Antes de abordar la firme crítica del papa Francisco contra el idealismo, hagamos un breve repaso de las repetidas condenas precedentes del idealismo hechas por el Magisterio de la Iglesia; y reflexionemos también acerca de los motivos por los cuales la Iglesia correcta y convenientemente sentencia en campo filosófico, y a la vez distingamos los diferentes tipos de intervención de la Santa Sede en ese ámbito de la razón natural.
Las condenas precedentes del idealismo
----------Por supuesto, al tratar el tema que estamos considerando, debemos tener cuidado y prestar atención con lo que se debe entender por "idealismo", que no es la pura y simple exaltación de la idea como principio de verdad y objeto del pensamiento. En efecto, es necesario distinguir con precisión un idealismo platónico-agustiniano, que la Iglesia nunca ha repudiado, del idealismo trascendental alemán, nacido de Lutero y de Descartes, cuyas obras fueron incluidas en el Índice ya en 1663. De modo similar, las obras de Kant, continuador de lo peor de Descartes, fueron puestas en el Índice en 1827.
----------¿Por qué esta diferencia de tratamiento? Porque, mientras el platonismo salva la trascendencia de la Idea divina (to pantelòs on), y por tanto de Dios, distinguiendo la idea humana de la Idea divina, el idealismo alemán identifica el ser con el pensamiento, lo real con lo ideal, y por tanto el pensamiento humano con el divino, desembocando en el inmanentismo, en el panteísmo y en el ateísmo, por lo cual el hombre se iguala a Dios o se sustituye a Dios, mientras que Dios pierde sus atributos divinos para asumir los humanos. Ésta es la fuerte denuncia que encontramos en el Syllabus del beato Pío IX (Denz. 2901), a la cual corresponde per oppositum la doctrina del Concilio Vaticano I (Denz. 3001).
----------El inmanentismo del idealismo, por consecuencia, elimina la distinción entre Dios y el mundo, y por tanto la creación, así como la Redención, lo que implica la superioridad de la fe sobre la razón (contra el racionalismo) y la superioridad de la gracia sobre la naturaleza (contra el naturalismo).
----------Pero también el ontologismo, condenado en 1861 por el Santo Oficio, no es para nada ajeno al idealismo panteísta, aunque en este Decreto no se mencionan los motivos de la condena. Pero es interesante la fecha de la publicación, en la inauguración de la unidad de Italia, como para vaticinar con una advertencia profética, que lamentablemente habría sido en gran medida ignorada, aquello que habría de ser la afirmación del idealismo masónico y liberal en la cultura oficial italiana de Spaventa a Gentile, hasta nuestros días. Un poderoso órgano editorial ampliamente difusor de esta cultura desde principios del siglo pasado, habría de ser la Editorial Laterza de Bari, todavía floreciente, a la cual hoy se suman las Ediciones Adelphi.
----------Son evidentes en el ontologismo las afinidades con el idealismo, donde se sostiene la identidad del ser con el ser divino y la intuición inmediata del ser divino no como vértice y coronamiento, sino como inicio y fundamento del saber. Por lo tanto, no se parte de las cosas para llegar a Dios como causa y creador de las cosas, sino que, como sucede en la misma ciencia divina, se parte de Dios o de la "idea de Dios" primum cognitum, como condición ideológica y subjetiva para el conocimiento de las cosas.
----------En cuanto a las famosas 40 proposiciones rosminianas, es evidente que saben a idealismo, con peligro de panteísmo, y ello independientemente de cuáles fueran las intenciones de Rosmini. Y por lo tanto se puede decir que estas proposiciones y las ontologistas se iluminan mutuamente al hacernos comprender aquellas que han sido las posiciones de la Iglesia sobre el idealismo antes del papa Francisco.
----------El tono idealista en las 40 proposiciones aparece más evidente en aquellas (números 1 a 12), en las cuales se atribuye como objeto de la intuición, por tanto de la conciencia, un "ser", que es un "aliquid divini in seipso"; sería el "ser ideal"; por lo cual en el "esse indeterminatum, quod prescindit a creaturis e a Deo, atque in Deo, esse non indeterminato, sed absoluto, eadem est essentia".
