Tenemos que tener bien presente que el Papa reúne en su oficio, dos competencias, la doctrinal y la pastoral. Por lo tanto, no es cierto lo que han dicho en estos días algunos pasadistas filo-lefebvrianos que pretenden indicarle al Papa cómo cumplir la voluntad de Quien es su Vicario: "del Papa esperamos sólo que haga lo suyo: que nos confirme en la fe, sólo eso". No. No se trata sólo de lo doctrinal, sino también de lo pastoral.
El papa Francisco y la modernidad
----------Comienzo esta breve nota, señalando que en los días previos al reciente Cónclave que ha llevado al solio pontificio al cardenal Prévost, el diario italiano Avvenire hizo desfilar sus muestras de modernismo que nos dicen cómo deberá ser el nuevo Papa, y hace pocos días leí en el mismo diario a un autor que, refiriéndose al papa Francisco, publicaba su artículo con el título muy significativo de: "Eligió la modernidad".
----------Ya en el propio título, que presenta la modernidad como si fuera un valor absoluto, se nota el enfoque modernista del autor. De hecho, para quien es hereje modernista, la modernidad no es ese fenómeno cultural extremadamente complejo y diversificado que caracteriza a la cultura europea occidental contemporánea, de origen cartesiano-luterano, una mezcla de elementos positivos y negativos, de valores y errores, que es descrito por los historiadores serios de la cultura, sino que es el hecho histórico material de la actual cultura filosófico-teológica europea occidental tomado en bloque y propagado por los medios, como si fuera un todo simple, monolítico, indivisible, absoluto y compacto, posible objeto de elección o de rechazo, de tomar o de dejar, como yo elijo o rechazo un automóvil o unas vacaciones en el mar.
----------¿Qué es la modernidad? Es simplemente lo moderno, lo que existe hoy, que no es necesariamente lo mejor; son las ideas, los hábitos y las costumbres de hoy, lo que está de moda hoy, lo que la mayoría piensa hoy, lo que hoy tiene éxito, lo que es propagado por los personajes más famosos de hoy.
----------Para quien ha asumido en más o en menos la ideología modernista, la modernidad es de por sí misma y en todo caso lo mejor y lo verdadero, lo avanzado respecto a lo pasado. Por ello no puede ser juzgada en base a criterios del pasado o que se pretende que ellos sean supra-históricos, estables, ciertos, eternos, inmutables, incontrovertibles o supra-temporales. El modernista no admite que se distingan en la modernidad lo bueno de lo malo, sino que para él es la misma modernidad el criterio absoluto de juicio y evaluación.
----------No es la modernidad o una parte de la modernidad, la que debe adaptarse o ajustarse a un ideal o a un valor superior inmutable o meta-histórico, sino que es la modernidad, tomada como un absoluto, la que pretende juzgar el pasado negando cualquier valor por encima de ella. La modernidad para el modernista es un verdadero ídolo. Y el modernista es, por tanto, un idólatra de la modernidad.
----------Para el modernista no se trata de hacer elecciones en la modernidad tomando lo bueno y descartando lo malo según un criterio externo y superior, no, sino que, como decía Karl Rahner, el deber de la Iglesia hoy es asumir sin distinción toda la modernidad, así como el católico asume todos los dogmas de la revelación divina. El modernista no elige en la modernidad algo que en ella es bueno y rechaza algo que en ella es malo, sino que elige la modernidad y rechaza lo antiguo así como el cristiano elige a Cristo y rechaza al demonio. El modernista es un idólatra de la modernidad. Ahora bien, para los modernistas el papa Francisco habría sido un personaje de ese género, un modernista, y lo elogian precisamente porque a su juicio él habría sido así.
