martes, 11 de febrero de 2025

Los carismas extraordinarios (2/4)

Los dones que nuestro Señor Jesucristo otorga a las almas especialmente elegidas por Él se ordenan a una más perfecta imitación de Su vida aquí en la tierra, resumida en sus tres jalones fundamentales: pasión, muerte y resurrección. [En la imagen: fragmento de "La venida del Espíritu Santo o Pentecostés", óleo sobre tabla de madera de pino, 1514-1519, obra de Juan de Flandes, procedente del retablo mayor de la Iglesia de San Lázaro, Palencia; conservada y expuesta en el Museo Nacional del Prado, Madrid, España].

Dones de pasión y dones de resurrección
   
----------Todo el misterio y la eficacia de la obra salvadora y glorificadora de nuestro Señor Jesucristo se resumen en tres actos fundamentales de su vida en esta tierra: pasión, muerte y resurrección. Por lo tanto, los dones que nos Él hace se resumen en estos tres grupos. Dios tiene ciertamente sus fines y criterios en la elección de estas almas privilegiadas, y sus decretos son ciertamente sapientísimos y providenciales, pero que para nosotros son absolutamente insondables e inexcrutables. En estas almas privilegiadas resplandece con excepcional fulgor la maravilla de su potencia, de su libertad y de su gracia.
   
Dones de pasión
   
"Es necesario pasar por muchas tribulaciones
para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14,22)
   
Don del despojo. San Francisco de Asís
   
"Bienaventurados los pobres,
¡porque de ellos es el Reino de los cielos!"
"Exinanivit semetipsum" (Flp 2,7)
   