----------El padre Cornelio Fabro escribió un estudio profundo y documentadísimo sobre Rosmini, L'enigma Rosmini (Edizioni Scientifiche Italiane, Napoli 1988). Pero el gran filósofo y teólogo estigmatino considera que el sistema rosminiano está viciado por el idealismo kantiano-hegeliano en sus mismas raíces. En mi opinión, Fabro se concentró demasiado en los errores del Roveretano y perdió de vista su alma sustancialmente católica, que la Iglesia habría de esclarecer y reconocer definitivamente algunos años después haciéndolo Beato, sin excluir por ello el valor de las 40 proposiciones rectamente interpretadas.
----------Parece, por lo tanto, que la esencia del ser, captada no partiendo de los sentidos, sino intuida en la conciencia, sea la misma para Dios y para el mundo. Nos preguntamos entonces qué sucede con la "analogía" entre Dios y las creaturas, de la cuales habla la Escritura (Sab 13,5). Por lo tanto, tenemos el principio idealista, que conduce al panteísmo.
----------Con respecto a la cuestión Rosmini, antes que nada, es claro que debemos tener en cuenta que es necesario distinguir el idealismo que impregna todo el sistema de un pensador, del idealismo presente sólo parcialmente, incidentalmente o al nivel de simple huella, un obiter dictum en un sistema sustancialmente realista. Rahner es un ejemplo del primer tipo; Rosmini, del segundo.
----------Lo que sorprende es que, mientras Rosmini, quien era un sincero admirador de santo Tomás de Aquino, y por tanto siendo Rosmini sustancialmente realista, como ha reconocido la Iglesia con la Nota del 2001, fue condenado, mientras Rahner, en cambio, cuyo sistema está fundado en el idealismo kantiano-hegeliano, que impregna todo el sistema, sólo pálidamente enmascarado por un fingido tomismo, nunca ha sido condenado y, de hecho, todavía tiene un amplio éxito.
----------Es por tanto interesante la comparación entre el caso del beato Antonio Rosmini y el caso de Karl Rahner: dos presencias del idealismo en lo interno de teólogos católicos y, además, dos teólogos no sin interés por parte de ellos hacia santo Tomás de Aquino.
----------¡Pero qué diferencia! Rosmini, hombre de vida santa, sincero admirador de santo Tomás, como es sabido, fue condenado, pero sólo por las famosas 40 proposiciones, pequeña mancha, como ha sido reconocido con el tiempo, con un juicio confirmado por la Iglesia, en un sistema sustancialmente sano y realista. Respecto a Rahner, en cambio, personaje sumamente discutido, fingido tomista, cuyo sistema, como hemos visto, está infectado por el idealismo hegeliano desde sus raíces, de modo que todo el sistema está impregnado por el idealismo como si fuera una metástasis, es sorprendente que la Iglesia todavía no haya venido a poner en claro las cosas. ¿A qué estamos esperando? ¿A indagaciones más exahustivas?
----------En cuanto a Rosmini, ciertamente no es de inmediata evidencia, en una primera lectura, comprender por qué motivo el Santo Oficio en 1887 condenó las 40 proposiciones. El Decreto se limita a decir: "reprobat, damnat, proscribit". En efecto, la Santa Sede no dio ninguna explicación oficial sobre el tipo de errores condenados.
----------Hemos tenido que esperar más de un siglo para que haya una sentencia oficial al respecto, aparecida finalmente con las palabras de la Nota del 2001. Un conocido dicho popular dice que "Roma va con los pies de plomo". Sin embargo, si en casos graves como estos, se hiciera una movida, no estaría mal. Las palabras de la Nota del 2001 son éstas: "el riesgo de una interpretación idealista, ontologista y con un significado contrario a la fe y a la doctrina católica", donde es digno de relieve cómo la Congregación para la Doctrina de la Fe pone en el mismo plano idealismo, ontologismo y contrariedad a la fe y a la doctrina católica.
----------Fue por otra parte una clarificación útil, considerando que estaba en curso la causa de beatificación de Rosmini, por lo cual la persuasión de vieja data propia de muchos de que Rosmini estuviera infectado por el idealismo no era la mejor manera de abrir el acceso a la Beatificación.
