elección, ciertamente el Espíritu Santo sigue actuando. Pero aquí debemos distinguir dos intervenciones diferentes del Espíritu Santo: en materia doctrinal el Espíritu Santo ilumina siempre al Papa de modo que él nunca se equivoca en los tres grados de su autoridad.
      En cuanto, en cambio, a su conducta moral o su dirección pastoral, el Espíritu Santo siempre sugiere al Papa lo que debe hacer, pero siendo también el Papa un hijo de Adán pecador, puede suceder que su voluntad no obedezca al Espíritu Santo, sino que caiga en pecado.

      Eliminar
  2. En las palabras evangélicas está encerrada la filosofía, la filología, la metafísica... de los sabios que no descubren pero... ¡el Evangelio es comprensible solo a los sencillos y humildes de corazón!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sr. José Costa: Nuestro Señor Jesucristo, como se nos eneña en el Evangelio, ha redimido la razón humana, haciéndola sierva de la fe y capaz del "pensamiento" de Cristo mismo (cf. 1 Cor 2,16) Por lo cual es un grave error desvalorizar la razón en nombre de una falsa humildad.
      ¡Escelente Padre Filemón!

      Eliminar
    2. Estimado José,
      estoy de acuerdo en que el Evangelio es comprensible solamente para los sencillos y humildes de corazón. Eso es exactamente lo que he dicho al citar las palabras del Señor sobre el hecho de que los misterios divinos son revelados a los pequeños. Es cierto que en el Evangelio implícitamente ya está toda la filosofía. De hecho, san Pablo ha dicho que en Cristo están escondidos todos los misterios de la ciencia y de la sabiduría.
      Sin embargo, me parece, de como usted se expresa, que toma este hecho como pretexto para juzgar inútil el estudio de la filosofía y de la teología.
      En este punto podríamos preguntarnos por qué la Iglesia recomienda a santo Tomás de Aquino para ayudarnos a comprender el Evangelio. Tenga presente que la humildad también requiere la conciencia de que, para adquirir la sabiduría, es necesario el estudio. No me refiero necesariamente a títulos académicos. Sin embargo, Jesús nos dice que debemos entrar por la puerta estrecha. El hecho de que la fe sea un don de Dios no nos ahorra el esfuerzo y la fatiga del estudio, cada uno según sus posibilidades.
      Por eso el uso de la filosofía es siempre útil para profundizar en la Palabra de Dios.

      Eliminar
    3. Estimado padre Alfredo,
      a menudo nos enfrentamos al fenómeno del fideísmo, que es un legado de Lutero. Pero probablemente José quiere subrayar la importancia de la infancia evangélica, en justa polémica con ciertos exegetas o teólogos, los cuales, siempre siguiendo a Lutero, excluyen en el Evangelio ciertas convergencias que les parecen contradictorias. Por ejemplo tú sabrás que Lutero rechazaba los méritos en nombre de la gratuidad de la gracia o rechazaba la Misa en nombre de la suficiencia del sacrificio de Cristo. Pero, ¿qué es este rechazo sino el efecto de un uso indisciplinado de la razón?

      Eliminar
  3. Si la Metafísica no tiene pretensiones de verdad, me gustaría saber cómo y cuál otra actividad humana tiene esas pretensiones. La investigación metafísica es aquella que trata de desenterrar lo más profundamente posible el alma humana e intenta sacar de ella las eternas verdades. Ciertamente no todos buscan la pura verdad, también porque su pensamiento se detiene en lo sensible y lo aparente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado José,
      si usted lee el título del artículo del Avvenire con atención, no habla de "pretensiones de verdad", sino de "pretensiones sobre la verdad". Por eso el título es una clara referencia a Vattimo, quien pretende concebir la metafísica como un modo de pensar autoritario, que violenta la conciencia del prójimo. Por lo tanto, el título no pretende en absoluto hacer profesión de escepticismo, sino que es una respuesta a Vattimo.

      Eliminar
    2. Yo no he notado la diferencia, porque desde siempre los denigradores de la religión muestran incomodidad insoportable frente a la Metafísica, como si ésta quisiera imponerse y aplastarlos. Por eso no lo he notado y tampoco habría hecho diferencia, porque son todos muy intolerantes frente a cualquier credo, excepto el suyo. Hay ateos que basan sus creencias exclusivamente en denigrar a los creyentes, pero no aportan nada en sus doctrinas. Como si dijeran: mi ateísmo consiste en negar lo que tú afirmas. Del resto Vattimo no se sabe ni siquiera lo que piensa, salvo el constatar que vivimos en una época en la que las grandes doctrinas filosóficas ya no son posibles y las anteriores han perdido todo valor. A mí me interesa el conocimiento y el saber, e intento evitar a cualquiera que quiera convencerme de la no validez de todo conocimiento humano.

      Eliminar
    3. Estimado José,
      ¿pero usted ha leído el artículo de Totaro del Avvenire del 26 de febrero? ¿O leyó solo el título?
      Estoy de acuerdo con usted que a primera vista parece que Totaro da la razón a Vattimo. Pero yo, que he leído y meditado el artículo y que desde hace sesenta años soy un cultor de metafísica tomista, he notado con mucha satisfacción, como he explicado en mi artículo, con cuánta gracia y perspicacia crítica Totaro refuta el discurso de Vattimo.
      Por lo que se refiere al título, debe interpretarse en el sentido que ya le he dicho. Totaro nos quiere decir justamente no que la metafísica no tenga pretensiones de verdad, como si él fuera un escéptico, sino que la metafísica no tiene pretensiones sobre la verdad, como si ésta fuese dueña de la verdad y no servidora.
      La tesis de la metafísica como maestra de la verdad, y por tanto como expresión de violencia, es precisamente la falsa tesis de Vattimo, que yo y Totaro refutamos.

      Eliminar

Los comentarios que carezcan del debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados.
Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.