Si Dios es tan oscuro como expresa Karl Rahner, ¿cómo es que él ha producido una infinidad de publicaciones de teología? De acuerdo a sus principios, debería haber estado siempre callado. En cambio Rahner ha pontificado a diestra y siniestra sin parar sobre Dios, hablando así de una cosa de la cual él mismo dice que no se puede hablar. Por lo tanto, cuando menciona a Dios, no se entiende de qué está hablando y tal vez él tampoco lo entiende, o al menos no hace más que favorecer el equívoco. [En la imagen: Karl Rahner].
Rahner y Hegel
----------Como conclusión de este ensayo me ha parecido oportuno señalar que aún hoy el falso teísmo kantiano-hegeliano influye en la Iglesia, favoreciendo así el fortalecimiento del ateísmo. Y esto está ocurriendo por la influencia de Karl Rahner, cuyo teísmo es de marca hegeliana. Es por tanto muy triste constatar la desgracia que le ha sucedido de ir a pescar el trascendental kantiano en su resultado hegeliano para construir la teología, mientras que el trascendental kantiano, basado en el «yo pienso» de origen cartesiano, no es capaz de trascender la experiencia sensible y se refiere solo a la manera en que el yo pienso concibe los fenómenos.
----------Rahner, en cambio, habría tenido a disposición el verdadero trascendental, el realista y tomista, auténtica garantía para la razón de subir de las causas segundas a la causa primera para demostrar racional e irrefutablemente la existencia de Dios. Rahner, en cambio, que utiliza el trascendental kantiano en lugar del tomista, para darle fuerza, lo integra con una inyección de autoconciencia hegeliana, con el resultado que el sujeto humano se infla soberbio y se auto-transciende hacia su propio horizonte ilimitado, que es Dios, pero hay que preguntarse qué Dios es un Dios que es el horizonte del hombre. Y cómo hace el hombre, espíritu finito, para tener un horizonte infinito, aunque es verdad que el hombre está hecho para conocer al Dios infinito.
----------Así el camino de Rahner ciertamente no es el que hizo Feuerbach y que introduce a Marx. Y sin embargo, si es cierto que Rahner quiere mantener el Dios católico, la influencia que recibe de Hegel genera en la teología de Rahner un ateísmo implícito, que podría ser explicitado de manera similar a aquella con la cual Feuerbach explicita el ateísmo implícito en la filosofía hegeliana.
----------En efecto, Rahner, acerca de la cuestión del ateísmo, comete cuatro graves errores. Primero, hace una falsa distinción entre teísmo a nivel de la experiencia trascendental y ateísmo a nivel del saber categorial. Segundo, sostiene que todo hombre tiende a Dios al menos a nivel trascendental, perdonado y sostenido por la gracia, por lo cual todos se salvan. Tercero, concibe a Dios hegelianamente, como horizonte último infinito y cumbre inefable de la autotrascendencia o autoelevación (Erhebung) del hombre, y al hombre como finitización, autocomunicación, extraposición, autoextrinsecación o autoalienación (Selbstentfremdung) de Dios en lo finito. Cuarto, afirma la existencia de un ateísmo sin culpa.
----------La diferencia con Hegel está dada por el hecho de que mientras para Hegel Dios es tomado en el concepto racional ya que Dios es el Concepto absoluto, objeto de la filosofía, para Rahner Dios es, como objeto de fe, el misterio absoluto no conceptualizable, innominable e inefable, experimentado inmediatamente por la experiencia mística universal, trascendental sobrenatural.
----------Rahner toma el concepto de misterio absoluto del apofatismo absoluto de Dionisio el Areopagita, donde el resultado es confundir el ser con la nada. Para evitar el racionalismo cae en lo irracional. De hecho, si se acentúa demasiado la trascendencia divina se pierde el contacto con Dios. La piedad se convierte en ateísmo.
Comentamos los cuatro puntos
----------Primero. En la vida presente solamente podemos conocer a Dios medianamente por medio de la conceptualización; no existe una experiencia inmediata de Dios atemática, como dice Rahner. Por lo tanto, quien es ateo a nivel conceptual no puede ser teísta a un nivel más profundo de conocimiento experimental o consciente, sino que es pura y simplemente ateo.
----------Segundo. Todo hombre tiende necesariamente, por naturaleza, a un fin último y absoluto intelectualmente concebido, pero no necesariamente a Dios, porque está en el poder de su libre albedrío elegir como fin último y absoluto un bien creado, distinto de Dios.
----------Tercero. Es verdad que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, que su mente es capaz de pensar en Dios, y que Dios es la beatitud del hombre; pero es necesario no exagerar en estrechar la relación del hombre con Dios, como si Dios fuera la plenitud y la perfección del hombre. El hecho de que el hombre, ente finito, tenga una relación con lo Infinito, no quiere decir que pueda llegar a ser infinito, sino más bien implica que conozca y ame al Infinito de manera finita.
