----------Lo inusual de esta situación en la Iglesia se ha profundizado por algunas expresiones del propio Benedicto XVI, ambiguas y difíciles de comprender, que ya se hicieron presentes en el texto de su última audiencia general, y se han repetido en entrevistas, como en la última biografía suya, publicada recientemente por Peter Seewald, donde el Papa emérito dice haber retenido la "dimensión espiritual" del Papado a pesar de su abdicación. Quien pueda dar una explicación teológica clara y satisfactoria de lo que esas palabras signifiquen no seré yo, ni intentaré hacerlo, y menos en una breve nota como esta.
----------De todos modos, no he dejado de publicar en este blog algunas entradas referidas a esta cuestión, detallando un poco más las características del problema. En general, me he limitado a recordar las sugestivas expresiones del Papa emérito, relacionar su abdicación con los anteriores casos de renuncias de Papas en la historia de la Iglesia, y brindar a los lectores algunas pocas y simples sugerencias a tener en cuenta para una serena actitud ante la inusual situación. Pero como quizás a algún lector apresurado podría haberle parecido que por mi parte manifestaba algún aprecio por la opinión de quienes erróneamente afirman que Benedicto XVI sigue siendo Papa en funciones (que a decir verdad no son tan pocos, a juzgar por el ruido que sus páginas, canales de vídeo y blogs producen en las redes) me ha parecido que en esta semana de notas breves se podría añadir una más, pero con sólo dos puntos que aclaren mi posición sobre esta cuestión que injustificadamente preocupa más de la cuenta a muchos católicos. Los dos puntos son éstos:
----------De todos modos, no he dejado de publicar en este blog algunas entradas referidas a esta cuestión, detallando un poco más las características del problema. En general, me he limitado a recordar las sugestivas expresiones del Papa emérito, relacionar su abdicación con los anteriores casos de renuncias de Papas en la historia de la Iglesia, y brindar a los lectores algunas pocas y simples sugerencias a tener en cuenta para una serena actitud ante la inusual situación. Pero como quizás a algún lector apresurado podría haberle parecido que por mi parte manifestaba algún aprecio por la opinión de quienes erróneamente afirman que Benedicto XVI sigue siendo Papa en funciones (que a decir verdad no son tan pocos, a juzgar por el ruido que sus páginas, canales de vídeo y blogs producen en las redes) me ha parecido que en esta semana de notas breves se podría añadir una más, pero con sólo dos puntos que aclaren mi posición sobre esta cuestión que injustificadamente preocupa más de la cuenta a muchos católicos. Los dos puntos son éstos:
----------1°) El Papa en el cargo es Francisco, no Benedicto. Es cierto que no parecen ser pocos los fieles católicos que expresan su convicción de que el verdadero Papa es Benedicto y no Francisco, probablemente influenciados por las ideas del sacerdote italiano Alessandro Minutella. Mi postura es que tal convicción está privada de fundamento, porque ninguno de los Cardenales que han participado en el Cónclave del 2013 ha expresado una idea de este tipo, ni siquiera entre los que son mayormente críticos frente al papa Francisco, y el mismo papa emérito Benedicto le ha hecho profesión de obediencia.
----------2°) No hay ninguna razón para suponer que la elección de Bergoglio haya sido ni inválida ni ilegítima. La referencia a la así llamada "mafia de San Galo" no puede valer como argumento para invalidar la elección del papa Francisco, porque, cualquiera que haya sido el alegato a favor del cardenal Jorge Mario Bergoglio hecho por sus partidarios en el Cónclave del 2013, del cual no sabemos nada con certeza, lo que sí es cierto es que la elección de Bergoglio ha sido válida.
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