----------La impresión que se saca de la lectura de la Nota es que el cardenal Joseph Ratzinger haya querido decir que, dado que Rosmini no tenía en absoluto la intención de abrazar el idealismo, sin embargo, ha debido caer en él de algún modo involuntariamente y sin darse cuenta.
----------Por lo demás, el idealismo conlleva en campo moral consecuencias tales que, si son puestas en práctica, no conducen en absoluto a lo que para la Iglesia es una vida santa, sino a una vida opuesta a la de Rosmini, que de otro modo no habría sido hecho Beato, signo también éste, aunque indirecto, de que él, al menos en sus intenciones, no quería en absoluto abrazar el idealismo, que él incluso trataba de refutar, sino que quería ese realismo, o ese teísmo conforme a la trascendencia divina, como nosotros tenemos un ejemplo en santo Tomás de Aquino, realismo que es lo único que conduce a Dios y a una vida santa.
----------Así de modo similar, la condena de Georg Hermes [1775-1831] bajo Gregorio XVI, así como de Anton Günther [1783-1863] y Jakob Frohschammer [1821-1893] bajo el beato Pío IX contra aquello que ellos llamaban "racionalismo", luego condenado por el Concilio Vaticano I, es indudablemente una referencia implícita al idealismo, como resulta de los autores condenados, que estaban influenciados por Hegel.
----------Es evidente también que el Dios presentado por el Concilio Vaticano I "re et essentia a mundo distinctus" (Denz.3001) no es ciertamente el Dios de los idealistas, que conduce al panteísmo. Así también el "inmanentismo" al que se refiere san Pío X en la Pascendi es el idealismo. El idealismo es nominativamente condenado por Pío XII en la Humani Generis (Denz.2310), pero el Papa no da la definición.
Por qué la Iglesia sentencia en campo filosófico
----------Comienzo ahora por tomar a distancia el discurso, precisando qué pretende hacer la Iglesia cuando condena una determinada doctrina o un determinado sistema filosófico, dentro de qué límites la Iglesia condena y qué peso tiene esta condena. Dicho eso, tras una adecuada y oportuna exégesis de las palabras del Papa, comprenderemos exactamente el sentido y el alcance de la condena papal del idealismo.
----------Ante todo, la preocupación y la tarea primarias de la Iglesia desde siempre, como "columna y fundamento de la verdad", son las de salvaguardar y proteger la doctrina de la fe y la misma virtud de la fe de las insidias o de los obstáculos que pueden provenir de falsas filosofías, de la "sabiduría de este mundo".
----------Bajo este aspecto, la Iglesia abre el camino a la fe "ensanchando", como ha dicho Benedicto XVI, promoviendo, sanando y defendiendo la razón del error, porque el error no puede producir la verdad y la fe es suprema verdad. En tal sentido, la Iglesia es removens prohibens y, aunque esto entre sólo indirectamente en su tarea específica como anunciadora del Evangelio, la Iglesia es promotora del progreso filosófico.
----------Necios e ignorantes son, por lo tanto, aquellos idealistas y aquellos modernistas, que sostienen que la filosofía realista, como por ejemplo la tomista, se habría "quedado atrás" respecto a las conquistas de la "filosofía moderna". Ciertamente, si lo "moderno" es Descartes, este "moderno" es mejor perderlo que encontrarlo.
----------Al llevar a cabo esta obra capital de purificación y corrección de la inteligencia, la Iglesia no pretende nunca condenar en bloque ningún sistema filosófico o condenar en bloque a ningún autor, en los detalles de sus individuales proposiciones, sino sólo los errores principales y más graves, que mayormente pueden poner en peligro los datos de la fe o el acto mismo de la fe.