----------El creer poder encerrar a Dios en el concepto (Hegel) o en la experiencia (Rahner) lleva a confundir a Dios con la propia autoconciencia y, por tanto, a caer en el ateísmo. Se atribuye al hombre lo que le pertenece a Dios y a Dios lo que le pertenece al hombre. Si el hombre es Dios (panteísmo), entonces Dios es el hombre (ateísmo). Así Feuerbach y luego Marx no hacen más que explicitar el ateísmo implícito en Hegel poniendo al hombre en lugar de Dios: «el hombre es Dios para el hombre». Pero la Escritura maldice al hombre que confía en el hombre y no en Dios (Jer 17,5). Esta es la tragedia del ateísmo.
----------Ver o experimentar a Dios sin mediación conceptual no se da en esta vida (ya hablaré de este tema en una próxima nota), sino solo en la vida futura post mortem. Definir a Dios como misterio absoluto no es malo, siempre que se admita que este misterio es luz para el intelecto, por lo cual es parcialmente comprensible. Si el misterio divino fuera algo donde no se entiende nada o una oscuridad absoluta para el intelecto, el intelecto no podría recurrir a Dios, como ser inteligible y se caería en el ateísmo nihilista.
----------Hay que distinguir misterio absoluto y misterio relativo. El primero es totalmente misterio, entendiendo el misterio infinito de Dios; el segundo es solo parcialmente misterio, es misterio para nosotros, pero no en sí mismo. Hegel rechazaba a Dios como misterio por el hecho de que Dios es efectivamente concebible por nosotros, y pensaba que el cristianismo, siendo revelación conceptual del misterio, para el cristiano ya no existen misterios, sino que Dios es perfectamente comprensible desde el concepto racional filosófico.
----------Dios ciertamente no es misterio para Sí mismo, ya que el Logos divino es el mismo concepto que Dios tiene de Sí mismo. Debemos decir que en esto Hegel tenía perfectamente razón. Sin embargo Dios es misterio infinito, lo que es como decir que es misterio absoluto. Rahner, desde este punto de vista, tiene razón al decir que Dios es misterio absoluto. Se equivoca al creer que podemos recurrir a este misterio absoluto, y que podemos experimentarlo sin de él entender nada, es decir, sin obtener ninguna luz, ninguna información, nada inteligible, comprensible, representable, conceptualizable, expresable, nominable y comunicable en la palabra y en el lenguaje.
----------En cambio, tal sentido de Dios, como misterio revelado para nosotros, es un misterio relativo, es decir, es un misterio relativo al hecho de que comprendemos algo de este misterio, aunque no todo. De otro modo nuestro Señor Jesucristo, ¿qué ha venido a revelar? Aquí tiene razón Hegel, aunque él, como gnóstico, cree comprender completamente el misterio en el concepto.
----------Me pregunto, por otra parte, si Dios es tan oscuro como dice Rahner, ¿por qué él ha producido una infinidad de publicaciones de teología? De acuerdo a sus principios, debería haber permanecido siempre callado, encontrándose completamente en la oscuridad, como haríamos con una cosa que estamos convencidos que no existe o en la que no se entiende nada.
----------En cambio Rahner pontifica a diestra y siniestra sin parar sobre Dios (no comento ahora lo que dice) y quiere hablar de una cosa de la cual él mismo dice que no se puede hablar. Por lo tanto, cuando menciona a Dios, no se entiende de qué habla y tal vez él tampoco lo entiende o al menos favorece el equívoco.
----------Una alianza ciertamente útil al ateísmo es además la posición de muchos, que no tienen la audacia o el descaro de negar abiertamente, sino que se limitan a la indiferencia o a descuidar la grave cuestión, permaneciendo fríos, indiferentes e insensibles a lo sagrado, a la religión y a la espiritualidad, todos inmersos en asuntos terrenales, y creyendo así tal vez mostrar una posición neutral y equidistante, no partidista o facciosa.
----------Son en cambio viles cobardes y oportunistas, siempre atentos al viento que sopla, son personas dobles, las cuales quieren servir a dos amos, pensando de mantenerlos de su lado a ambos en caso de necesidad o de poder gozar de los beneficios del uno y del otro, creyendo así no tener problemas de nadie, pero, por muy efímero éxito mundano que puedan obtener, deben en cambio ser catalogados, para decirlo con Dante, entre aquellos que viven sin infamia y sin alabanza, aprobando a todos y sin tomar posición por nadie, no tomando nada en serio sino a sí mismos.