----------Lo que mayormente llama la atención en la personalidad de san Francisco de Asís es el especialísimo don que tuvo de Dios para llevar a cabo un despojo total y radical de sí mismo, para una purificación radical de sí, para encontrar la auténtica y genuina naturaleza humana originaria querida por el Creador, para mortificar y crucificar al hombre viejo con sus pasiones, para llevar en sí las llagas de Cristo crucificado, para morir con Cristo al pecado, para llevar a cumplimiento la obra de la redención, asumir el hombre nuevo, ser nueva creatura, hijo del Padre, movido por el Espíritu, nacido de lo alto en el bautismo, para ser desde ahora el hombre resucitado con Cristo, partícipe y pregustador de la futura gloria. A este don especialísimo se lo podría llamar también don de la pobreza evangélica o de la pobreza según el Espíritu.
----------Pero hay que notar que la pobreza franciscana no es mendicidad, no es incomodidad debida a la pereza, no es vivir a costa de los demás, no es miseria inmerecida, no es exhibicionismo de quien quiere mostrar que sabe estar con menos de lo que es comúnmente necesario, sino extraordinario ascetismo en la práctica de la penitencia y del dominio de las pasiones, sobre todo la gula, la avaricia y la lujuria en vista de un mayor servicio a Dios y al prójimo, atención a las necesidades de los pobres, prontitud para dar y para beneficiar, sabiduría económica, prudencia administrativa, libertad de la codicia, de la concupiscencia de los bienes terrenos, del deseo de la posesión, de la seducción de las riquezas, limitación en las comodidades, moderación de las propias exigencias, sobriedad de vida, saberse contentar con poco, paciencia en las privaciones, humildad en el pedir.
----------"Quien se humilla, será exaltado", en la imitación del ejemplo que Cristo nos ha dado.  Este es el carisma extraordinario de san Francisco de Asís. Sin embargo, el Poverello ha fundado una familia religiosa. Esto quiere decir que su carisma de pobreza, aunque en sí mismo era extraordinario, se presta a ser imitado o reproducido en grados inferiores, proporcionados al modo común de ser Religioso.
----------Lo interesante, sin embargo, en el caso particular del Santo de Asís, como de otros Santos Fundadores, como san Basilio y san Benito, es que aquí lo extraordinario atrae seguidores, por lo cual lo extraordinario viene en cierta medida compartido; pero sucede que precisamente esta extraordinariedad se revela en un cierto punto en su inalcanzabilidad por parte del Religioso común.
----------De aquí el relajamiento y la disminución del fervor y, por consiguiente, el surgir de nuevos seguidores que, llenos de entusiasmo, de impulso y de fervor reformador, atraídos por el ideal altísimo, reintentan la empresa, remitiéndose directamente al ejemplo de Francisco en su originalidad, integralidad y radicalidad, y rechazando las mitigaciones de la Regla, aunque sea aprobada por el Papa.
----------De tal modo el Papa aprueba el renovado modo, diferente, más austero y empeñoso de seguir e imitar a Francisco de Asís, y dados tales presupuestos se constituye una nueva rama de la familia franciscana junto a la precedente que sigue existiendo por su legitimidad canónica.
----------Pero he aquí que de nuevo el fervor desciende y se repite el mismo proceso: nace una nueva rama. Así surge la multiplicidad de las Órdenes franciscanas. Dejando sin mencionar otras ramas de menor importancia, en 1517 nacen los Conventuales, que se separan de los Menores, nombre originario dado por el mismo Francisco. En 1525 nacen los Capuchinos, nueva rama que surge de los Conventuales y así sucesivamente hasta tiempos recientes. Entre los últimos señalamos a los Franciscanos de la Inmaculada.
----------Se hace necesario notar que este continuo movimiento reformista de retorno al modelo del Poverello no extingue la rama precedente, sino que la nueva se ubica al lado de la precedente, que sigue existiendo. Así hoy todavía tenemos a los Menores junto a los Conventuales y a los Capuchinos.
----------Ahora bien, hay que entender bien que no se trata solamente de mayor o menor radicalidad en la imitación de Francisco, sino también de simple diversidad de formas; cosas, éstas, que testimonian la riqueza del carisma franciscano, que sabe producir diferentes modalidades de realización.
----------Se debe tener presente, por lo demás, que Francisco era carente de competencia jurídica, tampoco tenía títulos académicos, ni siquiera fue presbítero, sino simple diácono. La Regla que él dictó era, por sapientísima que fuera, simplemente una colección de máximas del Evangelio con particular atención a los valores de la mansedumbre, de la simplicidad, de la conciliación, de la predicación, de la penitencia, de la pobreza, de la castidad, de la obediencia, de la fraternidad, del sacrificio, de la plegaria y de la confianza en el Padre celestial.
----------Siendo así las cosas, se comprende cómo el continuo ascender y descender del fervor en la historia de la familia franciscana, es tal como para producir una nueva rama en cada momento de reforma, porque depende del hecho de que en la Regla existe un rastro de lo extraordinario que había en Francisco, por lo cual una Regla que de por sí debe ser hecha para lo ordinario, conteniendo en sí misma puntas de carácter extraordinario, termina por volverse impracticable al Religioso común.
----------En este punto es interesante la confrontación comparativa con la Regla dominicana, que ha permanecido siempre la misma y nunca ha tenido necesidad de reformas ni ha producido, como la Familia franciscana, una pluralidad de ramas u Órdenes. Lo que ha ocurrido es que Santo Domingo de Guzmán fue un Santo dotado de dones extraordinarios, pero gracias a su sabiduría jurídica, evitó poner en la Regla objetivos extraordinarios, sabiendo desde el inicio que tales objetivos no habrían podido ser alcanzados por el Religioso común, sino que supo elaborar una regla, la cual sin prohibir a nadie ascender a lo extraordinario, era sin embargo accesible a los Religiosos ordinarios y suficientemente larga y amplia como para dar espacio a ese pluralismo que los Franciscanos realizan con el inicio de nuevas ramas de la Familia Franciscana.
   
El don de la ofrenda de sí
   
"Cristo se entregó por nosotros,
como ofrenda y sacrificio agradable a Dios" (Ef 5,2)
   