El Papa es el heraldo del designio de Dios en Cristo
----------Para aclarar qué figura de Papa esperamos ahora del papa León, veamos quién es el Papa y cuáles son sus deberes y poderes según la voluntad de Cristo. Para llegar a esto, partimos de la consideración del plan divino para el hombre. El propósito que Dios se propone con respecto al bien de la humanidad es el de hacer justicia y misericordia, reconciliando al hombre con Dios, separando el trigo de la cizaña, las ovejas de los machos cabríos, o sea, los elegidos de los réprobos y conduciendo a los elegidos en la Iglesia a la gloria de hijos de Dios, a imagen de Cristo, Hijo del Padre, bajo la moción del Espíritu Santo.
----------Digamos además que Dios ha querido añadir para el hombre a su fin natural de contemplar a Dios a través de la creación, un fin sobrenatural de ver al Dios Trinitario cara a cara participando en la gracia de la misma naturaleza de Dios. Ha querido divinizar en Cristo al hombre sin que deviniera Dios.
----------Ha propuesto al hombre un amor humano recíproco no solo en la medida del sano amor de sí mismo, sino también en la medida de cómo Cristo nos ha amado. La creación ha tenido por propósito la Encarnación del Verbo. Dios ha querido que el hombre no solo fuera hijo del hombre, sino también hijo de Dios en Cristo. Ha querido no sólo una ética de la ley, sino también una ética del amor. Ha querido que el hombre no se gobernase sólo con la razón, sino que se dejase guiar por el Espíritu.
----------Ha querido una fraternidad humana no solo en el plano de la razón y de la naturaleza, sino también en el de la gracia y de la fe en Cristo: todos hermanos no sólo porque todos participan de la razón, sino también porque todos están llamados en la Iglesia a ser hijos de Dios en Cristo.
----------La Redención sirve a la santificación. Dios ha querido que nosotros mereciéramos no solo en el plano humano entre nosotros los hombres, sino también ante Dios con méritos sobrenaturales en Cristo. La justicia es superada por la misericordia, es efecto de la misericordia y obra junto con la misericordia. La misericordia que quita el pecado es superada por la bondad que hace santos.
----------La gracia sanante, que perdona nuestros pecados, sirve a la gracia elevante a la vida eterna. La práctica de la caridad está finalizada en el paraíso del cielo mediante la visión beatifica del Misterio Trinitario. La salvación es una gracia consecuente a nuestras buenas obras, obtenida y condicionada por la observancia de los mandamientos bajo el influjo de la gracia preveniente.
El Papa es nuestra guía hacia Cristo
----------El Papa es asistido por Cristo, para ser sincero y veraz maestro y doctor, en el comunicarnos, en el expresar con palabras comprensibles, en el enseñarnos, ilustrarnos, motivarnos, representarnos, interpretarnos, explicarnos, aclararnos, explicitarnos, y en el recordarnos y transmitirnos fielmente, sin cambiar nada o callar -he aquí la tradición- lo que Cristo ha enseñado y está registrado en el Nuevo Testamento.
----------El Papa además asume el compromiso de ser el buen pastor siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, que da su vida por las ovejas. Ciertamente él está obligado en esto a darnos un ejemplo de santidad y de sabiduría, pero, mientras que en la doctrina católica el Papa enseña siempre e indefectiblemente la verdad, en su conducta moral y en el gobierno de la Iglesia puede cometer errores y pecados. Los Papas del pasado han estado sujetos a errores y vicios morales de todo género y han cometido enormes errores en la guía de la Iglesia, pero ninguno de ellos jamás se ha salido del camino en la doctrina.
----------El Papa reúne en sí, entonces, dos competencias, la doctrinal y la pastoral. Por lo tanto, no es cierto lo que han dicho en estos días algunos pasadistas filo-lefebvrianos: "del Papa esperamos sólo que haga lo suyo: que nos confirme en la fe, sólo eso". No. No se trata sólo de lo doctrinal, sino también de lo pastoral.