----------Si la Iglesia condena errores filosóficos de tal tipo, no lo hace tanto en nombre de la razón o de la filosofía, sino del dato o "depósito" de la fe, que la Iglesia debe custodiar, defender e interpretar. De modo similar, un dueño de casa, para evitar el ingreso a los ladrones, no sólo se preocupa de mantener bien cerradas las puertas de la casa, sino también, posiblemente, de mantener una buena y eficaz cerca o valla, que disuada la entrada de los ladrones. Es claro que si el dueño cuida este cerco y se mueve en contra de quienes quisieran dañarlo, no lo hace por amor al cerco, sino porque el cerco sirve para proteger la casa.
----------De modo similar, de por sí los errores a los cuales la Iglesia presta la mayor atención son los errores contra la verdad de fe o contra el dogma, por definido o no definido que sea, vale decir, la llamada "herejía". Pero así como ese tipo de error, del que ahora nos ocupamos, induce a la herejía o implica la herejía, he aquí que tal error, de por sí sólo filosófico, puede ser llamado y de hecho viene llamado error "próximo a la herejía" y a algunos incluso son llamados "herejía", aunque la Iglesia, a su discreción, en base a consideraciones pastorales o de oportunidad o conveniencia, considerando también que el término "herejía" está sujeto a una cierta elasticidad de significado, pueda no usarlo, reemplazándolo sin embargo por expresiones equivalentes, que nos hagan comprender la gravedad del error.
Diferentes tipos de intervención
----------La condena eclesiástica puede golpear o bien el núcleo de fondo del sistema, núcleo que da sentido a todas sus posiciones, que de él se derivan o se fundan en él, o bien, sin perjuicio de la bondad de fondo del sistema, puede reprobar sólo algunas proposiciones, que no necesariamente se fundan sobre los principios del sistema, y de hecho representan una contradicción más o menos clara del sistema.
----------Un ejemplo del primer caso lo tenemos, cuando Pío XI en la encíclica Divini Redemptoris condenó el comunismo como "sistema intrínsecamente perverso". Es evidente que en tal caso el Papa entendía referirse a las raíces del sistema, incluyendo implícitamente en sí a todas sus derivaciones y aplicaciones, aun cuando, digámoslo una vez más, esto no significa la condenación indiscriminada de todas sus posiciones particulares, sobre todo si son accidentales, empíricas u ocasionales.
----------En el caso de Rosmini, en cambio, es conocida la condena de las 40 proposiciones en 1887 por parte del Santo Oficio, condena que, sin embargo, no afecta el núcleo central de su sistema, en cuanto que tal condena "no se refiere en realidad a la auténtica posición de Rosmini", como se expresa la Nota del 2001 de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota que sin embargo confirma la "validez objetiva" de la sentencia de 1887: "para quien lee desde una óptica idealista, ontológica y con un significado contrario a la fe y a la doctrina católica". Tal lectura, precisa la Nota, está "fuera del contexto del pensamiento rosminiano". De aquí se deduce que la sustancia del pensamiento rosminiano es realista, conforme a la fe católica.
----------Además, la Iglesia, por diversos motivos, que a veces podrían ser razones discutibles, no pone en relieve siempre ni por lo tanto condena a un autor peligroso o incluso a todos los errores en circulación, ni lo hace siempre inmediatamente o suficientemente a tiempo. Corresponde entonces a los filósofos y a los teólogos católicos tomar la iniciativa con valentía, con modestia y con competencia, y no callarse ni desmarcarse ni desentenderse bajo pretexto de que la Iglesia no se ha pronunciado, porque normalmente ella interviene precisamente a raíz de las denuncias hechas por los teólogos.
----------La Santa Sede no tiene los ojos de Argos, por lo cual tiene necesidad de ser informada. Por lo tanto, si es cierto que el juicio del teólogo puede ser falible, de todos modos él tiene la facultad o, según los casos, el deber de reconocer y refutar a los errantes, aunque no hayan sido condenados por Roma.
----------Y si un acusado ha sido momentáneamente exculpado, no está dicho que, en virtud de una indagación suplementaria o adicional, no pueda ser condenado, como le sucedió a Rosmini, exculpado en un primer momento con el famoso "dimittantur" de 1854, al cual sin embargo siguió la condena de 1887. Por consiguiente, si alguien es exculpado, las indagaciones pueden ser reanudadas; si en cambio es condenado, la causa está terminada: Roma locuta, causa finita.
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