----------Un don extraordinario del Espíritu Santo es la inspiración que da a algunas rarísimas almas generosas y valientes de hacer el voto de víctima o de ofrecerse como víctima siguiendo el ejemplo de Cristo víctima de expiación por nuestros pecados, para obtener de Dios gracias especiales en beneficio de la Iglesia o de la patria o de la humanidad. Estas personas, poco tiempo después de haber hecho este voto, son afectadas por alguna enfermedad o algún accidente, que les lleva rápidamente a la muerte.
----------Este don se distingue del martirio por el hecho de que, mientras que éste acentúa el aspecto del testimonio y sirve para difundir la fe, la ofrenda de víctima entra en el culto divino y, por tanto, es cooperación al culto que Cristo hace al Padre actualizado en el sacrificio de la Misa.
----------Entre los diversos casos que se podrían citar, llamo al lector al recuerdo de un sacerdote de la Orden de Frailes Predicadores, originario de República Checa, el Siervo de Dios padre Tomas Tyn, muerto en 1990 a los 39 años, cuya Causa de Beatificación está actualmente en curso.
----------El padre Tomas fue un Religioso dominico ejemplar y un docto docente de teología del Estudio Dominico de Bologna, fidelísimo discípulo de santo Tomás de Aquino, eficaz predicador, sabio guía de almas, espíritu de exquisita dulzura y cordialidad en la comunión fraterna y al mismo tiempo de gran energía contra las fuerzas del mal. Nos ha dejado sus apuntes escolásticos y numerosas publicaciones, entre las cuales un poderoso tratado de metafísica de mil páginas, que lleva ya dos ediciones (Metafisica della sostanza, Partecipazione ed analogia entis, Edizioni Fede&Cultura, 2009; precedente: Edizione ESD di Bologna 1991).
----------Profundamente afligido por las condiciones de esclavitud de su patria bajo el régimen comunista de entonces, con el consentimiento del Superior, ofreció su vida a través de la Virgen en el día de su ordenación sacerdotal en Roma el 29 de junio de 1975 recibida de las manos de san Paulo VI, para que su patria pudiera ser liberada sin derramamiento de sangre, y de hecho, en octubre de 1989, fue golpeado por una enfermedad inexorable y muy dolorosa, que en dos meses lo condujo a la muerte en Alemania junto a sus padres.
----------Así fue que el 1 de enero de 1990, cuando la República Checa retornó a la democracia, el padre Tomas subía al cielo después de que efectivamente se disolviera el régimen sin derramamiento de sangre, mientras otros países del ex bloque soviético no alcanzaban la libertad de modo incruento.
----------Obró muchas conversiones, fue un sacerdote de mente abierta, rico en misericordia y dotado de gran sentido de la justicia, respetuoso de la Tradición, pero también abierto a acoger el progreso que el Concilio Vaticano II ha iniciado en la Iglesia. Hombre de gran humildad, de trato gentil, inclinado al buen humor, observante de la Regla dominicana, muy devoto de la Virgen y de los Santos, sobre algunos de los cuales nos ha dejado hermosas homilías. A su intercesión se deben muchas gracias, en particular a las madres que no consiguen tener hijos consiguió que pudieran tenerlos.
   
Don del martirio. San Juan Bautista
   
"El que no está apegado a su vida en este mundo,
la conservará para la Vida eterna" (Jn 12,25)
   