Otras formas de ateísmo
----------Llegando a este punto, podríamos decir, casi por inciso, para hacer un discurso general que va más allá de Feuerbach, que en el caso del ateo esta criatura adorada o idolatrada es sobre todo su yo como espíritu autoconsciente (Fichte) o su yo sensible material (Feuerbach) o su propio poder (Nietzsche) o la libertad (Schelling) o el saber (Hegel) o el Dasein (Heidegger) o la propiedad privada (Hobbes) o su instinto sexual (Freud) o su propia unicidad o singularidad (Stirner) o su genio artístico (Baudelaire). De otro modo, es cualquier ente natural, que puede ser la evolución (Darwin), el universo (Bruno), la humanidad (Comte). la sociedad (Marx), la naturaleza (Goethe), la patria (Hölderlin), el Führer (Rosenberg).
----------El nihilista no adora a una criatura, sino que odia lo existente y, como dice la Escritura, ama la muerte (Sap 1,16). Es, pues, un verdadero discípulo del diablo, aquel que, como dice Cristo, es «homicida por principio» (Jn 8,44). En el nihilismo es muy evidente cómo el odio a Dios se une con el odio al hombre. Nihilismo, en la práctica, no significa afirmar que no existe nada, tesis que es de tal absurdo, que nadie sostiene, sino que es solo bajar el nivel del ser, como por ejemplo afirmar la materia y negar el espíritu, afirmar el tiempo y negar lo eterno, afirmar los muchos y negar el uno, afirmar el devenir y negar el ser, afirmar lo finito y negar lo infinito, afirmar lo relativo y negar lo absoluto, etc.
----------Entre todas estas formas de ateísmo las más sórdidas son la de Comte y la de Freud. La primera es la apología de la avaricia; la segunda, de la lujuria. En efecto, en ellos la visión beatífica es sustituida en el primero por las ventajas hedonistas materiales aseguradas por la técnica y la ciencia experimental. En el segundo, es reemplazada por la experiencia sexual. Las más diabólicas son la nazi, la nihilista y la stirneriana, que es el colmo de la anarquía, del egoísmo y de la soberbia.
----------En cuanto a la concepción marxiana del hombre, ésta resulta de cuatro factores. 1. Tenemos un elemento fichtiano: el hombre como yo que pone el no-yo en el yo; 2. un elemento hegeliano: el hombre es Espíritu absoluto, esencia-ser, que se hace naturaleza, es decir individuo material sensible; 3. un elemento feuerbachiano: el hombre es ente sensible, el aparecer individual del ente supremo en lugar del Dios del teísmo; 4. un elemento aristotélico: el hombre es un animal racional-social.
----------El hombre es, por tanto, el Ente supremo, existente absoluto, el género humano, Gattungswesen, cuya esencia coincide con su existir, que se opone a sí mismo en el trabajo como naturaleza sensible animal en la naturaleza y vuelve a sí mismo negándose en la historia. Es el llamado «materialismo histórico-dialéctico».
----------Añadamos que en general el ateísmo no excluye el politeísmo, sino que tiene todas sus características, ya que si la sustancia del politeísmo es el culto de una pluralidad de absolutos tomados cada uno por vez como el Absoluto, el ateo, que no tiene en Dios para su vida un punto fijo y constante de unificación y orientación, es un renegado que está con el viento allí donde el viento sopla, crea a su dios como le plazca y le gusta de vez en vez, sin problemas de coherencia, y sin huir de la duplicidad y la ficción, según como le convenga, para mantenerse siempre a flote y salvar el pellejo.
La convivencia civil con los ateos
----------Tengamos presente que en los siglos pasados el ateo era considerado un criminal subversivo incluso ante el Estado. Pero a partir del siglo XVIII el ateísmo ha logrado de tal manera atraer a los espíritus y difundirse, que los Estados, aunque regidos por católicos o por creyentes, han tenido que adaptarse a una presencia cada vez más masiva y generalizada de ciudadanos ateos.
----------Estos Estados han tenido la necesidad de, como se suele decir, poner buena cara a las malas cartas del juego, cuando incluso sucedió, con la Revolución Rusa de 1917, que el ateísmo se convirtiera en principio del ordenamiento del Estado. De modo que, si en los siglos pasados eran los ateos quienes eran perseguidos según la ley, ahora eran los teístas los perseguidos.
----------Ahora bien, este fenómeno social, para el cual se ha tenido que querer o querer encontrar un modus vivendi entre creyentes y ateos, hoy está ya difundido por todas partes, si excluimos ciertos países musulmanes integristas. En definitiva, es ya totalmente permitido, en principio en la vida civil la coexistencia pacífica e incluso una colaboración entre creyentes y no-creyentes.