----------Tengo la firme sospecha de que, desgraciadamente, en esas expresiones de conocidos indietristas en estos últimos días, también expresiones lamentablemente circulantes entre sedicentes "católicos" argentinos, algunos sacerdotes y laicos, se vislumbra desde lo oculto el conocido error lefebvriano de pretender indicarle al Papa cómo debe enseñar la Palabra de Cristo, o de pretender que el Papa se limite a repetir en los mismos términos el Magisterio de la Iglesia hasta la fecha que estos herejes y cismáticos han decidido antojadizamente ser la cristalización del Magisterio, 1958 por caso, negando las enseñanzas del Concilio Vaticano II y de los Papas del postconcilio. Y esto en lo que respecta a lo doctrinal, sin mencionar que estos mismos indietristas se arrogan el derecho a no obedecer al Papa en lo pastoral-gubernativo-disciplinar, simplemente bajo el pretexto de que en este campo el Papa eventualmente puede equivocarse.
----------El papa Francisco, en cambio, sin nunca pecar en la fe ni caer en la herejía, se ha prodigado muchísimo en la pastoral y en los contactos humanos, pero por una parte ha creado turbación en el ámbito doctrinal en los católicos tradicionalistas, quienes no lo han entendido, mientras que por otra parte ha alegrado a los modernistas, que lo han instrumentalizado, atrayendo las simpatías de los tradicionales enemigos de la Iglesia.
----------Se trata de un fenómeno nunca antes ocurrido en la historia del Papado, porque, como bien se puede entender, los Papas siempre han tenido éxito entre los católicos y se han atraído la hostilidad de los enemigos de la Iglesia y de los herejes. En el pasado los herejes abandonaban la Iglesia. Bajo Francisco, en cambio, se consideran católicos progresistas, avanzados y postconciliares. Hemos podido observar a protestantes más católicos que los católicos, y a católicos más protestantes que los protestantes. El adjetivo "católico" se ha convertido en una etiqueta que oculta todo tipo de errores y herejías.
----------Parece que Francisco, demasiado severo con los filolefevrianos, consideraba hipócritas a los católicos tradicionalistas y en buena fe a los no creyentes, mientras era demasiado indulgente hacia los modernistas, liberacionistas, genderistas y rahnerianos. Sin embargo, la gran mayoría de los católicos normales no-partidistas, no pasadistas y no modernistas, ciertamente, a veces no sin esfuerzo, lo han apreciado.
----------El papa Francisco, en los primeros años de su pontificado, se reunía periódicamente con un docto y santo Jesuita, el padre Giandomenico Mucci, fallecido hace algunos años, redactor durante veinte años de La Civiltà Cattolica, amigo de un querido amigo mío a quien le dijo que un día el Papa le hizo un retrato de sí mismo diciendo: "sono un po’ ingenuo e un po’ furbo". Aquí está toda la humanidad del papa Francisco, Vicario de Cristo. Y yo añadiría: y un poco bromista. Muchas bromas suyas las hemos malinterpretado porque hacía chistes burlones. Ciertamente, sí, un Papa anómalo, pero verdadero Papa, sin ninguna duda. Sin embargo, ahora queremos ver a Francisco en el cielo junto a ese Cristo a quien siempre ha servido, mientras ahora reza por nosotros después de que nosotros hemos rezado por él.
Comencemos entonces por restaurar el juramento antimodernista.
ResponderEliminarEstimado Mauro,
Eliminaren cuanto tal, el Juramento antimodernista, que rigió unas pocas décadas, sólo desde 1910 hasta 1967, ha sido una medida pastoral con el propósito de que ciertos representantes cualificados en la Iglesia, por ejemplo los presbíteros, se comprometieran a evitar en su expresiones los errores del modernismo.
Por lo tanto, en cuanto disposición pastoral, no está prohibido mantener un disenso teórico, lo cual ocurre incluso con disposiciones pastorales actualmente vigentes, ya sean originadas por un Obispo en concreto, o por el Papa, salvada la necesidad de nuestra obediencia a la medida si es concretamente vinculante para nosotros.