----------La palabra martirio, como se sabe, viene de martys, que significa testigo. El testigo es aquel que comunica o refiere la verdad a quien no la ha visto, con el fin de conducirlo a creer en la verdad atestiguada, para que crea al testigo, el cual presenció el hecho que narra, contactó personalmente a aquel del cual da testimonio, aquel acerca del cual comunica cosas experimentadas o conocidas de visu, ha escuchado sus dichos, ha conocido personalmente a la persona en cuestión, la ha visto en acción, ha aprendido directamente de ella lo que informa sobre ella, lo que dijo y lo que hizo.
----------Ahora bien, el contenido de lo que el mártir cristiano da testimonio y en lo que cree, dispuesto a dar la vida por ello, es un contenido o valor altísimo, sagrado y religioso, porque el Revelador al que ha recurrido es Cristo mismo, Por lo tanto, es una revelación divina ordenada a la salvación eterna en Dios, obviamente algo que es objeto de repugnancia y odio por parte del malvado, del incrédulo o del impío. De ahí el requerimiento hecho por el malvado al mártir de renunciar a su fe en Cristo bajo la amenaza de muerte. El mártir no cede, no niega a Cristo y por tanto es asesinado. Esta, en esencia, es la dinámica del martirio cristiano.
----------El martirio es un gesto extraordinario, efecto del Espíritu Santo como Espíritu del Amor, un gesto que tiene un poder inmenso en el persuadir al incrédulo a creer en Cristo por el hecho de que el mártir, aceptando la muerte para no renegar de Cristo o de su doctrina o de su moral o de su Iglesia, está dispuesto a renunciar a un bien preciosísimo como es la vida y no teme la muerte, una perspectiva que suscita el máximo del horror y del espanto. Por lo tanto, deduce el incrédulo honesto y abierto a la verdad, el mártir me hace entender que existe un bien divino, Cristo, que es el supremo bien, superior a la misma vida física y a las alegrías de la vida terrenal. Por lo tanto -concluye el incrédulo- el propósito de la vida no es gozar de la vida presente a más no poder, sino seguir a Cristo crucificado y a su Iglesia. Por eso los mártires son fuerzas poderosísimas que inducen a los pecadores a la conversión y a los no cristianos a abrazar el cristianismo.
----------No necesariamente el mártir viene puesto explícitamente por el verdugo en la condición de tener que elegir entre la vida terrena y Cristo, pero puede suceder que incluso sin advertirlo, aunque lo haya puesto en cuenta, objetivamente se pone en esta condición, en cuanto que con su gesto irrita de tal manera a su asesino, que lo empuja a matarlo o a aprobar su muerte.
----------Es, este, el caso del Bautista, que además se muestra como caso interesante por el hecho de que aquí la referencia a Cristo no es explícita. De hecho, san Juan muere en nombre de la ley divina, que sin embargo tiene su fundamento en Cristo. Esto significa que incluso aquellos que sin conocer a Cristo por ignorancia invencible, muriendo por la justicia o la libertad o la castidad o la verdad u otros sagrados valores del espíritu, implícitamente son mártires, aunque la Iglesia suele canonizar solo a aquellos que hacen referencia clara a Cristo.
   
Don de la crucifixión. San Pío de Pietrelcina
   
"Yo estoy crucificado con Cristo" (Gal 2,19)
   
----------Si san Francisco de Asís llevó los estigmas solamente en los últimos dos años de vida, el padre Pío de Pietrelcina los llevó durante cincuenta años. Francisco es el primer estigmatizado en la historia de la Iglesia. Desde entonces se cuentan poco más de sesenta. Famosas son santa Catalina de Siena y Teresa Neumann, alemana, de la cual el mismo Hitler tenía respeto.
----------Lo que nos golpea, nos sorprende, nos maravilla, y nos edifica de modo particular, aún más que el mismo hecho material de las misteriosas heridas que recuerdan las heridas de Pasión del Señor, es la admirable paciencia con la cual los estigmatizados las han soportado y han tenido que soportar las humillaciones recibidas por hombres incrédulos e incompetentes. Un misterio dentro del misterio es la amarga incomprensión de la cual fue víctima el padre Pío por parte del ilustre y doctísimo franciscano Agostino Gemelli, nada menos que uno de los fundadores de la Universidad Católica de Milán.
----------¡Qué sufrimiento habrá sido para el padre Pío el tener que soportar la arrogante incomprensión de parte de Gemelli!, que más que otros, por su cultura científica, por su estado sacerdotal y por la común pertenencia a la Orden Seráfica hubiera debido saberlo comprender, apreciar, y si acaso consolar y alentar. Y ciertamente el sufrimiento en el padre Pío aumentó considerando ¡cuantos en la Iglesia adhirieron al dictamen de Gemelli! Tal como se dice en el Evangelio: "Vino entre los suyos y los suyos no lo acogieron".
----------El don de los estigmas es un don de participación en la Pasión de Cristo o de imitación de Cristo sufriente por nuestros pecados. Se asemeja al don de la ofrenda de víctima y del martirio. La diferencia de estos dos que he ilustrado antes es que el don de los estigmas representa y resalta plásticamente y sensiblemente el Misterio de la Cruz, pero está claro que también él es martirio y culto divino a semejanza de los otros dos. En cambio, en el don del martirio interviene el verdugo, por lo que aquí la cruz no proviene directamente de Cristo como en el caso de los estigmas, sino que es impuesta por el verdugo.

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