----------Pero casi en todas partes se ha venido a crear, una situación social y cultural, un habitus difuso, por el cual muchos creyentes han terminado por no preocuparse más por la existencia y la conducta de los ateos, catalogándolos entre las personas de opinión simplemente diferente, considerando también el comportamiento muy civilizado y digno de muchos de ellos. Pensemos por ejemplo en Italia, con los casos de un Giorgio Napolitano o de un Sandro Pertini, que ocuparon las más altas funciones del Estado.
----------Añadimos la falsa convicción hoy difundida de que en todo caso el no-creyente es un cristiano anónimo y que la profesión del ateísmo no es una culpa que no impide la salvación y nos damos cuenta de la inercia y la ceguera en la que muchos católicos se encuentran frente al gravísimo fenómeno del ateísmo, no obstante que el Concilio Vaticano II se haya tomado muy en serio el problema.
----------San Paulo VI confió a la Compañía de Jesús como tarea primaria la de combatir el ateísmo. Excepto que la Compañía asumió un comportamiento de doblez, como narra el erudito jesuita padre Antonio Caruso, porque interpretó la lucha contra el ateísmo como acción tendiente a la liberación de los oprimidos, terminando, como denuncia también el jesuita Malachi Martin, por unirse en nombre de la teología de la liberación a la sedición marxista en América Central. Por lo tanto, ¡lo contrario de lo que había pedido el Papa!
----------Sabemos también que existe en la Santa Sede un Secretariado para los no-creyentes. Es lícito preguntarnos ¿qué está haciendo esta institución para cumplir con las tareas asignadas por el Concilio? ¿Logra persuadir a los ateos? ¿Quién habla hoy de ello? ¿Qué resultados ha obtenido después de sesenta años desde su nacimiento? Mientras tanto, el ateísmo sigue prosperando tranquilamente en todas partes y aún hoy uno de los estados más poderosos del mundo, China, está gobernado por un gobierno comunista.
----------Es necesario construir el diálogo con el ateísmo sobre la base de la razón. Demostrar al ateo que Dios existe y que se equivoca, es siempre un deber. Es necesaria la confrontación comparativa entre quien demuestra que Dios existe y quien querría demostrar que Dios no existe. El ateísmo feuerbachiano es un ejemplo de ateísmo razonado. Reviste una especial importancia por el bien conocido crédito que Marx y Engels dan al ateísmo feuerbachiano. Se deriva de un teísmo, que es un falso teísmo, el de Hegel. De lo que podemos ver como un falso teísmo que desemboca en el panteísmo, puede producir el ateísmo, porque contiene un ateísmo implícito, que Feuerbach no hará más que explicitar. Feuerbach refuta el teísmo hegeliano creyendo haber refutado el teísmo. Pero el verdadero teísmo es el de santo Tomás de Aquino. Prueben los feuerbachianos en refutar esto: como hemos visto, será como disparar a un león con una pistola de agua.
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 24 de septiembre de 2025
Estimado Padre, ¿es correcto decir que el idealismo de Hegel y el materialismo de Marx han derivado del cogito cartesiano? Gracias por adelantado.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminares totalmente correcto, por el hecho de que el cogito cartesiano pone un sum que es una autoconciencia absoluta y originaria, es decir no es la conclusión mediante reflexión de un contacto previo con las cosas externas, sino que es la posición de sí mismo por parte del yo.
Ahora bien, si reflexionamos bien, ya en este concepto de la autoconciencia está en germen la confusión entre la autoconciencia humana y la autoconciencia divina, porque es solo ésta la que parte de sí misma y pasa al pensamiento de las cosas, que ella misma crea, mientras nuestra autoconciencia es, como he dicho, el momento conclusivo por el cual nuestro intelecto vuelve completamente a sí mismo, llevando en la conciencia el contenido de las cosas sensibles que previamente hemos contactado con los sentidos. Por eso, nosotros no comenzamos a conocer partiendo del cogito y contactando las cosas en base al cogito. Esto es precisamente solo de Dios.
Nosotros no obtenemos el conocimiento de las cosas de nuestra autoconciencia, sino del contacto sensible con las cosas, porque al principio de nuestra vida intelectual nuestro intelecto está desprovisto de todo contenido. En cambio Dios, siendo el creador de todas las cosas, tiene ab aeterno en su mente la idea y el proyecto productivo de todas las cosas que crea.
Del cogito de Descartes deriva la autoconciencia hegeliana. Como sabemos en Hegel la unidad de la naturaleza humana con la divina es una tesis fundamental de su filosofía, que constituye su interpretación de la Encarnación. Esto implica el hecho de que para Hegel el hombre es Dios.
A este punto llegará Marx, mediado por Feuerbach, quien, asumiendo la concepción panteísta del hombre en Hegel, la invierte en el sentido de decir: Dios no existe, porque el verdadero Dios es el hombre.