En tal sentido expreso mi modesta opinión, pero opinión muy cercana a la certeza, y bien convencido estoy, de que hoy no sería útil tal procedimiento, por su inutilidad pastoral, pero además por las mismas razones pastorales que llevaron al papa san Paulo VI a derogar tal obligación del Juramento.
En efecto, el Juramento antimodernista surgió como consecuencia y en la época de la encíclica Pascendi, contra el modernismo, del papa san Pío X. Ahora bien, como repetidas veces he afirmado y explicado detalladamente en este blog, sin que la encíclica Pascendi pierda todo su valor como refutación de los errores modernistas (en tal sentido la Pascendi sigue siendo plenamente vigente, aun cuando la gravedad de los errores del actual neo-modernismo son mucho más graves que los errores del modernismo de hace más de un siglo, que fue el condenado por san Pío X), sin embargo, repito, sin desconocer ese valor, aquella enciclica sufrió un grave disvalor o defecto, que fue el no reconocer la validez de la instancia de los modernistas, vale decir, la necesidad de que la Iglesia se actualizara en muchos sentidos tomando en cuanta los aspectos positivos de la modernidad y sus válidos progresos.
Como bien sabemos, los modernistas intentaron satisfascer tales instancias asumiendo la modernidad como un todo, sin discernir lo bueno de lo malo en ella y, peor aún, intentaron aggionar la predicacion de la Iglesia a través de la filosofía llamada "moderna" (en realidad pseudo-moderna), es decir, la cartesiano-idealista, sin aceptar las directivas ya señaladas por el papa León XIII, de hacer eso mismo pero basándose en el pensamiento de santo Tomás de Aquino.
Fue necesario que adviniera el papa san Juan XXIII y el Concilio Vaticano II para completar la obra iniciada con la Pascendi, pues ahora, con el Concilio, la Iglesia no solo condenaba los errores modernistas (como lo había hecho san Pío X), sino que reconocía también la validez de las instancias pastorales correctas de los modernstas.
Por lo tanto, hizo bien san Paulo VI en eliminar el Juramento antimodernista, que respondía a una visión parcial de la situación pastoral a la cual debía atenderse.
Ese juramento se inscribe en un contexto histórico específico vinculado al pasado, por lo que restablecerlo sería ilógico... Yo diría que las promesas bautismales, por el contrario, no ligadas a la historia aunque estén en la historia, son más que útiles, como para recordarlas y ponerlas en práctica...
ResponderEliminarRosa: ¿Por qué el modernismo ya no existe o porque se ha superado?
EliminarRosa: la verdad ¿¿¿ es por casualidad un hecho histórico vinculado al pasado, al presente o al fururo ???
EliminarLo único ilógico es relativizarla, como hacen precisamente los modernistas... 🙂
Estimada Rosa Luisa,
Eliminarsubstancialmente estoy de acuerdo con su intervención. Efectivamente, el Juramento antimodernista estaba íntimamente vinculado a lo expuesto por el papa san Pío X en la enciclica Pascendi. En tal sentido concuerdo con usted en que se refiere a una necesidad y contexto pastoral del pasado, hoy ya superado. Pero no en el sentido que las verdades expuestas por la Pascendi hayan perdido su valor, todo lo contrario: sino en el sentido de que la Pascendi fue una solución parcial al problema doctrinal y pastoral surgido con los modernistas.
Si algún Juramento fuera útil en este momento, sería necesario complementar el Juramento antimodernista (no el de san Pío X, sino un nuevo Juramento, que tenga en cuenta la mayor gravedad del actual modernismo) con el Juramento de obediencia a las nuevas doctrinas del Concilio Vaticano II, rechazado tanto por los actuales neo-modernistas como por los actuales pasadistas o indietristas.
Estimado Mauro,
Eliminarel viejo modernismo, de los tiempos de san Pío X, es decir, de hace más de un siglo, ha sido efectivamente superado en gravedad por el actual neo-modernismo, tal cual ha sido expuesto por los Papas del postconcilio.
Estimado Pedro,
Eliminarestoy substancialmente de acuerdo con su comentario: el historicismo o relativismo respecto a la verdad, y en particular frente a la verdad de los dogmas de la Iglesia, es característica central de los errores modernistas.
Pero le sugiero releer la intervención de Rosa Luisa, quien no se refiere a esto. Tal como yo lo he explicado en los comentarios anteriores, el Juramento antimodernista estaba vinculado a una solución del pasado, la solución de la Pascendi, que fue una solución parcial de la problemática vigente entonces y agravada en la actualidad. La verdadera y auténtica solución al modernismo es la plena aplicación de las doctrinas del Concilio Vaticano II, que no contradice sino que confirma la refutación de los errores modernistas por la enciclica Pascendi.
la evanescencia
ResponderEliminarEstimado Juan Pablo,
Eliminar¿sería usted tan amable de aclararnos lo que ha querido decir?
Estimado padre Filemón,
ResponderEliminarsi yo tuviera que, brevemente, indicar ocho aptitudes o cualidades que me gustaría ver en un Papa, formularía las siguientes:
1) Amor a nuestro Señor Jesucristo: "Simón de Juan, ¿me amas?" (Jn 21,17); "El que acepta mis mandamientos y los guarda, éste es el que me ama" (Jn 14,21).
2) Fe católica integral: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo" (Mt 16,16); "he orado por ti, para que tu fe no falte" (Lc 22,32).
3) Amor a los hermanos: "Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22,32); "Pastorea mis ovejas" (Jn 21,16).
4) Pedir incesantemente la intercesión amorosa de la Madre de Dios y de la Iglesia: "Su madre dijo a los siervos: «Haced todo lo que él os diga» (Jn 2,5).
5) Privilegiar la salvación eterna, más aún que los grandes problemas de esta vida (hambre, guerras, etc...): "Señor, ¿a quién iremos? Tú solo tienes palabras de vida eterna" (Jn 6,68).
6) Coraje con respecto al mundo: "Bienaventurados vosotros, cuando os insulten y persigan y digan contra vosotros toda clase de mentiras por mi causa" (Mt 5,11).
7) No buscar el consenso del mundo: "Ay de vosotros cuando todos hablaran bien de vosotros" (Lc 6,26).
8) Humildad en caso de justificada corrección fraterna: "me opuse a él con la cara abierta porque estaba equivocado" (Ga 2,11).
Estimado Bruno,
Eliminarlas citas que usted hace son muy bellas.
Sin embargo, yo diría que solo las tres primeras conciernen específicamente al Papa, porque se refieren a Pedro. Las otras son ciertamente buenas para el Papa, pero deben ser extendidas a cualquier Pastor, e incluso, en su límite, a cualquier cristiano.
Por mi parte, habría añadido también otro párrafo al excelente artículo escrito por el padre Filemón de la Trinidad, con un subtítulo que podría decir así: "Necesitamos un Papa claramente fiel a la Tradición, no un Papa indietrista o pasadista".
ResponderEliminarCreo que este párrafo debe ser añadido, con las sabias explicaciones que podría dar el padre Filemón, porque veo que en estos días algunos prolefebvrianos pasadistas se están frotando las manos con una posible vuelta a las ambigüedades pastorales de Benedicto XVI en el ámbito de la liturgia y de la parafernalia ceremonial feminoide.
Sergio
Estimado Sergio,
Eliminaren los próximos días se publicarán algunos de mis artículos, en los cuales haré propuestas al Santo Padre pidiendo la recuperación de algunas nociones y prácticas relacionadas con la Tradición, cuya aplicación podrá ciertamente servir para traer paz a la Iglesia, en continuidad con las cosas buenas hechas por el papa Francisco, de modo que la Iglesia sea más creíble como maestra de reconciliación, como luz del mundo y como promotora de los valores humanos.
¡Muy buen artículo, padre Filemón!... Y muy buenas respuestas, iluminadoras... 🙏
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